Una de suspense romántico trepidante
DATOS GENERALES
Título
original: Some kind of hero
Subgénero: suspense
Fecha de publicación original en inglés:
2017
Serie: Troubleshooters #17 (Fiction Data
Base y Good Reads); #19 (según la página web de la autora)
NO
TRADUCIDA AL ESPAÑOL
SINOPSIS (Según Good Reads)
No hay hombre en la Armada más duro que
el teniente Peter Greene. Cada día
azuza a candidatos a convertirse en SEAL. Así que, ¿cómo es que no puede
manejar a una chica de quince años? La muerte de su ex le ha dejado como padre
soltero dela noche a la mañana, y no está preparado para ello. Aunque no puede
ponerse en el lugar de la deprimida adolescente, al menor puede intentar que
esté segura… hasta que ella desaparece. Aunque le falte intuición paternal, su
instinto a la hora de detectar el peligro es muy agudo. Maddie está en peligro.
Necesitará que los Troubleshooter le echen una mano, junto a una aliada nada
convencional.
La escritora de novela romántica Shayla Whitman nunca esperó ser
arrastrada a un thriller de la vida
real, o a conocer un héroe que le acelera el pulso. La acción en los libros es
una cosa. Vivirla es otra historia diferente. Shay no es tan atrevida como sus
heroínas, pero sí que es una madre. Ve el pánico en los normalmente intrépidos
ojos azules de su vecino—y sabe que no hay mayor terror para un padre que su
hijo esté en peligro. Es un calvario que Shay no va a dejar que Pete se
enfrente solo. No es un operativo entrenado, pero es lista, con recursos, y
sabe cómo actúan los adolescentes.
Aún así, actuando junto a Pete tiene sus
propios peligros—como dejar que el calor entre ellos se descontrole. Emociones
íntimas pueden significar consecuencias peligrosas, incluso letales, para su
misión. No importa, lo que deben estar en su mejor forma, y se lo juegan todo…
o de otro modo la hija de Pete puede irse para siempre.
¿Entra dentro de “Lo mejor de la
novela romántica”?
No,
aunque sí estaría por así decirlo entre las 5.000-10.000 mejores novelas
románticas. Tuvo una crítica de A en
the Good, the Bad and the Unread, y un Top Pick! para Romantic Times.
CRÍTICA
Me lancé a
la lectura de este libro sin leerme la sinopsis, sin saber nada, y ¡zas!
empieza in media re, con lo cual te
metes hoz y coz en un lío que no sabes muy bien de dónde viene.
Shayla va
tranquila en su coche cuando ve a su vecino intentando parar coches en la
carretera. Un sexy Navy SEAL en cuyo atractivo ya había reparado ella. Shayla para y le dice
que venga, que suba. Él a ella no la reconoce. Pero básicamente lo que quiere
es eso de «sigue a ese coche».
Tú te
identificas totalmente con Shayla, diciendo «no tengo ni idea de qué va esto,
pero vamos, te echo una mano».
Se trata de
seguir un coche en el que ha visto subir a su hija Maddie, de quince años, que lleva
unos días fugada de casa. Así empieza una de las líneas de esta historia: cómo
Shayla y Peter unen fuerzas para localizar a la niña.
Shayla es
una escritora de suspense romántico que está pasando por una fase de sequía, de
bloqueo de escritor. Divorciada, es madre de dos chicos jóvenes. Por eso puede
aportar a Peter cosas que él igual no controla tanto como intentar entender el
comportamiento de la chica, y qué podría hacer Peter para intentar recuperarla
La niña no
se ha ido porque sí. En realidad, no ha tenido contacto con su padre durante
años. De repente, su madre muere, y tiene que irse a vivir con él. No es fácil
adaptarse, aún está de duelo por la pérdida de la madre, y encima la meten en
un lío gordo del que no sabe cómo salir.
Por eso se
ha ido de casa, junto con un veinteañero de dudoso acento australiano, vendedor
de droga al menudeo que, sin embargo, aprecia a Maddie y quiere protegerla.
Ese es el
segundo hilo que vamos viendo, cómo Maddie y este muchacho apodado Dingo van
también de un lugar a otro, intentando deshacerse de la red en la que están
atrapados.
A Peter le
echará una mano no solo su vecina Shayla, sino también los Troubleshooters, en
particular el que parece ser personaje favorito de Brockmann, Izzy Zanella, el
bocachancla, del cual no se puede deshacer, ni olvidar, ¡tiene que meterlo en todo!
