Anodinas enaguas de la Regencia.
Subgénero: histórica / Regencia
Fecha de publicación original en inglés: 2009
Parte de una serie: Courtship Wars / Las guerras del cortejo #4
1.ª
edición en español: Planeta, 2010
Traductora:
Josefina Guerrero Monforte
SINOPSIS
(de la contraportada)
Eleanor Pierce rompió su compromiso con Damon
Stafford, vizconde de Wrexham, cuando lo sorprendió paseando con su amante.
Han pasado dos años desde entonces, y ella está a punto de rehacer su vida
junto a un príncipe italiano. Pero Damon ha vuelto a la ciudad y está dispuesto
a todo con tal de reconquistarla.
Eleanor está decidida a que la historia se repita, y en su afán de venganza
decide darle una lección a su antiguo prometido: lo seducirá y lo abandonará
justo antes de que sus apasionados besos hagan renacer en ella los rescoldos
del amor.
¿Conseguirá la bella joven vencer a todo un seductor como Damon?
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, allá por el puesto dos mil y pico. Estuvo en el Top 100 de las Joyas románticas del Club Romántica (página que creo que ya ha
desaparecido) y Romance Readers at Heart la escogió entre sus Top Picks del año
2009.
CRÍTICA
Este es uno
de los libros que compré en una oferta con otras del mismo sello el año pasado.
En septiembre, creo que fue.
Como puede
verse por la sinopsis, la cosa va de la Regencia y, de nuevo, el planteamiento
no es nada original. Aunque es verdad que pocos lo son a estas alturas, lo
importante es más bien que tenga algo distinto, o encantador, o divertido, o
profundo, en la forma de contarlo.
Tenemos a
Eleanor, que hace un par de años, en su primera temporada, se enamoró
apasionadamente de Damon Stafford. Se comprometieron en matrimonio, pero ella
lo descubrió paseando con su amante, y rompió el compromiso. Eleanor, joven,
guapa y rica heredera, quiere un matrimonio por amor, y está decidida a
conseguir un marido enamorado.
Actualmente,
tiene los ojos puestos en un príncipe italiano, al que quiere enamorar
siguiendo los consejos de un libro Consejos
a las jóvenes damas para conquistar marido. Es un candidato aceptable para
su mano, su familia lo aprueba y a ella le cae bien.
Sólo le
queda el detalle de enamorarlo.
Para que él la quiera a ella.
Pero ella no
lo ama a él.
En fin, un
planteamiento abocado al fracaso. Para complicar las cosas, Damon regresa
después de andar zascandileando por “el Continente”, que es adonde las autoras
de Romancelandia nos mandan a todas las ovejas descarriadas, ¿qué hemos hecho,
señor, para merecerlo?.
Eleanor y
Damon se reencuentran. En un baile, of course. Ella no le puede
perdonar lo que le hizo, pero está decidida a ser cortés y enseñarle su
absoluta indiferencia. Damon se siente atraído por ella, ahorita mismo igual
que lo fue en el pasado. Además de guapa y adinerada, Eleanor es vivaz, muy
activa, le gusta cabalgar, sabe nadar y hasta llega un momento en que se monta
en globo. Toda una mujer intrépida que, claramente, hay que considerar como su
alma gemela.
Pero, ¡ay,
Damon es de los que no se enamora! Su hermano gemelo murió de tuberculosis,
luego sus padres se ahogaron en un naufragio y se quedó solito en el mundo (es
un decir, porque tiene a sus criados, su prima, y demás parentela, además de un
montón de pasta en el banco que las penas con pan siempre son menos). Ha jurado
no enamorarse nunca - no quiere amar a nadie - no soporta pasar otra vez por la
pérdida.
Cuando se
vuelven a ver, quieras que no, donde hubo fuego quedan rescoldos, y lo avivan
de una manera muy sensual.
Damon no
quiere que ella se case con el señor italiano. Y si hace falta, está dispuesto
a casarse con ella él mismo.
Eleanor le
dice horrorizada que ni de coña, que ya le hizo daño una vez.
Y él en plan
“venga, vamos, por qué no, somos compatibles, nos deseamos y al fin y al cabo
tengo que casarme por un heredero.
Y ella “a
ver, tontito, qué parte de que quiero que mi marido me ame no has entendido,
¿estás tú dispuesto a amarme?”
