martes, 20 de diciembre de 2022

Crítica: “Unwrapping her perfect match”, de Kat Latham


Novelita navideña con un tipo armario empotrado

 


DATOS GENERALES

 

Título original: Unwrapping Her Perfect Match

Subgénero: contemporánea

Fecha de publicación original en inglés: 2014

Parte de una serie: London Legends #3.5

 

SINOPSIS (según Fiction DB

Midiendo un metro ochenta y cinco, Gwen Chambers se ha sentido una giganta toda su vida. Es una enfermera capaz y calmada, que salva vidas en un ajetreado hospital londinense, pero los hombres sanos le provocan palpitaciones. Cuando el inmenso rugbista «Pequeño» John Sheldon la convence para que puje por él en una subasta de su equipo para recaudar fondos, ella descubre lo deliciosas que pueden llegar a ser las palpitaciones del corazón.

John ha deseado a Gwen desde la primera vez que la ve, pero cuando resulta lesionado en un partido justo antes de la Navidad, de repente también la necesita. Esta sexi enfermera puede ayudarle a recuperarse, y no solo eso, también puede ayudarla a cuidar a su hija, una tímida niña de diez años que solo habla francés.

Desde decorar el árbol de Navidad hasta patinar en la Torre de Londres, Gwen ayudará al padre y la hija a abrirse y formar lazos entre ellos, y al mismo tiempo ella se siente unida a ellos. Pero cuando el agente de John lo llama, con una oferta que le puede cambiarle la vida, Gwen tiene que decidir hasta dónde está dispuesta a ir por su pareja perfecta. ¿Será su primera Navidad también la última?


¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

No, la tengo entre las diez mil mejores, allá por el puesto ocho mil y pico, gracias a que Jayne (de Dear Author) la escogió entre lo mejor del año y también las 5 estrellas que le dieron en Ramblings of a Day Dreamer.


CRÍTICA

Esta es la primera historia que leí de Kat Latham, allá por 2016, y me dije que no sería la última. Y tanto. A estas alturas, creo que ya me he leído todas las suyas…

Descubrí a Kat Latham cuando escribió un post en Dear Author sobre rugby union en 2015, durante la Copa Mundial de Rugby. Normalmente me gusta el romance deportivo, pero era la primera vez que veía uno que girase en torno a un equipo de rugby, así que me encantó darle una oportunidad.

Me gustan los romances deportivos, y el rugby, y lamento que no haya más series en torno a equipos del oval. Si conocéis alguno más que esté potable, me decís.

La leí para el TBR Challenge de 2016. Publiqué crítica en inglés y no la había traducido. Como he releído esta historia repasando la serie por su orden, traduzco ahora más o menos lo que dije entonces.

Este año estoy repasando sus novelas, por orden de publicación. Y al leer este relato en el lugar que le corresponde de la serie, me gusta aún más.

Quizá porque a Gwen Chambers (25) ya la vimos como afectuosa hermana de Tess, protagonista de Playing it close, que yo no había leído hasta este año. Así que comprendes un poco mejor al personaje.

Gwen trabaja de enfermera de urgencias, y ahí es una mujer seria y competente. Pero con los hombres tiene sus inseguridades.

John Sheldon (29) es un segunda línea de los London Legends, número 5, ya sabéis, los más fortachones del campo. Esos tipos enormes que serían como los enforcers en el hockey sobre hielo.

Aunque es un número 5, yo en mi cabeza lo imaginaba todo el rato como uno de mis jugadores favoritos, el sudafricano Eben Etzebeth, más que nada porque John mide 2,06. (Más abajo, más de Eben). El típico tiarrón que ya pueden intentar placarle que ni con cuatro lanzados a por él lo paran. Más sobre EE abajo.

En fin, que no es nada raro que estos dos se fijen el uno en el otro.

La altura de ella es lo primero que le llamó la atención. ¿Cómo podría ser de otra forma si la siguiente mujer en altura de toda la habitación no le llegaba a ella más allá de los hombros?

Gwen, con 1,85, por fin encuentra a un hombre que la haga sentir cómoda. Estos dos se conocen en una subasta de solteros tan típicas de Romancelandia, para recaudar fondos.

Pretende pujar por su cuñado, pues su hermana no quiere que nadie pase la tarde con su novio. Pero al final, acaba gastándose el dinero de su hermana en otro jugador, John Sheldon.

Él es todavía más grande que ella, y tan pronto como se conocen, se gustan. Pero pasan cosas, y de repente, John aparece en el hospital en el que trabaja Gwen, con un traumatismo en la cabeza.

Estamos cerca de la Navidad, la primera que la hija de John va a pasar en Inglaterra con él a solas. Él desea disfrutar de su tiempo con la niña. La cosa es que él tiene este problema físico y Gwen es una de las pocas personas que pueden ayudarlo.

