domingo, 8 de octubre de 2017

Crítica: “Long Time Coming”, de Sandra Brown

Tópico harlequinero: secret baby,… un poco crecidito


DATOS GENERALES

Título original: Long Time Coming
Subgénero: contemporánea/Genérica
Fecha de publicación original en inglés: enero de 1989
Serie: Loveswept (LS) - 300

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

SINOPSIS (de Fictiob DB)

Marnie Hibbs retrocedió en shock cuando Law Kincaid cruzó su patio, pura furia en sus ojos azul ártico. ¿Qué estaba haciendo aquí el héroe rubio del programa espacial? Y, ¿por qué, todavía, lo encontraba tan apuesto que no podía respirar? Durante años había pensado en él como un hermoso dios del sol dorado, destinado a la gloria... ¡y ahora él la acusaba de chantaje, de ser madre de un hijo adolescente que nunca había conocido que había engendrado! Marnie negó haber escrito las cartas de extorsión, insistió en que nunca había ido a la cama con él, pero admitió que David era hijo de Law… Luego jadeó cuando Law se apoderó de su boca, exigiendo saber el secreto que nunca había contado. Durante años había ardido por él, le resultó imposible amar a otro hombre. Ahora Law había encendido la chispa de su anhelo dormido… y profundizado su tormento. Su toque le enseñó el placer, la debilitó con el deseo, y despertó su necesidad, pero ¿amarla le costaría todo lo que ella más atesoraba?

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Estaría dentro de las diez mil mejores, por aquello de que leí una vez que era una de las favoritas de un lector.

CRÍTICA

La novela empieza con Marnie dedicándose a la jardinería. De repente aparece un Porche con un tipo impresionante, rubio de ojos azules y, sí, hecho una furia. Exige saber quién le ha mandado cartas chantajeándolo.
El coronel Kincaid es un héroe nacional, que consiguió recuperar la buena imagen de la NASA después del desastre del Challenger. Si se revela que tuvo un hijo hace años parece ser que esa imagen pública quedaría muy afectada y adiós a sus posibilidades de volver al espacio.
Marnie se queda de una pieza. Niega haberle remitido ninguna carta de chantaje. No, no ha tenido ningún hijo con él. No, nunca se acostaron juntos. Así que puede largarse con el viento fresco.
Todo muy bonito si no fuera porque en ese momento aparece un adolescente de quince años por la puerta, entusiasmado por ver el coche, y llamándola “mamá”.
Como veis, es el tópico del “secret baby”, el hijo de quien el protagonista nada ha sabido durante años.
En realidad, Marnie no miente. No es hijo suyo sino de su hermana. Poco a poco, Law recuerda lo que ocurrió hace dieciséis años, en la playa de Galveston (Texas). Fue un rollo de verano, y él nunca supo que la cría se había quedado embarazada. Y poco a poco recuerda también a Marnie, como aquella niña de catorce años con la que a veces hablaba, toda seria y muy hija de su padre, un pastor protestante.   
Aquí hay dos historias por así decirlo. Una, que es la que me ha gustado, es el descubrimiento de Law de que tiene un hijo, y cómo se enfrenta a ello. Primero, cómo procura entender qué ha pasado, y luego, cómo quiere que sea su relación con el chaval. Hay que entender que él ha vivido en plan soltero de oro, con fiestas a todo trapo y relaciones sexuales sin compromiso. Lo único importante de verdad parece ser su trabajo como astronauta. De repente se encuentra con un hijo que no esperaba.
Marnie, que ha criado prácticamente sola al chico, desde el principio le dice que lo de la paternidad es casi un accidente biológico, que no espera nada de él, que no quiere nada de él, que sí, que engendró un hijo pero que no le pide nada y que se vuelva por donde ha venido.
También ella tiene que enfrentarse a sus propios miedos y dudas de si ha sido o no una madre suficientemente buena. Y si no quedará el chaval adolescente fascinado por un padre que es un tipo famoso, heroico y con dinero.
Toda esta parte me resultaba muy bien escrita, con autenticidad, manteniendo el interés a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos entre estas tres personas. Y el chico, David, sonaba totalmente creíble como adolescente.
Sí, justo el tópico harlequinero que menos me gusta, el del embarazo inesperado e hijo secreto, para mi funciona en este libro. Y lo de meter niños, como lo de meter animales, que tampoco suele tener interés para mí en romántica, aquí sin embargo está estupendamente hecho, muy realista.
Lo que no me gustó es, en fin, la otra historia. Se supone que esto es romántica y tiene que haber enamoramiento y pasión. Pues bien, esa parte es de lo más trillada y ochentesca.
Law es de los que toca y besa sin pedir permiso. Y cuando ella dice que paren, que no quiere ir más allá, él la acusa poco menos de ser una frígida por no querer darse un revolcón a las primeras de cambio.
Por su parte, tenemos que creernos que Marnie se enamoró de Law con 14 años y ahora, más de tres lustros después sigue colgada de él. Mira, chica, háztelo mirar. Ya sé que el primer amor no se olvida, que es dulce y tal, pero vamos, quedarse emocionalmente colgada de los 14 años muy sano no me parece.
Luego está el tópico (muy de la época) de que la heroína es buena, virtuosa, abnegada, mientras que todo el resto de las mujeres que aparecen son superficiales, o amargadas. Las chicas con las que sale Law son en particular tratadas como meros cachos de carne, sólo interesadas en el sexo.
No hay amigas de la protagonista, ni compañeras de trabajo, ni ninguna otra mujer que pueda decirse que sea un apoyo, nadie positiva. ¿Test de Bechtel? ¿De qué me hablas, feministona?
Lo cual me lleva a Sharon, la madre biológica del niño y quien se dio el revolcón en la arena con Law, siendo ella una adolescente de 16 años. Por supuesto que como no es la protagonista, la tienen que describir con toda una serie de connotaciones negativas. Pero a mí, al final, me dio sobre todo pena. Y me indignó un poco.
La forma de contar la historia acaba siendo que a Sharon nadie le dio la opción de decidir: ni sus padres ni Marnie le permitieron determinar qué quería hacer ella con su cuerpo ni, una vez que tuvo al hijo, con su bebé. No me gusta, francamente, cuando el comportamiento que se propone como deseable en una historia es precisamente privar a la mujer de su capacidad de decisión.
En conjunto, ¿qué deciros? Podría ser un tres estrellas sólo con que la parte romántico-erótica fuera pasable. Porque el resto está bien escrito y con su puntito de intriga.
Pero como no es así, entrando a valorar el conjunto, no la recomendaría ni aconsejaría su traducción.

Valoración personal: pche, 2.

Se la recomendaría a: los fans de los machos alfa ochenteros y de los secret babies.

Otras críticas de la novela:
En Good Reads hay puntuación media de 3,6.
Sinopsis detallada y crítica en AllReaders.com
En Book Rags hay un sumario y estudio, pero creo que para leerlo completo hace falta pagar, por lo que no tengo ni idea de lo que dice ya que cómo me voy a poner a pagar por semejante nonada. Me pregunto quién puede dedicar horas de su vida a hacer un estudio sesudo de un harlequín ochentero.
Como es habitual en este tipo de novelas tan antiguas, no es fácil encontrar lugares que hablen de ellas. Si alguien conoce alguna otra crítica, en español, inglés o cualquiera de los otros siete mil idiomas del mundo, siéntase libro de agregarla abajo. Gracias.

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