Hasta el mejor escribano echa un
borrón
DATOS GENERALES
Título original: Crystal Cove
Subgénero: contemporánea / paranormal
Fecha de publicación
original en inglés: 2013
Parte de una serie:
Friday Harbor #4
Publicación en España: Friday Harbor
3. La cueva de cristal
Traductora: María López Carulla
Fecha Edición: 5/2013
Publicación: Vergara (Ediciones B)
Colección: Amor y aventura
SINOPSIS (según El rincón de la novela romántica)
Cuando nació Justine Hoffman su
madre le lanzó un hechizo para protegerla contra los rechazos amorosos, y como
resultado del hechizo, es incapaz de enamorarse. Finalmente, la curiosidad
irrefrenable de Justine – y su deseo de tener una vida normal – saca lo mejor
de ella, y encuentra una forma temporal de bloquear el encantamiento.
Sin embargo, cuando Justine conoce al misterioso Jason Black, desata accidentalmente una tormenta de deseo y peligro
que amenaza todo lo que le es querido… y juntos, Justine y Jason descubren que
el amor es la magia más poderosa de todas.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Estaría, como mucho, entre las diez mil mejores. Por razones que se me
escapan, en All About Romance le dieron un DIK
A y fue un Top Pick! para Romántica Times.
CRÍTICA
Acabo de releer esta novela que
cierra la serie Friday Harbor. Según compruebo por el comentario que dejé en El
rincón de la novela romántica, la leí en marzo de 2014.
Esta serie Friday Harbor gira en
torno a tres hermanos, los Nolan, en una de las islas San Juan del noroeste de
los EE. UU. Lo que ocurre es que, después de dedicar una novela a cada uno de
ellos, se lanzó a la historia de Justine Hoffmann, la prima segunda de Zoë, quien protagoniza la anterior entrega.
Una mujer atlética, que se mueve en
kayak, y ha tenido muchas parejas, pero jamás se ha enamorado. La culpa la
tiene su madre, una bruja de nacimiento, que le lanzó un hechizo. Al parecer,
todos los hombres amados por brujas acaban con una temprana muerte.
Cuando Justine descubre la
existencia de ese maleficio, decide por su cuenta hacer un contra-hechizo para
poder enamorarse.
(Sí, es una bruja, qué le vamos a
hacer, aquí Kleypas se lanzó totalmente a lo paranormal, lo cual a mí,
personalmente, me sacaba del libro cada dos por tres).
El objeto de su enamoramiento, en
plan flechazo, será Jason Black, un misterioso ejecutivo y diseñador de
videojuegos, muy sexy y distante. Un poco como aquellos protagonistas del
Seattle krentzniano de los noventa.
Este hombretón tiene un problema, carece de alma, así que cuando se muere por
lo visto es terrible porque se muere y no tiene vida después de la muerte.
(Vale, supongo que es algo muy serio
para las personas con creencias religiosas, pero no es mi caso, así que me
perdía el dramatismo del planteamiento).
Jason se quedará en la posada de
Justine. Tiene sus propios planes ocultos. Sabe que es una bruja, y que tiene
un libro secreto de encantamientos que igual le puede ayudar a resolver su
situación de vivir rápido y morir joven.
Lo que resulta inesperado es el flechazo
instantáneo que también le alcanza a él, y lo apasionado de sus sentimientos
por ella.
Aquí, Kleypas sube el termostato un
montón. Se publicó en febrero de 2013, y ya entonces estaba en lo alto de la
ola de las Cincuenta sombras… Yo no
sé si le pidieron que fuera más sexualmente explícita, o que metiera algo de
sexo raruno. Sea como fuera, al final, para mí, es lo mejor de la novela, las
escenas eróticas, en particular una de bondage
a la japonesa. Shibari, se llama,
hasta tiene página en la Wikipedia.
Me sorprendió en su momento, porque
los libros anteriores de la serie eran más bien blanquitos, una o dos escenas
sexuales y para de contar.
Pero está narrada de fábula. Yo no
sé qué mano tiene Kleypas que sabe mantener la elegancia aun siendo
intensamente sensual. Lo del sexo guarro
y arrastrado no va con ella. Aunque eso
de que te aten como un redondo de ternera suena incómodo, tal como lo cuenta
Kleypas parece excitante.
Cuando leí este libro la primera
vez, le puse un 6 sobre 10. La consideré bastante entretenida. Y tenía otras
cosas que la recomendaban, aparte de las escenas eróticas. Una es el personaje
de Jason. Kleypas supo hacer un remedo de los héroes de Krentz, ofreciéndote a
un tipo muy equilibrado, algo fatalista,
sin tiempo para dudar de sus sentimientos (eso escribí en su momento; hoy
añadiría «y que está de toma pan y moja», es que con los años cada vez soy más
superficial).
Además, Kleypas evita el
sentimentalismo. No idealiza para nada a la familia biológica y se decanta por
aquella que tú te montas en la vida. Hay madres y padres impresentables y tanto
Jason como Justine los han padecido.
