viernes, 23 de diciembre de 2016

Crítica: “Siete noches para la eternidad”, de Evangeline Collins



Incómoda, no acabó de cuajar para mí.
Esencia
Noviembre 2011
Imagen y diseño de portada: Epica Prima

DATOS GENERALES

Título original: Seven nights to Forever
Subgénero: histórica / 1819
Fecha de publicación original en inglés: 2010
Parte de una serie: Placeres del Pecado #2

1.ª edición en español: Titania, 2006
Traductora: Elena Barrutia

SINOPSIS (de la contraportada)

Tras la muerte de su padre, Rose Marlowe se encuentra en la miseria, con multitud de deudas por saldar y un hermano menor al que mantener. Consciente de que no tiene otra alternativa, decide acudir a un decadente burdel de Londres, donde durante una semana al mes ofrecerá sus servicios a cambio de dinero.
Su belleza inigualable, así como su elegancia y su destreza en el arte del placer, la convierten en poco tiempo en la meretriz más deseada. Pero un día recibe la visita del acaudalado y atractivo James Archer, un corazón solitario como ella. James no es como sus otros clientes y Rose no puede evitar entregarse por completo a él una noche que acaba convirtiéndose en una semana de inigualable placer y en la posibilidad de haber encontrado el amor de su vida.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Estaría entre las buenas, poco más allá del puesto mil de mi lista.
Ganó el premio RT de 2010 al “romance histórico innovador”, y la página web Romance Readers at Heart la consideró una de las destacadas del año (RR@H Reviewers’ Top Picks). En España también ha gustado. Al menos, estaba en “El ajuar de la lectora romántica” de la página web El rincón de la novela romántica.

CRÍTICA

Una autora nueva para mí. Una de esas novelas que me compré baratitas en papel el verano pasado.
James es un caballero millonario, cuyo dinero le ha conseguido una esposa aristocrática. Ella no quiere saber nada de él desde el minuto uno. Lo más bonito que le dice es “¡ojalá te mueras!”.
Es un plebeyo se gana la vida con el comercio y tiene callos en las manos, ¡qué horror! Prefiere dedicarse a sus amantes pijos. Como no es particularmente discreta, esto humilla públicamente a James.
Pero él aguanta, porque así conseguirá presentar a su hermana (la de James). El objetivo es que la niña tenga un marido con título.
Un día que James se siente particularmente desgraciado, busca a una prostituta. Da con la que debe ser más cara de todo Londres: trabaja siete noches al mes, y luego desaparece para llevar una vida honrada en un pueblito de la campiña inglesa.
Rose ha tenido que hacer lo que muchas en su situación. Sin recursos, agobiada por las deudas que dejó su difunto padre y teniendo que mantener a su hermano menor recurrió a la prostitución. Después de una desagradable experiencia como mantenida, acaba en un burdel de altos vuelos, donde vive protegida y gana pasta gansa. Además de que le vienen clientes guapos, fuertes y con buenas maneras. O sea, prostitución pero de aquella manera un poco (un mucho) idealizada.
En cuanto se conocen, conectan el uno con el otro. Almas solitarias a las que la vida no les ha dado lo que esperan y, de repente, encuentran un regalo insospechado.
La tensión aquí es más emocional que sexual. Como ella es una prostituta, el sexo, por mucho que la autora lo quiera ralentizar, está presente casi desde la primera palabra. Y hay un montón de sexo. Folleteo por todas partes. No sé, como una de Elizabeth Hoyt (o el Ian Mackenzie de Jennifer Ashley o las Nueve reglas… de Sarah MacLean), a veces viene a cuento y otras no. Debo reconocer que acabé saltándome algunos párrafos. Todo muy explícito, aunque nada original.
Obviamente hay grandes obstáculos de camino a su happy ending. No es frecuente que el héroe de una novela romántica esté casado. El adulterio (sea físico, sea emocional), no es plato de gusto para una buena porción de lectores. Si es histórica, el final pasa casi necesariamente por la muerte de la esposa, o acaso algún divorcio escandaloso. Para que no te de pena, suelen pintar a la esposa como un auténtico bicho.
El libro en general está bien y se lee más o menos fácil (algunas partes de final reconozco que las leí “de través” porque ya me estaba aburriendo tanto tango horizontal). Pero me ha resultado incómodo. No por el adulterio, sino por la prostitución: este tema hay que hacerlo muy bien para que me convenza.
(Ejemplos de heroína prostituta bien contada: La perla secreta de Mary Balogh, Unclaimed de Courtney Milan, La rendición de un caballero de Cecilia Grant o “Harlot” de Victoria Dahl)
Leído el primer tercio de la novela, que es cuando normalmente paro para hacer un borrador de la crítica, estaba dispuesta a tirar la toalla. No me cabreaba, pero tampoco me interesaba demasiado. Seguí hasta el final porque yo soy así de obsesiva.
El problema es que es todo una pura fantasía masculina: la mujer que hace por dinero lo que tu mujer no hace por amor.
Todo gira en torno al hombre y sus deseos/aspiraciones/necesidades. ¿Cómo puede James estar seguro de los sentimientos de Rose? Ella es una puta muy buena y muy cara, sabe convertirse en el ideal que busca su cliente.
Se enamora de ella casi nada más conocerla. Para mí eso no es amor, es obsesión, lujuria, deseo,… y todo centrado en el cuerpo de una “persona humana” de la que no sabes absolutamente nada. Es muy apasionado, sí, pero ¿romántico? No según mi idea del romanticismo.
Luego está todo ese pestiño de heroína buena, dulce y sacrificada por el parásito de su hermano. Será que soy escéptica respecto a las relaciones familiares (cada uno cuenta la feria como le va, supongo), pero ¿prostituirse para que el niño pueda tener un espléndido tílburi? ¿Y encima guardándose en silencio la humillación y el dolor de lo que hay que hacer para mantener al niño en su mundo privilegiado?
Suena a lo de siempre: la mujer como propiedad de la familia para que los varoncitos mantengan su nivel de vida.
Anda y que le den. Si quiere, que ponga él su cuerpo serrano.
El tema de la prostituta de buen corazón nunca me ha parecido particularmente creíble y toca todos los botones equivocados de mi sensibilidad feminista. Sobre todo por esas dos razones que dije antes: primero, porque es una fantasía masculina; segundo, porque aunque de manera retorcida sigue promoviendo el estereotipo femenino.
Así que no sé qué deciros, quizá os guste, porque la parte sexi está bien, y estos enamorados pasan por momentos angustiosos hasta su agridulce final feliz, pero… Para mí no es.
La ambientación histórica, eso sí, tiene un puntaco. Se alinea más en esa novela romántica histórica de la “Novísima escuela” que procura una recreación más verosímil del pasado, incluyendo la cuestión social o la de la situación de la mujer. Se aleja de ligerezas enagüiles del tipo Julia Quinn o Loretta Chase para meterse, hoz y coz, en una sociedad clasista que no ofrece recursos dignos a las mujeres.
La leí en español, y la traducción está bien, salvo por la manía de entender drawing room como “habitación de dibujo”. ¡Es “sala de estar” o “salón”!
Eso sí, también me quedé con ganas de saber más de Timothy, el puto que trabaja con Rose. Miré a ver qué más había escrito la autora y me encontré con que no ha seguido publicando. El acompañante (2009) y estas Siete noches para la eternidad (2010) son sus únicas novelas hasta la fecha.
Valoración personal: ni fu ni fa, 2

Se la recomendaría a: los que busquen una novela de la Regencia muy tórrida.

Otras críticas de la novela:
Como siempre que un libro no me gusta demasiado, recomiendo mirar otras críticas más favorables, a ver si a vosotros sí que os hace tilín.
En El rincón de la novela romántica hay dos críticas: una se lo ha pasado muy bien leyendo el libro y la otra considera que es muy bueno. Reseña muy favorable en Romántic@s al Horizonte.
Y en el blog “Telaraña de libros” la crítica también es positiva:

Siete noches para la eternidad encierra entre sus páginas una historia dura pero llena de esperanza, de dulzura y de amor”.

En inglés, tenemos la crítica publicada en Smart Bitches Trashy Books, que le ponen una B-. Lo mismo (B-) en Dear Author. Y Willaful hizo la crítica para Karen Knows Best, y le dio cuatro estrellas.  

4 comentarios:

  1. La empecé hace tiempo pero la abandoné. No me acuerdo si es que me aburrió o que no me enganchó el romance.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me consuela saber que no soy la única que no conectó con este libro.

      Eliminar
  2. ¡Hola!
    Tengo que empezar diciendo que ha sido una magnífica reseña, no estoy muy acostumbrada a encontrar reseñas de novela romántica que hagan un análisis tan bueno de ellas.
    Coincido contigo en que el tema es peliagüado, solo he leído La perla secreta y me convenció, aunque he visto que también tiene algunas críticas malas.
    No creo que lo lea porque lo que explicas tampoco me gusta ¿prostituirse por los caprichos de su hermano? En fin, es un tema difícil y hay que llevarlo con mucho cuidado y bien, tampoco me gusta que haya tanto sexo presente y como dices, no estoy muy segura de que la historia sea romántica porque no entiendo que eso sea amor.
    Me ha encantado la crítica y me pasaré más por aquí.
    ¡Besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu mensaje. Me alegro de que te guste la reseña. Es lo que intento hacer aquí, analizar las novelas románticas un poquito en profundidad, con su toque de desenfado cuando salga.
      Bienvenida, y pásate por aquí cuanto quieras.

      Eliminar