Día de los enamorados, vamos a subir el termostato:
chica virginal redime a
ligón empedernido.
DATOS GENERALES
Título original: Uncommon Passion
Fecha de publicación original en inglés: 2013
Subgénero: erótica
Parte de una serie: 2.ª de Uncommon
Páginas: 312
Editorial: Berkley
SINOPSIS (según la Fiction Data Base)
Después de abandonar una cerrada comunidad religiosa, Rachel Hill emprende la misión de librarse de su virginidad. Recién
independizada y luchando por establecerse, no busca nada complicado. Apuesta
por el sexy oficial SWAT Ben Harris
en una subasta de solteros, confiando en que él le dará la noche de su vida y
nada más.
Pero Ben está hastiado y distante, viviendo su vida en un círculo
inagotable de viajes de adrenalina alimentados por el peligro, el alcohol y el
sexo. Cuando no se da cuenta de que su ligue de la subasta es una virgen, queda
sorprendido por no haberse dado cuenta, y por el riesgo que ella ha corrido.
Para arreglarlo, Ben le ofrece a Rachel todo lo que puede: una educación sexual
sin ataduras.
Las lecciones de Ben introducen a Rachel a una pasión de lo más sucia, pero
está buscando algo más profundo que el sexo, y está deseando marcharse para
descubrirlo. Ben no puede quitarse a Rachel de la cabeza pero, ¿llegará a hacer
las paces con su pasado y aprenderá a amar?
NO TRADUCIDO AL ESPAÑOL
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, de hecho ha aparecido con el número 614 de mi lista de Las mil mejores novelas románticas. En la
encuesta de All About Romance, los lectores la eligieron como la mejor erótica
del año 2013. Fue de lo mejor del año tanto para Romance Novels for Feminists
como para Dabney (que escribe críticas en AAR). Además, obtuvo la máxima nota (A) tanto en Dear autor como en Smexy
Books.
CRÍTICA
Como suelo decir, no me resulta
fácil escribir críticas de romántica erótica. Básicamente, siempre hay mucho
sexo explícito que suele ser bastante excitante, pero si no tiene nada más, si
no equilibra bien lo erótico con lo romántico, al final acaban siendo como
pelis porno: se parecen tanto una a otra que no son nada memorables. Y poco hay
que comentar.
Por eso prefiero traer aquí las eróticas
que tengan algo más, en las que se produzca una relación romántica también entre
personajes que sean de carne y hueso, que se enamoren en medio de todas esas
escenas excitantes.
Uncommon Passion es una novela
así. Gira en torno a un tópico relativamente habitual: la educación sexual de
la virgen. Sólo que lo hace a través de unos personajes auténticos, no meros maniquíes
que se dedican a follar como conejos.
Por un lado tenemos a Rachel, educada en una estricta comunidad
religiosa, que abandonó hace unos meses. Y no tanto por estar privada de
las modernidades como los ordenadores o los móviles, ni siquiera por la
restricción sexual, sino por los marcados roles de género. En efecto, ahí la
única posibilidad para las mujeres es ser esposas y madres, sumisas a lo que
digan los hombres, sin inquietudes intelectuales propias.
Y Rachel, que es una mujer
inteligente, curiosa, que se pregunta cómo funcionan las cosas en el mundo
natural, no encaja en ese molde. Se le hace insoportable y acaba dejándolo, a
pesar de lo mucho que ama a su padre, su único pariente.
Se le dan muy bien los animales, y
espera poder estudiar veterinaria. Mientras, trabaja en una granja de productos
orgánicos y va tachando cosas de la lista de asuntos pendientes de los que se
ha visto privada.
Una de esas tareas a realizar es perder la virginidad. En la granja
donde trabaja se celebra una subasta de solteros para una buena causa. Uno de
los solteros resulta ser Ben Harris, un policía con un cuerpo espectacular, atractivo
hasta decir basta, una sonrisa irresistible y absolutamente seguro de sí mismo.
Se ve claro que es un ligón de libro, de las de me acuesto contigo y si te he visto
no me acuerdo. Así que Rachel, de pronto, decide apostar por él. Es perfecto
para perder la virginidad, ¿por qué? Porque a él no le va a importar, la va a
olvidar en cuanto se levante de la cama. Y eso es justo lo que Rachel quiere.
Lo que ocurre es que a poco de irse
ella, él se da cuenta de que Rachel era virgen y todos sus instintos
protectores se desatan. Podía haberle ocurrido cualquier cosa. Un poco para
compensar, pero también porque hay algo en ella que le atrae, empiezan a quedar
con la finalidad de, básicamente, follar.
