lunes, 2 de septiembre de 2019

Reto Rita 3: Jill Shalvis (1) Instant temptation


En el Reto Rita 3, este mes toca Jill Shalvis, una novelista que he frecuentado poco, pero que me gusta.
Escribe romántica contemporánea, divertida y sexy, pero sin demasiada mala leche, ni chicha, la verdad. Sus personajes son simples y muy excitables, y las novelas, de lo más entretenidas. Te dan justo lo que esperas: un buen rato, sin que a los personajes les pasen cosas malas y cierras el libro con una sonrisa de satisfacción.
Hay poco traducido de ella. Por si queréis leer algo de ella y no sabéis muy bien qué, aquí os señalo las que considero más apreciadas, todas de su serie más exitosa, Lucky Harbor:
La n.º 1, Simply irresistible (2010), premio RITA al mejor romance contemporáneo.
N.º 4, Lucky in love (2012)
N.º 6, Forever and a day (2012)
N.º 12, One in a million (2014), otro premio RITA al mejor romance contemporáneo, esta vez de longitud media.
N.º 10, It’s in his kiss (2014)
Si lo vuestro no es la lengua del Chéspir, y queréis leerla en español, de lo poco suyo que hay traducido, las que mejores críticas tienen son dos del año 2016, la 1.ª y la 2.ª de la serie Heartbreaker Bay: Dulces mentiras y El hechizo de un beso, esta última con el siempre atractivo tópico de enemigos a amantes.
Por mi parte, aprovecharé este mes para quitar un par de libros de mi montón pendiente de leer.

Instant temptation

1.ª ed.: Brava, abril de 2010
Subgénero: contemporánea
Parte de una serie: n.º 3 de Wilder Adventures

Sinopsis (en la Fiction Data Base)
Para Harley, el paisaje alrededor de Wishful, California, es excitante, indómito, y más de un poquito peligroso. Lo mismo puedes decir de T.J. Wilder, que se ha invitado a sí mismo a compartir su ruta en el estudio de los coyotes. La carrera de Harley depende de este viaje, y no necesita la distracción de un tipo tan tozudo, por muy sexy que resulte. Pero T.J. es un guía profesional que sabe cuándo dar un paso atrás y cuándo proporcionar su valiosa experiencia, justo lo que ha hecho desde el instituto. Y Harley, como es habitual, se siente dividida entre sus deseos de estrangularlo y los de ceder a la atracción que ha estado cociéndose entre ellos durante todos estos años.
T.J. sabe cuán orgullosa y capaz es Harley, pero está seguro de que no va a dejarla arriesgarse cuando hay cazadores furtivos en la zona. Ella lo necesita, con la misma urgencia que él la desea a ella. Y aquí, en este hermoso lugar, días alejados de la civilización, por fin tiene la oportunidad de demostrarlo… una y otra vez.
¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Está lejos de las mil mejores, pero es de las que puedes darle una oportunidad. Estaría allá por las 10.000-20.000 mejores, pues ha tenido alguna crítica excelente, como la the Good, the Bad and the Unread.

