lunes, 26 de abril de 2021

Crítica: “A delicate deception”, de Cat Sebastian

 

Entretenida, sin más

 


DATOS GENERALES

 

Título original: A Delicate Deception

Subgénero: histórica

 

Fecha de publicación original: 12/2019

Serie: Regency impostors #3

 

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL


SINOPSIS (según Fiction Data Base)

Cuando Amelia Allenby se escapa de un agobiante salón de baile londinense en favor de la tranquila soledad del campo en Derbyshire, lo último que desea es encontrarse a un tipo extremadamente grande aunque, según admite ella misma a regañadientes, pasablemente atractivo, que perturba sus paseos diarios. Instruir a este topógrafo sobre derechos de propiedad no funciona y, de alguna manera, pronto hábilmente se abre camino hacia los pasteles de limón, largas caminatas y besos peligrosamente embriagadores.

El último sitio en el que Sydney deseaba estar es en las ruinas de Pelham Hall, la propiedad heredada donde perdió todo. Pero mientras espera a su viejo amigo, el duque de Hereford, se encuentra cada vez más cautivado por la enloquecedoramente encantadora y excepcionalmente extraña Amelia. Pronto descubrirá que mantener su propiedad de Pelham Hall en secreto es tan imposible como no enamorarse de ella.

Pero cuando el duque de Hereford llega, se revela la estratagema de Sydney y lo que empezó como un delicado engaño, se ha convertido en un amor demasiado poderoso para ignorarlo. ¿Permitirán que toda una vida de dolor se interponga entre ellos o podrán estas dos almas perdidas encontrar el amor y la paz el uno en el otro?


¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica?

Estaría, quizá, entre las cinco mil mejores novelas. Tuvo calificaciones de A tanto en All About Romance como en Smart Bitches Trashy Books y The Good, the Bad and the Unread. Además, tiene ese elemento tan atractivo del héroe beta.


CRÍTICA

He leído prácticamente todas las novelas que ha publicado Cat Sebastian, y las he disfrutado. Escribe novela histórica ambientada en el siglo XIX inglés.

En este caso tenemos una mujer de buena familia que se llama Amelia y que vive recluida en un cottage en mitad del campo de Derbyshire, junto con una acompañante que fue su institutriz. Amelia se gana la vida escribiendo novelas históricas y le gusta una vida tranquila y solitaria.

Da paseos por el bosque, por el agro, algo que realmente me gusta. 

(La gente paseaba más de antes. Es una costumbre que habría que recuperar. Cualquiera de nosotros puede perfectamente salir de su casa y empezar a andar y tirarte una hora andando aunque sea por las calles de una ciudad… Siempre que no estés confinado, claro. Solo necesitas calzado cómodo. En estos tiempos es una buena manera de airearse mientras estás escuchando tu música o podcast favoritos,… o simplemente el ruido de la ciudad o los pajaritos o campanos del campo. Yo lo practico, por lo que lo aconsejo a cualquiera. Es un ejercicio que no te cuesta apenas nada y que te sirve para mantenerte en forma y mentalmente te distrae.)

La cosa es que Amelia, en uno de sus paseos, se encuentra con un tipo fortachón de una pinta algo amedrentadora. A ella, más qué miedo, siente disgusto porque quiere estar sola. No le gusta tropezarse con extraños, y lo demuestra mostrándose muy poco amable.

Este señor se llama Sydney. Es un ingeniero de ferrocarriles, educado como cuáquero aunque no es un tipo al que veas practicar ninguna creencia religiosa. Sí conserva muchos de los rasgos de ese entorno: principalmente, está en contra de las cosas complicadas y superfluas.

Sydney perdió a su hermano y a su cuñada hace un par de años. Aún está en proceso de duelo. Su cuñada era hermana de un duque, duque que por cierto fue su amante (de Sydney) hace años; ahora son simplemente buenos amigos.

El casoplón de aquellos difuntos es ahora propiedad de Sydney. También el cottage en el que vive Amelia le pertenece. Lo que pasa es que ella no lo sabe porque no se han intercambiado más que sus nombres.

