viernes, 26 de agosto de 2022

Crítica: “A perfect equation”, de Elizabeth Everett

 

Un perfecto aburrimiento

 


DATOS GENERALES

 

Título original: A Perfect Equation

Subgénero: histórica

Fecha de publicación: febrero de 2022

Editorial: Penguin

Parte de una serie: The Secret Scientists of London #2

Páginas: 336

 

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

 

SINOPSIS (según Fiction Data Base)

¿Cómo se resuelve la ecuación perfecta? Sume una matemática de lengua afilada más un noble apuesto y distante. Divídase por lealtades en conflicto y multiplíquese por un atrevido grupo de mujeres empeñadas en realizar sus experimentos científicos. La solución es un romance que romperá todas las reglas.

Hace seis años, la señorita Letitia Fenley cometió un error y desde entonces ha vivido con las consecuencias. Preparándose para competir por el prestigioso Premio Rosewood de Matemáticas, de repente se le pide que asuma otra responsabilidad: administrar el retiro de Athena, un refugio secreto para las mujeres científicas de Inglaterra. Habiendo pasado los últimos seis años sola, Letty no quiere las ofertas de amistad de otros miembros del club y ciertamente no necesita la ayuda del insoportablemente atractivo Lord Greycliff.

Lord William Hughes, el vizconde Greycliff no puede permitirse cometer errores. Su sueño de toda la vida de convertirse en el director de una poderosa agencia clandestina está al alcance de su mano. Con la tarea de ayudar a Letty a salvaguardar el Retiro de Athena, Gray está seguro de que puede controlar las travesuras de los diversos científicos y manejar al pequeño matemático, a pesar de su animosidad histórica y la tensión latente.

Cuando Gray y Letty se ven obligados a trabajar juntos, su disgusto mutuo se convierte en admiración y, finalmente, en algo... magnético. Cuando se enfrentan a la posibilidad de que el retiro de Athena se cierre para siempre, deben tomar una decisión. ¿Rechazará Gray la oportunidad de cambiar la historia, o podrá Letty llegar a la raíz del problema y demostrar que el amor es la respuesta definitiva?

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Sorprendentemente para mí, la tengo muy arriba en mi base de datos, en torno al puesto 2.750, y entre las doce mejores del año 2022. Esto es gracias a las excelentes críticas que le he visto, como DIK A- en All About Romance, 4.5 corazones en Simply Love Book Reviews y 5 estrellas en The Romance Book Disciple y The Romance Dish. Tiene al principio un toque enemies to lovers.

CRÍTICA

Hubo un tiempo en que la Elizabeth que estrenaba romántica histórica ligera era la Hoyt.

En un año te podían salir novelas de ella, de Loretta Chase, o Meredith Duran, Kleypas... y sí, hasta Julia Quinn, que nunca me ha hecho tilín. 

Mira que ni menciono cosas con más enjundia, como Kinsale, o Bourne.

Ahora, lo que la gente aprecia son cosas como esta.

Vale, no es de los peores pestiños que he leído. Pero sí me resultó muy aburrida.

Mediado el año, echo un vistazo a las novelas más apreciadas durante el primer semestre. Si alguna no la he leído, la compro (si está a precio razonable) y la leo, sobre todo si es alguien nuevo para mí. 

Siempre ando en busca de nuevas autoras con las que darle a la drogaína romántica.

En dos de mis géneros habituales –suspense romántico y contemporánea–, tengo ya un puñado de escritoras que me convencen. En histórica, sin embargo, estoy pasando una mala racha. Por eso me dije: «vamos a empezar a ver qué hay de nuevo y bueno en histórica, que tengo ganas de que alguien me deslumbre».

Así que empecé The siren of Sussex, de Mimi Matthews. Una amazona y un sastre que hace gloriosos outfits para lucirse en el Rotten Row de Hyde Park. Apasionante. La dejé al poco, ya la cogeré más adelante en alguna noche de insomnio.

Me cambié a esta. Su comienzo me atrapó.

Es una escena bastante siglo XXI pasado a la Inglaterra del XIX. Se supone que es Londres, 1843. Un grupo de energúmenos se manifiestan contra un establecimiento en que trabajan mujeres. Protestan porque, ya se sabe, el lugar de la mujer es el hogar, roban el trabajo a los hombres, tienen que cuidar maridos e hijos y no andar por la calle… Describen la escena como si fueran los providas frente a una clínica abortiva.

No será el único anacronismo «ideológico». Hay momentos en que hablan de hacer a la Gran Bretaña, grande de nuevo. Una idea muy MAGA, impropia del Reino Unido del siglo XIX, cuando estaba en el apogeo de su colonialismo, o sea, el único momento de su historia en que fueron realmente «grandes», al menos en tamaño y millones de personas súbditas de Her Majesty.

Más adelante, se habla de hacer algo rápido, como quien se quita una tirita (plaster), cuando faltaban décadas para que se inventase. Aunque lo hace el narrador omnisciente, suena muy moderno hacer esa comparación desde la perspectiva de un personaje del siglo XIX.

Leticia, la protagonista, se lanza al follón cuando esos impresentables acorralan a una pobre trabajadora. 

Su avance es observado por lord William Hughes, el vizconde Greycliff. Hace unos años, fue testigo de la caída en desgracia de Letty. Ya entonces le manifestó su desprecio. Como es rica de familia, pero sin gota de sangre azul, William cree que ella era una cazatítulos, interesada en atrapar de mala manera un marido aristocrático.

Eso no le impide intervenir cuando considera que Letty y la muchacha se han metido en un callejón sin salida y en peligro.

Así se reencuentran estos dos. No es un romance second chance porque lo del pasado ocurrió con otra persona, no con él. Son una especie de enemies que en algún momento supones que serán lovers.

Letty, matemática autodidacta, forma parte de un club femenino dedicado a los estudios científicos. Así que ya tenemos un segundo elemento que me gusta de esta novela: un grupo de mujeres que usan la cabeza para algo más que ponerse sombreros. Ponen toda su inteligencia, mucho trabajo y coraje inagotable para el avance de los estudios científicos y técnicos.

A Grey le toca ser más o menos responsable de este club y se plantea su cierre. Existe una organización supersecreta y privada que colabora con el gobierno… sí, es otro toque muy del siglo XXI, como esas sociedades de seguridad privada tirando a paramilitares que abundan en el suspense romántico. Grey aspira a dirigirla en el futuro inmediato, y para ello tiene que procurar calmar las aguas, y mujeres haciendo «cosas de hombres» es visto como una amenaza para la sociedad.

Así que el planteamiento reconozco que me resultó atractivo.

Y los personajes también: una mujer matemática apasionada de lo suyo, que colabora con otras mujeres igualmente entusiastas y un aristócrata, guapo y alto, dedicado fríamente a hacer lo que considera mejor para todos.

Pero la forma de contar esta historia me pareció terrible. Algún momento aislado brillaba, como un diamante perdido en un mar de fango. Leer esta novela ha sido como caminar con el agua al cuello mientras la resaca te tira para adentro. Es luchar todo el rato contra el tedio.

Lenta, aburrida, los diálogos carecían de chispa, algunas escenas no llevan a ninguna parte y en nada contribuían al desarrollo de la historia, el consabido baile con su trillado vals, algún momento de riesgo pero sin la más mínima tensión ni intriga.

Suma: un malo, muy cliché, que conoces desde el principio.

Resta: no hay, por tanto, ninguna investigación ni giros de la trama.

Multiplícalo: por el hecho de que, en muchos momentos, parecen gentes del siglo XXI disfrazadas. Incluido un toque de algo que ya no sé si llamar queerplotation, personajes queer que son de cartón piedra, solo están ahí para que veas lo guay que es Letty. De un chico que aparece de refilón te cuentan que nació chica, salen un poco una pareja de lesbianas... Casi me parecía estar viendo cómo la autora tachaba otro ítem de su lista: «meter diversidad queer», hecho.

