martes, 11 de junio de 2019

Reto Rita 3: LaVyrle Spencer (2) Promesas


La vida misma como protagonista, en un Oeste en construcción

DATOS GENERALES

Título original: Vows
1.ª ed.: Jove, abril de 1988
Subgénero: histórica

1.ª ed. En España
Traductora: Ana Silvia
Fecha Edición: 3/2001
Publicación: Punto de lectura
Colección: Romántica, 29

SINOPSIS

Emily Walcott es una jovencita voluntariosa y temperamental, pero también una hija obediente y dispuesta a acatar el futuro que sus padres han decidido para ella. Su vida en Sheridan transcurre plácidamente entre la herrería de su padre y los libros de veterinaria, carrera a la que dedica toda su pasión. Charles, amigo de la infancia y futuro esposo, no parece despertar en ella más que un sentimiento de afecto fraternal.
Tom Jeffcoat, un joven emprendedor y apuesto, llega a la población con el fin de instalar una herrería, convirtiéndose así en competidor del señor Walcott. Su sola presencia provoca en Emily verdadero fastidio. Ambos librarán una feroz batalla en la que el rechazo acabará dando lugar a una pasión desenfrenada que les arrojará a un abismo insondable. Tan insondable como sus propios sentimientos.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, está en mi lista de las mil mejores novelas románticas, en el puesto 239 del año 2017, pero sobre todo por lo muy apreciada que es en España. Ha estado repetidamente entre las más valoradas de El rincón de la novela romántica, incluyendo su ajuar de la lectora romántica. En aquella página, ya desaparecida, de Autoras en la sombra, estaba en la lista de las cien mejores, en el puesto 24, allá por el año 2012. Fuera, puedo mencionar que la incluyeron entre las mejores novelas románticas en la lista que hizo RomanceNovels.Me, la 35. A finales de los noventa, cuanto The Romance Reader hizo una encuesta entre sus lectores, hubo quien la puso como su novela favorita.