No tengo ni idea de si los de «sólo
sexo» funcionará o no en la vida real. Pero en Romancelandia nunca, nunca, nada puede empezar y acabar siendo sólo sexo.
Los sentimientos se meten por en medio y cada uno lo intenta superar a su
manera.
Los dos personajes principales son
fantásticos. Rachel, muy cerebral, inteligente, no se engaña a sí misma; puede
que sea virgen, pero no ingenua. Piensa, mide y luego actúa. Todas las semanas
manda una carta a su amado padre, al que cuenta cómo es su vida fuera de la
comunidad religiosa ultraconservadora. Y siempre vuelve la carta, sin abrir. Sin
embargo, Rachel no pierde la esperanza, porque ella se separó de la comunidad,
no de su única familia.
Ben también tiene sus problemas
personales. Intenta mantener totalmente separada su vida laboral como policía,
en la que se arriesga demasiado, de su familia y de sus ligues innumerables.
Son tres compartimentos estancos. No se habla con su padre desde hace años, por
algo que pasó con su hermano mellizo, gay. Como una olla llena de resentimiento
y ansiedad, a punto de explotar, sólo alivia en parte su ansiedad tirándose
todo lo que se mueve. No se va a comprometer, rechaza todo tipo de ligazón
emocional con una mujer, y cuando ve que puede enamorarse de Rachel, es
implacable en su distanciamiento.
Como es propio del género erótico,
se suceden las escenas explícitas
hábilmente colocadas que no sólo son excitantes. Hay veces que tiene momentos raros de humor. Como cuando
parece que él la va a atar a ella y Rachel le sorprende diciendo que no, que lo
que quiere intentar es atarle ella a él. Y cuando lo hace, Ben descubre
sorprendido que Rachel es capaz de hacer nudos fuertes. «Estoy acostumbrada a
atar cabras», le explica ella.
En la segunda parte del libro, la tensión se desplaza hacia lo romántico,
hasta ver cómo estos dos, que están colados el uno por el otro, pero que no
quieren comprometerse, acaban transformándose, siendo personas diferentes, que
consiguen aceptar que pueden tener un futuro juntos.
Porque hay un dilema que sobrevuela
parte de la novela, si es mejor un sexo fabuloso con un hombre que es malo para
ti en lo demás, o bien una relación estupenda con un hombre que te ama, te
apoya pero con el cual el sexo es confortable, tibio.
Para tener el final feliz que
incluya el apoyo mutuo y no sólo la pasión encendida, es preciso que Ben
evolucione, acepte que las cosas en su vida pueden y deben ser diferentes y no
solo en relación con las mujeres.
Así que sí, definitivamente, sí, esta es una erótica de las que merece la
pena probar, por aquello de que equilibra muy bien lo sexualmente explícito
con lo emocionalmente romántico. Eso es, para mí, lo que mejor recomienda una
erótica.
Es la primera que leo de Anne
Calhoun, pero espero que no sea la última y haya otras más así de buenas.
Valoración personal: notable, 4
Se la recomendaría a: quienes gusten de erótica con
emociones intensas.
Otras críticas de la novela:
No he visto críticas en español. Si
alguien encuentra alguna, puede enlazarla abajo.
En Dear autor ya dije que tuvo una
crítica de A.
Smexy Books le dio también una A.
Read All the Romance, 5 estrellas.
Dirty girl romances, otras 5 estrellas.
Y más 5 estrellas, en Harlequin Junkie.
Heroes and Heartbreakers le
dedicaron un First Look.
Pues nada, otra más que me apunto! Y es que es tan complicado encontrar una novela erótica que merezca la pena que no se pueden dejar pasar las que destacan.
ResponderEliminarEstupenda reseña, Bona!
Besotes!
A ver si te gusta. La erótica es el subgénero de romántica que me parece más difícil, yo creo que por eso es tan complicado encontrar novelas que merezcan la pena.
EliminarLa portada tiene tela O_Ó
ResponderEliminarEn cuanto a la novela en sí, lo que cuentas, al menos en su argumento, se parece a una historia como tantas otras. Lo que cuenta para mí es lo que tú dices, que la parte romántica te llegue, porque el folleteo sin más a mí no me sirve.
Lo de la cabra y el humor raruno hasta a mí me ha hecho sonreír.
Ya podían traducirla...
Un saludo
Para mi, desde luego, es lo más difícil, equilibrar erotismo y romance. Y tienes toda la razón, es de las que yo creo que deberían traducir, pero bueno, seguro que tienen sus buenas razones de industria editorial para no hacerlo, aunque a nosotras, las lectoras, se nos escapen.
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