viernes, 21 de septiembre de 2018

Crítica: “Frío como el hielo”, de Anne Stuart


Héroe gélido.
Preferible leer en plena ola de calor.
 Para compensar.

 
Harlequin Ibérica, 2008
DATOS GENERALES

Título original: Cold as ice
Subgénero: suspense

Fecha de publicación original en inglés: 2006

Parte de una serie: Ice (Hielo) #2

Edición en español: 04/2007
Traductor: Daniel García Rodríguez
Publicación: Harlequin Ibérica
Colección: Mira, 176

SINOPSIS (según la Casa del Libro)

Se suponía que aquel trabajo sería pan comido; solo debía entregar unos documentos al millonario filántropo Harry Van Dorn, conseguir que los firmara y largarse del yate.
Pero la abogada Genevieve Spenser no tardó en darse cuenta de que el hombre al que todo el mundo creía un buen samaritano tenía un lado oscuro. Van Dorn pretendía convertirla en su amante, al menos por una noche, y después deshacerse de ella como hacía con el resto de sus víctimas. Así que tendría que mantenerse despierta y alerta si quería sobrevivir aquella noche.
Pero en aquel barco había alguien más que sabía hasta dónde podía llegar la maldad de Van Dorn. Peter Jensen era algo más que el ayudante personal que fingía ser… en realidad era un agente secreto con la misión de poner freno a Van Dorn. Sin embargo, la presencia de Genevieve suponía un obstáculo a sus planes. Debía decidir si poner en peligro la misión para protegerla o dejar que se convirtiera en un daño colateral.


¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Sí, estaba en mi lista de las mil mejores novelas románticas, en el puesto 844. Gusta mucho en All About Romance: tuvo mención honorífica en la encuesta del año de su publicación en la categoría mejor suspense romántico de 2006. Estuvo también en la mini-encuesta de 2007 preguntando por las mejores de suspense romántico, la 20. Cuando RomanceNovels.Me publicó su lista de mil mejores novelas románticas, la encontramos con el n.º 786. Además, Romance Readers at Heart la escogieron como uno de los Top Picks de 2006.

CRÍTICA

Este verano, en vacaciones, me apetecía algo contemporáneo de acción con poco sentimentalismo. Ya me estaban estragando las novelas con mucha emoción, y quería algo más,… frío. Así que me decidí por la segunda de la serie Hielo, que tengo casi entera en mi Kindle.

Genevieve es una abogada que pasó de ser idealista del turno de oficio a trabajar en un bufete privado que le permite pagar su traje de Armani y sus manolos. Por razones que se me escapan tiene que llevar unos documentos a un cliente rico, tejano y encantador, Harry, en un yate en el mar Caribe. ¿Fax, firma electrónica, mensajeros…? No sé, me parece un poco matar moscas a cañonazos eso de mandar a una abogada solo para echar una firma.

La cosa es que el millonario le cae bien, tontea con él pero sabe que no se van a acostar juntos. Al menos eso ha decidido ella. En realidad, está deseando largarse, irse de vacaciones a Costa Rica, quitarse los tacones, ponerse la mochila al hombro y perderse en la selva.

En lugar de eso, acabará metida en un lío tipo thriller de espionaje, un gran peligro que hay que conjurar.

Porque el millonario tejano en realidad está como una cabra y tiene planificado una serie de atentados que desequilibrara el orden mundial y a él le harán más rico.

Así que igual no está tan loco, ya que al fin y al cabo tiene clara la finalidad de enriquecerse sea como sea. Pongamos que es psicópata o sociópata o lo que sea. Una joyita, en cualquier caso.

Para detener a este malo malote, una organización súper secreta llamada el Comité ha infiltrado a agentes en el entorno de Harry. Así averiguarán sus planes y lo matarán. Entre ellos está Peter Jensen o Madsen, o como sea que se llame, el tipo frío como el hielo del título.

Es un profesional, de esos que sabe matar de mil maneras. Pronto ve que Genevieve es inofensiva pero no importa, no puede haber testigos de las actividades del Comité. Preferiría no tener que hacerlo, pero si tiene que matar a Genevieve pues qué se le va a hacer, es un «daño colateral».

Claro que hay problemas: a) Genevieve no es fácil de aplastar, aun en su torpeza sabe cómo pelear; b) ella le empieza a gustar.

Así que, por primera vez en su vida de gélido asesino profesional, se pregunta si no será la primera vez que desobedezca órdenes.

¿Cómo es esta novela? Pues una de suspense frío, a pesar de ambientarse en el Caribe. Genevieve está amenazada por este hombretón letal, con su poquito de intriga y sexo, enamorándose a su pesar y un final resuelto en pocas palabras.

Ñoñerías, las justas, o sea, ninguna en absoluto. Si los protagonistas de Sandra Brown son ásperos como la lija, los de Stuart resultan fríos y cortantes como un cuchillo jamonero.

Un libro competente, nada especial pero justo lo que buscaba. Algo que no sea nada sentimental, justo lo que necesitaba después de sobredosis de contemporáneas que no hacen más que desmenuzar sobre la página cada pensamiento y sentimiento.

En general, prefiero esto otro, helado como el hielo, acerado por fuera y con apasionados sentimientos por dentro. Pero esto último más bien lo intuyes, ¿eh? Aquí no hay largas declaraciones amorosas ni nada parecido. Para mí es más potente eso de andar intuyendo las cosas. Lo otro, lo de que me digan todo, me acaba aburriendo.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: aficionados al noir frío.

Otras críticas de la novela:

En español, crítica bastante graciosa en El rincón de la novela romántica, acaba diciendo que Bastien es un angelito al lado de este petardo. 

Un 8,5 le dan en Astral Romances.

En el blog La comunidad del libro hablan de toda la serie Hielo. 

En inglés, Dear author la califica con un B+ y entiende que fue uno de los mejores suspenses del año 2006. 

B+ también en The Book Pushers.

En All About Romance, le ponen una B.

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