sábado, 19 de octubre de 2019

Crítica: “Dulces mentiras”, de Jude Deveraux


O ella o yo, alguna hemos envejecido mal
B de Bolsillo, 3/2018

DATOS GENERALES

Título original: Sweet liar
Subgénero: contemporánea
Fecha de publicación original en inglés: 1992
Serie: Montgomery / Taggart n.º 6 (Fiction Data Base)
Montgomery/Taggert n.º 18 (Good Reads, que sigue orden de publicación)

1.ª Edición en España
Traductor: Alberto Magnet Ferrero
Fecha Edición: 1/1995
Publicación: B (Ediciones B)
Colección: Éxito internacional, 212


Al morir sus padres, Samantha Elliot se encuentra en Nueva York huérfana, divorciada y sola. Su casero, Michael Taggert, recibe el encargo de cuidarla y hacerle cumplir la única condición impuesta por su padre para percibir su herencia: buscar a su abuela, desaparecida de Louisville cuando ella era apenas una chiquilla. Mientras intentan desentrañar el pasado familiar, se verán enfrentados a los obstáculos que les impiden encontrar el camino que podría unir sus vidas.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, entró en mi lista de las mil mejores, en el puesto 251. Por dos veces se la incluyó en el Top 100 de All About Romance, en 1998 n.º 28 y en 2000 el n.º 52. También aparece en dos Top 1000, el de Book Binge (como n.º 143) y en Book Binge (n.º 461). Tuvo crítica de DIK A en All About Romance, en Book Thingo es una de las novelas que Rudi recomendó en no recuerdo qué momento. Lo metieron en El ajuar de la lectora romántica, porque sí que es una de las más valoradas por los lectores en España –según veo en El rincón de la novela romántica–. Pero vamos, que por ahí afuera también lo adoran.

CRÍTICA


OK hoy voy a hablar de este libro



Que es el mismo que este



Sí, queridas compañeras de lecturas románticas, me ha pasado esto que seguro que muchas comprenderéis...



Lo compré en un idioma y luego en el otro, sin acordarme de que ya lo había leído.

Se ve que no me dejó demasiada huella. Porque sí, yo tuve una fase Jude Deveraux, y me leí unos cuantos libros suyos.

Cuando vi que Jude Deveraux estaba en el Reto Rita 3 como una alternativa viejuna me dije: «¿por qué no releer alguna de las que tengo por casa?». Así, además, elimino otra novela de esas que estaban en El ajuar de la lectora romántica y sigue en el Top 100 de esa misma página web El rincón de la novela romántica

Empecé a leer.

Bochorno total. ¿Pero cómo pude leer este libro… dos veces… en dos idiomas diferentes?

1.- Testamento absurdo de romántica. Básicamente, Samantha tiene que irse a vivir a NY un año, con todos los gastos pagados, y buscar la huella de su abuela, desaparecida cuando ella era niña.

2.- Acude a la Gran Manzana, con tanta pana colgándole de las orejas y viviendo en puro miedo que cualquiera diría que le han mandado al Yemen, el peor país para ser mujer en 2019, y en cualquier momento va a ser violada, descuartizada y arrojada a los cocodrilos…

(Todavía, si fuera europea, donde tenemos unas ocho veces menos homicidios que allí, te lo explicas, pero de alguien de Kentucky…)

3.- Samantha y un sudoroso Michael están besándose ya sin decirse «ojos negros tienes», arrebatados por un instalust del que ella olvida que fue partícipe entusiasta.

4.- Coacción, violencia e intimidación. Michael la sujeta a la fuerza para que no se vaya, le impide subirse a un taxi, le quita la maleta y el bolso con el dinero y, cuando ella quiere irse, se lo impide poniéndose delante de la puerta.

5.- Cuando Samantha le dice que se queda en el apartamento que preparó su padre, pero que corra el aire entre ellos, que no quiere verlo para nada, él le dice, vale, pero no duermas con un camisón blanco. (¿Qué, la vas a violar si la ves así…?)

6.- Él entra en el apartamento de ella con la llave que él dijo expresamente que no tenía.

7.- A pesar de que Samantha le dice que no come carne, le mete un trozo de filete a la fuerza en la boca. (Casu marzu te metía yo por el gaznate a ver te mueres del asco, gilipollas). Debe ser una fijación oral la de este tipo, que más tarde se empeñará en que ella coma un bollo aunque expresamente Sam rechace las calorías vacías.