A lo cual él
pone cara de besugo y reconoce que no, que no puede amar a nadie.
Pues anda y
que te den y déjame seguir intentando enamorar a ese aristócrata italiano.
Esa es,
cielos, resumidamente, toda la historia. Las escenas eróticas, cuando llegan,
son explícitas y la virginal heroína ni parpadea a la hora de dedicarse al sexo
oral y recibir consejos de una prostituta. Todo muy realista, ¿verdad?
Luego hay un
medio malo por ahí, el príncipe italiano sufre algún que otro accidente y
siempre que se habla de alguien mediterráneo, tiene la tez olivácea. Ya sabéis,
de los Alpes para abajo, todos somos andaluces
de Jaén / aceituneros altivos.
En realidad,
mirándolo objetivamente, es una historia sencilla, de enaguas, que hasta puede
resultar simpática, y con el agradecimiento de que ahora este tipo de historias
están aliñadas con unas cuantas escenas sexuales más o menos excitantes. Creo
que la mayor parte de los lectores se entretendrían con algo así, pasas un buen
rato, luego lo olvidas y a otra cosa mariposa. Hasta yo misma podría decir algo
así en otro momento lector. Un poco como la de Maya Banks de la que ya hablé aquí, Seducida por el enemigo, entretenida, 3 estrellas y a correr.
Lo que pasa
es que… No es el libro, soy yo. Estoy decidida a que mis lecturas románticas
tengan algo de especial. Y esta no lo tiene. Es una novelita como hay cientos,
como si fuera un harlequín más de la Regencia. Ni los personajes, ni la
ambientación ni el estilo, ni el argumento, tienen nada de especial que la
distinga de otras muchas.
Vale, no todas
las escritoras pueden ser Laura Kinsale,
pero hombre, al menos ponles algo de especial a tus novelas. Que para leer algo
romántico y sencillito, ya tengo los harlequines. No merece la pena perder el
tiempo con algo tan anodino.
Intento encontrar nuevas autoras que me puedan gustar. Para ello
son excelentes oportunidades como la de este libro que lo compré en una oferta
con otros. Pero no es tan fácil encontrar alguien que te haga tilín. Luego
habrá quien se extrañe de que la gente siga mencionando El diablo en invierno y Abandonada
a tus caricias como sus favoritas, cuando son novelas de hace veinte años.
Si no se mejora el modelo y la única novedad es que ahora tienen
media docena de escenas sexuales, muy explícitas y vengan o no a cuento,… Pues
como que no cuela.
Esta novela tuvo un planteamiento inicial que me resultaba
atractivo (las segundas oportunidades) pero decayó muy rápido, y pasado el
primer tercio, fui leyendo de través, demorándome sólo en alguna escena
aislada, como las sexuales que sí, que están bien escritas, pero que no añaden
nada.
No es una novela en la que te recomendaría gastarte los cuartos
porque no te va a aportar nada nuevo y puede acabar resultándote un poco fome
como dicen en el Cono Sur.
Valoración personal: allá
tú, 2
Se la recomendaría a: los
aficionados a la novela de la Regencia que no sean muy exigentes.
Otras críticas de la novela:
En
español, tenemos dos críticas en “El rincón de la novela romántica” y en
general la ponen muy bien, 4/5 y 8/10.
En inglés es obvio que gustó bastante menos.
RT Book Reviews le dio 3 estrellas.
En All About Romance, una C+.
Por último, Mrs. Giggles le da 2
Oogies le parece fallido como entretenimiento y señala que es un
libro incapaz de suscitar ninguna emoción, ni entusiasmo ni odio. Este libro,
simplemente, está ahí.
A mí Nicole Jordan no me acaba de convencer, suelen ser novelitas que no dan para mucho y de ese tipo ya hay cientos, así que las dejo correr.
ResponderEliminarActualmente no se publica romántica de buena calidad, y claro, hay que recurrir a novelas de hace varias décadas. ¡Normal! Si ahora no hay más que novelas ligeras, tópicas... Hay excepciones, pero el género está de capa caída.
Un saludo
Este es el primero que leo de ella y como se ve no me entusiasmó.