CRÍTICA
Esta novela se ambiente en Sheridan (Wyoming), a finales del siglo XIX, cuando era una ciudad que estaba despegando, allá en el Oeste, en medio de las montañas Rocosas.
Allí llega Thomas Jeffcoat, un veinteañero con ganas de comerse el mundo… esto, buscarse la vida construyendo una herrería y un establo para caballos. Oye, cada uno tiene sus sueños, y los de los protagonistas de LaVyrle Spencer son vulgares como la vida misma.
Desde el mismo día de su llegada, choca con Emily, una jovencita a la que confunde con un chico, pues viste ropas masculinas, y es hija del dueño de –hasta la fecha– único establo de la ciudad.
Lo de Emily son los animales. Estudia veterinaria por correspondencia. Aparte de eso tiene un noviete, Charles, que se vino con la familia de Emily desde el Este, y que solo espera el momento en que se comprometan y se casen.
Emily le da largas porque no está segura de que sea eso lo que quiere, aunque tiene un enorme cariño por Charles. Casi como un hermano. No despierta en ella ninguna pasión. Pero todo el mundo cuenta con que se casen.
Y sí, chicas, como esta es una de Spencer, no te pone las cosas emocionalmente fáciles. Charles es un encanto de hombre, que pronto se convertirá en el mejor amigo de Thomas Jeffcoat, con lo que si el final feliz es de Tom y Emily juntos, sabes que aquí va a haber drama o, al menos, sentimientos profundamente heridos.
La animadversión entre Emily y Tom es pública, todos saben que se llevan como el perro y el gato. Lo que ignoran, incluso ellos mismos al principio, es que en el fondo sienten una gran atracción mutua.
Para ellos será una sorpresa ir descubriendo que el otro le atrae, que despierta sentimientos de respeto, a veces admiración y, al final, amor.
Un amor de lo más inconveniente, teniendo en cuenta, como ya he dicho, que Emily tiene novio, que este es el mejor amigo de Tom y encima resulta ser una persona estupenda.
Esa es la parte mollar de esta novela, la que te tiene atrapada, pero no solo eso, esto es un auténtico culebrón con otras historias paralelas.
Josephine, la madre de Emily está muy enferma, y la familia ya no puede hacerse cargo de todo. Así que la propia Josephine llamará en su ayuda, para que cuide a la casa y quienes viven en ella, a su prima, Fannie, una de aquellas mujeres modernas finiseculares, de las que montaban en bicicleta y luchaban por los derechos de las mujeres. Y lo hace sabiendo a ciencia cierta que su prima Fannie siempre estuvo enamorada de Edwin, el marido de Josephine y padre de Emily.
Pasan más cosas, pero tampoco os voy a destripar el libro.
La novela está muy bien escrita, describiéndote el paisaje y el paisanaje de Sheridan de una forma muy vívida, de manera que tienes la impresión de que perfectamente pudo haber gente así. Creo que Spencer habla en sus novelas de un entorno, el del Oeste y el Medio Oeste estadounidense, que ella conoce bien, y eso le da una naturalidad fabulosa a sus novelas.
Ahora, no penséis que es un Oeste de cuatreros, indios y sheriffs sosteniendo duelos a mediodía en Main Street, no. Es el Oeste de gentes que avanzan hacia territorios que fueron de los indios y ahora están siendo poblados, poco a poco, con colonos venidos del Este, unos nacionales y otros inmigrantes de la Europa continental y fría, como por ejemplo polacos. La ciudad que hay que diseñar desde cero, los negocios que hay que montar, cómo colabora la comunidad en las construcciones colectivas, esas cosas. La construcción de una nueva sociedad.
Los personajes resultan atractivos en su complejidad totalmente humana. Las cosas que sienten son perfectamente comprensibles, a veces hablan de ellas, otras no; se resisten a aquello que puede hacerles daño, a ellos y a otros. La vida es muy perra, de esa que muerde antes que ladra, y los malos momentos son la piedra de toque para saber de qué está hecho cada uno.
Tampoco es que sea una novela angustiosa. Hay muchos momentos de ligereza, y otros de vida cotidiana amena, interesante de ver. Es solo que en alguna ocasión las cosas se ponen cuesta arriba y sí, puede emocionarte hasta las lágrimas.
La parte romántica está fenomenalmente desarrollada. Es uno de esos libros que te permite ver cómo dos personas se conocen, chocan, intercambian miradas y palabras hostiles, luego empiezan a verse de otro modo y la relación va pasito a pasito cambiando hasta su final feliz.
Lo erótico ya es harina de otro costal. Mucha tensión sexual no resuelta, algún beso impetuoso e inesperado, pero nada más. Bueno, sí, al final hay sexo entre los protas, pero ya cuando todo el drama está resuelto y argumentalmente innecesario. Para cuando estos dos se meten en la cama, más que la culminación de un anhelo largamente sentido, el lector está ya pensando en la siguiente novela que va a leer.
Al final me doy cuenta de que esta novela podría tener un halo un poco conservador, cristiano, algo que habitualmente me echaría para atrás. Pero Spencer cuenta su historia tan bien, y tiene tanta comprensión hacia las debilidades y sentimientos humanos,… y, bueno, acepta claramente como parte indisoluble del amor la parte sexual, que está a años luz de libros sermoneadores, sean en plan gazmoño (una Macomber) o áspero y malencarado (tipo Robyn Carr).
Porque, ¡maravilla de las maravillas! incluso hay una mujer que interrumpió su embarazo voluntariamente (con los torpes medios de la época), y no la castigan por eso, ni la hacen desgraciada ni obsesionada con ello… Creo que es la primera vez, de verdad, en 35 años leyendo novela romántica, que me encuentro con algo semejante. Así que aquí serán todos cristianos pero sobre todo muy muy muy humanos.
En resumen, una novela histórica del Oeste muy bien contada, con personajes muy de carne y hueso, con un desarrollo romántico modélico y con la vida misma como protagonista.
Valoración: notable, 4 estrellas.
 
