miércoles, 30 de agosto de 2017

Crítica: “Dark of Night”, de Suzanne Brockmann

Troubleshooters 14.º Todavía estoy preguntándome por qué este libro es uno de los mejores de la serie.



DATOS GENERALES
Título original: Dark of Night
Fecha de publicación original en inglés: 2008
Subgénero: suspense romántico
Parte de una serie: Troubleshooters #14

SINOPSIS (según FictionDB)
Sólo un puñado de personas en el mundo saben que James Nash está vivo.
Durante años, Nash realizó misiones “oscuras” ultra-encubiertas para una tenebrosa agencia gubernamental. Pero cuando se alejó de su trabajo sucio, sus despiadados jefes no estaban dispuestos a dejarle ir. Después de su intento de asesinarlo casi tiene éxito, su antiguo compañero Lawrence Decker, con la ayuda del FBI, finge la muerte de Nash para protegerlo.
Con Nash en secreto apartado en una casa segura, Decker lo arriesgará todo, incluido su corazón, mientras emprende una carrera para resolver el misterio de quien quiere ver muerto a Nash. Las pasiones estallan al tiempo que todos los que están cercanos al engaño se encuentran luchando por sobrevivir.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No entraría en las mil mejores, pero sí en las dos mil mejores novelas románticas. Tuvo una crítica DIK A- en All About Romance. Ganó la encuesta anual de esa página web en la categoría de mejor suspense romántico y, con el resto de la serie Troubleshooters, está en el Top 100 que en 2015 publicó NPR de series y novelas románticas.

