viernes, 5 de agosto de 2022

Crítica: “La sensación de Brooklyn”, de Sarina Bowen


Una muchacha encantadora y un chico simpático

 


DATOS GENERALES

Título original: Overnight sensation

Subgénero: contemporánea

Fecha de publicación original en inglés: 2019

Parte de una serie: Brooklyn Bruisers #5 [o 6] / Brooklyn #2

Páginas: 338


En España: Tuxbury Publishing LLC (9-5-2022)

Traductora: Elizabeth Garay

SINOPSIS (según Amazon.es)

Todos saben que la chica está prohibida. Pero se siente tan bien portarse mal.

Ahí está esa chica… Heidi y yo hemos estado intercambiando miradas lujuriosas todo el año, y todo lo que hace me provoca sonreír. Pero yo no tengo citas con chicas y por supuesto, no puedo involucrarme con la hija del comisionado de la liga.

Necesito tiros a gol, no una relación, ni una foto de algún paparazzi totalmente mal interpretada. Pero, ¿podré resistirme a ella? La manera en que me provoca debería ser una penalización de juego por interferir en mi libido.

Ahí está ese chico… Jason me desea, pero no lo admitirá. Ese hombre me mira de la manera en que un jugador de hockey tiene ojos para un buffet después de una práctica… y me encanta. Pero cuando finalmente la victoria está a mi alcance, lo arruino y termino humillada.

Incluso entonces, no puedo evitarlo. Como pasante en el equipo, constantemente tengo ante mí su cuerpo firme y su sonrisa arrogante. Necesito otra oportunidad. Jason Castro está a punto de conocer el verdadero significado de la sensación de Brooklyn.

 

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

La tengo en mi base de datos la tres mil y pico. Tiene cinco estrellas en About That Story, Amy Dickinson y Kimberly Faye Reads. Es una favorita de (un) Conventional Bookworms.

CRÍTICA

Aquí sigo, leyendo novelas de los Brooklyn Bruisers, esos que en español por razones que desconozco, llaman Bombarderos, cuando en realidad quiere decir más bien matones o algo así.

A la protagonista, Heidi Pepper, ya la vimos en el libro El magnate de Brooklyn. Es una chica joven y guapa, hija del comisionado de la NHL. El mandamás de la liga, vaya.

Muchacha sureña, que despliega todo su encanto. Era la ayudante de Rebecca en aquel libro y ya se veía que tenía su cosita con Jason Castro.

Ha dejado la universidad, porque no acababa de encajar en ese ambiente. Lo suyo es la gente, llevarse bien, arreglar las cosas, es una mujer muy práctica.

Es rica heredera, pero a su padre le sabe fatal lo de que haya dejado la universidad y quiere darle una lección. Hace que Rebecca la contrate como interina en una especie de prácticas que él dice en qué consiste.

Le obliga a pasar por una serie de interinidades en diversos oficios en la franquicia. Desde labores de limpieza hasta vender en la tienda del estadio, o bebidas y comidas, o bailar en la pista, ¡hasta llevar un Zamboni…!

(Zamboni son esas máquinas que usan para pulir el hielo).

Gracias a este personajes, vemos un montón de cosas que pasan entre bambalinas de lo que es una gran competición como es esta de la NHL. ¡Qué montón de gente vive de esto...! No es solo cosa de los jugadores y entrenadores. Un estadio, una franquicia, son algo mucho más grande.

Y lo vemos de la mano de Heidi, una muchacha que no se corta, que nada le atemoriza, que se lanza a lo que haga falta. Incluso si es ponerse el disfraz de la mascota y darse de mamporros con la mascota rival.

No me queda claro qué lección quería su padre que aprendiera, si quería que valorase una educación universitaria… O que en el mundo hay algo más, que ella no puede ser solo una simple niña pija.

No lo sé. Sea cual sea la lección que le quiso enseñar, Heidi supera la prueba de manera muy brillante. Hasta se monta un negocio que es una especie de asistente personal para los jugadores del equipo, para hacerles recados como coger la ropa de la tintorería, hacer la compra, esas cosas.

Tiene echado el ojo a Jason Castro, el único hispano del equipo. La atracción es mutua. Pero claro, el que ella sea hija del comisionado le corta un poco. No demasiado.

