Esta la leí el
verano pasado, y hasta la fecha no había encontrado un hueco para publicar la crítica. Me dejó
tan pasmada que sólo pude preguntarme:
¿De verdad
existe gente así?
DATOS
GENERALES
Título original: Beard
Science
Subgénero:
NA
Fecha
de publicación original en inglés: octubre de 2016
Parte
de una serie: 3.er libro de los Winston Brothers
SINOPSIS
(según Fiction Data Base)
Haz
un trato con el diablo y puede que consigas lo que quieres, pero, ¿será lo que
necesitas?
Jennifer
Sylvester quiere una cosa, y lo que quiere es no ser la actual
Reina del Pastel de Plátano de Tennessee. Siempre la eterna buena chica e hija
obediente, Jennifer se está hundiendo bajo el peso de su celebridad en los
medios, las ambiciones de su madre y los puritanos mandatos de su padre.
Jennifer está oficialmente desesperada.
Y
los momentos desesperados exigen recurrir a Cletus Winston.
Cletus
Winston es un acertijo
envuelto en un misterio dentro de una enigmática salsa, y ahora está en un
dilema. A pesar de estar convencido de su propia omnisciencia, que lo
extorsione la exaltada Reina del Pastel de Plátano de Green Valley le ha
sorprendido por completo. Así que, ¿qué tiene que hacer un genio maníaco?
Probablemente,
lo que menos te esperas.
¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, de hecho aparece en mi lista con el número 661. Para el personal de All About
Romance mereció varias menciones honorificas como el mejor romance de 2016, el
mejor contemporáneo, la mejor pareja (Cletus y Jennifer) y lo más divertido. No
ganó en ninguna categoría, pero sí que se acordaron de esta novela en varias.
No es de extrañar, porque fue de lo mejor del año para dos de las personas que
escriben en esa página, Janet y Maria Rose.
Tuvo críticas muy buenas cuando salió: DIK A en All About Romance, A en The Good, the Bad and the Unread, 5 estrellas en Harlequin Junkie y
también en Under the covers. No es de extrañar que sea una de esas que ha pasado a la tercera ronda para hacer el actual Top 100 en All About Romance.
CRÍTICA
Al principio
de la novela no tenía muy clara la edad de los protagonistas. Jennifer, ¿es una
cría, una adolescente? No, tiene veintidós años.
Mis dudas
venían por todo ese rollo de niñita
buena que se dedica a la pastelería. Es famosa en las redes sociales como
la «reina del pastel de plátano». Y su imagen va con ello: teñida de rubio,
vestida siempre de amarillo, sonriente y encantadora.
Me pareció entonces
una niña de quince años haciendo cupcakes
en su casa. Luego me di cuenta de que no, que era la imagen y el corazón, y el
cerebro creativo de todo un negocio con varios empleados y que gracias a ella
gana pasta gansa.
Lo peor es que
la tratan como un trapo. Su madre le dice cosas «bonitas» como que qué pintas
llevas,...
¿Sabes? Me pregunto de qué planeta vienes, Dios sabe que no es de éste.
Jennifer contesta
a los insultos diciendo «Gracias». Porque su
mecanismo de defensa es justamente:
… pretender que las palabras desagradables son, en realidad, cumplidos mal expresados, así es mejor para todo el mundo. Por ejemplo, el último comentario de mi madre se puede reformular como “Eres cósmicamente estelar”.
Su madre le
critica todo el exterior, su padre, su interior, llamándola tonta de maneras
muy crueles.
Para el
resto del pueblo, es una figura ridícula
de la que reírse o por la que sentir lástima. Jennifer aplica la misma
técnica. Si una vecina decía que era «más rara que un vegetariano en una
barbacoa», decide que en realidad es su
manera de decir que ella es «única».
Este
perfecto felpudo, siempre a las órdenes de unos padres controladores (de hecho,
ni la dejaron ir al colegio, la educaron en casa) carece de amigos. No ha
tenido una relación masculina. Nada. Lo suyo es despertarse a las tres de la
mañana y hornear sesenta horas semanales.
Insegura,
tímida y torpe socialmente, nadie le hace demasiado caso en este pueblecito de
Tennesse.
Eso tiene
una parte buena: es una mujer que mira,
y piensa, y se fija en cosas.