Crítica
El año pasado me leí Instant attraction, la 1.ª de la serie de los hermanos Wilder, y rápidamente me apunté las otras dos. Pero aunque he tenido esta, la 3.ª, en mi Kindle, durante bastante tiempo, al final no la he leído hasta ahora.
Los hermanos Wilder han tenido una infancia y adolescencia que hizo honor a su nombre, siempre de lo más salvaje y adrenalínico, dedicándose a todo tipo de excesos. Al final, milagrosamente, ninguno se ha partido la crisma ni ha acabado en la cárcel sino que, con mucho esfuerzo y trabajo, han montado un negocio de aventuras en las montañas.
El mayor de ellos, T. J., es un tipo impresionante, alto y todo músculo, castaño de ojos verdes que es adicto a los viajes más peligrosos y las travesías más largas. Lo mismo te hace un trekking cruzando Canadá que se larga a Alaska tres meses con clientes que pagan muy bien por un guía tan bueno que les haga subir a las cumbres más altas.
Sus relaciones tienen la duración de un pestañeo. Ahora que sus otros dos hermanos se han emparejado felizmente, la cosa resulta aún más incómoda, por el contraste. Se burla de los enamorados, y ya le amenazan con que el karma hará que a él le llegue también su momento.
Harley, por su parte, trabaja de mecánica en un taller, a tiempo parcial. Acaba de sacarse el grado de biología silvestre, y está realizando una labor de becaria. Con lo cual su situación económica no es muy buena. Confía en que ayudando en una investigación sobre coyotes le ofrezcan un trabajo en Colorado y pueda así, sacar cabeza.
Entre ellos, TJ y Harley, saltan chispas de pura atracción sexual. Este hombre es pura insinuación sexual, todo el rato, aunque mira, no es de los que toca sin permiso. Es un bocas. Y ella lo rechaza, una y otra vez, de la manera más hostil.
TJ no acaba de explicárselo. Se conocen de toda la vida. Ella se lleva de fábula con sus hermanos, son como de la familia. ¿Por qué él es el único «distinguido» con su acerba lengua…?
Pues porque hace cosa de quince años, ella perdió su virginidad en sus brazos y encima el muy imbécil estaba tan pedo que ni lo recuerda. Para ella, en cambio, fue una experiencia estupenda que ha hecho que todas sus relaciones posteriores palidezcan en comparación.
En sus planes está lograr estabilidad, y está empezando a salir, más o menos, con Nolan, un tipo en quien puede confiar, de los que se compromete y con el que se lleva bastante bien.
O sea, todo lo opuesto a TJ. Por mucho que le tiente el impresionante cuerpo serrano de este.
Cuando ella sube a la montaña a comprobar el estado de un par de cámaras con las que tienen vigilados a los coyotes, TJ le saldrá al paso, y acaba pegado a ella. No es que sea sobreprotector. Respeta los límites que ella le pone, es ella quien decide las cosas, él solo está para dar consejos, intervenir si necesita ayuda… Y contando todo el rato lo mucho que le pone.
Pero vamos, que si ella dice que no, ¡milagro!, es que no.
La química entre ellos es increíble. Es de esas novelas en las que están palotes de principio a fin, sin poder casi resistir la tentación de pegarse el uno al otro como el musguito a la piedra. Jill Shalvis sabe hacer esto de fábula.
Luego está el hecho de que los sentimientos del uno por el otro son cada vez más intensos, más especiales, pero renuncian desde el principio a que lo suyo sea algo más que una cosa temporal. Así que tendrán que recorrer cierto camino primero para reconocer que lo suyo es algo más que ese intenso deseo que sienten el uno por el otro. Eso lo primero. Lo segundo será pensar que oye, igual el otro, pese a lo que diga, también está dispuesto a intentar algo más estable.
Una novela estupenda, muy entretenida que, en realidad si te pones a ver no tiene gran cosa, y sin embargo, me tuvo pegada a la página, sin poder dejar de leer.
Tiene un añadido más, para mi gusto personal, y es que la inmensa mayoría de la novela estos dos lo pasan en el monte, que si observando coyotes, superando arroyos, haciendo una hoguera, entrando en calor en el saco de dormir, admirando el impresionante cielo nocturno (los que alguna vez hayáis estado en el monte, lejos de las ciudades, entenderéis a qué me refiero) o la brutal naturaleza que los rodea.
Con eso ya me tienes prácticamente ganada. Tú pon montañas en la novela, que ya te pongo una valoración llena de estrellas.
Como no me ha dejado resacosa y no sé si recordaré mucho de ella a los pocos días de acabarla, no le doy lo máximo.
La recomiendo totalmente si quieres algo sencillito y aventurero. Para que os hagáis a la idea, es un poco como Kristan Higgins, pero con los momentos sexis incluidos y muy bien descritos. O como una Lauren Layne en plan rústico.
Ya de los hermanos Wilder solo me queda Instant gratification. A ver.
Valoración: notable, 4
La recomendaría a: los amantes de las historias sexis sin complicaciones.
Otras críticas de la novela
Como no está traducida, no es de extrañar que no haya encontrado críticas en español.
Tanto Limecello, en The Good, the Bad and the Unread, como Buried By Books, la calificaron con una A-.
En Dear Author le pusieron una B
4 estrellas mereció para KD Did It Edits, y lo mismo para Michelle

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