Tópico harlequinero: de enemigos a amantes
DATOS GENERALES
Título
original: Adam’s Fall
Subgénero:
contemporánea/Genérica
Fecha de publicación
original en inglés: mayo de 1988
Serie: Loveswept (LS) - 252
Parte
de un dúo: 2.º Mason Sisters (hermanas Mason)
1.ª ed. en España:
Título:
Tentación
Traductor:
Bruno Menéndez Rodríguez
Fecha:
06/2007
Editorial:
Talismán
SINOPSIS
En los últimos años, Lilah Mason ha visto a su hermana
encontrar el amor, casarse, y tener hijos, mientras que ella está más que
contenta con canalizar sus energías en su carrera. Fisioterapeuta con un ánimo
incansable e inmensa compasión, es una de las mejores en su campo. Pero cuando
Lilah asume un nuevo paciente, no es la vida de éste lo único que se
transforma.
Nunca ha tenido peor
paciente que Adam Cavanaugh, que la
desafía a cada paso. Aun así, está decidida a ayudarle a recuperar la vida que
ha perdido. Lo que ella no ve, hasta que es demasiado tarde, es que mientras
ella está ganándola batalla de Adam, está perdiendo su corazón,… pues Adam le
hace cuestionarse sus más íntimas creencias sobre los hombres, el amor, y
principalmente sobre ella misma. Ahora, cuando su deber profesional y sus
apasionados deseos chocan, debe elegir el camino correcto para los dos.
¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No, pero ellos se lo
pierden, porque para mí es la mejor de las novelitas genéricas de los ochenta
que escribió Sandra Brown, y no es que se mantenga, es que cada vez que la
releo siguen saltando las chispas.
(No, no soy en absoluto
imparcial).
CRÍTICA
La semana
pasada hablé de Fantasía, el primero de las “hermanas Mason”, hoy hablo del segundo, aunque entre medias
publicó Tidings of Great Joy, de
enero de 1988.
Me ganó
desde el principio. Adam Cavanaugh, el protagonista, escalaba los Alpes cuando el
ascenso acaba en desastre. ¿Cómo no voy a adorar una novela que aunque sea de
refilón te habla de subir montañas y cruzar glaciares y tragedias montañeras?
A este
magnate hotelero le vimos como jefe y amigo de la protagonista Elizabeth Burke
en el libro anterior. Ya tuvo un par de escenas en las que chocaba con Lilah,
que le trataba con todo el descaro del mundo. ¡A él, un millonario poco
acostumbrado a que nadie le discutiera nada! Es enemistad a primera vista.
Cuando el
multimillonario Cavanaugh, un hombre vital, atlético y todopoderoso se ve
reducido a una cama, está del peor humor del mundo. Afortunadamente, su lesión
medular es recuperable,… siempre que siga una estricta rehabilitación
fisioterapéutica. Su mal carácter aleja a todo el mundo. Uno tras otro, los
fisios lo dejan, porque es un paciente sencillamente imposible.
Elizabeth,
socia y amiga de Adam, recurre entonces a su hermana Lilah, una sanitaria verdaderamente
talentosa. Nada importan sus objeciones, principalmente que
a) los
hombres jóvenes deportistas como Adam son los peores pacientes del mundo y
b) se
llevan como el perro y el gato, se han detestado desde el minuto uno.
Pero no hay
nada como un poco de chantaje emocional (Elizabeth está embarazada), un montón
de pasta y la promesa de que Adam no podrá despedirla para que Lilah acabe en
Hawái, donde reside Adam, para echar una mano. Es una profesional y toda la
hostilidad del mundo no conseguirá que se eche atrás en este desafío.
¿Veis el
planteamiento enemies-to-lovers? ¡Cómo
no voy a adorar esta novela, si es uno de mis tópicos favoritos!
Obviamente,
cuando Adam la ve llegar, no reacciona bien:
-¿Qué coño estás haciendo aquí?
- Hago lo que sea por visitar a mis amigos enfermos. Es una de mis virtudes.
- Tú no tienes ninguna virtud. Dudo que tengas ningún amigo. Y si los tienes, dudo que seas tan consciente como para visitarlos cuando están enfermos.
Ella chasquea la lengua y le suelta “Vaya, estamos de mal humor hoy”
Procurará
echarla, por todos los medios posibles, se enfada, se queja, se niega a todo,
le hace comentarios groseros… Pero Lilah es mucha Lilah. Se esforzará por
sacarlo de la cama, porque use la silla de ruedas, inicie los ejercicios,… Cada
pequeño progreso es el resultado de una batalla campal de voluntades.
