lunes, 17 de abril de 2023

Crítica: “Switched”, de N. R. Walker


Amable, pese a los temas que trata


 

DATOS GENERALES

Título original: Switched

Subgénero: contemporánea/gay

Publicación: 2017

Páginas: 266

 

SINOPSIS (según Fiction Data Base)

La vida de Israel Ingham nunca ha sido fácil. Creció en una casa desprovista de amor y calidez. Nada de lo que hizo fue lo suficientemente bueno. El hecho de que Israel sea gay acaba de sumarse a la larga lista de decepciones de su padre.

Luego, una carta del Eastport Children's Hospital lo cambia todo. Se hace un descubrimiento, uno de error humano grave. Hace veintiséis años, dos bebés varones fueron cambiados al nacer y enviados a casa con las familias equivocadas.

Sam, el mejor amigo de Israel, ha sido su única fuente de amor y apoyo. Con Sam a su lado en cada paso del camino, Israel decide encontrarse con su madre biológica y su hijo, el hombre que vivió la vida que Israel debería tener. Israel y Sam se vuelven más cercanos que nunca, en medio de las emociones tumultuosas de conocer a su familia biológica, y Sam se encuentra cuestionando sus sentimientos hacia su mejor amigo. A medida que Israel abraza nuevas posibilidades, necesita diseccionar su dolorosa relación con sus padres para salvar lo que queda. Porque a veces hacen falta pruebas de que, en realidad, no hace falta ser de la familia para convertirse en una.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

No entra en las mil mejores pero sí entre las cinco mil, la tengo a día de hoy en torno al puesto tres mil quinientos. Jay, de Joyfully Jay, la escogió entre lo mejor de 2017. En esa página web tuvo crítica de cinco estrellas, en romance.io la escogen entre sus favoritos de todos los tiempos. Además, tiene ese tópico tan atractivo de friends to lovers.

CRÍTICA

Fíjate tú, quién me iba a decir a mí que me parecería bien el relato en primera persona cuando es solo uno de los personajes el que lo cuenta.

Nunca me ha atraído el relato en primera persona. Y al principio, la dual me parecía una mejora, porque se tenían dos puntos de vista, lo que daría más chispa a la cosa.

Bueno, pues han pasado años y estoy estragada, harta, cansadita del estilo NA, primera persona dual. 

Porque me confunden, porque no sé quien piensa o habla, porque tiende a rumiaciones innecesarias e irrelevantes pero, sobre todo, porque eso le quita todo misterio a la historia, ya que te cuentan con pelos y señales lo que cada personaje piensa y siente en cada momento.

Como lectora, lo que quiero es que me tengan en vilo, preguntándome qué pasa, qué sienten, notar esa cosa tan deliciosa que es lo de sospechar lo que hay tras un gesto o una mirada, un silencio, eso de amagar una palabra y callarse.

Eso, es precisamente, lo que he recuperado con esta novela, que al estar contada en primera persona por Israel Ingham, lo que su mejor amigo , Samuel Finch, piense o siente, queda en las sombras.

La novela arranca con un planteamiento sorprendente, algo chocante para lo que creo que ninguno estaríamos preparados.

Israel descubre que hubo un error cuando nació, y le intercambiaron con otro bebé. Así se explica parte de lo que ha ocurrido en su vida, que se sintió inadecuado en su familia.

Sus padres son fríos y distantes. Gente de clase alta. Él se ha esforzado y trabaja para la empresa familiar, pretendiendo ser perfecto en todo lo que su padre requiera de él. Parece sin embargo que nunca ha sido suficiente, que su padre le detesta, no soporta que sea gay.

Así que esta noticia tan chocante, al menos le sirve para explicarse ese distanciamiento emocional con su familia.

Sam, su mejor amigo, de su misma edad, 26 años, ha sido su apoyo anímico a lo largo de los años. Se conocieron a los trece años de edad y en seguida se convirtieron en inseparables.

Los dos son gais pero nunca se han enrollado. Israel nunca ha pensado en él en términos románticos, y supone que a Sam le pasa lo mismo.

Por eso, cuando empieza a mirarlo con otros ojos, a notar que siente deseo por su amigo, se siente más confundido que nunca. No se atreve a hacer nada porque no quiere perder a su amigo, lo mejor que tiene en su vida, la única persona que ha estado al cien por cien por él durante años. De ahí que lo suyo sea un tanto slow burn.

Lo que siente Sam, ah, eso es lo maravilloso de la romántica, que gran parte te lo montas tú en la cabeza con las pistas que te va dando la novelista, de manera que eres consciente de cosas que Israel no entiende.

Así que sí, es una de esas novelas friends to lovers en las que uno de ellos empieza a mirar al otro con otros ojos. No os cuento nada de lo que Sam piensa o siente porque, ya lo he dicho, lo mejor es descubrirlo por uno mismo.

Me ha gustado un poquito menos que la otra de N. R. Walker, porque ambos personajes, aunque atractivos, no son como el descacharrante Henry de El peso de todo.

Quizá sea por la ambientación Down Under (en este caso, australiana), pero a mí me parece que es un poco como Jay Hogan pero con menos drama, menos tensión. Acaba siendo una novela amable, agradable de leer, llena de buenos sentimientos, en las que pasan cosillas difíciles, pero en que cabe siempre el perdón, la reconciliación, esas cosas.

Podría ser todo un melodrama, con muchos aspavientos, pero no, ahí se nota que es australiana y no estadounidense. Son autoras que siguen esa línea más británica de ser adultos, contenidos, y no como niños pequeños que ni si quiera intentan procesar sus emociones.

Hay muchas reflexiones sobre lo que es ser familia, no solo la de sangre, sino también la que haces en tu recorrido vital, llena de amigos que te apoyan, o la familia de éstos que la haces propia.

Te plantea también un poco de nature versus nurture, es decir, si cada uno es como es porque genéticamente viene de ciertas personas o porque a uno lo han educado de determinada manera.

También, si amplías el foco, es interesante ver cómo ambas familias se enfrentan a esto de que tu hijo no sea biológicamente tuyo. Cómo lo procesan las personas implicadas y el grupo familiar en su conjunto.

No se trata solo de cómo Israel descubre a esa otra familia de personas parecidas físicamente a él, diferentes a la que le crió, tanto en clase social como en el carácter.

Se ve también la manera en que la relación entre Israel y sus padres (los que le criaron) va cambiando.

Y todo ello mientras la relación más importante de su vida, la que tiene con Sam, va cambiando inevitablemente.

La idea final del libro es que lo importante es la familia, venga como venga, se forme como se forme.

Por la familia. A veces unida por un anillo de boda, a veces por sangre. A veces nacemos en ella, y otras veces somos cambiados. No importa cómo llegamos aquí, solo que aquí es donde estamos nosotros.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: quienes gusten del male/male romance amable.

Otras críticas de la novela:

No he encontrado nada en español.

Joyfully Jay, 5 estrellas

On top Down Under Book Reviews, 5 estrellas

Love Bytes Reviews, 4 ½ corazones al audiolibro narrado por Joel Leslie 

All About Romance, una B

Dirty Books Obsession, 4 estrellas

The Novel Approach Reviews, sobre el audiolibro, también positiva. 

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