lunes, 28 de diciembre de 2015

Nosotros enamorados y yo sin saberlo



Estos lunes me estoy dedicando a repasar los tipos de argumentos utilizados en los relatos cortos románticos. Después de “esto va por buen camino”, que fue el de la semana pasada, hoy hablo de “Nosotros enamorados y yo sin saberlo”.
En este modelo de relato, la premisa es que los protagonistas se conocían de antes. Pero le añade un puntito más, y es que en el fondo, cada uno estaba enamorado del otro sin decírselo, o sin reconocerlo ante sí mismo.
Es una forma de hacer creíble el final feliz: no es un enamoramiento de un día, sino que se ha venido larvando desde hace tiempo.
Estas cosas, sólo en Kindle

A RIGHT HONORABLE GENTLEMAN, de Courtney Milan

Una historia ambientada en Londres, año 1863.

En una casa de la plaza Grosvenor, vive la señorita Catherine Hooks, trabajando como institutriz del hijo del muy honorable señor Edward Glennon, ministro de Hacienda del Reino Unido.
Durante varios años han vivido juntos, y chocan continuamente porque Cat no se deja amilanar y sabe mantener su dignidad. Y Edward, a su modo gruñón, agradece que al menos haya una persona que, con todo el respeto del mundo, sea siempre sincera con él.
A lo largo de este tiempo, ha sido evidente para ambos que se gustan, que se atraen física y espiritualmente. Pero sus distintas posiciones en la vida hacen que ninguno de ellos actúe.
Hasta que el niño se tiene que ir a Eton y sus servicios ya no son necesarios. Edward no quiere que ella se vaya y Catherine sabe que tiene que irse.
Aquí el error numérico radica en la falsa dirección que Cat le da a él, para que no la localice y, de paso, este señor de tan buena posición descubra cómo vive la parte menos favorecida de la sociedad.

Una historia sin sexo, pero con mucho anhelo y la elegancia típica de Courtney Milan para relatar las cosas con sutileza, revelando las emociones de sus personajes en gestos distraídos. Midiendo las palabras que se pronuncian con cuidado, como era propio de la Inglaterra victoriana. Puede que sea porque es el relato que me hizo comprar la antología, pero es el que más me gustó.


THE POET, de T. L. Costa

Delicioso relato del subgénero juvenil. Una historia bastante divertida sobre un chico, llamado Thomas, que lleva años suspirando por Hannah, compañera suya. Da lo mismo que sea deportista y tipo duro, cuando la ve, se le pega la lengua al paladar y no es capaz de vocalizar una sola palabra.
Es el cumpleaños de su madre y Thomas, buen hijo, quiere regalarle un poema. En una tutoría remata algo decente. Entonces Hannah se sienta a su lado y le pasa una nota, pidiéndole que le mande por mensaje de texto qué deberes de español tienen. Con su número de teléfono.
Abrumado por las circunstancias, Thomas acaba enviando el poema al número equivocado: el de Hannah, no el de su madre.
A partir de ahí, se suceden escenas divertidas, en su desesperado intento de que ella no lo lea.
Al final, resultará que el enamoramiento de estos dos adolescentes (les calculo 16-17 años) era mutuo… y ellos sin saberlo.

Contado en primera persona, muy divertido. Sí que leería algo más de esta autora.


HARD TO BREATHE, de Sylvia Day

Lo único que sabía yo de Sylvia Day es que escribía erótica y es, o ha sido, presidenta de la RWA. Así que pensé que esto sería un relato erótico contemporáneo.
Me equivoqué. Aunque hay una parte de sexo explícito, es un relato paranormal protagonizado por ángeles. Annelise es una joven cadete en una academia militar de ángeles. Está enamorada de Gareth, su instructor, y cuando ya no resiste más la tensión pide que la transfieran a otro escuadrón. Gareth se entera y entonces ella se ve obligada a confesar por qué quiere el cambio. Las cosas entonces empeoraron… hasta que empiezan a mejorar.
Porque Gareth, en el fondo, también ha estado enamorado de ella desde hace años. Como es paranormal, ella es “su pareja predestinada” y todos los lectores han de aceptarlo sin parpadear.
El número equivocado de la historia es el del escuadrón, pues Gareth lo manipuló para que Annelise se formara a su lado.