EliminarYo le doy oportunidades a autoras nuevas. No soy pesimista. Creo que sí hay cosas buenas en el género, lo que pasa es que no se traduce al español romántica de calidad, quitando a autoras archiconocidas como Lisa Kleypas, Susan Elizabeth Phillips o Nora Roberts.
El año pasado me encantó The Hating Game, por ejemplo. Hay autoras que están escribiendo cosas de calidad que aquí, sin embargo, no vemos. Por citar algunos ejemplos de géneros distintos: Eloisa James, Julie James, KJ Charles o Meljean Brook.
Fíjate que pienso que el problema está más en lo que traducen, especialmente la editorial Planeta, que suele coger cosas anodinas de muy segunda fila.
Creo que tengo alguna novela de esta escritora apuntada en Goodreads pero no he leído nada de ella aún. Por lo que comentas, no creo que me vaya a arriesgar con esta novela. A ver si descubres alguna escritora-joyita!
ResponderEliminarSaludos!
En eso estoy, buscando cosas buenas. Pero cuando lo intento entre las cosas traducidas, la verdad es que últimamente no tengo éxito. Quiero hablar aquí de libros que las lectoras en español puedan conseguir. Pero me resulta un poquito difícil.
EliminarEn cambio, en inglés es otra cosa. Estos días lo estoy pasando muy bien con una autora canadiense de NA, Julianna Keyes, ya lo contaré.
Hola Bona, una vez más quiero agradecer el esfuerzo que te tomas con tus (para mí) esperadísimas reseñas. Déjame decirte que eres muy valiente pues terminaste de leer esa pésima novela de Jordan. Yo no pude. La tengo etiquetada con un ‘MALA..., no pude pasar de la p. 10’.
ResponderEliminarNicola Jordan es irregular, capaz de escribir algunas buenas novelas como "Seducción" y "Placer" y una, digna de resaltar como ‘de las mejores novelas’ de este género: "SALVAJE" (advierto que he leído muchísimas y son contadas las que llevan esta etiqueta). Pienso que “Salvaje” puede ser ampliamente recomendada.
“Pasión”, sin ser muy buena, se puede leer. Por otra parte. “Amar a un Caballero”, es una novela insufrible; “La princesa azul” tiene diálogos tan tontos que debí abandonarla como en la p. 30; "Abrazos de terciopelo" era buena en un comienzo, pero en su segunda mitad se convirtió en una historia sumamente desagradable. Creo recordar que “Conquistar a un canalla” debe ser buena o, al menos, aceptable (además no la etiqueté como algo de lo que me debía cuidar en un futuro). En fin, creo que Jordan da para todo…
Recibe un abrazo y de nuevo mi agradecimiento
Luz Coromoto
No es mérito, es mi carácter obsesivo-compulsivo. Lo sé, tendría que aprender a dejar los libros que no me interesan. Lo hago poquísimas veces, cuando es muy-muy tedioso o me está cabreando el machismo de la historia. Y este no era el caso.
EliminarNo sé si le daré otra oportunidad a esta autora, después de esta decepción, la verdad. No me pareció mala, sólo anodina, sin nada especial. Por si acaso, me apunto lo que dices de las otras novelas suyas que has leido. La más interesante, por lo que veo, es Salvaje de 1994 y tenía anotado yo que en 2013 lo consideraron "Lo mejor del año" en El rincón de la novela romántica.
Uf cuando comencé a leer romántica compraba todo lo que salía, sobre todo histórica, y claro esta autora era de las pocas que se publicaban en España. Ahora Esencia sólo publica españolas así que adiós Jordan y tantas otras...
ResponderEliminarEn fin, recuerdo que alguna de sus novelas me parecían entretenidas, sin mucho más y otras auténticos bodrios. Al final dejé de comprarla pero tengo aún mucho pendiente de ella.
Y si, yo sigo nombrando como favoritas novelas de hace veinte años o más jaja. Hay muy poco que haya logrado enamorarme como las míticas de Klyepas, Lindsey, Foley o Garwood.
Un saludo!
Gracias por dejar el comentario. No sabía yo que Esencia se dedica ahora sólo a las españolas, reconozco que no es mi editorial favorita.
EliminarLa que suele coger cosas buenas es el sello Cisne de Random House, pero últimamente tampoco he visto nada interesante. Creo que a Meredith Duran por ejemplo, han dejado de traducirla.
