sábado, 17 de noviembre de 2018

Crítica: “Bajo la piel”, de Pamela Clare


Un relato corto de héroe herido, redimido por una joven voluntariosa


DATOS GENERALES

Título original: Skin Deep
Subgénero: suspense

Fecha de publicación original en inglés: 2012

Parte de una serie: I-Team #5.5 (An I-Team After Hours Novella)


SINOPSIS (según El rincón de la novela romántica …con alguna ligera corrección)
Han transcurrido varios años desde que Megan Hunter y su hermano Marc se reencontraran. La pequeña Emily tiene cuatro años. En este tiempo Megan ha construido una vida más o menos segura, pero ante todo estable para ella y su hija. Tiene un trabajo, una casa y suele colaborar como voluntaria en un centro de acogida. Es allí donde se encuentra con Nathaniel West.
Nate es un ex-marine que regresó gravemente herido de Afganistán. Una explosión acabó con la vida de varios de los hombres de su escuadrón, así como hirió y mutiló a otros. Nate sufrió graves quemaduras que le dejaron marcado parte del rostro y del cuerpo, de cintura para arriba. A su regreso y durante su convalecencia fue abandonado por su prometida.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No estaría entre las mil mejores novelas románticas, pero sí entre las cinco mil, en el puesto cuatro mil y poco.

Bajo la piel, como todo el resto de la serie I-Team de Pamela Clare, estuvo incluida entre las cien mejores novelas románticas en la encuesta de la NPR (junio de 2015). Además, cuando se publicó en España en el año 2013, los lectores de El Rincón de la novela romántica la situaron entre lo mejor del año 2013

CRÍTICA

Una novela corta perteneciente a la estupenda serie I-Team de Pamela Clare. De las que te lees de un tirón.

El ranchero Nate (creo que en la traducción española le llaman Nat) West dona carne a una especie de «cocina económica». Aprovecha así a echarle una ojeada a una voluntaria que ya le ha llamado la atención hace tiempo, aunque no se atreve a hablarla.

Inmediatamente, dicha voluntaria se encuentra en situación de «damisela en apuros» y Nate acude al rescate. Porque claro, sabe de estas cosas, ¡sorpresa, sorpresa, es un ex marine! ¿Cómo no? Y, por supuesto de la rama MSOT, Marine Special Operations Team, el «equipo de operaciones especiales de los marines». Así descubren que se sienten atraídos el uno por el otro, pero ninguno hace nada… en un primer momento.

Los dos tienen su bagaje. Él resultó herido en combate y tiene cicatrices por toda la parte derecha de su cuerpo. Ahora vive con su padre en un rancho en las montañas de Colorado y hace años que no tiene más amante que su mano derecha. Ansía que una mujer sea capaz de ver más allá de su deformidad, que lo acepte, que lo ame a pesar de todo.

A Megan la conocimos en Espósame, y si lees esta antes que aquella, te destripa bastantes cosas. Así que es mejor leer por orden. No obstante, si no conoces nada de Pamela Clare, también está bien darle una oportunidad con una novela corta como esta.

Megan era la hermana del prota Marc, una yonqui, convicta, madre soltera, etc. Ahora está rehabilitada, tiene dinero por una compensación que tuvo que pagarla el Estado e intenta salir adelante como madre soltera, con un trabajo decente y colaborando como voluntaria en esta obra de caridad. Con todo eso, no está para aventuras románticas.

Cuando las cosas se complican y la amenaza sobre ella y su hija se hace aún más inmediata, y el agobio de ser protegida por la policía la supera, se monta en el coche con la niña y se va a visitar el rancho de Nate. Allí se desarrolla el centro de la historia en una de esas situaciones de «intimidad forzada», un tópico que nos gusta a tantos (a Sarah Wendell, sin ir más lejos). Es esas situaciones en la que dos desconocidos tienen que convivir por circunstancias externas (el tiempo, una catástrofe, la guerra, una apuesta, yo qué sé) y así se conocen y se despiertan ciertos deseos e instintos y sentimientos y, en fin, la materia de la que están hechas las novelas románticas. Hombre, también podría salirte la casa de Gran Hermano, pero eso es otro género.

