Cambio la foto que puse en la pestaña M&MB: Adela Carbone, la Tanagra de Julio
Romero de Torres cede su sitio a La dama
del abanico de Alonso Sánchez Coello.
Habitualmente no estoy en
casa por Nochevieja. Este año, por motivos que no vienen al caso, no hemos
viajado, así que tengo la oportunidad de despedir el año cambiando la foto de
mi blog. Y así de paso veo a uno de mis retratistas favoritos.
Alonso Sánchez Coello es
un pintor renacentista español que vivió en la época de Felipe II (o sea,
segunda mitad del siglo XVI, para entendernos). Se formó en Flandes, con
Antonio Moro. Y era gran admirador de Tiziano. Así que todas las virtudes del
retrato cortesano se pueden ver en sus obras: sutil penetración psicológica en
el retratado, compaginado con la minuciosidad y el realismo en los detalles de la vestimenta.
Hizo muchos retratos
femeninos, sobre todo de la casa real. Pero prefiero poner a esta anónima “Dama
del abanico”. Arrubiada, de ojos claros, es una dama de la corte, puede que
alguna hermana del rey porque un aire a lo Austria sí que tiene, pero la verdad
es que no se sabe quién es. Se trata de una de esas cosas que discuten los historiadores. Pero por
el lujo del vestuario, está claro que no era una vaquera de la Finojosa.
Lleva un gorro con perlas.
Viste un traje que resulta rígido y cuello alto, pero no con una de esas
gorgueras que parecía que llevaban la cabeza cortada en una bandeja. No. Leo en
la página web del Museo del Prado que el alto cuello abierto por delante es a la
manera flamenca. Y, en las manos, sostiene el abanico que le da nombre al
cuadro. Es un abanico plegable japonés, complemento femenino que venía de Portugal,
“adonde llegaron los primeros abanicos orientales a finales del siglo XV”. Por entonces se trataba de un objeto exótico, un detalle del ajuar femenino muy valioso.
También los historiadores
discuten si el cuadro es o no de Sánchez Coello, pero si no lo es, se le parece.
Alonso Sánchez Coello murió en Madrid el 8
de agosto de 1588.
Aprovecho para desear una feliz Nochevieja a tod@s y que el año 2017 os sea realmente propicio. Y no tengáis la chulería del Melendi (la salud del anterior, no necesito dinero, voy sobrao en el amor), que queda muy lírico, pero poco práctico. No. Al tomar las uvas y brindar con cava, mi deseo será:
A ver si tenemos mejor salud, comodidad económica y amor a espuertas...
Y que el año que viene, sigamos todos aquí.
Un abrazo.
Muchas, pero muchas gracias por los buenos deseos, y te los regreso multiplicados for mil!
ResponderEliminarMas salud, mas alegria, mas aguante (y paciencia), y todo el amor del mundo, para ti, y para todos los que quieres.
Muchas gracias por tu cariñoso saludo.
Eliminar