viernes, 6 de noviembre de 2015

Crítica: “Miénteme”, de Jennifer Crusie



Una historia contemporánea que tiende a la ficción para mujeres con elemento romántico. Buena, por momentos angustiosa y con final feliz tras muchas tribulaciones.

Portada española
Diseño de la portada: Departamento de diseño de Random
House Mondadori / Marianne Lépine
Ilustración de la portada: © Allan Jenkins / Trevillion Images
DATOS GENERALES

Título original: Tell Me Lies
Fecha de publicación original en inglés: 1998
Subgénero: contemporánea

SINOPSIS (de la contraportada)

La vida de Maddie Faraday sería perfecta de no ser por sus vecinos fisgones, su inquisitiva madre, su infeliz mejor amiga, su marido infiel, y C. L. Sturgis, ese tipo a quien entregó su virginidad hace veinte años y que acaba de aparecer en la puerta de su casa.

Pero las cosas aún pueden ir peor –ni se imagina cómo-, porque en breve estará metida de lleno en todo tipo de chismorreos, chantajes y hasta en un asesinato, por no mencionar algunos recuerdos del pasado tanto o más calientes que el presente.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Sí, entre las mil mejores estaría en torno al puesto 500. Obtuvo la mejor crítica en All About Romance, donde la consideraron DIK (libro que te llevarías a una isla desierta). Además, RomanceNovels.Me la incluyo en su lista de mil mejores novelas románticas, en el puesto 291. Es la favorita de muchos lectores y C. L. Sturgis es mencionado en ocasiones cuando hablan de ejemplos de héroe beta.

CRÍTICA

¿Habéis visto esa portada española? Tono sombrío, piel tan pálida y los labios intensamente rojos, parece una de vampiros.

Comparémosla con algunas de este libro en V. O.
St. Martin's, 2012
St. Martin's, 1999
De verdad, que no sé qué ha hecho Jennifer Crusie para que esté en español tan mal editada. Eso sí, a cambio sus traducciones, como todas las de la colección Cisne, suelen estar bien, en comparación con lo que hacen otros perpetradores.

Tell Me Lies es la primera novela larga que publicó Jennifer Crusie, después de varios años dedicándose a las genéricas con Harlequin y Bantam.

La vida de Maddie, una maestra de escuela de treinta y tantos, es perfecta. Casa, marido, niña y trabajo. Es verano, está de vacaciones y se pone a limpiar el coche. Encuentra una prenda íntima femenina. Su marido la engaña. Otra vez.

Luego hace algo totalmente repugnante, que es usar esa cosa de encaje negro como estropajo para limpiar una fuente de macarrones con queso. De verdad, es asqueroso. Quizá, para compensar, recurre al chocolate.


El chocolate estimulaba la producción de endorfinas, que la calmarían, y estaba lleno de cafeína, que le daría la energía que necesitaba para matar a su marido. Beneficios por partida doble.


Pero sólo tiene una galleta congelada. Y el microondas estropeado.


Una mujer más profunda quizá habría visto en esto el desmoronamiento de su vida. Por suerte, ella no era profunda. Se comería la maldita galleta congelada.


Ataca la galleta con un cuchillo. Llaman a la puerta. Aparece un machote alto y de hombros anchos, con pelo oscuro espeso y alborotado, ojos oscuros y ardientes


y aquella sonrisa amplia, irracional y tímida. Sí, era C.L., sin ninguna duda. Un rebelde sin causa.


El chico malo del pueblo, un año más joven que ella y con quien perdió la virginidad hace dos décadas. No, no viene a por ella, sino a por la rata de su marido. ¿Por qué? Nosotros lo sabemos, pero Maddie ni pregunta.

Está tan ocupada en su debacle personal, que ni siquiera se da cuenta de lo crispada que está Treva, su mejor amiga. Y eso que la encuentra cocinando y congelando, cocinando y congelando… Qué estómago tan estragado me puso con toda esta parte del libro.

Su marido le es infiel. Otra vez. Duda si divorciarse o no. Al fin y al cabo tienen una niña,… Pero no, no puede pasar otra vez por lo mismo. Se busca una abogada buena, que le aconseja reunir documentación económica. Eso la lleva a inquietantes descubrimientos. Un montonazo de dinero de origen desconocido es el menos sorprendente de todos.

Maddie busca a Brent. C.L. busca a Brent. Y este no para quieto. Buscando a Brent desesperadamente, podría titular esta parte del libro.