Este es el
motivo por lo que es la única que capta
cómo es en realidad Cletus, uno de los hermanos Winston que da nombre a la
serie. Con nombre de paleto, parece un poco tonto, un simple mecánico rodeado
de hermanos más brillantes que él. Jennifer sabe de siempre que en realidad es un tipo ladino, un genio del mal (o del
bien, según), que averigua cosas y manipula a la gente.
En cualquier
caso, no nos engañemos: sigue siendo más raro que un perro verde.
Cuando
Jennifer descubre algo negativo sobre Cletus, lo aprovecha para chantajearle. A
cambio de no delatarlo, él la tiene que
ayudar a liberarse.
En cierto
sentido, son almas gemelas. La imagen pública que proyectan se encuentra a un
mundo de distancia respecto a cómo son de verdad por dentro,…
Estamos ante
una comedia romántica muy divertida,
sobre todo en la primera mitad de la novela. Aun así, me la he ventilado en dos
días y tardé en apagar la luz por ponerme a leerla al irme a la cama. En más de
un momento se me escapaba la sonrisilla floja antes las salidas de Cletus. Las
salidas de Cletus son atómicas: dice (al parecer) lo que piensa, con mucha
retranca.
A mí me parece más NA que contemporánea, por la
edad de los protagonistas, y luego por el estilo: primera persona, turnándose Cletus
y Jennifer.
Al ser el
tercer libro de la serie, los lectores de los dos primeros ya tenían
expectativas y querían «el libro de Cletus». Ya sabéis, cuando una serie gusta,
todo el mundo espera «el libro de fulanito». Cuando llega, si no decepciona, la
gente se queda encantada, porque parte del placer venía ya en la anticipación
de ese libro particular.
Es un
sentimiento que se me escapa, ya que suelo leer libros sueltos. Sólo me meto en
una serie si tengo claro que voy a leerla entera.
La ambientación parece tan irreal, tan puro cliché sureño que me
preguntaba si todo esto no sería exageración, una deformación de la realidad
para conseguir mayor efecto cómico o dramático. Desde cómo se debe comportar
una dama (o un caballero) hasta ese cristianismo puritano que se entrevé en
muchas partes («Dios te hace responsable a ti, mujer, de la lujuria que
despiertas en el hombre»).
Lo negativo:
la cosa decae un poco en el último
cuarto de la novela, las escenas sexis me parecieron adocenadas, me rechina
un poco esa posesividad de expresiones como «mi mujer» en plan macho que
reclama a su hembra, el tradicionalismo de que todo tenga que acabar siempre en
matrimonio y fertilidad, que si te echas una amiga sea preferentemente la
hermana o la cuñada de tu pareja…
Y, finalmente,
reconozco que me desagradan las barbas.
Una es muy romana y los barbudos sólo pueden ser bárbaros o filósofos
griegos, en cualquier caso, gente poco de fiar. A mi esta moda hípster de
dejarse barbas talibanas, no me va. Donde esté una mandíbula bien afeitada,…
Recomiendo
la novela como algo entretenido a lo que dar una oportunidad, una de esas
comedias románticas como las que hacía Hugh Grant y ahora ya no sé quién las
hace, porque ando algo desconectada del cine actual. Muy ameno mientras lo ves,
aunque a los dos días no recuerdes gran cosa de la historia. Todo lo más,
recordarás a Cletus.
Digo lo
mismo que respecto a Lauren Layne: contemporánea y divertida, sin llegar a ser
como las de Julie James o Kristan Higgins, ni mucho menos SEP o Gibson, pero que
lees con mucho agrado.
Valoración personal: buena, 3
Se la recomendaría a: los aficionados a la comedia
romántica.
Otras críticas de la
novela:
No
he encontrado críticas en español, si hay alguna, por favor, enlazad abajo. En
inglés, ya digo que en All About Romance le dieron una DIK A (libro que te llevarías a una isla desierta).
Harlequin Junkie le da 5 estrellas y la considera un Top Pick.
En The Good, the Bad and the Unread, una A+.
Para Black Heart Reviews, 4 estrellas.
Geeky Mythology, 3 estrellas.
Stacia,
de Three girls & a Book Obsession considera que este es
su libro favorito de la serie.
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