Un par de
amigos con mucha química
DATOS GENERALES
Título original: Queen move
Subgénero: contemporánea
Fecha de publicación: 6/2020
Parte de una serie: All
the King’s Men #3
Páginas: 300
SINOPSIS (según Fiction Data Base)
Ambición. Venganza amor
El chico al que siempre
sentí como mío ahora es el hombre que no puedo tener...
Busca un poco y encontrarás fotos mías en la bañera con Ezra Stern.
No pienses mal, teníamos seis meses.
Escarba un poco más y uno de nosotros puede confesar que reservamos nuestro
primer beso el uno para el otro.
Los más torpes, húmedos, descuidados… y espectaculares treinta segundos de
mi adolescencia.
Adéntrate en nuestros asuntos y verás dos familias, más unidas que la
sangre, separadas en un instante.
Veinte años después, mi «patito torpe» y mejor amigo de la infancia, el
niño en que nadie se fijaba, es un hombre al que nadie puede ignorar.
Más fino, feroz,
inteligente.
Ajeno.
Dime que está mal.
Dime que el chico al que siempre sentí como mío es ahora el hombre que no
puedo tener.
Cuando nos encontramos de nuevo, todo se mete por medio: secretos,
mentiras, promesas.
Pero no hemos llegado tan lejos para abandonar ahora.
Y sé justo qué movimiento tengo que hacer si quiero hacerlo mío.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, entró en mi lista de mil mejores novelas, versión de 2021, en el
puesto 409. Tuvo críticas
estupendas: DIK A en All About
Romance, 5 estrellas Amy Dickinson,
Simply Love Book Reviews (y Guilty pleasures Purest Delight, que viene a ser lo
mismo), y Kimberly Faye Reads, además de ser favorito de Natasha is a Book
Junie y (un)Conventional Bookworms. Ganó el premio Swoon de 2020 para la narración
del audiolibro narrado por Eboni Flowers y Jacobi Diem. También lo escogieron
entre lo mejor del año en la página web All About Romance, Caroline, Kristen y
The Oprah’s Magazine, Jen de Smexy Books, y Natasha is a Book Junkie la escogió
entre lo mejor del año en la categoría most compelling characters. Tiene
ese tópico tan atractivo de los friends to lovers.
CRÍTICA
La tercera entrega de serie All the
King’s Men es una novela autoconclusiva, a diferencia de los dos primeros, que
eran un dueto sobre la misma pareja.
Recurre a dos tópicos que a mí me
suelen gustar, friends to lovers y second chance.
Empieza fuerte, cuando Kimba acude
al funeral de su padre. Acude a darle el pésame Ezra Stern.
Hace dos décadas que no se ven. Pero
es como si hubieran estado juntos ayer mismo, como si los años no hubieran
pasado. Toda la amistad, y la atracción que sintieron, revive al instante.
Pero Ezra está con su hijo y la
atractiva madre de este. Así que Kimba no puede ni plantearse iniciar nada con
él. «Pertenece» a otra. Salto adelante dos años después…
Kimba trabaja de asesora en campañas
electorales, con bastante éxito. Él ha montado una institución educativa y va a
sacar su primer libro.
Kimba y Ezra nacieron justo el mismo
día. Eran vecinos que compartieron experiencias desde que eran bebés. Llegada la
adolescencia, aquello se transformó casi sin sentir en un enamoramiento muy
dulce. Compartieron un primer beso, inocente pero apasionado.
Hasta que la relación entre sus
familias se rompió… y se han tirado veinticuatro años sin verse.
Se separaron a los trece años y se
reencuentran con treinta y siete, con él con pareja fija y niño de diez años.
Ella no ha tenido ninguna relación estable, solo líos puramente sexuales.
El reencuentro me pareció lo mejor
de la novela. Muy fuerte, espectacular la intensidad de los sentimientos al
volver a echarse el ojo encima. Las dificultades de Ezra con su pareja, cómo
van (re)conociéndose Ezra y Kimba, las dudas de si empezar algo o no... Química
que funciona de sobra.
Llegó un momento en que todo el
pescado estaba vendido. Estaban juntos y enamorados, decididos a dar una
oportunidad a lo suyo. Y yo veía que quedaba bastante libro. Tenía la impresión
de que la autora alargaba la cosa, dando tiempo a que se formara el drama… Como
es Kennedy Ryan, tenía que venir algo para separarlos, o complicarles la vida,
como si la perimenopausa de Kimba no bastara…
Cuando llegan los problemas, no es hostiazo
como en la anterior, sino más bien mñé, un poco por justificar que el happy ending estuviera cien páginas más
allá.