Maddie decide pagar a su marido con la misma moneda, y qué mejor cosa que insinuarse a aquel hombretón macizo con el que se enrolló una noche, cuando eran adolescentes. ¿Es adulterio si has decidió presentar la demanda de divorcio dentro de dos días?

Esta mujer desesperada sufre otros desastres: un accidente de tráfico que deja su coche siniestro total, una agresión física y en el banco le dicen que sus cuentas están en números rojos.

¿Pueden las cosas ir peor? Sí. Puede aparecer tu marido asesinado y que todas las sospechas recaigan sobre ti,… junto con la pistola homicida y un montón de dinero extra.

Hasta aquí el argumento. Intrigante, sobre todo la parte final del whodonit, a ver quién mató a Brent. Hay tantos que podrían haberlo hecho...

Sin embargo, el estilo es extraño. No es la típica novela de humor con pizca de mala leche característico de Crusie. Aquí hay acidez y diálogo ingenioso, sí, pero también sensación de angustia. Al menos es lo que me pasó a mí al leerla por primera vez y ahora, al releerla otra vez años después.

Se centra demasiado en la comunidad en la que se desarrolla la historia. Muchos personajes y todos pensando en el qué dirán. Un entorno asfixiante lleno de cotillas.

Todo lo que va mal es susceptible de empeorar. Y ni siquiera la dulzura y la pasión entre Maddie y C. L. lo compensan. Pasaba las páginas y me preguntaba si era realmente una novela romántica o más bien “ficción para mujeres”. La historia de amor no es lo esencial, porque no hay evolución. Desde el principio, en cuanto C. L. ve que despierta una chispa de interés en Maddie, sabes que siempre la ha querido, que la apoya al cien por cien, que estará a su lado, que la protegerá a ella y a su hija, que se casarán, le construirá una casa y vivirán por siempre felices. Es un tipo que la adora desde el minuto 1 hasta el final.

En la heroína sí que hay evolución. Los secretos que va descubriendo le hacen preguntarse si toda su vida ha sido una mentira, si no habrá interpretado un papel que no es realmente ella. Tanto Maddie como Treva parecen todo el rato al borde del ataque de nervios. Y cuando esta “chica buena de reputación inmaculada” se suelta el pelo, se acaba pasando por el otro extremo, casi como histérica.

Un personaje de esta novela es Emily, la hija de Maddy y Brent. No le veo el atractivo a los niños en las novelas románticas. Y esta, en particular, la pobre, te congela el alma. Porque siente un hondo dolor y los adultos no hacen más que decepcionarla, mintiéndola una y otra vez. Es un personaje un poco irreal: siempre correcta y madura, y mira que le pasan cosas… pero nada, no pierde el control, ni tiene rabietas, ni siente el menor rechazo hacia C. L., algo que sería perfectamente lógico en semejante situación.

Yo creo que en esta novela, más que el amor romántico o la pasión, Crusie exalta la amistad, en todos los sentidos.

Este libro lo he disfrutado las dos veces que lo he leído. Pero, desde la perspectiva del interés romántico-erótico, quizá te deje un poco fría.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: los que gusten del tópico pequeño pueblo entrañable lleno de montones y montones de cotillas.

Otras críticas de la novela:

Una versión anterior de esta crítica se publicó en El rincón de la novela romántica. 

RT Book Reviews, 4 estrellas y media

En sus críticas exprés de las novelas de Jennifer Crusie, Candy le dio B+ , pero para Sarah Wendell fue penoso D.

En All About Romance se merece por un lado un DIK A y para otra comentarista, un B+.



2 comentarios:

  1. Iba leyendo tu reseña y me sonaba todo, el momento en el que ella decide limpiarle el coche y encuentra las pruebas de la infidelidad, la limpieza de la fuente (asquito), la llegada de su ex...
    Pero oye que no recuerdo nada más y es que creo que la dejé por ahí, no seguí con ella . No tengo idea porque es una autora que me gusta mucho.

    A mi si que me gustan los niños en las novelas románticas, siempre aportan o ternura o mucha tensión y problemas y ambas cosas me gustan.

    Un saludo!

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    1. Gracias por el mensaje. Yo la releí sin acordarme muy bien qué pasaba después. Debe ser que esa segunda mitad del libro es poco memorable: lo disfrutas y lo olvidas.

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