miércoles, 13 de septiembre de 2017

Crítica: “Scandalous Desires”, de Elizabeth Hoyt

Virtuosa dama redime a delincuente sexy. Esperaba más.


DATOS GENERALES

Título original: Scandalous Desires
Fecha de publicación original en inglés: 2011
Subgénero: histórica, Inglaterra georgiana

Parte de una serie: libro 3.º de Maiden Lane

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

SINOPSIS (de Fiction data base)

¿Puede un pirata aprender…

El pirata fluvial Mickey “Encantador” O’Connor se ha alzado desde lo más bajos fondos para ser el rey de St. Giles. Cualquier cosa que quiere lo consigue, con una sola excepción, Silence Hollingbrook ha estado rondando sus sueños desde que ella pasó una noche en su cama.

… que el único tesoro verdadero…

Sólo Silence estuvo dispuesta a sacrificar lo que fuera por salvar al hombre que amaba. Ahora que está viuda, finalmente ha encontrado la paz cuando el Encantador Mickey vuelve a su vida con una oferta que no puede rechazar. Pero esta vez no será la única que pague el precio por los pecados de él.

… está en el corazón de una mujer?

Cuando su pasado regresa para atormentarlo, Mickey tiene que mantener a Silence a salvo de un enemigo despiadado, mientras combate contra el delicioso atractivo que esta viuda tiene para su corazón. Y frente a un creciente peligro, ambos tendrán que rendirse a algo aún más terrorífico… el verdadero amor.



¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, en mi lista de las mil mejores estaba el 408. En el Top 100 de All About Romance no entró, pero sí está en el puesto 190, o sea, “lo mejor del resto”. Fue RT Seal of Excellence cuando salió. Feminist Fairy Tale Reviews le dio 5 estrellas, y también tuvo calificación de A en Smexy Books. Ya veréis abajo que ni AAR ni SBTB compartieron el entusiasmo. Fue finalista en el RITA, pero era el año de The Black Hawk y obviamente no hubo dudas. Vamos, no hay color.


CRÍTICA

En la tercera entrega de la serie Maiden Lane nos cuentan la historia de Silence, una de las hermanas que lleva el orfanato en Saint Giles. En libros anteriores vimos que estaba casada con un capitán de la marina mercante. Para que no acusaran a su marido de llevarse un cargamento, hizo un pacto con el ladrón, el pirata fluvial Mickey O’Connor: a cambio de que restituya la carga, pasó una noche en su cama y luego regresó medio desnuda por las calles de Saint Giles. Nadie la creyó cuando dijo que no había habido nada sexual entre ellos. Ni su familia ni su marido. Desde entonces, su matrimonio fue mal. Después enviudó y ahora trabaja en el orfanato. Ha desarrollado un cariño especial por una niña huérfana, Mary Darling.

Eso fue en libros anteriores.

Ahora, como nos contaron en el epílogo de la novela anterior, Mary Darling ha desaparecido y la tiene en su poder el irlandés pirata. Así que Silence acude a su palacio, donde Mickey reina como una especie de príncipe oriental, medio desnudo y rodeado de lujos, mármoles y telas suntuosas. Tal que Sardanápalo en el cuadro de Delacroix.

Efectivamente, la niña está allí, con él. ¿Por qué la ha secuestrado? Porque es su hija. Si Silence quiere estar con ella, tendrá que quedarse en el palacio. Así lo hace, a pesar de que el pirata le parece detestable.

No hay mucho que decir de Silence, la verdad. Una heroína de lo más moñas. Va allí para estar con un bebé al que quiere como si fuera propio. Se siente sexualmente atraída por Mickey, pero tampoco es que haga gran cosa al respecto. Nada de nada. La única vez que participa en algo “calentito” es porque sorprende a Mickey en una escena íntima que le pone los dientes largos, claro que es sin querer. Le da ideas, sí, pero no las pone en práctica.

En Mickey tenemos a uno de esos “héroes” que no cree en el amor ni alberga sentimientos por nadie. Vive del delito sin remordimiento alguno, hace que muera gente o que se destruyan vidas con franca indiferencia. Un enemigo suyo ha localizado a su hija Mary, así que la niña está en peligro y por eso se la lleva a su palacio. Pero no le tiene el menor cariño. Se trata sólo de que el otro no apodere del bebé y, de paso, lleva a Silence a su guarida, pues le atrae desde hace tiempo. Ahora bien, cuáles eran sus planes respecto a ella, no lo tengo muy claro, ¿Qué ella se enamorara de él, que se fueran a la cama por puro aburrimiento por no tener otra cosa que hacer? Ni idea.

Buena parte del libro transcurre en ese palacio londinense. Es novela con niño y perro, con lo que en gran medida toda la primera mitad está dedicada a las monerías de estos dos cachorros, el humano y el perruno. Algo delicioso para quien guste de tales elementos en sus novelas románticas. Como yo no soy de esas, se me hacía de lo más lento y cursi.

Sólo en el último tercio del libro la cosa se anima un poco, en todos los sentidos. Como es habitual, la parte sexy del cuento es sobresaliente. Aunque le pongo dos peros. Uno, que para una novela titulada Scandalous Desires me esperaba algo más “escandaloso” y ná de ná, todo muy normalito. Y lo segundo es que las escenas sexis se apelotonan, una tras otra, en el tramo final de la historia, con lo que te rompe un poco el ritmo de lo que te está contando.

