jueves, 8 de agosto de 2019

Crítica: “El test del amor”, de Helen Hoang

12/02/2021: Actualizo para indicar que la traducción de esta novela está anunciada para el 16 de marzo de 2021, ed. Titania.
Una de las novelas del año. Pues bueno, pues vale.


DATOS GENERALES

Título original: The Bride Test
Fecha de publicación original en inglés: 2019
Subgénero: contemporánea
Parte de una serie: The Kiss Quotient #2

SINOPSIS (según A la cama con… un libro)

Khai Diep no tiene sentimientos. Bueno, se siente irritado si la gente mueve sus cosas o satisfecho cuando cuadra la contabilidad hasta el último centavo, pero no siente emociones grandes e importantes, como la pena o el amor. Piensa que está defectuoso, pero su familia sabe que no es así y que su autismo hace que procese las emociones de un modo distinto. Cuando evita las relaciones de modo inflexible, su madre se pone manos a la obra y va a Vietnam a buscarle la novia perfecta.
Como chica mestiza viviendo en una barriada de Ho Chi Minh, Esme Tran siempre se ha sentido fuera de lugar. Cuando surge la oportunidad de ir a América y conocer a un posible marido, no puede rechazarla, pensando que es la oportunidad de solucionar los problemas de su familia. Sin embargo, lo de seducir a Khai no sale según lo previsto y los intentos de Esme solo parecen funcionar en ella, que se encuentra totalmente enamorada de una persona que está convencida de que nunca podrá devolverle su cariño.
Con el tiempo de Esme en Estados Unidos llegando a su fin, Khai se ve obligado a entender que ha estado equivocado todo este tiempo y que hay más de una manera de amar...
¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Pues sí. Aunque sea de publicación muy reciente (mayo de 2019), yo la tengo ya en mi lista en el puesto quinientos y poco, entre las mil mejores, ya que todo el mundo le da altas puntuaciones: A- en Smart Bitches Trashy Books, A-/B+ en dear author, 5 rosas en Addicted to romance, 5 estrellas para Harlequin Junkie y otras tantas en Under the Covers y en We So Nerdy. Es un Guilty Pleasures Purest Delight y merecedor de 4.5 estrellas para Smitten by Books.