Ahora se me queda en solo dos
estrellitas porque me pesa más todo el resto de la novela. Soy más impaciente con las
magufadas, más intolerante hacia este tipo de cosas.
Ya lo dije al comentar la novela en
El rincón de la novela romántica: «Lo “menos bueno” (para mí): el resto (la
“gran desgracia” de no tener alma, maldiciones, conjuros, aquelarres y
brujas...) me molesta un poquito. No me gusta cuando JAK o la Roberts lo meten
en sus historias contemporáneas, y tampoco lo disfruto cuando lo hace Kleypas».
Como me he leído las novelas
seguidas, no acabo de entender por qué Kleypas le dio este tono a la cuarta
entrega, tan diferente a las anteriores. Es como si cada novela fuera un poco
más sobrenatural que la anterior y, del mismo modo, sexualmente más explícita.
La primera viene a ser prácticamente un harlequín Bianca y esta termina rozando
la romántica erótica.
Se da la curiosa circunstancia de
que me he leído estas novelas en su traducción al español. No era el mismo traductor,
con lo que sonaba como si cada novela la hubiera escrito una persona distinta.
Pero es que, a mayor abundamiento,
no es una traducción lograda. Puse ejemplos en El rincón de la novela
romántica, y los repito aquí: «una cometa a punto de escapar de su órbita solar»
(¿no será más acertado «un» cometa?); o que alguien viste «de forma informal»
(¿habría sido más eufónico algo así como «de manera informal»?) y «¡Alabado sea
Hécate!»,… Hécate era una diosa, no un dios, lo correcto sería Alabada…
Y rematé el comentario con Menos mal que he comprado el libro, en
digital, por sólo 1,89 €. Yo creo que por eso he leído estas novelas en
español, porque estaban baratitas. Normalmente suelen ser más caras las
traducciones. Cuando pasa eso, suele ser por algo.
Valoración personal: prescindible, 2
Se la recomendaría a: los fans de Kleypas y las historias de
brujas.
Otras críticas de la novela:
En El rincón de la novela romántica tenemos varias críticas, unas más
entusiastas y otras menos.
Reseña, en Libros de Romántica.
A Lady Marian le desilusionó y lo dejó en un 6 le gustó mucho menos que los otros de la serie y se preguntaba si
no la habrían presionado para que saliera ya, y con tanto sexo por enmedio.
Paso a las críticas en inglés.
En All About Romance hay dos criticas. Una es DIK A y la otra, dedicada al audiolibro, califica esta novela con una B.
En Dear Author le pusieron una B.
Book Binge, por su parte, la puntuó 3.75/5.
☼ ☼ ☼ ☼
La primera edición de este libro fue
en febrero de 2013, con el sello Griffin de St. Martin’s. Y después, ¿qué pasó?
Kleypas no volvió a publicar nada hasta agosto de 2015. Año y medio de
silencio.
Hasta en Amazon se anunció un quinto
libro de esta serie, Lighting Bay.
Supuestamente lo protagonizaría una tal Neva Landry, propietaria de una granja
de alpacas en Friday Harbor, y su ex prometido Zacchary Logan, al que le ha
alcanzado un rayo y entonces ya no se sabe si sigue siendo un hombre normal o
un ángel disfrazado.
La autora acabó sintiéndose obligada
a anunciar que no lo había escrito, y que no sabe si alguna vez lo escribirá.
En lugar de eso, se dedicó a la cuarta de la serie Travis, La chica de los ojos de color café, que se publicó en España en
mayo de 2015 y en EE. UU. en agosto de 2015 (sí, una cosa rarísima más de ese
desafortunado libro; podéis leer mi crítica aquí).
Luego ya se lanzó a escribir los
Ravenel y… reconozco que respiré tranquila. Porque me parece una serie
estupenda.
Tengo la impresión de que la
contemporánea debe dar más dinero, porque si no, no me explico que haya autoras
consagradas de histórica que intenten dar el paso. Para mi gusto personal, no
lo han logrado ni ella ni —por ejemplo— Sherry Thomas, cuyas novelas
contemporáneas pasan sin pena ni gloria. En cambio, Courtney Milan me encanta
tanto en contemporánea como histórica; aunque tengo la impresión de que ya no
le interesa más escribir historias de amor, porque la última que publicó fue un
pestiño.
Autoras que han destacado tanto en
uno como en otro subgénero han sido Garwood y McNaught, por ejemplo, entre las
clásicas.
En el caso de Kleypas ya digo que
ojalá se me quede escribiendo histórica, que me vuelve loca de entusiasmo.
Otros dirán otra cosa, claro, a cada uno sus gustos.
Y después de leerme serie de
contemporánea, daré un paso atrás, y empezaré a releer los viejunismos de la
Kleypas que aún no tienen crítica en este mi blog. Supongo que serán novelas
peores que las que hasta la fecha han pasado por aquí. Pero quién sabe, igual
me llevo alguna grata sorpresa.
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