Es un relato en primera persona. Y paranormal no es lo mío, así que no me ha dejado muchas ganas de probar más cosas de Sylvia Day.


FLYING IN THE FACE OF CONVENTION, de Lex Valentine

Esta es una de romance gay, male/male romance, que le dicen allí.

El error viene aquí con el número de un apartamento. Que luego vete a saber tú si fue tal error. Trey descubre en su buzón una invitación para la boda de unos amigos. En realidad, descubre dos, una para él y otra para Jordan, que en vez de vivir en el 405 vive en el 415.
Resulta que Jordan es un chico, deportista como él, a quien conoció en la universidad, y por el que estaba totalmente colado, sin hacer nada, por supuesto, porque no veía nada en el otro que le diera la pista de que era gay.
Como ahora es un adulto, integrado ya en el mercado laboral, y se cree a salvo de enamoramientos adolescentes, decide ir a entregarle a su vecino su invitación de boda. Se sorprende de lo bien que le recibe Jordan, de lo sexy que sigue siendo y… de más cosas, claro, algunas bien explícitas y no aptas para menores de 18 años, me temo.

Por lo que se cuenta al final, en su breve biografía, Lex Valentine escribe de contemporáneo a fantasía urbana en M/M, M/F y M/M/F, o sea, que toca (casi) todos los palos: hetero, gay y trío de dos chicos y una chica.

Está bien, me entretuvo, aunque no creo que vaya a leer nada más de esta autora a menos que venga recomendado.


AN APRIL FOOL’S FORBIDDEN AFFAIR, de Sabrina Jeffries

De los relatos de esta colección, posiblemente este sea el mejor escrito, junto con el de Courtney Milan. Una trama muy bien ligada, personajes bien perfilados psicológicamente, estilo resuelto pero nada apresurado.

El viudo Mason Brandt, el conde de Westville, de veintinueve años, recibe en su casa londinense la visita de la señorita Augusta Hunt, la hermana de su difunta esposa. Mason tiene sentimientos inapropiados respecto a ella, y por eso, aunque es responsable de la joven, ha puesto tierra de por medio.
Ahora, Augusta le pide ayuda para evitar la broma pesada que su hermano quiere gastarle a la pobre madre de su enamorada. Como son muy jóvenes, la señora no les deja casarse, y entonces él decide vengarse publicando un anuncio en el periódico que trastornaría a la señora. No sé cómo este joven tarambana piensa que con ello gana puntos para que se convierta en su suegra, pero bueno, los jóvenes son así. La cosa es que Augusta lo descubre, se lo dice a Mason y a este se le ocurre cómo hacer para que la broma se vuelva contra el chico, alterando el número del anuncio.
En el fondo Mason quiere a Augusta y Augusta le quiere a él, de ahí que esté en este modelo “nosotros enamorados y yo sin saberlo”, pero no lo pueden reconocer ante sí mismos ya que al fin y al cabo en la Inglaterra del XIX resultaba escandaloso casarse con tu cuñada.

Sin ser mi tipo de novela favorita, puedo leerla y disfrutarla si está bien escrita, así que no le haré un feo a alguna otra de Sabrina Jeffries si tiene algo que la recomiende.

Como se ve, esta línea argumental se adapta a todos los palos, el histórico y el contemporáneo el paranormal y el juvenil. Le añade cierta tensión no resuelta, y mucho anhelo, antes de alcanzar el final feliz verosímil. Sólo se requiere una razón medianamente convincente para que hasta la fecha no se hayan dicho nada, y que ese obstáculo quede razonablemente vencido en el corto tiempo del relato.

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