El pasado de ambos les hace dudar, a ellos mismos, de su capacidad para ser una pareja funcional. Más insegura está Megan, quien ha tenido unas experiencias mucho más traumáticas. Al fin y al cabo, Nate quiere sobre todo alguien que supere sus cicatrices exteriores, psicológicamente es un hombre de una pieza, y eso Megan lo acepta sin pestañear porque, para ella, Nate es un héroe y las cicatrices no son más que prueba de su heroicidad.

Las desgracias de Megan, en cambio, tocan muchos palos: su psique, su sexualidad, la confianza en las personas, en el sistema, en las autoridades, en su propio yo para resistir los embates de la vida. Llega un momento en que Nate le dice una frase que me resultó bastante romántica, por lo realista:

-              No te pido un «para siempre» justo ahora, te estoy pidiendo un «mañana». Prométeme que al menos lo intentarás.

Porque en el fondo es como él le advierte: «No es que el mundo no te perdone, Megan, cariño. Me parece que eres tú que no te perdonas a ti misma».

Advierto que es «novela con niño», niña de cuatro años en este caso. Lo digo para aquellos a quienes les resulte muy tierno ver a hombretones a los que se les cae la baba por niñitas, pero sin el mal rollo pederasta, claro. Aquí la adorable criatura tiene todos los sacarinosos atributos propios del género: mona, cariñosa, buena, ama los animalitos (horsies) y encantada de ir en trineo y de llamar papá al novio de mamá, sin preguntarse quién es de verdad su Daddy.

Incluye epílogo cursi de todo muy rosita y feliz, con los diversos miembros del I-Team guapos, contentos y enamoraditos.

Vaya, que esto podría haber sido perfectamente una novelita tipo harlequin sin más, si no fuera por dos aspectos.

Primero: el suspense. Tenemos toda esa trama que amenaza a Megan y su hija y que acaba en una escena más bien dura, de violencia que irrumpe brutalmente en un mundo idílico. Pamela Clare sabe como nadie meter esas cositas.

Segundo: la parte sexy de la historia. También en esto la autora es maestra. Me encantó cómo mantuvo la tensión sexual no resuelta durante buena parte de la historia, de una forma creíble gracias a las historias anteriores de los personajes. Y luego, cuando se ponen a ello es una escena especial, de lo mejor que he leído últimamente porque es muy coherente con quienes son estos personajes y por lo que han pasado. Creo que la recordaré por mucho tiempo, por la naturalidad, la lógica de lo que hacen y la sensualidad extrañamente inocente con la que lo hacen. No digo más.

Añado que me encanta ese entorno de montañas y nieve, vida al aire libre, pero con casoplón de fantástico diseño incluido.

Al final de la novela incluye una historieta del mundo I-Team, titulada Marc and Julian Make a Beer Run. No es romántica sino una anécdota que parte de todos los miembros del I-Team con sus medias naranjas felizmente reunidos en una barbacoa o algo parecido. Los machotes quieren cerveza. No hay. Sus mujeres les ofrecen vino y ellos tuercen el gesto. Todo muy macho-macho-men. Así que se van a la licorería en busca de cerveza y se meten en mitad de un fregado. Para resumir: acaban volviendo con las cervezas unas cuantas horas más tarde.

Dentro del suspense actual, Pamela Clare es una de mis favoritas. Espero que la tengamos con nosotros muchos años más. Permítasenos un poquito de egoísmo: queremos seguir leyendo estas historias, que actualmente pocos saben hacer tan bien.

Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: los aficionados al suspense romántico.

Otras críticas de la novela:
  
Acá van las referencias a otras críticas.

Cuatro críticas entusiastas encontramos en El rincón de la novela romántica.

En Lectura directa le dieron un 9.


Para mí, da en el clavo El cofre de Nebe, donde leo:

Bajo la piel pese a su sencillez, encierra una historia llena de intensidad y un buen romance. Sin duda, Pamela Clare es una apuesta segura en este género.

Pasamos al inglés, con Swept away by romance le da 5 estrellas.

El audiolibro está reseñado en Audiogals y le dan una B+ en la narración y otro tanto al contenido. 

Dear Author, B-

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