Erotismo refinado del bueno, más que porno
DATOS GENERALES
Autor: Patricia Marín
Editorial: Romantic Ediciones
1ª Edición: 2016
Subgénero: erótica
Formato: Ebook
Isolda
Adamson, cuando necesita desconectar del trabajo, se
pone en manos de su mejor amigo, un reputado fotógrafo capaz de retratar su
lado más femenino en eróticas instantáneas. Siempre dispuesta a experimentar su
propia sensualidad, acepta la emocionante propuesta de compartir una sesión con
otro modelo: Evander Showalter, un hombre capaz de estremecerla con su sola
presencia.
Evander
Showalter viaja a Londres con la intención de participar
en una nueva sesión de fotografías. La visión de Isolda despertará una
irrefrenable curiosidad. Atraído por su elegancia y su sensualidad, se propone
mostrarle a esa hermosa mujer lo que significa para él el erotismo más
exquisito.
La confianza, el miedo a la entrega, la pasión y el deseo envuelven
esta historia entre dos amantes del arte.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
No aparece en mi lista. La he leído solo porque Patricia Marín la propone, o sea, se
auto-propone, en su Reto íntimo.
CRÍTICA
Esta es la novela que toca este mes
para el reto íntimo que propone la escritora Patricia Marín. Una novela escrita por ella misma.
Bueno, no me parece mal como forma de promoción, la verdad.
A Isolda, la protagonista, le gusta
hacer de modelo de un fotógrafo amigo, pero no para cualquier cosa, sino en
fotografía erótica. Le gusta dejarse llevar, es muy natural posando en
situaciones insinuantes y lo de andar desnuda por la vida, o por un bosque, o
una playa, o donde se tercie,… como que no le molesta lo más mínimo. Ella es
una profesional y además este tema le gusta, saca algo de sí misma con lo que
se complace.
En la vida ordinaria, es una
restauradora de esculturas, algo realmente interesante y de lo que la autora
nos proporciona algunas escenas que agradecemos a los que somos aficionados al
arte, meros diletantes, y de esas cosas de conservación sabemos muy poco.
Su amigo le propone una serie
distinta de fotos. Ella siempre ha posado en solitario. Ahora quiere hacer unas
sesiones con otro modelo suyo, Evander.
Isolda se lo piensa, y acaba
accediendo. La relación cambia, son otro tipo de sesiones, metiendo a un
tercero en lo que era ella y la cámara. Encuentra que le cuesta ser profesional
y mantenerse indiferente a las caricias, los toquiteos, roces, etc. de este
estupendísimo modelo masculino.
Porque sí, Evander es uno de esos
cuerpos perfectos que te hacen la boca agua solo con mirarlos. Te lo imaginas
perfectamente.
Curiosamente, él también trabaja en
el sector del arte, así que tienen muchas cosas en común, de las que podrían
hablar perfectamente si no fuera porque lo suyo es el posar, las fotos eróticas
e intentar que todo sea profesional. Obviamente, un contexto tan erotizado pone
a los dos como una moto, pero cómo eso se traducirá en una relación, sexual
primero y amorosa después,… pues tampoco os lo voy a contar, que para eso está
el libro.
Como siempre que cojo una novela
romántica escrita en español, voy con cierta prevención, ya que suelen ser una
de cal y otra de arena. He descubierto algunas autoras que me gustan y otras
cuyas novelas me han parecido detestables. Algunas me han parecido tal bodrio
que ni siquiera las he reseñado aquí, ¿para qué meterme en problemas?
Lo mismo me pasa con la erótica, que
es un subgénero que leo con cuentagotas, porque son muy peculiares, en sus
intenciones y planteamientos.
Así que me metí a leer esta novela
con un doble recelo. Luego todo fue para bien.
Cosas que me gustaron. Los
protagonistas, ambos muy interesantes. El que sea un relato más sensual que porno. Eso siempre es difícil en la novela erótica, y no sabría
explicar muy bien la diferencia. Creo que el erotismo va más bien de escenas
sensuales que despiertan el deseo, narrado explícitamente, pero con cierto
punto de frustración o de velo, mientras que las que son más tirando a porno
enlazan una escena de sexo con otra, más o menos imaginativas, excitantes, pero
que acaban siendo un poco repetitivas.
