Estos lunes me
estoy dedicando a repasar los tipos de argumentos utilizados en los relatos
cortos románticos. Después de “esto va por buen camino”, que fue el de la semana pasada, hoy hablo de “Nosotros enamorados y yo sin
saberlo”.
En este modelo de
relato, la premisa es que los protagonistas se conocían de antes. Pero le añade
un puntito más, y es que en el fondo, cada uno estaba enamorado del otro sin
decírselo, o sin reconocerlo ante sí mismo.
Es una forma de
hacer creíble el final feliz: no es un enamoramiento de un día, sino que se ha
venido larvando desde hace tiempo.
Estas cosas, sólo en Kindle |
A RIGHT HONORABLE GENTLEMAN, de
Courtney Milan
Una historia
ambientada en Londres, año 1863.
En una casa de
la plaza Grosvenor, vive la señorita Catherine Hooks, trabajando como
institutriz del hijo del muy honorable señor Edward Glennon, ministro de
Hacienda del Reino Unido.
Durante varios
años han vivido juntos, y chocan continuamente porque Cat no se deja amilanar y
sabe mantener su dignidad. Y Edward, a su modo gruñón, agradece que al menos
haya una persona que, con todo el respeto del mundo, sea siempre sincera con él.
A lo largo de este tiempo, ha sido evidente para ambos que se gustan, que se atraen física y
espiritualmente. Pero sus distintas posiciones en la vida hacen que ninguno de
ellos actúe.
Hasta que el
niño se tiene que ir a Eton y sus servicios ya no son necesarios. Edward no quiere
que ella se vaya y Catherine sabe que tiene que irse.
Aquí el error
numérico radica en la falsa dirección que Cat le da a él, para que no la
localice y, de paso, este señor de tan buena posición descubra cómo vive la parte menos favorecida de la
sociedad.
Una historia
sin sexo, pero con mucho anhelo y la elegancia típica de Courtney Milan para
relatar las cosas con sutileza, revelando las emociones de sus personajes en
gestos distraídos. Midiendo las palabras que se pronuncian con cuidado, como
era propio de la Inglaterra victoriana. Puede que sea porque es el relato que
me hizo comprar la antología, pero es el que más me gustó.
THE POET, de T. L. Costa
Delicioso
relato del subgénero juvenil. Una historia bastante divertida sobre un chico,
llamado Thomas, que lleva años suspirando por Hannah, compañera suya. Da lo
mismo que sea deportista y tipo duro, cuando la ve, se le pega la lengua al
paladar y no es capaz de vocalizar una sola palabra.
Es el
cumpleaños de su madre y Thomas, buen hijo, quiere regalarle un poema. En una
tutoría remata algo decente. Entonces Hannah se sienta a su lado y le pasa una
nota, pidiéndole que le mande por mensaje de texto qué deberes de español
tienen. Con su número de teléfono.
Abrumado por
las circunstancias, Thomas acaba enviando el poema al número equivocado: el de
Hannah, no el de su madre.
A partir de
ahí, se suceden escenas divertidas, en su desesperado intento de que ella no lo
lea.
Al final, resultará
que el enamoramiento de estos dos adolescentes (les calculo 16-17 años) era
mutuo… y ellos sin saberlo.
Contado en
primera persona, muy divertido. Sí que leería algo más de esta autora.
HARD TO BREATHE, de Sylvia Day
Lo único que
sabía yo de Sylvia Day es que escribía erótica y es, o ha sido, presidenta de
la RWA. Así que pensé que esto sería un relato erótico contemporáneo.
Me equivoqué.
Aunque hay una parte de sexo explícito, es un relato paranormal protagonizado
por ángeles. Annelise es una joven cadete en una academia militar de ángeles.
Está enamorada de Gareth, su instructor, y cuando ya no resiste más la tensión
pide que la transfieran a otro escuadrón. Gareth se entera y entonces ella se
ve obligada a confesar por qué quiere el cambio. Las cosas entonces empeoraron…
hasta que empiezan a mejorar.