Este Jason, ya lo vimos en otras novelas, es un tipo guapo y bien majo. Es simpático, pero la procesión va por dentro.

Ahora, lo suyo son solo los rollos de una noche. En su caso el trauma le viene de que tuvo una novia a la que quería un montonazo, y la perdió en un accidente de tráfico, siendo muy joven. Arrastra aún el duelo, y cierta culpa por no haber estado con ella cuando le pasó aquello.

Heidi es jovencita. Aún no sabe muy bien qué hacer en el futuro, pero mientras tanto, le echa desparpajo y encanto a la vida. Para Jason, es irresistible, porque aun siendo simpático, tiene su punto serio. Contrasta con la ligereza de Heidi.

Se ambienta en los primeros meses de la temporada regular de la NHL. A Jason le cambian de puesto, del lado izquierdo al derecho, y le cuesta adaptarse, a él que lo suyo son las asistencia y los goles y ve que no, que se le tuerce la cosa, que no encaja… Y tiene sus supersticiones y manías como buen deportista profesional.

Esta ambientación deportiva me encanta, lo reconozco. Igual es porque también la leí en una época en que vi mucho hockey, coincide con los play-offs de 2022. De hecho, la estaba leyendo cuando fue el primer partido ya de la final de la copa Stanley entre Tampa Bay y los avalancheros de Colorado.

El estilo con el que Sarina Bowen cuenta esta historia es el habitual NA, primera persona dual, sin distinguir mucho entre la voz de uno y otro.

La parte sexi, muy bien, escenas subiditas de tono de vez en cuando. Primero tensión sexual no resuelta y después intimidades bien contadas.

La he leído en español por un tema de precio. Está en KU y me sale más barato que el original en inglés. Estas novelas en original están en torno a los cinco euros. En cambio, cada novela que leo en KU me sale por unos dos, dos y medio, porque calculo que leo entre 4-5 novelas KU al mes.

Si no estuviera en KU la leería en inglés porque la traducción es ramplona, de que esas que yo llamo «from lost to the river», porque es literal, no busca el modismo en español del idiom en inglés.

He mirado un poco por ahí y veo que la traductora es profesional porque cobrará por ello, pero me parece que no tiene la carrera de traducción. Quizá por eso se nota que no es una traducción buena.

El problema no es que use palabras sudamericanas. Al fin y al cabo, es el mismo idioma y yo misma utilizo a veces palabras del otro lado del charco.

No, el problema es lo que digo, que pone las cosas literales, en vez de buscar la expresión equivalente en español.

En fin, que será rápida y barata, cumplidora de plazos y tal, que será en lo que se fija quien se autopublica. Pero luego da una versión de la historia… que le quita atractivo. Mejor leer en una traducción mediocre que no leerla, claro. Tampoco es que sea un desastre.

Pero vamos, que quitando que la traducción no me convence, la historia en sí me resultó entretenidísima. La verdad es que me lo paso pipa con estas historias de hockey sobre hielo. Y ya estoy deseando seguir con la siguiente.

Porque resulta que Sarina Bowen es muy cuca. Las novelas se leen perfectamente de manera independiente. O sea, no hace falta seguir la serie para disfrutarlas.

Pero lo que sí hace es que te pica.

Te pone algo en cada novela de la siguiente.

Y entonces tú estás deseando ver qué pasa con este o aquel personaje. Aquí, lo mismo que en las anteriores, hemos visto al portero suplente, Silas, que está un poco obsesionado con una cantante llamada Delilah que sería tipo… no sé, ¿Taylor Swift? Una de esas cantantes femeninas.

Y tú te preguntas de qué le viene ese gusto, si se conocen o no…

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: quienes gusten de chicas competentes y héroes algo torturados

 


Otras críticas de la novela:

Aunque está traducida al español, no he visto ninguna crítica todavía. Quizá porque es reciente, no sé. Pero es que ni siquiera El rincón de la novela romántica contiene crítica...

Pongo las que he visto en inglés.

(un)Conventional Book Worms, 5 estrellas (o gusanitos). 

A Novel Glimpse, 5 estrellas. 

Feeding My Addiction Book Reviews, 5 estrellas

The Escapist Book Blog, 4 estrellas

Book Binge, 4 estrellas

Writing Bookish Notes, 3/5 estrellas

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