Combina muy bien el desarrollo de la
parte romántica con la erótica, manteniendo ese equilibrio tan difícil de
conseguir.
Otro logro maravilloso es que elude
las dos kriptonitas de la novela romántica en español: machismo y cursilería al
escribir. Dado el tema, que Isolda consienta explícitamente y que Evander sea
respetuoso con ella, resulta importante. Sabe también usar un lenguaje erótico
en español natural, sin caer en extremos de, por un lado, lo grosero y, por
otro, melifluas metáforas. Eso me parece fantástico.
Las referencias a determinadas obras
de Historia del Arte me parecieron magníficas. Disfruté de las referencias a El rapto de Proserpina, de Bernini,
con esa mano masculina recia que parece hundir la suave carne del muslo
femenino,… hasta que te das cuenta de que es mármol. Está en la Galería
Borghese, de Roma, uno de esos pequeños museos, bien gestionado y con número
razonable de visitantes, que recomiendo totalmente como alternativa a las
aglomeraciones de otros.
¿Qué es lo que no me gustó? Pues que
al final, como tantas novelas eróticas, tenga que recurrir a lo de siempre, el
sadomaso en el que habitualmente el caballero es el que golpea a la mujer. Gracias,
pero no.
Otra cosa que le hizo bajar puntos
en mi aprecio es el lío legal al que no encontré ni pies ni cabeza. Resulta que
Evander está casado, en trámite de divorcio, y no puede tener un lío con nadie
si quiere heredar, o conservar el dominio sobre propiedades familiares o alguna
otra cosa disparatada que –lo confieso– no llegué a entender del todo porque no
estaba explicado en términos jurídicos que me son familiares. Solo en la novela
romántica puede pretenderse algo así. Tal vez sea posible en la Common law planteamientos tan
disparatados, no lo sé, pero para un jurista español todo suena ridículo, incluida
la intervención del abogado, como si este tuviera que estar pendiente de con
quién se acuesta su cliente. Me sacó bastante de la historia, la verdad.
Así que, aunque he disfrutado esta
novela, mucho, una de las mejores que leí durante estas vacaciones de verano,
no creo que repita con la autora, porque el erotismo con elemento sado-maso,
especialmente si trata de un hombre golpeando y dejando marcas en el cuerpo de
una mujer… va a ser que no es lo mío.
Valoración personal: notable, 4.
Se la recomendaría a: los que disfrutan del erotismo más que
del porno.
Otras críticas de la novela:
Solo he encontrado
críticas en español, todas positivas.
Crítica en Mil Libros en mi biblioteca, que habla del deseo contenido como uno de los logros de la
novela. Te dice que el BSMD aparece de refilón. Es la misma crítica
que se publicó en El rincón de la novela romántica.
Reseña en Promesas de amor.
«Lectura erótica
maravillosa» dicen en Románticamente.
Verónica firma la
crítica en Mi rinconín de lectura, y considera que es una «erótica muy cuidada
y elegante».
En Good Reads, 3,71.
En la página web de la autora me entero de que
presentó la novela al I Premio Romantic, aunque no ganó.
Como reseñar un libro
escrito en español es meterse en territorio comanche, me siento obligada a
poner esto:
Yo se que este comentario no tiene nada que ver pero necesito decirlo. Gracias por recomendar Altos oscuros y peligrosos de Suzanne Brockmann aquí estoy con lágrimas en los ojos cerca del 90% de Un auténtico príncipe. No le digas placer culposo este libro me ha enamorado y muero por leer el resto de la serie.
ResponderEliminarBona de verdad infinitas gracias me ha encantado.
Sí que es una serie sencillita pero gustosa, me alegro de que te guste. Es uno de los objetivos de este blog, descubrir qué cosas merecen la pena entre la enorme producción romántica. Así que comentarios como el tuyo me satisfacen especialmente.
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