Una muchacha
encantadora y un chico simpático
DATOS GENERALES
Título original: Overnight sensation
Subgénero: contemporánea
Fecha de publicación
original en inglés: 2019
Parte de una serie:
Brooklyn Bruisers #5 [o 6] / Brooklyn #2
Páginas: 338
En España: Tuxbury Publishing LLC (9-5-2022)
SINOPSIS (según Amazon.es)
Todos saben que la chica está prohibida. Pero se siente tan bien portarse
mal.
Ahí está esa chica… Heidi y yo
hemos estado intercambiando miradas lujuriosas todo el año, y todo lo que hace
me provoca sonreír. Pero yo no tengo citas con chicas y por supuesto, no puedo
involucrarme con la hija del comisionado de la liga.
Necesito tiros a gol, no una relación, ni una foto de algún paparazzi
totalmente mal interpretada. Pero, ¿podré resistirme a ella? La manera en que
me provoca debería ser una penalización de juego por interferir en mi libido.
Ahí está ese chico… Jason me desea,
pero no lo admitirá. Ese hombre me mira de la manera en que un jugador de
hockey tiene ojos para un buffet después de una práctica… y me encanta. Pero
cuando finalmente la victoria está a mi alcance, lo arruino y termino
humillada.
Incluso entonces, no puedo evitarlo. Como pasante en el equipo,
constantemente tengo ante mí su cuerpo firme y su sonrisa arrogante. Necesito
otra oportunidad. Jason Castro está a punto de conocer el verdadero significado
de la sensación de Brooklyn.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
La tengo en mi base de datos la tres mil y pico. Tiene cinco estrellas
en About That Story, Amy Dickinson y Kimberly Faye Reads. Es una favorita de (un)
Conventional Bookworms.
CRÍTICA
Aquí sigo, leyendo novelas de los Brooklyn
Bruisers, esos que en español por razones que desconozco, llaman Bombarderos,
cuando en realidad quiere decir más bien matones o algo así.
A la protagonista, Heidi Pepper, ya
la vimos en el libro El magnate de Brooklyn. Es una chica joven y guapa, hija
del comisionado de la NHL. El mandamás de la liga, vaya.
Muchacha sureña, que despliega todo
su encanto. Era la ayudante de Rebecca en aquel libro y ya se veía que tenía su
cosita con Jason Castro.
Ha dejado la universidad, porque no
acababa de encajar en ese ambiente. Lo suyo es la gente, llevarse bien, arreglar
las cosas, es una mujer muy práctica.
Es rica heredera, pero a su padre le
sabe fatal lo de que haya dejado la universidad y quiere darle una lección. Hace
que Rebecca la contrate como interina en una especie de prácticas que él dice
en qué consiste.
Le obliga a pasar por una serie de
interinidades en diversos oficios en la franquicia. Desde labores de limpieza
hasta vender en la tienda del estadio, o bebidas y comidas, o bailar en la pista,
¡hasta llevar un Zamboni…!
(Zamboni son esas máquinas que usan
para pulir el hielo).
Gracias a este personajes, vemos un
montón de cosas que pasan entre bambalinas de lo que es una gran competición
como es esta de la NHL. ¡Qué montón de gente vive de esto...! No es solo cosa
de los jugadores y entrenadores. Un estadio, una franquicia, son algo mucho más
grande.
Y lo vemos de la mano de Heidi, una
muchacha que no se corta, que nada le atemoriza, que se lanza a lo que haga
falta. Incluso si es ponerse el disfraz de la mascota y darse de mamporros con
la mascota rival.
No me queda claro qué lección quería
su padre que aprendiera, si quería que valorase una educación universitaria… O
que en el mundo hay algo más, que ella no puede ser solo una simple niña pija.
No lo sé. Sea cual sea la lección
que le quiso enseñar, Heidi supera la prueba de manera muy brillante. Hasta se
monta un negocio que es una especie de asistente personal para los jugadores
del equipo, para hacerles recados como coger la ropa de la tintorería, hacer la
compra, esas cosas.
Tiene echado el ojo a Jason Castro,
el único hispano del equipo. La atracción es mutua. Pero claro, el que ella sea
hija del comisionado le corta un poco. No demasiado.
Este Jason, ya lo vimos en otras
novelas, es un tipo guapo y bien majo. Es simpático, pero la procesión va por
dentro.
