domingo, 29 de octubre de 2017

Crítica: “Temperatures Rising”, de Sandra Brown

Tópico harlequinero: el buen salvaje (en versión femenina) y sí, de nuevo con síndrome de Estocolmo de por medio.


DATOS GENERALES

Título original: Temperatures Rising
Subgénero: contemporánea/Genérica
Fecha de publicación original en inglés: junio de 1989
Serie: Loveswept (LS) - 336

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

SINOPSIS (de la contraportada)

Chantal duPont ama la isla tropical que es su hogar y hará lo que sea para protegerla de la avaricia de los foráneos. Para ella, los inversores desarrollistas del nuevo centro vacacional Coral Reef son el enemigo, simple y llanamente. De manera que cuando ella idea un plan para salvar a su pueblo, nunca esperó encontrarse con un hombre como Scout Ritland.
Se dijo a sí misma que sólo necesitaba a Scout para construir un muy necesitado puente para su pueblo. Pero conforme pasan los días y el trabajo progresa, Chantal tiene que enfrentarse a la posibilidad de que Scout signifique más para ella que lo que había pensado. Y cuando llega el momento de que él se marche, ella tendrá que tomar la dolorosa decisión de dejarle ir – o arriesgarlo todo dándole una oportunidad al amor.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No. Es de las que compré por ser de Sandra Brown. Y, de hecho, la recordaba como una de las peores.

CRÍTICA

Estamos terminando ya las novelitas genéricas de Sandra Brown. Esta es la anteúltima que escribió para Loveswept, y la recordaba como un pestiño.
La novela empieza con una fiesta en una isla tropical del Pacífico. Se celebra el fin de las obras en el Coral Reef, un centro vacacional en el que Scout Ritland ha trabajado como ingeniero. Se tomará unos días antes de regresar al continente, donde lo espera su novia, con la que tiene ya fijada la fecha de la boda.
Pero los ojos se le van detrás de una atractiva isleña de curvas poderosas enfundadas en un vestido blanco. No puede evitar seguirla afuera del hotel. Sólo que esta mujer tan sensual no es lo que parece. Acabará secuestrado a punta de pistola.
Lo cual incluye que le peguen un tiro y le den un golpe en la cabeza para dejarlo sin sentido. No pasa nada, ella es tan hábil que acabará remendándole sin ningún problema.
Chantal, que así se llama la buena mujer, es una vulcanóloga que se lo lleva a su pueblo natal. La tarea que le encomienda es construir un puente mejor para que los lugareños no estén tan aislados. Al principio él se niega. No es que esté muy bien eso de privarlo de libertad, es lógico que no se sienta muy colaborador.
Al final, accederá a construir el puente, en el proceso se enamorará de su captora a pesar de tener novia esperándole al otro lado del mundo y tendrán su bonito final feliz.
El argumento es sencillito y como veis, es otra versión del buen salvaje, porque todo el rato andan a vueltas con el exotismo de Chantal. Aunque, claro, como es habitual en romántica, los personajes pertenecientes a una cultura no europea no pueden ser del todo “raritos”, así que le pone a Chantal un padre francés y una educación estadounidense, para que no choque demasiado.
Como hemos visto en otras de Sandra Brown (Todo por honor y Hawk O’Toole Hostage me vienen a la memoria) el buen salvaje tiene la tendencia a secuestrar a los estadounidenses anglos, y Chantal no es una excepción. Hasta le pega un tiro en el proceso.
Curioso patrón, no sé si revelará algo de la ideología o de los miedos de quien escribe o de quien lo lee y le gusta.
Scout es el típico occidental en isla tropical, que sólo ve nativos vagos y ladrones e isleñas sexis con las que poder darse un revolcón antes de volver a su casa de vacaciones. Yo creo que esta actitud suya desplegada en el primer capítulo, me hizo perder interés en él desde el principio. Como protagonista, no es demasiado interesante, la verdad. Está herido, cabreado y luego, palote por la chica todo el rato, enfadándose cuando ella le dice que no, mientras que todo el tiempo está comprometido para casarse con otra… Cosa que muy convenientemente olvida, más o menos como Carter en Breakfast in Bed
En cuanto a Chantal, tampoco te creas que la he pillado el tranquillo como protagonista. Criada como mestiza, sufrió el rechazo racista en los Estados Unidos y desconfía por lo tanto de todos los de esa procedencia. Y Scout parece tener exactamente los mismos prejuicios. Sí, otro rasgo que abunda en estos “buenos salvajes”, una actitud negativa frente a los que no son de su cultura, que puede ir del recelo al franco odio.
La ambientación es la prototípica de isla tropical, con sus playas de arena, barrancos vertiginosos, potentes bebidas alcohólicas y nativas bailando en top less. Es un escenario que a veces disfruto por lo que tiene de escapismo y belleza natural, y otras veces me parece un telón de fondo más falso que un billete del Monopoly. En este caso, como no me interesaron ni la historia ni los personajes, el entorno me pareció de cartón piedra.
La recordaba como la peor novelita genérica de Sandra Brown. Ahora que la he releído, sigue pareciéndome un pestiño, aunque no me cabrea tanto como otras abiertamente machistas. Al menos Scout no anda avasallando ni violando a nadie. Pero su actitud de cabrearse porque ella no acceda a sus deseos cuando resulta que él está comprometido con otra, bueno, eso no ayuda precisamente a despertar simpatías.
En resumen, una novelita perfectamente prescindible, solo apta para fans que, como yo, quieran decir que han leído todo Sandra Brown.

Valoración personal: pestiño, 1.

Se la recomendaría a: los fans de Sandra Brown y quienes gusten de entornos tropicales.

Otras críticas de la novela:
En Good Reads hay puntuación media de 3,45 la última vez que miré. 
Sinopsis detallada y crítica en AllReaders.Com
Breve reseña en MyShelf.com
Y en el blog The Bookshelf le pareció tan estúpido como a mí y le puso una F. Llega a decir que con este libro, su afición a las novelitas genéricas de Sandra Brown llegó a su límite.
Como es habitual en este tipo de novelas tan antiguas, no es fácil encontrar lugares que hablen de ellas. Si alguien conoce alguna otra crítica, en español, inglés o cualquiera de los otros siete mil idiomas del mundo, siéntase libro de agregarla abajo. Gracias. 

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