Es una
novela trepidante, que te mantiene tensa, al borde de la silla, comiéndote las
uñas, a ver qué sentido tiene todo esto, qué van a hacer para resolver el
problema, cómo… Shayla y Peter intiman, también. Desde el primer momento, se ve
que se encuentran muy atractivos el uno al otro, y no tardan en ponerse a ello,
apasionadamente, con alguna escena sexy de esas que tan bien se le dan a
Brockmann, aunque no abunden en la novela, porque se centra más en el suspense.
La forma en
que sabe ir trenzando las distintas líneas me parece fenomenal, cómo pasa de un
escenario a otro. Mete su típica historia de la Segunda Guerra Mundial, en
concreto la reclusión de los estadounidenses de origen japonés en campos de
concentración, y yo creo que para meter eso hacen que Lisa, la madre de Maddie,
sea de ese origen cultural.
Peter es un
tipo de una pieza, tu Navy SEAL estándar que se siente como pez fuera del agua.
Realmente no sabe ser padre, quiere acertar, pero no sabe cómo. Es consciente
de sus errores y no pretende buscar excusas, aunque asume que probablemente su ex le puso verde delante de su hija durante años y de ahí, en
parte, el recelo de su hija frente a él. Gracias a la ayuda de Shayla, consigue
empezar a conectar con su hija, sin necesidad de incurrir él –a su vez– en críticas hacia
la madre muerta.
Reconozco
que me ha encantado Shayla. Es una mujer inteligente, que sabe emplear las
armas que tiene a su alcance. Sabe que, por tener la piel negra, muchas veces la mirarán mal, o un policía le pegará un tiro primero y
preguntará después, sabe en más de una ocasión ignorar el prejuicio e incluso
usarlo en favor de su misión de rescatar a Maddie. Es madre responsable,
cariñosa, y además tiene ese punto creativo, un poco loco que, como ocurre en
otras novelas de Suzanne Brockmann, es de las que habla en su cabeza con sus
personajes, en este caso Harry, un agente del FBI que se niega a seguir protagonizando
novelas de Shayla, ahora que él ha conseguido su final feliz.
Es verdad
que no la acabé de disfrutar del todo porque no acabo de suspender la
incredulidad cuando se trata de romances en situaciones de peligro. Puedo
hacerlo si es cualquier peligro, pero no cuando tienes a un hijo desaparecido.
A ver, no, no me entra en la cabeza que un padre desesperado porque su hija de
quince años se ha fugado de casa, tenga tiempo o ganas de enamorarse o de
follar. Es algo que no me acaba de convencer, aquí y en otras novelas
similares, como Perfecto de Loretta Chase o Desafío heroico, de la
propia Brockmann.
La autora te permite ver dónde y cómo está la criatura perdida, para que no te estreses demasiado, pero aún así, a mí se me hace cuesta arriba creerme que en esa situación vayas a tener ánimo para enamorarte.
Esta novela
está a la altura de las mejores de los Troubleshooters. Y de momento es la
última novela larga de suspense romántico de Brockmann. No sé muy bien por
dónde seguirá. Cuando habla de la sequía creativa de Shayla, suena muy
autobiográfico. ¿Habrá perdido Brockmann la chispa,... o el interés por este
tipo de historias?
Valoración
personal: notable, 4
Se
la recomendaría a:
los aficionados al suspense romántico en plan trepidante película de acción.
Otras
críticas de la novela:
Solo he encontrado críticas en inglés.
Con una A califican a este libro en the Good, the Bad and the Unread.
4
estrellas merece para en
Harlequin Junkie.
8.50 sobre 10 le da Aztec Lady. Es una reseña muy detallada que analiza el
libro con la agudeza de un busturí, totalmente recomendable, para hacerte
pensar, sobre todo después de haber leído el libro.
Menos entusiastas son Dear Author, que
le pone una C, y All About Romance, con una C-.
Romance around the corner hace una
valoración muy particular: «2.5 estrellas pero si quito a Harry y el meta stuff, sería un sólido 4». Harry es el personaje de Shayla con
el que habla mentalmente, y por «meta stuff» se refiere a cómo se habla del
género romántico en la historia, a través de esta autora de ficción, Shayla.
Hola, solo para estar de acuerdo contigo respecto a las ganas de tener algún asunto sexual con hijos desaparecidos. No leí esta pero sí Perfecto y, aunque fue una historia que me gustó me destemplaba mucho las ganas que tenías los protagonistas de escarceos en esa situación.
ResponderEliminarSeguro que no somos las únicas. Gracias por el comentario.
EliminarEntiendo que si tienen hijos adolescentes los protagonistas no son veinteañeros precisamente...y eso me gusta...
ResponderEliminarBuena reseña.
Besos. Beatriz 😘
Sí, efectivamente, es una de esas novelas «de mayores», no lo recuerdo bien pero creo que eran cuarentañeros.
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