Así que la parte de reencuentro y enamoramiento
es precioso… pero en sí, cabe en un dedal.
El friends to lovers es de esos en que los dos empiezan a mirarse con
otros ojos al mismo tiempo, cuando son jovencitos. Todo pasa muy natural, como
que no dejan de ser amigos por el hecho de que se amen.
El tópico second chance tiene varias exigencias. Primero, que lo que los
separó en el pasado fuera algo serio, no una chorradita por la que les pierdas
el respecto a los personajes. Aquí se cumple, porque eran unos críos y los
padres de Ezra se lo llevaron lejos.
Segundo, aquello que los separó
tiene que quedar bien superado para que su final feliz sea creíble. Claro,
estando en la treintena, lo tienen superado de sobra.
Tercero, la second chance requiere también que haya alguna explicación lógica
para que estos dos no se reencontraran antes. Se supone que son el amor de su vida,
el alma gemela, la persona única en el mundo, y es así desde que son bebés…
Entonces, ¿por qué se han tirado 24 años sin intentar contactar el uno con el
otro…?
Es lo que suena menos convincente,
que no intentaran en ningún momento ser, al menos, amigos en Facebook.
No me gustó nada que la médico de
Kimba la recomienda homeopatía para la perimenopausia. No me pareció muy serio
cómo trataban este trastorno, como si el único problema es tenga dificultades
para concebir. No, la cosa es peor, el descenso de hormonas afecta a mogollón
de aspectos de tu salud, por lo que tonterías las justas.
Si hace falta terapia sustitutiva,
hace falta, y no conviene que pierdas el tiempo con azucarillos.
La menopausia, temprana o no, lo que
te dice es que se acabó el tiempo de hacer el tonto. Tienes que comer sano y hacer
ejercicio (pero en condiciones, de fuerza y cardio, no solo yoga),… porque si
no, en una década una caída tonta acaba rompiéndose media docena de huesos.
Como le oí a un médico en el podcast
de la Mitre, no dejas de hacer ejercicio porque envejezcas, sino que envejeces porque dejas de hacer ejercicio.
Creo que es lo que más me disgusta
de esta novela, esta Kimba en plan Steve Jobs.
Debe ser cosa de la autora, no del
personaje. Ya en Hook shot sacó su
ramalazo magufo con el vudú. Aquí lo saca tratando una
enfermedad real con pseudoterapias.
Aparte de eso, la novela te saca
otros dos estereotipos que me ponían de los nervios. Por un lado la típica
amiga petarda a la que no ve tampoco desde hace años pero de repente son
amiguísimas y se cuentan intimidades.
Luego es novela con niño, algo que
realmente no me gusta. El hijo de Ezra es una criatura ideal, guapo, listo,…
sin el menor problema con sus padres ni con nada. Y que obviamente desaparece
de manera oportuna cuando toca que Ezra y Kimba tengan sexo.
Son esas cositas las que bajan un poco me aprecio de esta novela. En general, me resultó entretenida, me gustó leerla, sobre todo por lo interesantes que son los personajes. El estilo narrativo de Kennedy Ryan también es un punto, se te hace fácil, te atrapa, te crea mundos enteros con pocas palabras…
Eso sí, sigue siendo primera persona
dual, y en su caso, como en el de tantas otras, la «voz» de un personaje es
indistinguible de la del otro.
En conjunto, cosas buenas y cosas malas, pero es de las que merece la pena, para mí.
Valoración personal: buena, 3
Se la recomendaría a: quienes disfruten con estos disgustos.
Otras críticas de la novela:
En español he encontrado esta reseña de Café & Gotas de tinta, que la pone como recomendable.
Paso al inglés.
All About Romance, DIK A.
Simply Love Books review, purest delight.
Kimberly Faye Reads, 5 estrellas.
Natasha is a Book Junkie, 5 estrellas.
(un) Conventional Bookworms, 5 gusanitos.
Muy de acuerdo con lo de que envejeces porque dejas de hacer ejercicio (es necesario sobre todo de fuerza). A mí me gusta el tópico de amigos a amantes pero no tanto el de las segundas oportunidades, pero claro, depende de como te lo cuenten.
ResponderEliminarSí, tienes razón, todo depende de cómo te lo cuenten.
EliminarA mí lo que dijo aquel médico me dejó clavada, y más un año en que he bajado un poquito el ejercicio por temas laborales. Los ejercicios de fuerza me cuestan un poco, lo reconozco, a ver si para el 2023 hago más.
Pues yo ya le cogí el gusto a las pesas y lo mejor es lo bien que sientan a mi estado de ánimo. Duermo muchísimo mejor.
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