La
novela que marca el giro en la carrera de SB. De lo mejorcito que ha escrito.
Parece que por ella no pasan los años.
DATOS GENERALES
Título original: Slow Heat in Heaven
Subgénero: contemporánea
Fecha
de publicación original en inglés: mayo de 1988
SINOPSIS (de la contraportada)
Un hervidero de pasión prohibida, traiciones. Y repentino
deseo, bienvenido a Heaven…
SCHYLER CRANDALI, la
hija adoptiva del hombre más poderoso de la ciudad. Huyó con el corazón roto,
pero regresó como una mujer que sabía exactamente lo que quería... CASH,
sensual, arrogante, y misteriosamente complejo. Ningún hombre ha intrigado más
a Schyler ni ninguno era más peligroso para que ella lo amara… TRICIA, la bella
hermana menor de Schyler. Sus crueles mentiras son la punta del iceberg de su
malicia… KEN, el apuesto marido de Tricia. Casarse con la hermana equivocada
fue sólo su primer error... JIGGER, un chulo y un rufián. No es el único
villano en esta sudorosa e hirviente ciudad sureña. Porque una crisis ha traído
a Schyler Crandall de vuelta a casa, a una familia en conflicto, un imperio
maderero al borde del desastre, y los pecados que hacen que Heaven arda bien
caliente,… y a punto de explotar.
¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Decididamente, ¡sí!
Aparece en mi lista de Las mil mejores novelas románticas, en el puesto 244. Cuando The Romance Reader escogió
las cien mejores novelas románticas del siglo XX, Slow Heat in Heaven
apareció en el puesto 64. Aparece en
otras listas de las mil mejores, así en esa lista que yo encontré en Book
Binge, pero cuyo origen exacto desconozco, está la 369, y en la página web RomanceNovelsMe, la 485. En España también gusta, hasta el punto de que El rincón de la
novela romántica la incluye en su “ajuar de la lectora romántica”. Es la
favorita de muchos lectores. No os podéis hacer a la idea la de veces que, a lo
largo de los años, la gente, cuando menciono a Sandra Brown, recuerda esta
novela.
CRÍTICA
1988 fue el
año decisivo, en que Sandra Brown, en estado de gracia, volvió a intentar lo de
la novela larga. Y esta vez acertó de pleno.
La historia
es muy de culebrón ochentero. Schyler Randall ha regresado a su hogar, Belle
Terre, un casoplón en los bayous de
Luisiana. Un ambiente tan bochornoso y húmedo como el tono general de la
novela.
Siempre fue
la favorita de su padre, pero cuando Schyler sufrió el mayor golpe de su vida,
pues su novio (Ken, un flojo) se casó con su hermana (Tricia, un bicho), aquel
hombre adorado, lejos de apoyarla, le dijo que sí, que lo mejor es que se
fuera.
La doble
traición la hicieron irse a Londres, donde ha vivido todos estos años junto con
Mark, otro expatriado con problemas familiares.
Pero su
padre sufre un ataque al corazón y Schyler tiene que regresar urgentemente. Un
vistazo a Belle Terre y se da cuenta de que ese es su verdadero hogar, donde
ella se siente realmente a gusto. La situación en la que se encuentra es
realmente difícil: su padre entre la vida y la muerte, el negocio familiar (una
empresa maderera) cerrado, su cuñado y su hermana con problemas,… Y para
rematarlo, Cash Boudreaux.
Cash
Boudreaux es uno de esos héroes de romántica inolvidables, amado y odiado a
partes iguales. Sí, todo lector de novela romántica con un poco de solera
reconoce su nombre, como los de Derek Craven, Alex Markov o Clayton
Westmoreland. La peña está dividida entre fans y detractores, así que es más
como Westmoreland que como Craven.
No me lo
invento, que El rincón de la novela romántica le dedicó una entrega de sus“Personajes controvertidos",
para que la gente opine. Yo dejé allí mi opinión y no voy a repetirme.
Debería
odiarlo hasta la punta de mis feministas gafas violetas.
Pero no es
así.
Cash es
héroe del tipo pedernal. Hijo no matrimonial de una cajún, vive en una cabaña
en los pantanos, se mueve en una piragua y aunque trabaja en la empresa
forestal de Crandall, tiene otras actividades secundarias de interés como por
ejemplo ser algo curandero y tirarse a todo lo que lleve faldas.