Adam es un
paciente de lo más negativo, que le dice que no pierda el tiempo, que nunca
podrá hacer nada más que estar tirado en la cama y mirar al techo.
- ¿Quieres apostar, cariño? Te voy a hacer andar aunque muera en el intento. Aunque muramos los dos. Y mientras, nos vamos a llegar a odiar.
-Ya nos odiamos.
Sí, es una
de esas novelas de esas “qué divertido es ver lo mal que se llevan algunos”.
Obviamente
detrás de todo ello hay una intensa atracción que al final acaba saliendo en el
momento más inoportuno gracias a que Lilah es una bocazas. Justo lo que Adam
llevaba esperando, en realidad.
Pero claro,
Lilah no se lo cree. Tiene cierto complejo porque su hermana Elizabeth es la
mujer perfecta, un modelo inalcanzable. Sólo se siente buena en su trabajo, en
su profesión de fisioterapeuta. Cree que lo de Adam es sólo el típico
enamoramiento de un paciente agradecido.
Me encanta
este libro, cada vez que lo abro no puedo evitar leerlo de un tirón. Para mí,
es una de “enemigos a amantes” de las buenas. Hay comentarios que hace Lilah
sobre su trabajo que suena totalmente real. Adam es un paciente picajoso,
molesto, y con la gran inseguridad de si volverá a ser él mismo en el futuro.
Los diálogos tienen su toque de humor, dando la impresión de que Sandra Brown
se soltó el pelo.
Como me
gusta tanto, me quedo ciega a sus defectos, a lo xenófobo paternalista respecto
al criado oriental, a “la otra” que aparece como la típica mujer mala ambiciosa
que sólo quiere los millones de Adam, y que este a veces se porte como un niño
mimado.
Vio la luz
en mayo de 1988, el mes en que también se publicó Odio en el paraíso, una de las mejores novelas de la autora para mi
gusto. Se ve que estaba en estado de gracia. No, de verdad, es como si de
verdad decidiera, “ahora me vais a oír, porque soy capaz de poner en las
novelas drama, humor, y sensualidad sin perder el toque elegante, con heroínas
fuertes de verdad y héroes que se agarran bien los machos, intensos, apasionados,
a veces crueles (más con ellos mismos que con otros), pero sin perder nunca su
humanidad”.
Reconozco
que parte de mi disfrute de esta novela deriva que la leí en inglés, en
original. No estoy segura de que la traducción española esté a la altura del
toque humorístico.
He
comprobado que la comedia es difícil de traducir. El sentido del humor es algo
muy personal de cada escritor, y el traductor, por bueno que sea, no suele
reflejar bien el chiste, el juego de palabras, la comedia de una determinada
situación. Me pasa por ejemplo con Rachel Gibson o Susan Elizabeth Phillips,
que son mucho más divertidas en original que en sus traducciones españolas. El
toque humorístico de Sandra Brown, cuando lo tiene (que no es siempre) tampoco
es fácil de traducir.
En el género
harlequinero me parece difícil hacerlo mejor, es redonda dentro de ese
subgénero, y por eso le pongo la máxima puntuación.
Porque sí,
porque yo lo valgo y porque cada vez que cojo Adam’s Fall, no importa cómo me sienta, me levanta el ánimo.
Valoración personal: sobresaliente, 5.
Se la recomendaría a: los fans del
“enemigos a amantes”.
Otras críticas de la novela:
Encontramos crítica en El rincón de la novela romántica de 4,5/5.
A "Cuento lo que leo", le gustó. En cambio, en el foro Ábrete libro, parece que no.
En Good Reads le dan una puntuación media de 3.73. Podemos leer el habitual resumen detallado de la
trama, en Allreaders.
Finalmente, a "Avid Book Reader" le
pareció bien, considera que es un
romance antiguo que en realidad se sigue leyendo bien a pesar de lo anticuadas
que se quedan las novelas románticas contemporáneas.
Como de costumbre, si
alguien conoce alguna otra crítica de la novela, en inglés o español, siéntase
libre de enlazar abajo.
Bueno, bueno, con esa reseña tan entusiasta y ese tópico (mi favorito) me la tengo que leer sí o sí! Me leeré antes la primera porque ya sabes que me lo tengo que leer todo en orden pero ésta no se me escapará! Ya te contaré cuando la lea.
ResponderEliminarBesotes!
A ver, ojalá te guste tanto como a mi.
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