sábado, 12 de mayo de 2018

Crítica: “Tough customer”, de Sandra Brown


Entretenida, aunque algo rara
Simon & Schuster, 8/2010

DATOS GENERALES
Título original: Tough Customer
Subgénero: suspense
Fecha de publicación original en inglés: agosto de 2010
Parte de un dúo: Mitchell & Associates #2

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

SINOPSIS

Colegas, amigos y amantes conocen a Dodge Hanley como un investigador privado que no deja que las normas entorpezcan su camino –en su vida privada lo mismo que en la profesional. Si rompe un corazón o fuerza la ley para atrapar a un criminal, lo hace sin dudar y sin disculparse.
Por eso es la primera persona a la que acude Caroline King –que después de una separación de treinta años que sigue plagando sus sueños– para pedir ayuda cuando un acosador enloquecido intenta asesinar a su hija… la hija a la que Dodge nunca conoció.
Tiene todo un montón de excusas para ignorar la llamada de Caroline y solo una razón para dejarlo todo y volar hasta Texas: la culpa.
La mente de Dodge está llena de recuerdos perturbadores y malas decisiones, pero llega a Houston sabiendo con total claridad que su hija, Berry, está en peligro. Se ha convertido en el objeto de deseo de un compañero de trabajo, un loco y genio con un gusto por los puzles y los juegos que se ha pasado todo un año haciendo que la vida de Berry sea un infierno, y ahora ha jurado matarla.
Dodge se alía con el ayudante del sheriff local, Ski Nyland, pero la alarmante situación va de mal en peor después de que el acosador empieza a cobrarse otras victimas y deja un ominoso reguero de pistas de que está mortalmente acercándose a Berry. Sintiendo que el asesino se acerca, Dodge, que ha sobrevivido a los peores criminales, y sus propios impulsos autodestructivos, se da cuenta de que esta vez está luchando por su propia vida.
¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No. Es de las que compré y leí en su día solo por ser de Sandra Brown.