Es una pena no encontrar nuevas autoras de las que engancharse, ¿verdad? Las últimas que me han fascinado no están traducidas.
Como sé que mucha gente lee sólo en español, intento buscar libros buenos traducidos y no es nada fácil. Estoy fracasando un poco en este intento.
Si, antes Esencia publicaba a Lorraine Heath, Kathryn Smith, Laura Lee...vamos muchas de mis favoritas pero desde un año o dos a esta parte sólo publican autora españolas y prácticamente todo erótico.
ResponderEliminarCisne es otra que me encantaba pero me da la sensación que está dejando la histórica muy apartada, es una pena porque estoy perdiendo a todas mis autoras. Menos mal que Titania y Ediciones B siguen al pie del cañón.
Ojalá yo fuera buena en los idiomas porque cuando leo tu blog me da muchísima envidia todo lo que me estoy perdiendo jaja. Sigue poniéndome los dientes largos, tengo la esperanza que las editoriales vuelvan a apostar por la romántica que me gusta.
Me pasa como a "Pasajes románticos" me dais una envidia tremenda las que leéis en ingles. Yo me compre hace muchos años la serie de Jordan ( Círculo de lectores) de placer, pasión, seducción y alguna más... supongo que entonces tenían un pase pero intenté releerlas hace no mucho y las historias hacen aguas por todos lados. A mi juicio esta autora se apoya demasiado en lo erótico festivo metiendo escenas de sexo a porrillo. Páginas y páginas dedicadas al "asunto" que, además de repetitivo me resulta bastante cursi por las palabras que emplea.¡Ojo! tal vez en ingles la cosa mejore pero traducida esa es la opinión que me merece.
ResponderEliminarEs el único género que puedo leer en inglés, porque no es un nivel demasiado exigente, por regla general. Y la verdad es que por eso leo tanto. Si tuviera que limitarme a lo que publican aquí... vamos, me daba algo.
EliminarO no, yo creo que me dedicaría más a leer otros géneros.
Lo que dices de escenas de sexo a porrillo, repetitivas y con lenguaje cursi lo odio, de verdad. El sexo es fantástico si lo saben contar bien. No se trata solo de llenar páginas siendo muy descriptivo, lo importante no es la mecánica, sino la emoción, lo que sienten, lo que les PASA a los personajes, no lo que HACEN. Esa es la esencia de una buena escena sexi en romántica, a mi modo de ver. Hay novelas eróticas que no te cansa el sexo, a pesar de que haya casi una escena por capítulo porque lo saben contar de fábula.
Estoy contigo en lo de saber narrarlo bien, cosa que me parece un auténtico arte en si mismo y difícil de afrontar, al menos en mi caso.No me entusiasma la novela erótica y sin embargo he disfrutado de muchas historias donde lo mas "hot" era un beso y el resto de dejaba a la imaginación del lector. Eran otros tiempos , cierto, y ahora es raro encontrar una novela romántica donde el sexo no aparezca de modo explícito más o menos conseguido. Confieso que me gusta encontrarlo en su punto justo, cuando realmente tiene sentido y enriquece la historia. Cada vez es más fina la línea entre erótica y romántica y creo que la tendencia actual justifica cada vez más las escenas sexuales, y si son rarunas mejor que mejor, un poco como aquella absurda proliferación del desnudo (es que lo pide el guión) en la etapa del destape "made in Spain" por poner un ejemplo. Como en todo es para gustos pero yo suelo saltarme el dale que te dale si el hecho de leerlo me produce más incomodidad que emoción. Viejuna que es una.
EliminarJa ja ja como el destape... pues mira, sí. Ahora que lo pienso, tienes razón, sí que es algo parecido, meten sexo venga o no a cuento.
EliminarLas tradicionales te ponían una o dos escenas, tirando hacia el final y podía resultar apasionadísimo. Pienso en los Regencia tradicionales, por ejemplo. En cambio, las hay actuales de esas que yo llamo «chorreantes», que acabas saltándote las escenas de sexo porque no aportan nada.
Ahora, si la autora sabe poner bien las raruneces, y el dirty talking, y thinking, y cómo se les agitan las entretelas emocionales por una caricia bien puesta, ¡ah!, entonces a mí me resulta estupendo.