CRÍTICA
Sabes que ha llegado el momento de hacer un alto en la serie cuando uno de los libros considerados como mejores de la misma te deja indiferente. Aunque este alto no se notará en el ritmo de críticas en el blog, porque leo los libros y escribo las críticas con meses de antelación.
El argumento, de nuevo, destripa por completo el anterior, ya que gira en torno a algo que allí fue un punto importante: la muerte del llamado Jimmy Nash.
La tengo apuntada como una de las mejores de la serie y, digamos, la última en la que la autora se lució. De aquí en adelante, parece que los libros han pasado sin pena ni gloria.
Claro que, considerando que yo voy un poco a mi bola, igual resulta que mi apreciación personal es diferente y el siguiente me encanta.
Vamos con el argumento, si es que le puedo encontrar algún sentido. Esta es una de esas historias de Suzanne Brockmann engordada por diversas tramas argumentales que para mi gusto no están demasiado bien enlazadas. Saltas de un lado a otro como una ranita, sin tener ninguna visión de conjunto que te permita colegir qué tienen en común, o a dónde van. Respuesta: en realidad, convergen muy malamente.
La cosa empieza prácticamente en la misma escena donde lo dejamos en el libro anterior, con Sophia seduciendo a Dave y llevándoselo a la cama. Sophia ha aceptado que Decker nunca será para ella, que ahora que Nash ya no está, tendrá su oportunidad con Tess, de manera que se pone a mirar a ver qué otras oportunidades tiene y, oye, fíjate, que ahí está su amigo Dave que durante años le ha servido de confidente y con quien se lleva bien. Sexo y tal. Nunca una historia “de amigos a amantes” ha tenido para mi menos tensión.
Van a visitar al padre de Sophia al hospital. Un cabeza rapada ataca a Dave en el aparcamiento. Sólo que cuando llega la policía el malo no está y sí, en cambio, un bonito cadáver apuñalado y un arma con las huellas dactilares de Dave. Toda una trampa, como ya le pasó otra vez, que le quisieron imputar la muerte de una antigua novia.
Pasemos a Decker. Se siente atraído por Tracy Shapiro, la recepcionista de Troubleshooters. Tracy no es tan tontita como parece porque se fija en las cosas, y piensa, y a ella hay cosas que no le cuadran así que deduce, ella solita, que Nash está vivo.
La agudeza de Tracy le complica la vida a Decker, que ahora tendrá que llevársela también consigo a un piso franco (en realidad, un casoplón), aunque se distraen por el camino y puede que no lleguen nunca. A pesar de que Tracy está dispuesta a intimar con Decker, él se resiste cual virgen victoriana, como si fuera más mala que el hambre, o portadora de alguna enfermedad, o algo así. Vamos, lo mismo que lleva años haciéndose el mártir respecto a Sophia, en plan “aparta de mí este cáliz”.
Un tío de lo más cansino.
Es tan reprimido sexualmente que no me extraña que cuando por fin se suelte acabe siendo del tipo raruno. Pero, ¿acaso eso hace que veamos escenas en plan novela erótica? Pues no. Ni siquiera es un masoquista excitante.
Y finalmente tenemos a Nash. En su casa segura (el piso franco que digo yo que es un casoplón), con su mujer Tess, Jules el del FBI, su marido Robin que es quien la ha alquilado y sirve de tapadera, Alyssa y Sam con su bebé... Y no sé si alguien más (¿Lindsey, puede ser?), ya que esto parece el camarote de los hermanos Marx.
Nash se está recuperando poco a poco de la herida que casi lo manda para el otro barrio. No se sabe muy bien si va a rehacer o no su relación con Tess. La ama, pero tiene miedo por ella. Sam revolotea por ahí con su bebé, hace que Nash le cambie el pañal (al bebé, claro, no a Sam) y tienen “conversaciones sinceras de hombre a hombre”, sobre sus sentimientos y temores, cómo vivir con una mujer que puede estar en peligro. Si os digo que me pareció pueril y ñoño no me fusilaréis al amanecer, ¿verdad?
En su momento, este libro causó polémica entre los seguidores de la saga porque esperaban que Decker y Sophia acabaran juntos. Pero como han pasado unos años desde su publicación, yo ya estaba advertida de por dónde iban los tiros y justo eso no me importó. No, mi indiferencia fue más bien que ninguno de los héroes, Dave ni Decker, me parecieron particularmente interesantes.
¿David? Un blandito, perfecto felpudo que se resigna a quedarse con las sobras, un plato de segunda mesa. Sí, es un chaval majo, pero tirando a soso, tan anodino que la autora le pone un final así en plan superhéroe, para compensar, pero ni por esas.
¿Decker? A estas alturas de la película, se me ha hecho ya un estirado insufrible. Un tipo súper recto que sigue unas rígidas normas morales que él mismo se impone con la única finalidad, al parecer, de sufrir, que es lo que le da placer. Pero ya digo que tampoco en plan muy interesante.
A lo saltarín de la trama hay que unir que salen un montón de personajes de lo más confuso si no has leído los libros anteriores.
Aquí no encontré esa cualidad de Suzanne Brockmann de agarrarte por el cogote y tenerte con la mirada clavada a la página hasta que lo terminas.
Valoración personal: psé, 2

Se la recomendaría a: para seguidores de la serie.

Otras críticas de la novela:
No he encontrado críticas en español, así que si alguien sabe alguna crítica, le agradezco si lo enlaza abajo.
Como suele ocurrir con libros que gustan a todo el mundo, pero a mi no, recomiendo encarecidamente que le echéis una ojeada a las otras críticas, para tener una visión distinta y compensada sobre la historia.
En All About Romance, la calificación que le dieron fue DIK A-. 
En Dear Author también obtuvo una A-.
Y explican que en “Flashpoint (TS#7), el libro de Tess Bailey y Jimmy Nash, es donde empieza el arco argumental de Sophia Ghaffari, Lawrence Decker, y Dave Malkoff.   Bueno, de hecho, parecía que empezaba el arco de Sophia y Decker, mientras que Dave era sólo un secundario. Dark of Night es TS#14, así que ha sido un maldito y largo arco y Dark of Night proporciona toda una culminación”.
Otra A- se lleva en la página The good, the bad and the unread.
Aquí, la crítica de Rosario’s Reading Journal, que puntuó la novela con una B+.
En el blog The good, the bad and the bookish no le pone nota, pero parece que le gustó.
Y acabo con Don’t Talk Just Read, donde puede leerse una crítica conjunta de dos blogueras. 


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