Sinuoso
como una serpiente, estuvo en Vietnam y eso no le mejoró el carácter. Borde y
seco hasta decir basta, no se compromete con nadie.
Un
personaje que Sandra Brown ha sabido pintar de manera muy coherente, consigo
mismo y con ese paisaje de luz y sombras que son los bayous.
Schyler
coge las riendas de la situación, tanto en la casa como en el negocio. Y se siente
apasionadamente atraída por Cash, a quien también necesita por temas laborales.
Una de esas relaciones amor-odio que Sarah Wendell describe como “te odio, pero
no puedo dejar de pensar en ti, maldita sea”.
Cash, con un
enorme resentimiento, y no dejando ver lo que piensa o siente, hace lo que
quiere en cada momento, aunque es de esas novelas en las que tú intuyes que
está totalmente colado por Schyler.
Aunque no
se lo dirá.
No cederá
un ápice.
Si ella le
acusa de algo, aunque sea injustamente, no le dirá nada.
O le
soltará el peor comentario del mundo: “tenía que haberte violado cuando pude”.
Serás
chulo, antipático y borde,… más áspero que el papel de lija. Sí, es uno de esos
héroes que no cree en el amor y dice estar luchando sólo por sí mismo… Mientras
tú sospechas, que en el fondo, sus sentimientos son intensos y profundos, y no
deja en todo momento de velar por aquellas cosas (y aquellas personas) a las
que, decididamente, ama a pesar de todo.
Schyler es
una heroína envidiable, también. Bien firme, en cuanto ve que las cosas están
mal, se pone a enderezarlas como puede. Con su padre intenta ser paciente,
comprender qué ha ido mal, qué hizo ella para que su padre dejara de quererla.
En su relación con Cash, no se engaña en ningún momento: cuando siente deseo y
desagrado, lo reconoce; cuando es deseo y amor, también.
Francamente,
me parece la más equilibrada de toda esta jungla de personas excesivas, con
pasiones desbordantes y sí, también intrigas variadas.
No puedo
resumir el denso ambiente de toda la novela, pero imaginaros toda la serie Dallas comprimida en casi 500 páginas, y
más o menos os haréis a la idea. Hay alcohol, violencia, traiciones, vuelan algunos
tiros, y los distintos hilos argumentales secundarios te mantienen pegada a la
página. Hay una palabra en inglés para definir este delirio enloquecido, crazysauce, y le va a estos novelones
como anillo al dedo.
De todas
las tramas secundarias, quizá la que más me gusta es la de Gayla y Jimmy Don, bien
triste, resulta tan conmovedora,… Han sufrido tanto estos dos (ella
prostituida, él en la cárcel)… que sientes que esta gente existe de verdad y
que se merecen un final feliz.
En las
novelas con suspense, es decisivo tener un buen malo, un villano que funcione
de verdad, creíble y perverso, de manera que meta miedo y al tiempo, haga crecer
la estima por el héroe o la heroína que sean capaces de derrotarlo. En Jitter,
un proxeneta, organizador de peleas de perros e hijodeputa certificado, tienes
todo eso y más.
Schyler
tiene los ovarios de enfrentarse a él. Cash es uno de los pocos que le
amedrenta. Y su final,… es merecido y truculento, pero no lo voy a destripar
porque es,… vaya, imaginativo. Con esto creo que Sandra Brown confirmó que
tenía mano para el suspense romántico.
No sé
cuántas veces habré leído esta novela. La he vuelto a releer para hacer esta
crítica. Es de las pocas que tengo en dos versiones, en inglés y en español.
Esto os da una idea de lo mucho que me gusta. Es una de mis favoritas de todos
los tiempos, que cojo con la seguridad de que me voy a volver a sentir apasionadamente
inmersa en un mundo bochornoso y cruel, con personajes excesivos, y un ritmo en
la narración creciente, en deseo, en violencia, en todo,… hasta que estalla, no,
de verdad, estalla literalmente.
El final,
como suele ocurrir con las de Sandra Brown, es abrupto. Nada de epílogos. Nada
de largas conversaciones explicando el cómo y el porqué de su enamoramiento.
No, Sandra
Brown es del tipo Han y Leia (“Te quiero”/”Lo sé”, and that’s all folks!”).