CRÍTICA
Pasado el primer semestre de 2019, repaso los libros que hasta la fecha han tenido las mejores críticas, los que creo que se harán «libros del año», para leerlos –si no lo he hecho ya– y comentarlos aquí. Este es uno.
Una señora estadounidense tiene un hijo autista, Khai. Viaja hasta Vietnam para encontrarle novia. La candidata que más le gusta es una campesina que trabaja de limpiadora y camarera en un hotel.
Le propone pasar tres meses en Estados Unidos, que conozca a su hijo y ver si pueden hacer pareja y casarse. Mỹ, que no tiene muchos medios económicos, acepta. Hace las maletas y cruza el océano, dejando atrás a su abuela, su madre y su hija, niña a la que ha tenido de soltera.
La madre obliga a su hijo Khai a recibir a Mỹ en su casa, a ver si el roce hace el cariño. Mira que él es feliz viviendo a su bola, pues nada, tendrá que aceptar que se le meta en casa una desconocida… que para entonces, por cierto, se ha cambiado el nombre a Esmeralda, por el personaje Disney.
A Khai le incomoda bastante tener esta situación. La encuentra muy atractiva sexualmente, pero está decidido a que no ocurra nada. Ni espera enamorarse (se cree incapaz de amar), ni le gusta demasiado interactuar con la gente, y el roce, menos,… así que el sexo parece también descartado.
Mỹ / Esme, en cuanto le echa el ojo a Khai, bueno, guapo, y con parné, pues, ¿qué va a hacer la pobre?, intentar seducirle para casarse con él. Y enamorarse, claro, de quien te conviene, para que la cosa no suene muy mercenaria. Al fin y al cabo, estamos en una novela romántica.
Mỹ / Esme le oculta que tiene una hija. También le miente tontamente diciendo que trabaja en contabilidad como él.
A lo largo del verano tendrán que ir a bodas, donde se ponen en evidencia las escasas dotes sociales de Khai. Pero Mỹ / Esme no ceja en su empeño. Quiere convertirse en su esposa.
Eso es más o menos lo que ocurre en el primer tercio de la novela, así que no voy a hablar más del argumento. A estas alturas me pareció un libro tirando a aburridillo, luego remonta en alguna escena sexy, pero avanza por derroteros tirando a lo sentimental y remata la jugada con escenas un poquito… ¿cursis?
Reconozco que me identifiqué bastante con Khai. Lo de Mỹ / Esme me crispaba los nervios. O sea, vivo independiente, en mi casa, con las cosas colocadas como a mí me gustan, sin deseos de intimar con nadie y de repente mamá mete en mi casa (repito, en MI CASA) a una extraña, –lo de que venga de otro país es irrelevante–, con la que pretende que me case. Y esta muchacha empieza a cambiar mis cosas de sitio, a «arreglar» lo que yo no veo que esté roto,… cocina apestosos platos de pescado,… se mete en mi cama cuando a mí me gusta que esa mitad quede intacta,… me provoca sexualmente, de forma intencionada cuando, a pesar de que me excite, ya he dado a entender, por activa y por pasiva que no, que no quiero sexo con ella.
No me entendáis mal: achucharía a Khai y Mỹ / Esme. Son entrañables, quieres que las cosas les salgan bien. Pero para mí son como esos amigos a los que tienes cariño pero son un poco plastas: prefieres estar con ellos lo justo.
La novela está bien escrita, con un estilo relajado que te facilita la lectura. Gracias a ello, creo yo, me consiguió enganchar a ráfagas.
Siempre es de agradecer el toque de diversidad que le dan: un mucho de cultura vietnamita y un protagonista que se dice autista. Tiene esa sutileza de que Mỹ habla (y piensa) en vietnamita, mientras que él le contesta en inglés. Cuando ves las cosas desde su perspectiva, los nombres adquieren pronunciación vietnamita; Khai, por ejemplo, se gana un garfio diacrítico y pasa a ser Khải.
Son detallitos en los que te fijas cuando lo que te están contando no te absorbe demasiado. Como que ella tenga un esguince y no use muletas, ridícula excusa argumental para que él la coja en brazos.
La nota final de la autora hablándote de su madre como inmigrante en los EE. UU. me hizo sentir fatal. El personaje de Mỹ está inspirado en experiencias de su madre y a mí me había interesado más bien poco. No por indiferencia sino al contrario. Conozco historias mucho (pero mucho) más terribles de gente migrante. En comparación, el libro suena un poco como el «cuento de la Cenicienta», una versión romantizada de la verdadera emigración
Así que, después de sentirme mal, me cabreé un poquito: no estoy segura de que estos cuentos de hadas sirvan para concienciar a nadie, y más bien me parecen una visión un poquito distorsionada. Hasta manipuladora. A veces, condescendiente. Si de esta novela sale que, al menos, alguien empiece a empatizar con el migrante, estará bien. Solo espero que no sirve para la contrario, para dar argumentos a los xenófobos.
Me sorprenden las críticas tan maravillosas que le hacen. ¿Hemos leído el mismo libro? Creo que sí. Entonces me entra la tristeza. Tanta gente no puede estar equivocada. El problema tengo que ser yo.
Creo que cometí el error de obligarme a leer un libro solo porque está de moda. Por la sinopsis ya veía yo que no había nada de esas cosas que a mí me hacen tilín como lectora. Entonces, ¿para qué me metí en ello…?
No sos vos, soy yo. Again.
Espero que mi busca de lo mejor del año remonte. The Austen Playbook tiene buena pinta. A ver.
Valoración personal: aburrido, 2

Se la recomendaría a: quienes gusten de novelas con un toque diferente.

Otras críticas de la novela:
Como siempre que no conecto con un libro universalmente apreciado, recomiendo leer otras críticas que sean positivas, para dar una perspectiva diferente que, igual, le hacen más justicia al libro.
En español, he visto la crítica de A la cama con… un libro, que le da 4 Gandys 
Paso al inglés.
5 estrellas le da Leigh en Guilty Pleasures, Katie en We So Nerdy y Sara@Harlequin Junkie
Tenemos la A- de Smart Bitches Trashy Books
4.5 corazones le plantan en Smitten by Books

2 comentarios:

  1. Tuve una reacción muy similar a este libro. Al principio Esme me crispó los nervios también, por las razones que describes (agravado por el hecho que odio la fruta, y su insistencia en hacer que Khai comiera fruta me dio un asco terrible, jaja!). Pero además tuve otros dos problemas. Primero, que me pareció que Esme estaba descrita un poco demasiado aniñada. Y segundo, que el conflicto de "I will never be able to love" no me pareció creíble. Bah, no me pareció creíble que nunca hubieran discutido eso con su hermano, viendo la honestidad y apertura con la que lidiaban con el resto de las reacciones "atípicas" de Khai.

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    1. No me había dado cuenta, ahora que lo dices sí que resulta un poco ingenua, simple, como si ignorara muchas cosas. Y no había caído yo tampoco en lo que dices respecto a que lo lógico es que hubiese hablado de esto con su hermano, como habla de todo lo demás.

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