A ver, me encanta que haya diversidad, pero estaría mejor que tuvieran algún papel por sí mismos, aunque sea pequeñito, y que no estén tan al servicio de la heroína.

Cuando compré esta novela, gracias a unas críticas excelentes, estaba entre lo mejor del año. No lo ha sido para mí.

La terminé por dos cosas:

1)    estaba esperando a que en algún momento pasara algo que explicara lo fabulosa que otra gente había encontrado esta novela y

2)    había pagado 2,78 € (la cogí en un momento en que estaba rebajada), que si llega a ser de esas que están gratis, posiblemente hubiera quedado en un DNF.

Valoración personal: prescindible, 2

Se la recomendaría a: quienes gusten de histórica con heroínas científicas.

Otras críticas de la novela:

Como siempre que un libro generalmente muy apreciado no me hace tilín, recomiendo leer otras críticas favorables, antes de que decidáis si darle una oportunidad o no.

All About Romance, DIK A-.  El menos (-) que le pone, es curiosamente por cosas como lo que yo observo respecto a la diversidad, solo que lo comenta un poco mejor:

Also, the supporting cast continue to be large and diverse, but I desperately want Everett to give them books in which they fully feature instead of acting as window dressing for another book about white Brits (…) it’s nice that they all exist in the story as people, but I want them to DO something, drive more of the plot, have different romances of their own.

The Romance Book Disciple, 5 estrellas.  Enumera los tópicos que te puedes encontrar: enemies to lovers, opposites attract, forced proximity.

The Romance Dish, 5 estrellas

Simply Love Book Reviews, 4.5 hearts

Harlequin Junkie, 4 ½ estrellas y Top Pick! 

Dear Author, una B

4 comentarios:

  1. Con novelas historicas recientes me he llevado grandes decepciones últimamente, casi todas son contemporáneas disfradas de historicas, nada de rigurosidad y realismo a lo que pudo ser esa época, y eso me cae muy mal, muy triste todo esta situación.

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    1. Tienes toda la razón. Entiendo que no pongan todo cómo era en el pasado, pero llevo mal que metan cosas tan siglo XXI. Así no hay forma de mantener la fantasía romántica.

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  2. Hola!!
    Pues pintaba genial!! Pero me has desinflado. Y sí, últimamente son demasiadas las novelas que parecen contemporáneas metidas con calzador en épocas pasadas. Es lo que se lleva, pero quien lo decide, las editoriales que lo publican con las lectoras que es lo que demandamos. Complicado.
    Llega un momento en que ya no sabes ni qué leer... y vas bajando el listón, un gran error, supongo
    Un besote

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    1. Sí que tenía un aspecto rebueno. El comienzo me enganchó. Quizá mi problema son las grandes expectativas con un género que ha dado tan buenos momentos. Una vez que has leído lo mejor de Kleypas, Loretta Chase o Hoyt, esperas que sigan produciéndose cosas así y luego ves que no.
      Tendrían sus anacronismos, pero también son flexibles, tienen chispa... Estas de ahora me parecen acartonadas, como que tienen que tratar algún GRAN TEMA, olvidándose de que aquí estamos por el salseo, que es lo principal.
      También puede ser generacional, que lo que yo espero de una romántica no es lo que buscan los milenials. No lo sé.
      Ya digo que me pasa en histórica y no en otros géneros, que han sabido renovarse o coger nuevos aires y temas con más naturalidad.
      Es histórica el problema, el querer meter cosas en la Regencia que no pegan ni con cola.
      Estoy contigo: bajar el listón es un error. Como consumidores del género, no podemos conformarnos con cualquier cosa.
      No me doy por vencida. Seguiré buscando cosas apetecibles en histórica, y hablando de joyitas y de chascos.

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