Estos dos desconocidos empiezan a hablar cuando el perro que acompaña a Amelia muerde a Sydney; aunque le hace poquita cosa, no sufráis. A partir de ahí hablan y se sienten a gusto el uno con el otro. Esto los lleva a tener una relación hasta cierto punto apasionada… ¿hasta qué punto? Bueno, pues hasta el punto que os podéis imaginar.

Cuando ella descubra quién es Sydney, con la llegada del duque, se siente traicionada. La confianza tenue que tenían el uno en el otro se rompe. Comenzará así un proceso de enamoramiento más lento pero más auténtico entre las personas que son ellos en realidad.

Como es de Cat Sebastian, lógicamente no puede ser una novela cishet normal y corriente. Tanto Amelia como Sydney son bisexuales, el duque es tirando a gay y Georgiana (la acompañante de Amelia) es asexual. También hay algún otro personaje gay por ahí rondando. 

Esta diversidad ni añade ni quita nada a la novela. Está bien que haya personajes distintos, por aquello de que en la realidad también los hay. Es como el color de los ojos, está bien que no todo sean ojos azules, verdes o violetas, sino que los haya marrones, como la mayor parte de la gente. Con la diferencia de que obviamente tener una sexualidad diferente a lo normal, en aquellos tiempos, te podía llevar a la cárcel. Pequeño detalles que no conviene olvidar.

Pero vamos, yo creo que las críticas entusiastas que he visto por ahí se refieren más a este aspecto queer, de novela con diversidad. Me parece estupendo, pero no es a día de hoy algo que convierta un relato en algo especial.

Para mí fue una lectura entretenida, sin más. 

Hubo momentos muy lentos, otros en los que creo que no me llega a caer bien sobre todo ella. Entiendo que tiene fobia social y ansiedad y su solución para el problema es simplemente aislarse en el campo. Bien, vale, si esa es su forma de tratar un trastorno de comportamiento, y se lo puede permitir económicamente, pues vale, que no trate con nadie… 

No estoy segura de que sea la forma correcta de tratarlo. Tengo la impresión de que, de un tiempo a esta parte, el padecer un determinado trastorno o enfermedad mental se está convirtiendo en otra forma de identidad. Es decir, no algo que haya que tratar terapéuticamente, sino que eres así, y los demás te tienen que aceptar, sí o sí. ¿No será otro tipo de fantasía? ¿Es útil este enfoque?

Me gustaría preguntarle a un psiquiatra o un psicólogo si esto sería un enfoque apropiado. ¿No le vendría mejor una buena terapia cognitiva conductual para lograr una respuesta menos estresante a situaciones cotidianas? 

Le doy demasiadas vueltas, al fin y al cabo es solo un personaje ficticio, y en el contexto de la novela, el aislamiento le sirve, y su final feliz se logra construyendo a su alrededor una familia de gente queer que se entienden los unos a otros y que pueden ser ellos mismos.

Si te gusta Cat Sebastian, este es un buen libro porque te entretiene. Pero si no la has leído, creo que hay otros libros suyos que a mí me gustan muchísimo más, En particular, The soldier’s scoundrel, novela a la que di la máxima puntuación, cinco estrellas. Ningún otro libro suyo me ha vuelto a gustar tantísimo.

 Sabe mantener un buen nivel en todas sus obras. Te entretienen los personajes, con su atractivo y la trama es la justa para que pueda mantenerte enganchado. Súmale diálogos bastante agradables y una parte sexual explícita, ¿qué más quieres?

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: amantes del romance tradicional con toque queer.

Otras críticas de la novela:

Sólo he visto críticas en inglés, y en general ha gustado:

DIK A en All About Romance.

A en The Good, the Bad and the Unread.

A- en Smart Bitches Trashy Books

4 estrellas le da Elley the Book Otter

3 ½ corazones en Smitten by Books

3 ½ estrellas, en Harlequin Junkie

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