Aunque Elizabeth Hoyt escribe este tipo de momentos de manera tan sensual como de costumbre, en este caso, en mi modesta opinión, no compensa. El libro en su conjunto me pareció demasiado irregular como para recomendarlo.

Los personajes me resultaron más atractivos en entregas anteriores de la serie que en este su libro. ¿Silence? Una sosa. ¿Mickey? Un delincuente. Muy guapo y sexy y encantador y lo que tú quieras, pero tirando a sociópata, para nada arrepentido de sus crímenes y encantado de librarse del pasado con un simple encogimiento de hombros y tira p’alante. No es mi tipo de héroe. Ni de lejos.

Animan un poco el panorama los personajes secundarios, carne de secuela. Sale Winter, el hermano que lleva el orfanato, y de nuevo Asa, el misterioso que no sabemos a qué se dedica (y tendremos que esperar a Maiden Lane #9 para saberlo, Sweetest Scoundrel). Más todo un elenco de damas que apoyan económicamente el orfanato, no muy distinguibles de momento una de otra, hay una Penelope, otra que es Isabel,… Tienen su chispa, sobre todo cuando se regalan los ojos con el beato Winter.

En el epílogo se desvela quién es el Fantasma de St. Giles, algo que no sorprende a nadie, la verdad, y supongo que el suyo sea su siguiente libro.

Nos presentan aquí a quien será el enamorado de Phoebe, delicada jovencita protagonista de Dearest Rogue (crítica, aquí), el capitán Trevillion.

Es posible que veáis por ahí que hay un Maiden Lane #2.5, Clever John. En algún sitio estaba de descarga (legal) gratuita y me lo bajé pensando que era un relato corto o novella. En realidad, es el cuento que Elizabeth Hoyt va incluyendo a principios de cada capítulo de esta novela. Como lo había leído en pdf, me lo pude saltar sin complejos.

A pesar de que es una de las novelas más apreciadas de la serie, a mí me decepcionó, esperaba más y me volví a encontrar a la autora irregular de El príncipe cuervo. Hay momentos muy buenos junto a otros anodinos (me sobran todas las escenas del bebé y del perro, es como si lo metiera por alargar una historia que no tenía mucho más que contar).


Valoración personal: meh, 2

Se la recomendaría a: los aficionados a la novela romántica histórica con niño y perro.

Otras críticas de la novela:

No está traducida, así que no es extraño no encontrar críticas en español, pero si alguien encuentra alguna, puede incluir enlace abajo. Las que he leído en inglés suelen ponerla muy bien, aunque hay una franca división de opiniones.

Hay quienes se mostraron entusiastas con ella.

Ya he dicho que en Feminist Fairy Tale Reviews le dieron el máximo, 5 estrellas, y lo mismo en The Hope Chest Reviews5 estrellas, donde la consideran sheer perfection. En SmexyBooks, igualmente, recibe la máxima calificación, una A

Pero otros mostraron que no les convenció en absoluto.

Mrs. Giggles, que no se casa con nadie, la valoró en 52/100, y remata su crítica diciendo que Hoyt “tiene una bella mano con la prosa, pero que toda esa belleza y elegancia se pierde en historias tan insípidas como esta”.

Mis dos páginas de referencia, All About Romance y Smart Bitches, le dieron críticas de C. No siempre coincido, pero está claro que son los sitios que más se acercan a mis gustos.

Por un lado, All ABout Romance, calificó la novela con C+ y dice al principio:

El último de Elizabeth Hoyt es como un vaso medio lleno de agua. Alguna gente es capaz de ver redención, reforma y el poder del amor. Otros, como yo, ven síndrome de Estocolmo, chantaje, falta de carácter, y honor sin que haya restitución o castigo por las transgresiones del pasado.

Por su parte, Smart Bitches, Trashy Books, le bajó aún más la calificación, a una C- . Milena, que hizo la crítica, dice que tal como describen a Mickey recordaba al pintarrajeado Johnny Depp como Jack Sparrow, “decoratvo y entretenido, pero no precisamente material de héroe”.

Como veis, la peña dividida.

4 comentarios:

  1. Con todo lo que me gusta la series en general (o al menos, lost primeros cinco libros o asi), este es super problematico para mi. Hoyt definitivamente ignora todas las cosas terribles que Mickey ha hecho en su vida--incluyendo lo que le hizo a Silence directa y deliberadamente--y subitamente hay 'razones validas' para que haya sido un desgraciado. Pero las famosas razones ni son validas ni razonables.

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    1. Efectivamente. Esa es una de las razones, que a este delincuente sus crímenes le salen gratis. y encima te tienes que alegrar por él porque se supone que es el héroe de la historia.

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  2. Pues ya he leído este libro y he venido a leer tu reseña, con la que estoy totalmente de acuerdo. Yo he sido algo más generosa en la valoración (en algún momento publicaré las reseñas acumuladas) pero estoy de acuerdo contigo, sobre todo en lo poco que me gustan las tramas con perros y niños (soy como Hitchcock XD)
    Estupenda reseña, como siempre.
    Besotes!

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    1. Estoy deseando leer tus reseñas de esta serie, seguro que le sabes sacar una punta mucho más divertida, ;-)
      En general, Maiden Lane me está gustando mucho, aunque haya cosas más flojas como esta,...
      No sabes cuánto me alegro de ver un alma gemela a la que no hacen tilín niños y perros. A veces me siento un bicho raro.
      ¡Ah, y muchas gracias por tu alabanza! Me alegro que te guste la crítica.

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