Con este artículo voy terminando mi serie sobre harlequines, principalmente los viejunos.
Lo que yo quería hacer era entretener… estamos en 1991, en aquella época se publicaban 150 novelas románticas al mes… Si puedo encontrar el formato correcto para mi escritura… conseguiré ser publicada. Leí los libros que estaban de moda entonces, los que se vendían, no las novelas románticas de nuestras madres,… Hice rol modeling, o sea, te fijas en quien tiene la carrera que tú quieres tener… En aquella época había dos autoras a las que veías en todas las librerías, que eran Nora Roberts y Sandra Brown, cómo empezaron su carrera estas dos exitosas mujeres… Las dos empezaron sus carreras escribiendo romances genéricos… Silhouette Intimate Moments era una línea que producía cuatro libros al mes y los lectores que leen esa línea leerán esos cuatro libros, y al mes siguiente también y no importa si eres un autor nuevo, porque te van a leer,… Yo me veía más como una autora de comedia romántica… SIM era una línea más de suspense romántico, y eso era todo lo que querían de mí, Bantan Loveswept estaban más abiertos a la comedia romántica, así que al principio de mi carrera hice suspense para SIM y comedia romántica para Bantam…
El vídeo lo podéis encontrar aquí.
Me
fijo en las ideas de Brockmann que pueden ser útiles para escritores.
Primero,
fíjate en quién tiene la carrera que a ti te gustaría tener, y tómalo como
modelo.
Segundo,
puedes acabar siendo superventas aunque empieces con novelas sencillas.
Brockmann
no lo dice pero a mí me parece una escuela muy buena para aprender los
rudimentos de la narración: exposición-nudo-desenlace, caracterización de
personajes, cómo mantener la tensión dramática, cómo pulir el lenguaje para
quedarse en lo esencial, cómo construir diálogos eficaces…
Lo
tercero que señala Brockmann es que, para un autor novel, escribir este tipo
de novelas tiene la ventaja de que te van a leer, sí o sí. El público lo tienes asegurado. Solo tienes
que amoldarte a lo que se espera de un determinado sello.
Las
tres novelas que he comentado estos días no son los mejores harlequines de la
historia.
No quería dar a entender eso al comentarlos. Entre otras cosas, porque a día de
hoy, no las puedes conseguir más que en inglés en digital, y una ni siquiera
eso. No me gusta recomendar cosas que no podéis conseguir, o si las encontráis,
será a precios astronómicos. No, no os digo que leáis estos tres harlequines en
concreto.
Estas
novelas son ejemplo de historias que a
mí me gustan, por su estilo, por los tópicos que usan. Encajan con mi gusto
como lectora de romántica. Por eso son obras que tenían para mi algo en
especial, aunque a nadie más le parecieran inolvidables.
Como veis, no son novelas de grandes autoras actuales que empezaran escribiendo harlequines. Las he seleccionado así a propósito.
Al ser de autoras menos
conocidas, te das cuenta de que lo que te atrae, en este tipo de libro, no es el nombre en la portada, ni un estilo a la hora de escribir, no, lo que enamora es el tópico
en sí o la ambientación o un determinado tipo de personaje.
A
quien no lee harlequines todas las semanas, que es nuestro caso, lo que más le
conviene es identificar esos elementos que te gustan, y saber encontrarlos en
los harlequines.
Habrá
gente que adore la fantasía del millonario, o los secret babies, un ambiente cosmopolita de gran ciudad o un entorno
natural o de pequeña ciudad, unos quieren vaqueros modernos y otros jeques del
desierto.
Los
títulos son llamativos y te dan una indicación de por dónde van los tiros:
millonarios, jeques, magnates griegos, los jefes,… Todos los tópicos que te
puedas imaginar son escritos y reescritos: niños secretos, matrimonios de
conveniencia (algo realmente difícil de tramar en una ambientación
contemporánea), cómo casarse con un millonario, ligar con el jefe, el regreso a
la ciudad de la infancia, segundas oportunidades, amigos que se hacen amantes,…
Si
no eres una harlequinera, pero te apetece alguna vez leer alguna de estas
novelitas, es difícil saber por dónde
empezar para encontrar alguno que merezca la pena.
Lo más fácil es darle una oportunidad a las grandes autoras que luego se pasaron a
otros formatos. De hecho, estoy convencida de que mucha gente ha leído romances
genéricos sin saberlo, al reeditarse obras de Linda Howard, Nora Roberts o
Suzanne Brockmann con otro diseño de portada.
Pero
eso se nos queda corto y no supera más que el primer obstáculo, que es leer
algo en este formato. Con ello solo leemos… harlequines viejunos.
Que
es justamente a lo que dedico estos artículos.
Lo
viejuno ya ha tenido tiempo para consolidarse y saber qué es lo que merece la
pena de lo publicado hace veinte o treinta años.
Me
gustaría leer más romance genérico actual, qué harlequín de los que hoy puedo
encontrarme en el kiosco, merece la pena.
Y para eso, de momento, no tengo respuesta. Ya dije al hablar de Comprometida con un bárbaro que echo en falta una página que haga crítica de harlequines. Solo así, creo yo, podría localizar los pocos que pueden atraer a quienes normalmente no leen este tipo
de libro.
Por eso, cuando veáis por este mi blog algún romance genérico, suele ser antiguo. Me da mucha pena no saber encontrar los harlequines destacados del día de hoy. Lo cual
es una auténtica pena, en mi opinión.
Pero vamos, no será por falta de ganas. Lo seguiré intentando.
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