Ahora, lo suyo son solo los rollos
de una noche. En su caso el trauma le viene de que tuvo una novia a la que
quería un montonazo, y la perdió en un accidente de tráfico, siendo muy joven.
Arrastra aún el duelo, y cierta culpa por no haber estado con ella cuando le
pasó aquello.
Heidi es jovencita. Aún no sabe muy
bien qué hacer en el futuro, pero mientras tanto, le echa desparpajo y encanto
a la vida. Para Jason, es irresistible, porque aun siendo simpático, tiene su
punto serio. Contrasta con la ligereza de Heidi.
Se ambienta en los primeros meses de
la temporada regular de la NHL. A Jason le cambian de puesto, del lado
izquierdo al derecho, y le cuesta adaptarse, a él que lo suyo son las
asistencia y los goles y ve que no, que se le tuerce la cosa, que no encaja… Y
tiene sus supersticiones y manías como buen deportista profesional.
Esta ambientación deportiva me
encanta, lo reconozco. Igual es porque también la leí en una época en
que vi mucho hockey, coincide con los play-offs de 2022. De hecho, la estaba leyendo cuando fue el primer partido
ya de la final de la copa Stanley entre Tampa Bay y los avalancheros de
Colorado.
El estilo con el que Sarina Bowen
cuenta esta historia es el habitual NA, primera persona dual, sin distinguir
mucho entre la voz de uno y otro.
La parte sexi, muy bien, escenas
subiditas de tono de vez en cuando. Primero tensión sexual no resuelta y
después intimidades bien contadas.
La he leído en español por un tema
de precio. Está en KU y me sale más barato que el original en inglés. Estas
novelas en original están en torno a los cinco euros. En cambio, cada novela
que leo en KU me sale por unos dos, dos y medio, porque calculo que leo entre
4-5 novelas KU al mes.
Si no estuviera en KU la leería en
inglés porque la traducción es ramplona, de que esas que yo llamo «from lost to
the river», porque es literal, no busca el modismo en español del idiom en inglés.
He mirado un poco por ahí y veo que
la traductora es profesional porque cobrará por ello, pero me parece que no tiene la carrera
de traducción. Quizá por eso se nota que no es una traducción buena.
El problema no es que use palabras
sudamericanas. Al fin y al cabo, es el mismo idioma y yo misma utilizo a veces
palabras del otro lado del charco.
No, el problema es lo que digo, que
pone las cosas literales, en vez de buscar la expresión equivalente en español.
En fin, que será rápida y barata,
cumplidora de plazos y tal, que será en lo que se fija quien se autopublica.
Pero luego da una versión de la historia… que le quita atractivo. Mejor leer en
una traducción mediocre que no leerla, claro. Tampoco es que sea un desastre.
Pero vamos, que quitando que la
traducción no me convence, la historia en sí me resultó entretenidísima. La
verdad es que me lo paso pipa con estas historias de hockey sobre hielo. Y ya estoy deseando seguir con la siguiente.
Porque resulta que Sarina Bowen es
muy cuca. Las novelas se leen perfectamente de manera independiente. O sea, no
hace falta seguir la serie para disfrutarlas.
Pero lo que sí hace es que te pica.
Te pone algo en cada novela de la
siguiente.
Y entonces tú estás deseando ver qué
pasa con este o aquel personaje. Aquí, lo mismo que en las anteriores, hemos
visto al portero suplente, Silas, que está un poco obsesionado con una cantante
llamada Delilah que sería tipo… no sé, ¿Taylor Swift? Una de esas cantantes
femeninas.
Y tú te preguntas de qué le viene
ese gusto, si se conocen o no…
Valoración personal: buena, 3
Se la recomendaría a: quienes gusten de chicas competentes y
héroes algo torturados
Otras críticas de la novela:
Aunque está traducida al español, no he visto ninguna crítica todavía.
Quizá porque es reciente, no sé. Pero es que ni siquiera El rincón de la novela romántica contiene crítica...
Pongo las que he visto en inglés.
(un)Conventional Book Worms, 5
estrellas (o gusanitos).
A Novel Glimpse, 5 estrellas.
Feeding My Addiction Book Reviews, 5 estrellas.
The Escapist Book Blog, 4 estrellas.
Book Binge, 4 estrellas.
Writing Bookish Notes, 3/5 estrellas.
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