Esta es una
de las críticas más largas que me ha salido y podría seguir hablando del libro
bastante más. Pensaba recortarla, pero casi que la dejo así, para que se vea
que en este libro no soy nada imparcial.
La recomiendo
totalmente.
Con una
advertencia.
No, bueno,
dos.
Primero, te
tienes que dejar llevar por el toque totalmente desquiciado, improbable y
excesivo. No, de verdad. Eso de suspender la incredulidad es imprescindible cuando te enfrentas a uno
de estos culebrones. Si no, todo es bastante ridículo.
La segunda
es: no la leas si lo tuyo son las historias “dulces y entrañables”, porque aquí
hay escenas duras, violencia, mentiras, traiciones y unos protagonistas berroqueños.
Valoración personal: excepcional, 5.
Se la recomendaría a: todo el mundo, aunque sea para que
luego digan lo detestable que es Cash.
Otras críticas de la novela:
En El rincón de la novela romántica aparecen tres críticas, ya todas les
gustó, aunque el final les parece un poco brusco, acorde con la personalidad de
Cash, sí, pero agradecerían un poquito más.
En A la cama… con un libro le dan 4
gandys, y describen a Cash como “más bruto que un bocadillo de esparto”.
Por poner una opinión negativa, que de toda hay en la viña del Señor y me
gusta ser imparcial en estas cosas, en Sweet Addiction Book Club no gustó, la
puntúan 2/5.
En inglés, encontramos la crítica de Kelsey Rolfe, que considera que Schyler se
merecía alguien mejor que Cash.
Resumen/crítica detallado lo tenemos en AllReaders.
Y como es de las antiguas, dejo también enlace a Good Reads, donde tenía 4.02 estrellas la última vez que miré.
En Smart Bitches Trashy Books publicaron un artículo firmado por Elyse, fan de
SB, “Old Skool vs New Skool Sandra Brown”.
Estoy contigo en TODO lo que dices. Esta novela es mi favorita de Sandra Brown y por la que seguí leyendo sus novelas para ver si encontraba la misma emoción. Me pasa lo mismo con Cash. Objetivamente no es mi tipo en absoluto: es borde, bruto, malhablado... pero obras son amores y no buenas razones. Y sus obras hablan por él. Es el sostén de Schyler para devolver la empresa al lugar que ocupó en el pasado y quien la cuida a su áspera manera.
ResponderEliminarSchyler es un personaje femenino que me encantó. Su fuerza, su sinceridad, su lealtad,... Y la ambientación es total. Cuando la releo, que yo también lo he hecho varias veces, me siento transportada a esos pantanos y bosques.
Yo tengo la edición de la editorial Vidorama y la portada también dejaba mucho que desear, pero la hojeé un poco y ya se vino conmigo a casa. Está en la balda de FAVORITOS de la estantería.
Muchas gracias por tu comentario. Me gusta ver que no soy la única entusiasta de esta obra. Creo que sigue siendo mi favorita de SB de todos los tiempos. No sabía que había edición Vidorama. He mirado por internet a ver cómo es esa portada y no me parece mucho mejor que la viejuna mía. Es que no transmiten para nada de lo que va el libro.
EliminarPues sí, me gustó bastante, la verdad. Ella me cargó un poco, lo reconozco, y él... Bueno, debe vivir con mis propias contradicciones, que implican ser feminista y que luego se me vuelen las bragas con estos personajes. No con todos, obviamente, pero Cash me gustó muchísimo, esa rudeza me pareció justificada y la verdad es que siempre intuyes que no es un cabrón. La verdad es que he leído muy poquito de Sandra Brown pero me gusta su modo de narrar y sus personajes duros.
ResponderEliminarHe disfrutado muchísimo con tu reseña y tus opiniones, Bona, se nota que te encanta esta novela.
Besotes!
Sí, es de los libros que hay que leer sin las gafas violetas.
EliminarSí, abundan en sus novelas los tipos "papel de lija", unos más logrados y otros insoportables.
Me encanta que se note mi entusiasmo. Cuando un libro es de esos que no te cansas de leer, tampoco te cansas de hablar (o escribir) sobre ellos.
No puede ser peor que Clayton Westmoreland que es un psicópata. Una pregunta importante que surge de la portada en español: Cash es rubio?