CRÍTICA
Tough customer es la novela de suspense que Sandra Brown publicó en agosto de 2010. Entre medias, en noviembre de 2009, sacó a la luz Rainwater, que es un tipo de novela diferente. Pero como esta de Tough customer está relacionada con Smash cut, he preferido sacar las críticas de estas dos una después de otra.
En la primera de la serie conocimos a Dodge Hanley, investigador privado, ya de cierta edad, duro y fumador compulsivo.
Caroline, la mujer a la que no ha visto en treinta años, le llama para que ayude a la hija de ambos, que podría estar en peligro.
A Dodge se le ocurren mil razones para no ir. No puede abandonar Atlanta e irse a Texas durante un tiempo indefinido a hacer sabe Dios qué. Claro que al final irá, se reencontrará con Caroline y todo aquello que sintió hace años, el amor, el deseo, esa conexión tan especial con una sola persona en el mundo,… todo vuelve al pétreo Dodge y le deja como una hoja temblando al viento (emocionalmente hablando).
Me gusta ese detalle de incluir una historia amorosa de reencuentro, entre personas de cierta edad, algo poco habitual en general y en Brown en particular.
A través de flashbacks nos contará su historia, cuando Dodge era un joven policía infiltrado que espera llegar a detective y Caroline, otra pipiola, comprometida con un tipo rico que la maltrata. Tú sabes desde el principio que se enamorarán, tendrán una hija juntos y luego Dodge desaparecerá durante treinta años. Con lo enamorados que estaban, te preguntas tú, ¿qué pudo pasar para que estos dos cortaran?
La hija, Berry, no sabe que este es su padre biológico. Es una mujer profesionalmente ambiciosa, como su madre, y un poco rastrera a veces, como su padre. La acosa un compañero de trabajo, brillante en lo suyo, pero que está como una cafetera.
Ski, el ayudante del sheriff, desconfía de Berry, pero sabes que es el chico de la película en cuanto entra en escena y Berry piensa:
Incluso Berry, que había sido más alta que todos los chicos de su clase desde séptimo grado y se había graduado en el instituto con sólo unos pocos de ellos por encima, se sentía diminuta a su lado.
(Porque sí, los héroes de novela romántica podrán ser pobres, faltarles un brazo o una pierna, o tener cicatrices por todo el cuerpo, pero jamás serán más altos que sus chicas.)
((Ni gordos tampoco.))
Sigo.
Me encanta la escena inicial de Ski entrando en la casa donde ha habido un tiroteo y se va fijando en las cosas, reconstruyendo lo ocurrido a partir de evidencias sueltas. Es la «mirada profesional», la que he visto en ocasiones, sobre todo en guardias civiles, que se fijan bien en los objetos, en las personas, y toman nota mental de cosas que a la gente normal nos pasan totalmente desapercibidas.
Es también la mirada de algunos deportistas, como del golfista en el green o el pateador cuando tiene tirar a palos. Se concentran y miran. Ski es muy bueno en eso, mirando y sumando dos y dos.
Cuando empiezan a aparecer cadáveres, todos se dan cuenta de que Berry realmente está en peligro. Ni Dodge ni Ski acaban de entender la conducta del acosador, pero unen fuerzas para pillarlo.
La parte romántica es pequeñita, como es habitual en la carrera de Brown, a estas alturas.
Pensé que estaba mal valorada, y por eso no la lei en su momento.
Para mi tiene cosas que no suenan nada a Sandra Brown. Como Punto muerto, es como si la hubiera escrito otro intentando imitar su estilo. Aunque no nos ahorra un giro argumental sorprendente al final, carece de esas pequeñas bombas intrigantes que suele incluir al final de cada capítulo. En la parte de suspense, te lo da todo prácticamente mascado.
Hay aspectos de la novela que no son habituales en ella: los flashbacks, las dos historias de amor o fijarse en detalles como si un barrio es de clase media, baja o alta. No es que no hubiera gente trabajadora antes en sus libros, es que el tema socio-económico nunca se explicitaba de esta manera.
Los diálogos tampoco tienen ese filo cortante tan propio –sobre todo– de sus personajes masculinos.
Le faltaba la tensión erótico-romántica. En Brown, los personajes suelen ser misteriosos, contenidos, y parte del placer lector proviene de lo que tú deduces que están sintiendo y pensando, pero no te lo pone, blanco sobre negro, en la página. Aquí sí lo hace y es un poco,… te deshincha el ánimo, la verdad.
Algunos detalles me parecieron desaprovechados, como el hecho de que Berry no sepa que este señor es su padre biológico. Te preguntas cuándo y cómo se producirá para ella esta sorprendente revelación,… Cuando ocurre, es muy poco emocionante.
Luego está el hecho de que las parejas, no sé, no me interesaron mucho. Así como Ski tenía su punto, no conseguí que me interesara nada su historia con Berry. El me resultó un soso y ella no me cayó demasiado bien.
Me gustó muchísimo más la secundaria entre Caroline y Dodge, tanto en el pasado como en su reencuentro. Pero tiene un toque tan, pero tan agridulce,… A Caroline es que simplemente no la pillé. Fue ella quien cortó por lo sano hace treinta años, pero francamente si realmente se querían podrían haber hecho las cosas de otro modo, aunque solo fuera porque acababan de tener una hija. Y la historia actual,… la autora la termina un poco en el aire, ¿tendrán o no un futuro juntos? Como lectora optimista, yo me digo, ¡por supuesto que siguieron vivos y juntos y felices y comieron perdices…!
En conjunto, la lectura me interesó, hasta cierto punto. Me mantuvo en vilo a ver qué pasaba después. Pero me resulta demasiado irregular para recomendarla.
Es de esas que me dejan en plan «Pues bueno, pues vale», entre 2 y 3 estrellas. ¿Un cinco raspado?
Valoración personal: irregular, 2.

Se la recomendaría a: los que gusten de historias de reencuentros.

Otras críticas de la novela:

No he visto críticas en español. Si alguien conoce alguna, siéntase libre de enlazar debajo. Pongo a continuación las reseñas que he encontrado en inglés.
Reseña en Publishers weekly y en Kirkus Reviews.
RT Book Reviews la puntúa con 4 estrellas.
I’d so rather be reading no terminó la novela y la puntuó con una sola estrella 
Y termino con otra breve reseña, esta vez en Fresh Fiction.

Y como me voy a dedicar a Jayne Ann Krentz en este mes, creo que voy a dejar aparcada a Sandra Brown hasta el que viene.

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