miércoles, 7 de abril de 2021

Crítica: “Una mujer peligrosa”, de Jennifer Crusie

 

Fantasía sobre el Halcón Maltés, con su miajita de humor


DATOS GENERALES


Título original: What the lady wants

Fecha de publicación original en inglés: 6/1995

Subgénero: genérica contemporánea

Series: Harlequin Temptation – 544 / Mills & Boon Temptation - 492

 

En España:

ISBN 13: 978-84-396-4599-3

Traductora: Ángeles Aragón López

Edición: 8/1995, Harlequin Ibérica

224 págs

Colección: Harlequín supernovela, 138


SINOPSIS (en Harlequineras)

Mitch Peatwick sabía que no estaba hecho para ser detective privado. Fotografiar esposos infieles y perseguir mujeres adúlteras le había hecho cínico respecto al amor. Pensaba dejarlo... pero entonces la atractiva Mae Sullivan entró en su oficina. Aquella mujer castaña tenía un cuerpo peligroso, y unos parientes más peligrosos todavía, pero era un caso que Mitch no podía rechazar.

Mae quería que Mitch encontrara al asesino de su tío y la fortuna desaparecida de su familia. Buscaba un hombre en el que pudiera confiar, no como los demás hombres de su vida. Buscaba a un hombre que la quisiera un poco.

Mich no tardó en deducir que ella lo deseaba. ¿Qué diablos iba a hacer al respecto?

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

En un sentido muy amplio, sí que es de las que tiene algo especial. En mi lista, está ahora en torno al puesto tres mil. What the lady wants consiguió ser un DIK A- para All About Romance, Mrs. Giggles lo incluye entre sus Keepers, con puntuación de 93, y es uno de esos favorite funnies de todos los tiempos.

CRÍTICA

La portada es, simplemente, horrenda. Por una vez, viene fea de origen, ya que en español se copió la del original. No he visto autora con peores portadas que la Crusie.

¿Qué habrá la Jenny para merecer tales atentados de lesa estética? Que algo sea gracioso no exige portadas grotescas. Hoy en día le pondrían una portada colorinchi de cómic a estas comedietas.

Este libro pertenece a la primera época de Jennifer Crusie, cuando escribió novelas cortas genéricas para Harlequin y Loveswept. Es continuación, por así decirlo, de Extraños amantes: Tess y Nick aparecerán aquí como secundarios, amigos del protagonista.

Ambas se publicaron en la línea Harlequin Temptation. Para la wiki dedicada al romance, hoy desaparecida, los HT establecieron «el estándar de los romances modernos. En lugar de ricos jeques y vírgenes inocentes, esta línea presentaba hombres y mujeres fuertes, conectados con sus naturalezas sexuales».

(Curioso, otra página de romántica más que veo desvanecerse. Ya he perdido la cuenta. Cualquier día cierran All About Romance, ya verás).

Mae, la protagonista, es una muchacha huérfana que ha sido criada en casa de su tío Armand. Ahora este ha muerto, ella necesita encontrar su diario, algo clave para conseguir el dinero necesario para cuidar de aquellos a quienes aprecia.

Creyendo que un detective privado no va a interesarse por el caso del diario desaparecido, decide aliñar un poco la historia, diciendo que su tío, que murió de un ataque al corazón, en realidad ha sido asesinado.

Y para redondear el interés, se viste en plan mujer fatal, para seducir con su encanto a (ella se imagina) un detective de medio pelo y no particularmente listo.

Dará, sin embargo, con Mitch. Ha fantaseado toda su vida con ser un Sam Spade de la vida real, esperando largo tiempo a que aparezca la sexi y traidora O’Shaugnessy a la que poder soltar aquello de Te voy a entregar. Lo probable es que escapes con cadena perpetua. Eso quiere decir que estarás libre dentro de veinte años. Eres un ángel. Te estaré esperando… Si te ahorcan, siempre te recordaré.

Pero ni ella es una Brigid, ni él un Sam. De hecho, Mitch Peatwick Kincaid es, en realidad, un bróker que trabaja como detective y vive en un antro infecto por culpa de una apuesta tonta.

Su investigación en busca del diario, o del responsable de un asesinato en el que ni la propia Mae cree, les llevará a intimar, a frases muy ingeniosas, pareciéndose más a Grant/Hepburn que a Bogart/Astor.