4/1988, Jove
Otras críticas de la novela
Mariam, que firma la crítica que aparece en El rincón de la novela romántica, dice una de las cosas más bonitas que se pueden decir sobre un libro: «Estamos ante uno de esos libros que mientras lees te descubres deseando que no acabe nunca, pero al llegar a la última página, lo haces con una sonrisa en los labios». 
En Mil Batallas la recomienda mucho. «Consta de 478 páginas y no le sobra ni le falta ninguna. Deliciosa.». 
Más tibia es Adora Libros, a quien gustó, pero mucho menos que el otro que leyó de Spencer, Otoño en el corazón
En El cuaderno de Ireth la recomiendan a «todos aquellos que disfruten de un romance bien asentado (no de esos que aparecen así porque así sino de los que se van afianzando poco a poco)». 
Y me gustaría poner alguna crítica en inglés, pero no lo he encontrado, así que me limitaré a enlazar con Good Reads, donde tiene una valoración de 4.07 y Amazon, con 4.4 estrellas de media.

7 comentarios:

  1. Esta novela es una preciosidad, y muy buen escrita. De lo mejor que he leido

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  2. A mí esta novela me sorprendió mucho. De las que más me ha impactado de la Spencer junto a Dos veces amada. Es que se desmarcan por completo de los patrones románticos por excelencia.
    Como en tu crítica no has destripado la parte relacionada con la madre, yo tampoco voy a comentar nada que lo haga. Pero ya te digo que a mí, personalmente, es lo que más me dejó huella de esta novela después de un buen puñado de años leyendo novela romántica ... La naturalidad y la capacidad de Josephine para afrontar su destino me puso la piel de gallina. Esta parte me resultó intensa por no estar acostumbrada a leer en el género este tema. Y me gustó mucho la prima Frannie, hace más distinta aún la historia.
    Las novelas del Oeste de esta autora son del tipo que comentas. Recuerdo que cuando las leía me recordaba en cierto modo la serie La casa de la pradera pero sin el martillo pilón del buen Dios.
    Un saludo.

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    1. Qué interesante. A mi en general las novelas de Lavyrle me recuerdan a la casa de la pradera.
      Y tienes razón lo de madre de Emily por Dios que historia.
      Pero creo que lo que más me impacto fue la tensión sexual que no he encontrado en otea novela y que me mantuvo en vilo. Definitivamente es una de mis novelas favoritas. Yo si le doy un 5.

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  3. Bueno, diré que a mí me aburrió soberanamente. Creo que la terminé leyendo en diagonal.
    Por ahí me agarró en un mal momento. Quizá buscaba más pasión y que los personajes sean tan "comunes" (?) no me enganchó.
    La tengo en papel, con la portada de la rosa de arriba.
    Es más, me generó tal rechazo que no sé qué leer de Lavyrle para el reto.
    Quizá no me gustan los culebrones.
    Después de tu crítica Bona, no se si releerla o ir al psicólogo.

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    1. Puedes probar con las actuales de Lavyrle son más cortas y el estilo es diferente a mi no me han gustado tanto. Puede que esas te sirvan para el reto

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  4. Chicas, muchas gracias por vuestros comentarios, que enriquecen mi blog. ¡Me encantan...! Me quedo con la impresión de que, simplemente, cada lector somos un mundo, y a veces conectamos con una historia y otras no. Y que no es el libro en si, sino nuestros gustos personales, el momento en el que estés,... Como a mi hay libros y hasta autoras que a la gente le encantan y a mi me aburren, he aceptado que no todos podemos pensar o sentir igual respecto a una determinada novela. Lo que quiero decir, @Anita, es: no vayas al psicólogo, puedes intentar releerla, pero si no te va, no te va.

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