ResponderEliminarYo siempre me lo imaginé moreno de verde luna, pero de hecho tiene melena castaña y ondulada. Lo dicen en el capítulo 6: The light picked up strands of gold in his long, brown, wavy hair, que podría traducirse como "La luz iluminó mechones dorados en su ondulada melena castaña".
EliminarSin embargo, en mi traducción española se lee "La luz iluminó mechones de pelo dorado en su larga melena ondulada", o sea, pasaron de traducir el "brown"="castaño".
Hola!! primera vez que comentaré en tu blog, aunque, créeme, no es la primera vez que leo una crítica tuya. Este libro me lo leí hace ya unos años sin ninguna expectativa, simplemente estaba buscando una lectura con la cual matar el tiempo y BANG, sorpresa sorpresa. Si, Cash es un poco odioso (el eufemismo) pero me encanta así, osea... no todos los protagonistas tienen que ser o encantadores o misteriosos (muy vistos ya para mí). Una sorpresa
ResponderEliminar(al menos para mi) fue ver sus verdaderos sentimientos hacia Cotton casi al final del libro (me exasperó y me gustó a partes iguales el hecho de que él al final no explicara más eso) me dejó literalmente loca, releyendo esa parte varias veces jajajaja y el final... Dios, Cash saca su lado "blando" y eso fue suficiente, sin epílogo (como lo mencionas) sin nada más que nuestra mente volando al imaginar que sucede después.
Pues bienvenida y sientete libre de comentar o no, como te apetezca, esto es un mero entretenimiento. Agradezco tu comentario, y es verdad lo que dices, esa escena con Cotton es muy intensa y se te queda en la cabeza. En lo emocional, muchas veces Sandra Brown es así de contenida, y funciona, oye... normalmente.
EliminarMe ha gustado mucho tu crítica, es perfecta.
ResponderEliminarLa verdad es que está novela de la Brown me ha gustado pero no tanto como otras que he leído de ella, esperaba más suspense que drama folletinesco, faceta que desconocía de esta autora, Coincido contigo, me recuerda a aquellas míticas series de los 80/90 recargadas de odio, pasiones, venganzas, celos, infidelidades... Sí, hay que dejarse llevar con esta clase de historias. En otra parte se comentaba que recuerda a la serie True Blue, como seguidora que he sido de esta serie también, por su atmósfera oscura... Esos pantanos, sus bosques verdes, la niebla baja, la humedad, las casas desvencijadas hechas de tablillas y sus clásicos porches, las peleas de perros, la mala leche de sus personajes... Cómo envuelto en algo invisible que lo pudre todo. En fin, casi he echado en falta el KKK, en serio, creo que daba para ello.
Me encanta el estilo de la Brown, el tono desabrido tan habitual en sus argumentos y este Cash tan... ("te meto un chuletón, so peazo..." ), pues sí, está frase ha sido como un mantra para mí. Para ser sincera,al principio me cayó como un tiro pero después le cogí el tranquillo, si hubiera creado otro tipo de protagonista no me lo hubiera creído. Para mí la auténtica víctima de esta novela es Gayla, que penita me ha dado.
La verdad es que mientras leía solo pensaba en lo que no me contaba y yo inventaba en mi cabeza, pero también en cuándo iban a producirse esos giros que tanto me gustan en sus novelas, pero no, no me ha tenido en vilo en ese sentido, me ha resultado previsible. Creo que el problema lo tengo yo, que me gusta más el suspense que otra cosa. Ay, me siento un poco fuera de lugar entre tantas buenas opiniones.
Un pequeño apunte, tengo las dos ediciones en español, la de Cisne y Vidorama. La he leído por Vidorama porque el formato al ser un pelín más grande y flexible, me resultaba más cómodo de leer. El caso es que no sé cómo andarán las traducciones, pero sobre el color de pelo de Cash, la traducción que hace Cisne es como tú bien indicas más arriba, sin embargo a través de Vidorama añade "La luz iluminó mechas de pelo dorado en su larga melena ondeante de color oscuro".
Muchas gracias por tu comentario. Lo bueno es que cada uno vivimos el libro de una manera, no tenemos por qué coincidir. Para nada. Me ha gustado todo lo que cuentas.
Eliminar