Crusie logra el ritmo de las comedias de los treinta, las escenas medidas, los diálogos cortantes… Y, ¿qué decir de los secundarios? Sobresalen los peligrosos parientes de Mae, deseosos de mandar a Mitch al fondo del río, con los pies en el cemento. Ponen su punto de humor negro a la historia.

Es alucinante cómo, en un formato tan breve, es capaz de meter tanta cosa, tanto personaje, tramas diversas y conversaciones tan asombrosas.

Como es habitual en Crusie, hay elementos que se repiten.

1… Una heroína toda determinación que no admite tonterías.

2… Un héroe tranquilo que prefiere pensar y observar, que no pretende imponerse, sino echarle una mano, si hace falta. Solo si hace falta.

3… Personajes femeninos de talla. Aquí, June, la figura materna que ha criado a Mae, atractiva y que parece conocer mejor que Mae por dónde van a ir las cosas.

4… Un perro porque, claro, es una de Jennifer Crusie. Bob, un tipo de lo más tontorrón.

5… Referencias cinematográficas, porque creo que El Halcón Maltés omnipresente es más la peli de Huston que la novela de Hammett.

Como todos los harlequines que escribió Crusie, resulta muy entretenida, con un tono humorístico que encaja en lo que hoy llamaríamos comedia romántica. Mucho chiste feminista, diría yo. Mala leche y humor negro.

—No pareces de treinta y cuatro años.

—Eso es porque no estoy casada – la sonrisa de Mae parecía hecha de cemento armado —. El matrimonio tiende a envejecer a la mujer.

—No hace gran cosa por el hombre, tampoco.

—En realidad, sí. Los hombres casados tienen una vida más larga que los solteros.

—No, solo se les hace más larga.

Hay una conversación antológica, en la que Mitch le explica su teoría de por qué los hombres son infieles por naturaleza. Inolvidable. Da lugar, de paso, a más de una réplica a cuenta de la conquista del Oeste.

Ya digo que lo mejor de la autora es ese ritmo que consigue, tan de comedia viejuna. La parte amorosa y sexual cumple, aunque no te quede muy claro por qué al final estos dos se enamoran.

El problema que tengo a veces con las novelas de Crusie es esa sensación de que el final feliz no es del todo creíble. Es un poco lo que, por otros motivos, me pasa con Rachel Gibson. Sabe hacer tan bien protagonistas escépticos con la vida y el compromiso, que no te los crees del todo cuando dicen que han cambiado y ahora que están enamorados todas esas tontás que dijeron ya no se las creen.

Tengo la impresión de que las mejores novelas de Crusie ya las he leído, y ahora ando tapando los huecos que me quedan en su bibliografía con historias bastante entretenidas, que sobresalen entre los cientos, miles de harlequines de los noventa, pero que tampoco es que te vayan a cambiar la vida.

No es para que te vuelvas loca buscándolo, pero si tienes la oportunidad de leer esta historia a precio razonable, seguro que pasas un buen rato y sonríes más de una vez.

La he leído en inglés original, que estaba a un precio razonable. No sé cómo estará la traducción al español, ni siquiera si estará en alguna librería de segunda mano.

Otra novela menos de Crusie. Pocas me quedan ya por leer. Y creo que jamás veré su nombre en ninguna otra portada. Sí, otra de mis favoritas missing total.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: los aficionados a las comedias románticas de los años treinta.



Otras críticas de la novela:

A pesar de estar traducida, no he encontrado críticas en español de esta novela. Se ve que un harlequín de 1995 les parece muy viejuno. Con esa portada, no me extraña, para leer a Crusie hay que descubrirla detrás de portadas horrendas.

All About Romance, DIK A-. 

Hot Sauce (Mrs. Giggles) 5 Oogies

Book Binge, 4 ½ estrellas

En sus críticas exprés de las novelas de Jennifer Crusie, Candy le dio un B+.

Another Look Book Reviews le da 3 corazones

Si quieres leer una crítica en… estonio, si mi traductor de Google es correcto, aquí tienes una que valora la novela en 10/9.  

2 comentarios:

  1. Pues si, la portada es bastante fea, pero si la miras bien tiene su gracia. ¿No es demasiado larga esa corbata de lunares?

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    1. Es tremenda... No me había fijado, pero sí, la corbata es demasiado larga (¿Algo subliminal en eso...?). Todo el outfit es viejuno y atroz. A mí el morro torcido de ella me recuerda a la actriz Sandra Bernhard.

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