Ellos (John, su hija de diez años que solo habla francés, y Gwen) pasan unos preciosos días navideños juntos, en Londres. Gwen lo ayuda con su lesión, pero también con su hija, y muy pronto ambos tienen esta impresión de que pueden enamorarse y ser una pareja ideal.

Tanto Gwen como John tienen sus problemitas, nada raro ni infrecuente, y los resuelven de una manera muy realista. Eso es lo que más me ha gustado de este libro, que tanto John como Gwen actúan y sienten y hablan como gente normal en sus vidas cotidianas. Me quedo con la impresión de que Gwen y John son personas reales que existen en algún sitio.

Encajan inmediatamente, en todos los aspectos, físico, de carácter, así se explica que se enamoren tan rápido en un relato corto navideño como este. Pero eso no les hace tomar decisiones precipitadas, sino darse una oportunidad, siendo realistas.

Fue esta una de las primeras historias románticas ambientadas en Londres que realmente me hacen creer que los personajes están en la auténtica ciudad que yo he visitado, y no ese Londres de cuentos de hadas lleno de duques de la Regencia donde todo el mundo vive en un mágico lugar llamado Mayfair que no tiene nada que ver con el Londres o Mayfair de la realidad. 

Me preguntaba yo hace años si no sería por el hecho de que era una contemporánea, y eso ayuda a que le veas la autenticidad a la ambientación.

Recuerdo especialmente un momento de la novela. John dice: «¿Qué tal si nos preparamos y tomamos un ferry de Canary Wharf a la Torre? Canary Wharf está a un paso de aquí en metro, y de esa manera Agnes puede ver algo de Londres desde el Támesis». 

Entonces se van juntos, con Agnes, la hija de él. Mientras Agnes y Gwen patinan sobre hielo, John descansa y era un momento cotidiano perfecto. Algo que cualquier pareja podría decir o hacer en la vida real.

Si no le puse más estrellas entonces es porque los niños y la atmósfera navideña no son algo que me vaya mucho, pero desde luego la trama, los personajes, y el mundo en el que viven son totalmente algo que sí que me gusta. Ahora estaría incluso más cerca de las cuatro estrellas. Conversación de padre e hija.

Agnes: Yo no fútbol. Rugby, yo.

John: Rugby tú, ¿eh? Primera regla del deporte, ángel mío, los futbolistas fingen estar lesionados. Los rugbistas fingen que no están lesionados.

Como el resto de las novelas de Kat Latham, aunque forme parte de una serie, se lee perfectamente de forma individual. Tampoco hace falta que sepas de rugby para disfrutarlo. Al principio te pone una nota en que te explica lo básico. Es una historia navideña, no un romance sobre una competición deportiva.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: los aficionados a las historias navideñas contemporáneas, con su toque sexi.

Otras críticas de la novela:

Solo he encontrado críticas en inglés.

Ramblings of a Daydreamer, 5 estrellas

Celebrity Readers, 4 estrellas

Jayne en Dear Author, le dio una B+

Dog-Eared Daydreams, 4 estrellas

The Book Review, 4 estrellas

EBook Obsessed, 3 ½ estrellas

NO ESTÁ TRADUCIDA AL ESPAÑOL.

Y como este es mi blog y mete lo que a mí me gusta, por si alguien quiere ver lo que es un segundo línea en acción, no tenéis más que buscar por You Tube algunos de los enfrentamientos de Etzebeth. Da miedo. 



Don’t mess with this giuy



You do NOT want to mess with Eben Etzebeth)

A veces es hasta gracioso, cuando se pone en plan primo de Zumosol con el peleón Faf de Klerk.

Os dejo aquí un par de enlaces.

Uno de los últimos follones, el que enfrentó a sudafricanos con australianos el 3 de septiembre pasado.



 Etzebeth no lo empezó, pero sin duda terminó con él.

 

Y ya digo que, siendo este mi blog, y como me va el salseo, aquí tenéis algo muy especial ocurrido este año 2022. Etzebeth jugó su partido núm. 100 y con tal ocasión, quien cantó el himno de Sudáfrica fue la cantante y actriz Anlia van Rensburg. Tengo entendido que se comprometieron esta primavera.


 «Springbok Test Centurion Eben Etsebet's fiancée singing the South African anthem»

La muchacha, monísima. Y el himno, como siempre, impresionante. Uno de mis himnos favoritos, junto con el de Rusia.

Veo que esta historia la publicó la autora en Wattpad.

No sé, igual esta serie era un poco fanficción inspirada por la entonces próxima Copa del Mundo de Rugby a celebrar en Inglaterra y Gales, y es posible que Latham fantaseara con un equipo inglés capaz de ganar la Copa en casa.

Luego las cosas fueron diferentes. Hicieron bastante el ridículo, pues no pasaron de la fase de grupos. No tuvieron rivales fáciles, pero si quieres ganar un torneo tienes que ganar a los importantes, a los buenos, a los mejores. No puedo decir que lo lamente. Lo confieso, cuando se juega Le Crunch preferiría que perdieran los dos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario