Título
original: What the lady wants
Fecha
de publicación original en inglés: 6/1995
Subgénero: genérica contemporánea
Series: Harlequin Temptation – 544 / Mills & Boon
Temptation - 492
En España:
ISBN
13: 978-84-396-4599-3
Traductora:
Ángeles Aragón López
Edición:
8/1995, Harlequin Ibérica
224
págs
Colección:
Harlequín supernovela, 138
SINOPSIS
(en Harlequineras)
Mitch Peatwick sabía que no estaba
hecho para ser detective privado. Fotografiar esposos infieles y perseguir
mujeres adúlteras le había hecho cínico respecto al amor. Pensaba dejarlo...
pero entonces la atractiva Mae Sullivan
entró en su oficina. Aquella mujer castaña tenía un cuerpo peligroso, y unos
parientes más peligrosos todavía, pero era un caso que Mitch no podía rechazar.
Mae
quería que Mitch encontrara al asesino de su tío y la fortuna desaparecida de
su familia. Buscaba un hombre en el que pudiera confiar, no como los demás
hombres de su vida. Buscaba a un hombre que la quisiera un poco.
Mich
no tardó en deducir que ella lo deseaba. ¿Qué diablos iba a hacer al respecto?
¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
En un sentido muy amplio, sí que es de las que
tiene algo especial. En mi lista, está ahora en torno al puesto tres mil. What
the lady wants consiguió ser un DIK
A- para All About Romance, Mrs. Giggles lo incluye entre sus Keepers, con
puntuación de 93, y es uno de esos favorite
funnies de todos los tiempos.
CRÍTICA
La portada
es, simplemente, horrenda. Por una vez, viene fea de origen, ya que en español
se copió la del original. No he visto autora con peores portadas que la Crusie.
¿Qué habrá la Jenny para merecer tales atentados de lesa estética? Que
algo sea gracioso no exige portadas grotescas. Hoy en día le pondrían una
portada colorinchi de cómic a estas comedietas.
Este libro
pertenece a la primera época de Jennifer Crusie, cuando escribió novelas cortas
genéricas para Harlequin y Loveswept. Es continuación, por así decirlo, de Extraños amantes: Tess y Nick
aparecerán aquí como secundarios, amigos del protagonista.
Ambas se
publicaron en la línea Harlequin Temptation. Para la wiki dedicada al romance, hoy
desaparecida, los HT establecieron «el estándar de los romances modernos. En
lugar de ricos jeques y vírgenes inocentes, esta línea presentaba hombres y
mujeres fuertes, conectados con sus naturalezas sexuales».
(Curioso,
otra página de romántica más que veo desvanecerse. Ya he perdido la cuenta.
Cualquier día cierran All About Romance, ya verás).
Mae,
la protagonista, es una muchacha huérfana que ha sido criada en casa de su tío
Armand. Ahora este ha muerto, ella necesita encontrar su diario, algo clave
para conseguir el dinero necesario para cuidar de aquellos a quienes aprecia.
Creyendo
que un detective privado no va a interesarse por el caso del diario
desaparecido, decide aliñar un poco la historia, diciendo que su tío, que murió
de un ataque al corazón, en realidad ha sido asesinado.
Y
para redondear el interés, se viste en plan mujer fatal, para seducir con su
encanto a (ella se imagina) un detective de medio pelo y no
particularmente listo.
Dará,
sin embargo, con Mitch. Ha fantaseado toda su vida con ser un Sam Spade de la
vida real, esperando largo tiempo a que aparezca la sexi y traidora
O’Shaugnessy a la que poder soltar aquello de Te voy a entregar. Lo probable es que escapes con cadena perpetua. Eso
quiere decir que estarás libre dentro de veinte años. Eres un ángel. Te estaré
esperando… Si te ahorcan, siempre te recordaré.
Pero
ni ella es una Brigid, ni él un Sam. De hecho, Mitch Peatwick Kincaid es, en realidad, un bróker que trabaja como
detective y vive en un antro infecto por culpa de una apuesta tonta.
Su
investigación en busca del diario, o del responsable de un asesinato en el que
ni la propia Mae cree, les llevará a intimar, a frases muy ingeniosas,
pareciéndose más a Grant/Hepburn que a Bogart/Astor.
Crusie
logra el ritmo de las comedias de los treinta, las escenas medidas, los
diálogos cortantes… Y, ¿qué decir de los secundarios? Sobresalen los peligrosos
parientes de Mae, deseosos de mandar a Mitch al fondo del río, con los pies en
el cemento. Ponen su punto de humor negro a la historia.
Es
alucinante cómo, en un formato tan breve, es capaz de meter tanta cosa, tanto
personaje, tramas diversas y conversaciones tan asombrosas.
Como
es habitual en Crusie, hay elementos que se repiten.
1…
Una heroína toda determinación que no admite tonterías.
2…
Un héroe tranquilo que prefiere pensar y observar, que no pretende imponerse,
sino echarle una mano, si hace falta. Solo si hace falta.
3…
Personajes femeninos de talla. Aquí, June, la figura materna que ha criado a
Mae, atractiva y que parece conocer mejor que Mae por dónde van a ir las cosas.
4…
Un perro porque, claro, es una de Jennifer Crusie. Bob, un tipo de lo más
tontorrón.
5…
Referencias cinematográficas, porque creo que El Halcón Maltés omnipresente es más la peli de Huston que la
novela de Hammett.
Como
todos los harlequines que escribió Crusie, resulta muy entretenida, con un tono
humorístico que encaja en lo que hoy llamaríamos comedia romántica. Mucho
chiste feminista, diría yo. Mala leche y humor negro.
—No
pareces de treinta y cuatro años.
—Eso
es porque no estoy casada – la sonrisa de Mae parecía hecha de cemento armado —.
El matrimonio tiende a envejecer a la mujer.
—No
hace gran cosa por el hombre, tampoco.
—En
realidad, sí. Los hombres casados tienen una vida más larga que los solteros.
—No,
solo se les hace más larga.
Hay
una conversación antológica, en la que Mitch le explica su teoría de por qué
los hombres son infieles por naturaleza. Inolvidable. Da lugar, de paso, a más
de una réplica a cuenta de la conquista del Oeste.
Ya
digo que lo mejor de la autora es ese ritmo que consigue, tan de comedia viejuna. La parte amorosa y sexual cumple, aunque no te quede muy claro
por qué al final estos dos se enamoran.
El
problema que tengo a veces con las novelas de Crusie es esa sensación de que el
final feliz no es del todo creíble. Es un poco lo que, por otros motivos, me
pasa con Rachel Gibson. Sabe hacer tan bien protagonistas escépticos con la
vida y el compromiso, que no te los crees del todo cuando dicen que han
cambiado y ahora que están enamorados todas esas tontás que dijeron ya no se
las creen.
Tengo
la impresión de que las mejores novelas de Crusie ya las he leído, y ahora ando
tapando los huecos que me quedan en su bibliografía con historias bastante
entretenidas, que sobresalen entre los cientos, miles de harlequines de los
noventa, pero que tampoco es que te vayan a cambiar la vida.
No
es para que te vuelvas loca buscándolo, pero si tienes la oportunidad de leer
esta historia a precio razonable, seguro que pasas un buen rato y sonríes más
de una vez.
La he leído
en inglés original, que estaba a un precio razonable. No sé cómo estará la
traducción al español, ni siquiera si estará en alguna librería de segunda mano.
Otra novela
menos de Crusie. Pocas me quedan ya por leer. Y creo que jamás veré su nombre
en ninguna otra portada. Sí, otra de mis favoritas missing total.
Valoración personal: buena, 3
Se la recomendaría a: los aficionados a las
comedias románticas de los años treinta.
Otras críticas de la
novela:
A
pesar de estar traducida, no he encontrado críticas en español de esta novela.
Se ve que un harlequín de 1995 les parece muy viejuno. Con esa portada, no me
extraña, para leer a Crusie hay que descubrirla detrás de portadas horrendas.
All About Romance, DIK A-.
Hot Sauce (Mrs. Giggles) 5 Oogies.
Book Binge, 4 ½ estrellas.
En
sus críticas exprés de las novelas de Jennifer Crusie, Candy le dio un B+.
Another Look Book Reviews le da 3 corazones.
Si quieres leer una crítica en… estonio, si mi traductor de Google es correcto, aquí tienes una que valora la novela en 10/9.
Pues si, la portada es bastante fea, pero si la miras bien tiene su gracia. ¿No es demasiado larga esa corbata de lunares?
ResponderEliminarEs tremenda... No me había fijado, pero sí, la corbata es demasiado larga (¿Algo subliminal en eso...?). Todo el outfit es viejuno y atroz. A mí el morro torcido de ella me recuerda a la actriz Sandra Bernhard.
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