Empieza fuerte y se va
deshaciendo como la nieve con el viento sur
Berkley, 2/2018 |
DATOS GENERALES
Título original: The Wedding
Date
Subgénero:
contemporánea
Fecha de publicación
original en inglés: febrero 2018
NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL
SINOPSIS (según Fiction Data Base)
Un padrino de boda y su invitada del último momento van a descubrir si una
cita fingida puede llegar lejos en esta primera novela divertida y coqueta.
Al aceptar acudir a una boda con un tipo con el que se ha quedado atrapada
en el ascensor es algo que normalmente Alexa
Monroe no haría. Pero hay algo en Drew
Nichols que es difícil de resistir.
En la víspera de las festividades de boda de su ex, Drew está sin pareja. Hasta
que un problema de electricidad lo encierra con la candidata perfecta para
hacer de novia falsa…
Después de que Alexa y Drew se diviertan más de lo que pensaban, Drew tiene
que volar de vuelta a Los Ángeles y su trabajo como cirujano pediátrico, y Alexa
se dirige a su casa, en Berkeley, donde es la jefa de gabinete del alcalde. Una
pena que no pueden dejar de pensar el uno en el otro…
Son solo dos profesionales con carreras exigentes camino a una colisión
épica en el desastre de las citas a larga distancia, o cerrando la brecha entre
lo que creen que necesitan y lo que realmente quieren...
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica?
Sí, entró en mi lista de Las mil mejores novelas románticas, en el año 2019, puesto 979. Recibió alguna buena crítica cuando se publicó (por ejemplo, en Dear Author y fue un Guilty Pleasures Purest Delight),
pero sobre todo la han aupado a ese sitio el favor de blogueros (la escogieron
entre lo mejor del año ML Lenker –ew.com– y Kristen –AAR–), y lectores (estuvo
en segunda ronda para elegir el Top 100 de AAR 2018 y fue finalista en el
premio #readRchat).
CRÍTICA
Me fijé en este libro al ver que al
final de 2018 la gente se acordaba de él entre lo mejor del año. Aunque The Proposal, la otra novela que
Guillory publicó en 2018, tiene mejor puntuación en mi base de datos, estaba a
un precio demasiado alto para que yo lo gastara en una autora que no sabía si
me iba a gustar.
El arranque es realmente atractivo.
Dos desconocidos se quedan atrapados en un ascensor de un hotel: Alexa, que va
a celebrar fiestuqui con su hermana, y Drew, que está en San Francisco para asistir
a una boda.
Pegan la hebra y Drew acabará
proponiéndole que sea su cita para una situación tan incómoda como es la boda
de una de sus ex (tiene unas cuantas, este chico es de relaciones más bien
cortas) con uno de sus mejores amigos.
Ese fin de semana intimarán, en
ambos sentidos, tanto en sentido físico como psíquico. O sea, combinan darse el
tute con pasear por San Francisco.
Como parece que han conectado, el
lío de un día se alarga un fin de semana,… y otro más,… Pese a todo, ambos asumen
que esto es algo corto, que durará lo que dure,…
Drew trabaja de cirujano pediátrico
en Los Ángeles y Alexa como ayudante del alcalde en Berkeley. No lo digo por
sus trabajos, que están ahí simplemente para rellenar escenas y que los
protagonistas tengan algo de qué hablar.
No, lo menciono por el tema
geográfico. Ambas localidades distan, en línea recta, 558 kilómetros. Para que
os hagáis una idea quienes vivís en España, es lo que hay entre Lérida y Ávila.
Una relación a distancia es siempre difícil, y más entre dos personas que se
acaban de conocer,…
De eso va la novela, de dos personas
que se encuentran una y otra vez, sin la menor fe en lo suyo, asumiendo que
esto tiene fecha de caducidad, pero sin decidirse ninguno a cortar.
No me acabé de tomar del todo en
serio a los personajes. A veces sonaban demasiado juveniles, para ser personas con
responsabilidades. Hablan con sus colegas de su lío amoroso como si estuvieran
aún en el instituto.
Alexa pasa demasiado tiempo
haciéndose de menos, todo eso de que él está muy por encima de ella me incomodaba
un montón, sobre todo porque no lo entendía a cuento de qué estaba todo el rato
menospreciándose.
Y Drew invierte demasiado en
calcular a ver hasta dónde puede llevar la relación antes de cortar, para que
Alexa no se enamore y sufra por sus huesos, y poder quedar como amigos.
