lunes, 1 de agosto de 2022

Crítica: “The match”, de Winter Renshaw


Una historia sencilla de esas que enganchan y cierras con una sonrisa

 


DATOS GENERALES

 

Título original: The match

Subgénero: contemporánea

Fecha de publicación: marzo de 2021

Páginas: 310

 

SINOPSIS (según Goodreads)

Yo solo quería un bebé. ¿Y sin un papá? No hay problema.

Para eso están los donantes anónimos…

Pero cuando la clínica de fertilidad por error me envía una carta dirigida a un hombre cuyo número de identidad coincide con mis papeles, descubro que el padre de mi niña no es otro que el mundialmente famoso campeón de tenis Fabian Catalano —famoso por su cara guapa, abdominales cincelados y reputación de tipo impredecible.

Todo cambia cuando la clínica nos llama para controlar el daño causado — y Fabian suelta la bomba del siglo. Resulta que este intenso Adonis quiere conocer a su hija.

Así que le invito a quedarse con nosotras — temporalmente.

Incluso con unas normas básicas.

Y nuestro arreglo funciona, es simple… hasta que ya no sirve más.

Entre biberones a las dos de la mañana y besos robados, mi vida perfecta, simple y dulce, de repente se ha complicado.

Pero, ah, cariño, lo que pasa después, lo cambia todo.

 

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

No, a ver estaría solo entre las veinte mil mejores, y eso porque Jeeves Reads Romance le puso cinco estrellas.


CRÍTICA

Cogí esta novela porque parecía corta y sencillita. Jeeves Reads Romance es mi referencia para probar cosas contemporáneas en KU, y le puso cinco estrellas.

Después de su divorcio, Rossi (35) decide ser madre en solitario, con inseminación artificial. Escoge como donante anónimo, a un atleta. La novela avanza pronto a Rossi como mamá feliz, con su nena Lucia de nueve meses.

Recibe, por error, una carta de la clínica de fertilidad. Descubre así que el padre biológico de su nena es, ni más ni menos, Fabian Catalano (37), una estrella internacional del tenis.

La clínica ha metido la pata, y tiene que sacarla llegando a un acuerdo con ambos.

Fabian jamás quiso ser padre. Esto de la donación es algo que hizo cuando era joven y necesitaba dinero. Está que fuma en pipa con el fallo de la clínica. Quiere arreglarlo cuanto antes. No quiere que su intimidad quede por ahí expuesta, y se teme cualquier cosa. Así que quiere conocer a la madre de la criatura, para ver hasta dónde ha llegado el daño, qué cosa puede pretender ella.

Es una persona famosa, un gran deportista, millonario, es lógico su recelo, porque todo el mundo quiere algo de él. En este contexto que vivimos, dentro de la cultura de la cancelación, sabe que un mal rumor, una historia contada de mala manera, puede destrozarle la vida y que pierda todo por lo que ha luchado.

Cuando conoce a Rossi, se queda noqueado. Le gusta lo que ve de ella: su físico y su carácter. Los recelos se le irán pronto.

Ambos, Rossi y Fabian, se replantean las cosas. Lo suyo no es instalove, pero casi.

Pasarán juntos cuatro semanas, para conocerse, y ver si las intenciones de cada uno son fiables.

Sí, lo sé, es un planteamiento es un poco loco harlequinero, con unas cuantas improbabilidades y casualidades. Pero me pareció realmente bien cortado, con diálogos ágiles, sin perder el tiempo, con un desarrollo argumental claro, tanto que me enganchó y lo leí en un par de días.

Cómo será la cosa que no me molestó la primera persona dual que parece inevitable en la contemporánea actual. La autora sí que consigue que sepas en cada momento quién está hablando, diferencia las dos voces. ¡Y es novela con niña! ¡¡Y no me molesta!! Creo que porque la nena no es mera excusa, hace lo normal de una criatura de esa edad: comer, llorar, dormir y ensuciarlo todo.

No me convence mucho cómo trata el tenis. Al único tenista real que te mencionan es a Nadal, en una escena que se antoja muy improbable: se supone que este follonero, Fabian, se dio de mamporros con Nadal después de un partido. A ver, si hay un tipo calmado es Nadal, hasta el punto de que –en mi opinión– reprime totalmente sus emociones negativas. No lo veo peleándose con nadie en un contexto profesional. Nada le saca de quicio, ni siquiera las chorradas de un tenista desequilibrado ni los delirios de grandeza de un juez de silla. A Nadal no le verás gritar, ni romper raquetas, ni montar ningún pollo. Hasta Federer tuvo una época violenta de jovencito; Nadal, nunca. Me parece estúpido meter una escena tan improbable en una novela.

(Si hubiera tenido un follón con Nabaldián, Kyrgios o Fognini, todavía me lo creía...).

Tampoco encajo el mes que pasa Fabian en Chicago con el calendario ATP. Mencionan que estuvo en Melbourne en enero y un partido en Atlanta, que si fuera el torneo ATP es en verano. No sé si Fabian tendría que estar en Indian Wells y Miami o ya en la gira europea de tierra batida, Montecarlo, Madrid, Roma. Ni que vaya a jugar Roland Garros o Wimbledon. No me encajan las fechas.

Luego le ponen como un tipo de tenista que a mí, personalmente, no me va: un cañonero de servicio potente y mecha corta. No es que yo siga mucho el tenis, pero viviendo en España es inevitable que algo aprendas de este deporte.

Ítem más. Rossi se obsesiona con su six pack, justo algo que no destacaría yo del físico de un tenista. Y eso es algo que vemos porque se cambian la camiseta en público, y algunos como Zverev tienen la manía de levantarse la camisa en la cancha. No me parece que destaquen por un core extramusculado.

Eso sí, llamándose Fabian Catalano, de ascendencia italiana y francesa, malhumorado y con treinta y muchos, me lo imaginaba como Fabio Fognini.

Esa es otra, a pesar de tener 37 tacos, no mencionan para nada la retirada. Tíos, que al Big Three llevan más de un lustro retirándolos. Que se lo digan a Nadal, que todos pensábamos que se iba a retirar tras el Roland Garros de 2022, después de renquear en Roma y eso a pesar de estar el primero en la ATP Single Race con más de cinco mil puntos, y cuando va a ser segundo del mundo y con posibilidades de ponerse de número 1 allá por el mes de septiembre, incluso si no jugara.

Tampoco me gustó un detallito algo sexista del epílogo. Entramos en el terreno del spoiler. Acaban juntos, y con más niños, no solo Lucia. Resulta que Fabian le pone una raqueta pequeñita en las manos a su hijo, para que siga sus pasos. ¿Perdón? ¡Pero si tiene una hija de seis años! Lo lógico sería que empezara con ella, ¿no? Al fin y al cabo, la persona que más grandes slams tiene de la historia es una mujer, Margaret Court. ¿Cómo no se plantea hacer de su hija una gran estrella del tenis?

Hubo más cosas que me llamaron la atención y con las que no conecté. Por un lado, la obsesión estadounidense por el ancestry y el heritage, algo en lo que trabaja Rossi y que yo no me explico, la verdad. Debe haber razones históricas y sociológicas para que les dé por ahí.

Otra: la cantidad de alcohol que trasiegan, casi cada día se toman un vinito o algo.

Pese a estas cosas que me incomodan porque soy una picajosa... Me lo leí en un pispás. Un libro con esa capacidad para enganchar, a pesar de lo sencillita que es la historia, merece una buena recomendación. Siempre que sepas que es una historia sin complicaciones, narrada de manera muy efectiva.

Valoración personal: en su estilo, estupenda, 4

Se la recomendaría a: quienes gusten de historias sencillas bien contadas.

Otras críticas de la novela:

No he visto críticas en español. Si las encontráis, me haríais un favor poniendo enlace en los comentarios. En inglés también es poco lo que he encontrado.

Jeeves Reads Romance, 5 estrellas. 

Professor Romance, 4.5 estrellas. 

Seriesous Book Reviews, 4 estrellas. 

Book Addict Reviews, otra que esnifó este libro. 

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