8.- Para que conozca NY, nada mejor que llevarla de compras, pagándole él todo un vestuario nuevo, de alta costura, of course, y creyéndose la muy lerda que eso se paga «con unos cientos de dólares».

9.- Constante marquitis. Que si Christian Lacroix, Dior, Valentino, Chanel, Blahnik, etc. etc.

10.- Michael le dice a la peluquera cómo quiere que le corte el pelo a Samantha, ignorando totalmente la opinión de ella.

11.- Y por si no lo sabías la manicura solo se la podían hacer las ricas hasta que vinieron los coreanos ¡y podías hacerte las uñas por solo 8 dólares….! 

Todo eso en solo las 100-150 primeras páginas. Me quedé tan avergonzada de mi yo veinteañero que fui incapaz de encontrarle el menor mérito a lo que siguió.

Los personajes me parecieron, ella una petarda y él un dominante. Lo de ella tiene un pase, la pobre, está deprimida, llena de miedos en un entorno que la aterra. Lógicamente, tan vulnerable mujer acaba desarrollando sentimientos por el macho que le proporciona casa, vestuario de lujo y le hace sentir segura. Además de que, claro, es tu prototípico tío de la vara, pues ella jamás sintió un orgasmo hasta entonces.

¡Y se supone que leyó libros de sexo! ¿Cuáles, hija mía?

[Orgas(mitos) de Laura Morán la daba yo, a ver si se entera]

Y es que Samantha jamás había sido tan feliz, ¿por qué? Bueno, explica lo que ha hecho ese día:

Ir a la peluquería y luego a la manicura, el vivir en esta casa, el no tener que cocinar, el quedarte tú mirándome como si…

Ya cuando aparece el toque paranormal con una especie de conexión mística con su abuela de joven… ¡ni ganas me quedaban de tirarlo contra la pared una vez más!

Del muchacho macizorro de la obra, ¿qué voy a decir? Me resultó obsesivo e irracionalmente celoso, controlando cada aspecto de la vida de ella.

El argumento tiene una parte muy lograda, que son los dos misterios a resolver: 1.º un dinero desaparecido en 1928, en un ambiente de gánsteres y clubes de blues, y 2.º el de la abuela de la que no se supo más en 1975, si lo he entendido bien. Acaba siendo muy retorcida, la cosa parece ir por un sitio y luego tira por otro.

Estoy muy mayor para encontrar románticos a los machos alfa que se imponen a la fuerza y las heroínas que no dan trabajo a la neurona, no vaya a ser que se les chafe el peinado.

Repito: aunque pongo verde este libro, soy la primera que tiene dos ejemplares en casa, signo de que en algún momento me entusiasmó. ¿Cómo es posible…? ¿Tanto cambiamos las personas, o nuestros gustos, o la conciencia feminista…?

Valoración personal: infumable, 1

Se la recomendaría a: quien no tenga las gafas violetas a mano.

Otras críticas de la novela:
Como siempre que no me gusta una novela internacionalmente aclamada, aplaudida y que lleva años siendo adorada, recomiendo especialmente otras críticas, por si os dan mejor idea de lo ocurrido.
Tres críticas, tres, todas encantadas de la vida, hay en El rincón de la novela romántica
Críticas, reseñas y opiniones de libros dice que es «muy buena». Me parece que es una de las que también está en RNR.
Emma, en Libros juveniles, de da 3… árboles, creo que son. 

En inglés, tenemos la crítica de DIK A en All About Romance a la reedición de 2003. 
Reseña en Publishers Weekly
KD Did It Edits en 2012 le puso 4 estrellas.

12 comentarios:

  1. Jude Deveraux es una de esas autoras que he ido dejando pasar,y todavía no he leído nada de ella. Alguna vez he estado a punto de hacerme con alguna de sus reediciones pero nunca me decido. No sé.
    Este tipo de experiencia que cuentas también me ha pasado a mí con otras novelas románticas, sobre todo con las escritoras antiguas, que si las releo paso hasta bochorno.
    ¡Bendita madurez! Que nos permite evolucionar y nos hace abrir los ojos.
    Tu crítica ha sido como una señal para mí... Jajaja, me ha recordado que aún tengo pendiente por partida doble Odio en el paraíso de la Brown (de esas veces que compras a lo loco sin acordarte de que ya lo tienes... pero en otra edición!!), así que creo que va a ser mi próxima lectura.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Verdad que sí? Cuánto agradezco no ser la única a quien le abochorna un poquito su pasado lector. ¿Quién sabe si, de aquí a veinte años no nos chocará lo que leemos ahora?
      Odio en el paraíso es una de mis favoritas. Es exagerada y ochentera. Es de las pocas que tengo por partida doble (en inglés y español) pero esa vez intencionadamente. El prota masculino es de los que adoras u odias, sin paliativos. A mí me encanta, pero a ver cómo te cae a ti.

      Eliminar
  2. Sí, tranquila, me consuela que el sentimiento sea compartido. Serán nuestras queridas autoras, sin embargo también me parece bien que en romántica se reconozca cierto tipo de contenidos. Y es que pienso que el factor machista es uno de los estigmas que arrastra el género romántico, del que todavía cuesta desprenderse. Pero vamos, que esto da para otro tema.
    Gracias. :)

    ResponderEliminar
  3. Que horror me dolió la cabeza sólo de leer tu reseña. Nunca leí a esta autora y no pienso hacerlo porque por lo general las reseñas que leí son de la línea que vos contás😅 creo que son demasiado feminista para esto🤣

    ResponderEliminar
  4. Veo que elegiste una contemporánea para el reto. Creo que ahí estuvo el error. Jude Deveraux brilló con luz propia en histórica, pero rara vez en contemporánea. Tal vez sería buena idea que leyeras alguna histórica de la saga Montgomery-Taggert u otra histórica que te llame la atención, a excepción de la primera novela que publicó en 1979, porque es muy flojita.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quizá con el tiempo relea alguna de las que me indicas. Como comento en el artículo, pasé por una fase Deveraux hace años y leí unas cuantas de ella, incluidas algunas históricas como las que mencionas, y me quedó buen recuerdo. A El caballero de la brillante armadura, le di cinco estrellas, por ejemplo. Pero de momento, creo que la voy a dejar algo aparcada.

      Eliminar
  5. Ay, Bona, siento mucho que hayas pasado por ese trago relector pero me he reído mucho con esta reseña XD. La verdad es que no he leído nada de Jude Deveraux y en algún momento deberé hacerlo por eso de leer algo de todas las que tienen un nombre en este género, pero no tengo ganas, así que la voy aplazando. Ni con mi reto me animo XD.
    Besotes y gracias por participar!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro mucho. Si la reseña ha logrado despertar el buen humor de alguien, algo bueno sale de releer esta novela. La cosa es que yo tenía buen recuerdo de esta autora,... pero, ya ves.

      Eliminar
  6. Jajaja ay Bona! "A quién no tenga las gafas violetas a la mano", por eso eres la mejor! Si que suena como un horror este libro.

    ResponderEliminar
  7. Pues a mi me agrada en novelas históricas o paranormales, sinceramente en novela romántica no busco alta literatura, salvo que sean clásicos. Yo no me avergonzaría de mi pasado lector, es entretenimiento. Cuando quiero leer algo culto busco filosofía. Las novelas románticas son como las telenovelas no pretendo que sean más de lo que son, ni que todas ellas impliquen postulados ideológicos feministas. Por mi parte valoro que aún una escritora considerada de baja calidad es capaz de escribir una historia más allá de solo dedicarse a la lectura.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tendré que releer alguna de sus novelas históricas, ya digo más arriba que El caballero de la brillante armadura me encantó. Paranormales, prefiero que no, porque es un subgénero que no me hace tilín.
      Estoy contigo en que al abrir una novela romántica no buscamos literatura, sino entretenimiento. Y escribir una historia requiere ya una cierta capacidad, nunca lo he puesto en duda.
      No obstante, hay muchísima novela romántica sin machos alfa abusones; novelas que respetan la igualdad entre hombre y mujer y la libertad de la heroína para decidir su propio camino. Esa es la romántica que busco y, la mayor parte de las veces, encuentro.
      Cuando topo con algo machista, pienso que está bien advertirlo, porque eso me amarga la lectura y hay otras lectoras a quienes les puede pasar lo mismo.
      Si lees un poco mi blog, verás que no hay la menor vergüenza por gustarme la novela romántica. Lo que me abochorna es pensar que hace treinta años yo leía engendros como esta novela sin pestañear. No por ser novela rosa, sino por ser machista.
      Eso no es algo concreto de la romántica, muchísima ficción literaria no pasa el test de Bechtdel ni por asomo. Y eso siento que hay que advertirlo también, firme el libro Garwood o lo firme Goethe.

      Eliminar