La parte romántica me pareció muy
bien desarrollada, describiendo cómo estas personas —que no dan un duro por su
relación—, acabarán cogiéndose cariño.
La sexual es un poco más difícil de
entender. Para ser una novela en la que proliferan los momentos sexis, la
autora los escribe un poco interruptus.
A ver si me explico: describe la escena con pelos y señales pero solo hasta
cierto punto, por ejemplo cuando él se pone un condón y luego, fundido en negro
y pasa a «Después, él estuvo pensando…». Me resultó raro: o escribes escenas de
sexo o no, pero no hagas esta cosa tan a medias.
Esta debe ser otra de esas novelas
con el tópico BWWM que he descubierto
con Talia Hibbert, solo que las novelas de la británica me gustan muchísimo
más. Supongo que en cierto sentido porque se acerca más a una sensibilidad
europea sobre las diferencias entre grupos humanos, que son más de clase, o de
cultura, que del color de la piel. Biológicamente, solo hay una raza, la
humana; el resto es un constructo social al servicio del racismo, y todo eso…
Pero la principal diferencia es que
Hibbert consigue construir novelas auténticas de personajes que suenan reales
como la vida misma y esto en cambio, es un cuento de hadas adolescente, como si
la autora fantaseara sobre cosas que desconoce.
Cuando hablan del tema racial es
como si lo forzase la autora, como que quiere decir eso y obliga a los
personajes a soltar cosas que no vienen muy a cuento. Como si usara a estos
muñecos como un ventrílocuo. Verbigracia, cuando Alexa le pregunta a Drew si va
a haber más gente de color en la boda, y él se queda un poco perplejo; o le
espeta que, como él es blanco, nació con el beneficio de la duda que nunca
conceden a niños negros. O cuando Carlos, amigo de Drew, comenta que es difícil
ser amigo de un blanco.
No me entendáis mal: son comentarios
que suenan muy reales. Por eso, precisamente, cuando se los oyes a los
personajes te das cuenta de que el resto del tiempo son de cartón piedra.
Otra cosa que me desagradó de la
novela es que se pasan todo el rato bebiendo demasiado alcohol y comiendo
comida basura. De verdad, cada vez que la protagonista se tomaba un donut me
subía el colesterol.
(Aparte de que la veía como
«accidente cerebrovascular andante»).
Mi experiencia con esta novela fue
empezar totalmente interesada en la misma para ir desinflándose poco a poco,
con las comeduras de tarro de los protagonistas. Quizá sea porque prefiero que
las cosas sean más sutiles, y no me lo den todo mascadito. Aquí te documentan
minuciosamente, negro sobre blanco, cada sentimiento, o pensamiento o emoción
de los protagonistas.
Con todas sus irregularidades, creo
que merece la pena leer una primera novela tan lograda. Con el tiempo supongo
que lea The proposal, si está a un
precio razonable, pero no creo que le vaya a dar más oportunidades a la autora.
Valoración personal: irregular pero en conjunto la salvaría,
3
Se la recomendaría a: quienes gusten de las contemporáneas
agradables.
Otras críticas de la novela:
No he encontrado críticas en español. Así que paso directamente al inglés.
Kitty, en Guilty Pleasures, le puso 5 estrellas.
En inglés, tenemos dos en Dear author, una de Janine, que
la califica con B+/A- y otra de Jayne, para quien esta novela se queda en una B-.
En Smart Bitches Trashy Books le dan una B.
Menos entusiasta es la crítica de All About Romance, una C, que señala varios temas problemáticos, entre ellos las chirriantes
escenas sexuales.
Rhapsody in Books la puntúa 3.5
sobre 5.
En Essence hay un artículo entusiasta titulado «I Read Jasmine Guillory's‘The Wedding Date’ In Six Hours, And Here’s Why I’m Obsessed».
Pues mira que he visto hablar de sus dos novelas por todos lados pero, no sé por qué, no me acaban de atraer. Si algún día las pillo baratas, tal vez me anime pero lo que has comentado no me motiva mucho, la verdad.
ResponderEliminarEstupenda reseña, Bona!
Besotes!
A mí me pasó lo mismo, que la veía por todas partes mencionada como el no va más y decidí probar con esta. Es de esas novelas que puedes leer y te quedas «bueno, vale», pero si no la lees, tampoco te pierdes la novela de tu vida.
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