Porque Gareth,
en el fondo, también ha estado enamorado de ella desde hace años. Como es
paranormal, ella es “su pareja predestinada” y todos los lectores han de
aceptarlo sin parpadear.
El número
equivocado de la historia es el del escuadrón, pues Gareth lo manipuló para que
Annelise se formara a su lado.
Es un relato en
primera persona. Y paranormal no es lo mío, así que no me ha dejado muchas
ganas de probar más cosas de Sylvia Day.
FLYING IN THE FACE OF
CONVENTION, de Lex Valentine
Esta es una de
romance gay, male/male romance, que
le dicen allí.
El error viene
aquí con el número de un apartamento. Que luego vete a saber tú si fue tal
error. Trey descubre en su buzón una invitación para la boda de unos amigos. En
realidad, descubre dos, una para él y otra para Jordan, que en vez de vivir en
el 405 vive en el 415.
Resulta que
Jordan es un chico, deportista como él, a quien conoció en la universidad, y
por el que estaba totalmente colado, sin hacer nada, por supuesto, porque no
veía nada en el otro que le diera la pista de que era gay.
Como ahora es
un adulto, integrado ya en el mercado laboral, y se cree a salvo de
enamoramientos adolescentes, decide ir a entregarle a su vecino su invitación
de boda. Se sorprende de lo bien que le recibe Jordan, de lo sexy que sigue
siendo y… de más cosas, claro, algunas bien explícitas y no aptas para menores
de 18 años, me temo.
Por lo que se
cuenta al final, en su breve biografía, Lex Valentine escribe de contemporáneo
a fantasía urbana en M/M, M/F y M/M/F, o sea, que toca (casi) todos los palos:
hetero, gay y trío de dos chicos y una chica.
Está bien, me
entretuvo, aunque no creo que vaya a leer nada más de esta autora a menos que
venga recomendado.
AN APRIL FOOL’S FORBIDDEN
AFFAIR, de Sabrina Jeffries
De los relatos
de esta colección, posiblemente este sea el mejor escrito, junto con el de
Courtney Milan. Una trama muy bien ligada, personajes bien perfilados
psicológicamente, estilo resuelto pero nada apresurado.
El viudo Mason
Brandt, el conde de Westville, de veintinueve años, recibe en su casa
londinense la visita de la señorita Augusta Hunt, la hermana de su difunta
esposa. Mason tiene sentimientos inapropiados respecto a ella, y por eso,
aunque es responsable de la joven, ha puesto tierra de por medio.
Ahora, Augusta
le pide ayuda para evitar la broma pesada que su hermano quiere gastarle a la
pobre madre de su enamorada. Como son muy jóvenes, la señora no les deja
casarse, y entonces él decide vengarse publicando un anuncio en el periódico
que trastornaría a la señora. No sé cómo este joven tarambana piensa que con
ello gana puntos para que se convierta en su suegra, pero bueno, los jóvenes
son así. La cosa es que Augusta lo descubre, se lo dice a Mason y a este se le ocurre cómo hacer para que la broma se vuelva contra el chico, alterando el número del
anuncio.
En el fondo
Mason quiere a Augusta y Augusta le quiere a él, de ahí que esté en este modelo
“nosotros enamorados y yo sin saberlo”, pero no lo pueden reconocer ante sí
mismos ya que al fin y al cabo en la Inglaterra del XIX resultaba escandaloso
casarse con tu cuñada.
Sin ser mi tipo
de novela favorita, puedo leerla y disfrutarla si está bien escrita, así que no
le haré un feo a alguna otra de Sabrina Jeffries si tiene algo que la
recomiende.
Como se ve, esta línea argumental se adapta a todos los palos, el histórico y el contemporáneo el paranormal y el juvenil. Le añade cierta tensión no resuelta, y mucho anhelo, antes de alcanzar el final feliz verosímil. Sólo se requiere una razón medianamente convincente para que hasta la fecha no se hayan dicho nada, y que ese obstáculo quede razonablemente vencido en el corto tiempo del relato.
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