30 años de… “Un solo verano”, de Karen Robards

Un clásico del suspense romántico, con un protagonista memorable

 

DATOS GENERALES

Título original: One summer

Género: suspense

Fecha de publicación original: enero de 1993

Páginas: 400

 

En España

ISBN 10: 84-226-5881-X

Título:  Un solo verano

Traductor: Ariel Bignami

Círculo de Lectores, S. A.

9/1996, 4.ª edición

Páginas: 429

367 págs.

SINOPSIS (de La casa del libro) 

Johnny Harris regresa a su pequeña ciudad natal de Kentucky, después de cumplir una condena por un crimen que no había cometido. Se producen crueles murmuraciones a sus espaldas, pero hay una persona que le trata sin hostilidad: su antigua maestra de escuela Rachel Grant, la única que está convencida de su inocencia.

Los años de presidio han endurecido a Johnny, pero no han logrado restarle un ápice de su natural atractivo. Y es algo que Rachel advierte inmediatamente, desde el mismo instante en que lo ve bajar del autobús, en la estación adonde ha ido a recogerle. Invadida por una extraña sensación, intenta en vano escapar de la penetrante mirada de su antiguo alumno. Algo ha cambiado… Johnny ya no es aquel chico joven…, se ha convertido en un hombre.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Sí, la incluí en mi lista de Las mil mejores novelas románticas, versión de 2017, en el puesto 131, y sigue dentro de las mil mejores. Cuando los lectores de The Romance Reader escogieron las mejores cien románticas, esta fue seleccionada en el puesto 51. Apareció en el Top 1000 de Book Binge, la 230. Cuando salió el audiolibro, en 2014, narrado por Kate Fleming y Anna Fields, estuvo entre los mejores audiolibros del año 2014, según All About Romance. The Hope Chest Reviews la leyó en 2016, y la escogió entre lo mejor de su año lector en dos categorías, «mejor suspense romántico» y una de las «tramas más únicas/inusuales». Le dio 5 estrellas, además. En España estuvo incluido en una lista de Joyas Románticas creo que de aquella página llamada Club Romántica; también en la lista de cien mejores que hizo el Rincón de la Novela Romántica en 2010, la n.º 32; y finalmente en Autoras en la Sombra, otra página ya fenecida, la tuvo la 71. ¡Ah, y se incluye en el ajuar de la lectora romántica de El rincón de la novela romántica! En esa página aparece varios años como una de las mejores o favoritas. No es de extrañar que sea una de esas novelas favoritas de más de un lector.

 

CRÍTICA

Cuatro novelas clásicas hay que son, para mí, modelo de lo que llamo «noir sureño», de autoras consagradísimas. La primera, Odio en el paraíso (1988) de Sandra Brown, (1988), luego La fuerza de la pasión (1991) de Nora Roberts y la tercera, Secretos en la noche (1995) de Linda Howard. En cuarto lugar pongo este Solo verano (1993) de Karen Robards.

Rachel Grant (34), profesora de instituto de buena familia, ofrece trabajo a un antiguo alumno suyo, Johnny Harris (29). Lo necesita para salir de la cárcel con la condicional. Le condenaron por un crimen que Rachel está convencida que él no cometió.

Ahora, es la única del pueblo que cree en su inocencia.

Johnny ya aquel muchacho larguirucho amante de los libros, sino todo un hombre, duro exconvicto, enjuto, de brillantes ojos azules, negra melena y guapísimo. Palabras, pocas, y no muy amables. A veces, irritante y provocador, con más pinchos que un erizo. ¿Por qué tiene que hacerlo todo tan difícil…?

Ahora, aquellos años de diferencia que parecían todo un mundo hace una década, ahora ya no significan nada.

Es suspense romántico, sobre todo, con mucha química y con un protagonista memorable.

La química entre los dos es increíble, chispeante. La relación entre ellos va profundizando, conforme Rachel empieza a verlo con otros ojos. Y eso que para ella puede significar perder su trabajo o tener que irse del pueblo. La tensión sexual culmina en escenas explícitas en la que los dos se portan de manera muy coherente con su propia personalidad. No son descripciones gratuitas, sino que cada cosa que hacen refleja cómo se sienten y cómo va evolucionando su relación.

Aunque Rachel sale con un tipo muy convencional que está considerado un buen partido, no siente por él ni la mitad de la atracción que Johnny despierta en ella. Rachel y Johnny son personas reales, maduras, que revelan puntos fuertes junto con sus inseguridades, nada de modelos ideales de belleza y encanto sureño.

Lo que más se me quedó de la novela fue el personaje de Johnny, un sueño de héroe, para mí, uno de los «chicos malos» más memorables del género. Sus modales son bruscos, sí como una lija, pero es que ha tenido que endurecerse tras las traumáticas experiencias en la cárcel. Y es bastante sensato.

Ha pasado por experiencias bastante difíciles: una infancia pobre como «basura» blanca de la que nadie espera nada bueno, y la cárcel, claro. Se lleva bien con los niños, se muestra firme con aquellos que quieren pisotearle, es paciente con Rachel dándole el tiempo y el espacio que necesita. No anda avasallando como otros héroes chulitos. Desde el primer momento deja claro cuánto significa Rachel para él. No duda en mostrar sus emociones, algo no muy habitual en las novelas románticas.

Y es fantástico en la cama.

En la primera parte se va desarrollando, sobre todo, el romance; en la segunda, el suspense. Se produce otro ataque homicida a una amiga de Johnny, una que además cae muy bien. Esto te deja helada.

En el funeral, todos vuelven ojos acusadores hacia Johnny, pero Rachel se mantiene a su lado. Si Johnny no es el asesino, entonces puede ser cualquiera. Quizá esta parte de suspense es lo que menos convence, me parece algo más flojita.

Lo repito: el suspense es más flojo que el romance, no os voy a engañar. El problema no es que no te tenga intrigada (que la tiene) o que no te mantenga en vilo (por que sí, te tiene en tensión). Hay giros sorprendentes en la trama, y en ese sentido, para mí funciona.

Fijaos que lo peor no es, para mí, los ramalazos paranormales que mete. Lo hace de tal manera que, si tú quieres, te crees las magufadas, y si no, le puedes encontrar una explicación racional. Estas cosas, además, no están porque sí, sino que tienen un papel decisivo en la narración.

Vamos que si quieres creer en la reencarnación es cosa tuya, si no, te lo puedes tomar como hago yo, como que aquí hay una persona mentalmente muy trastornada.

Lo malo, y aquí es donde la cosa exige mucho del lector, es que al final muy excesivo y melodramático, pero bueno, eso para mí es parte del noir sureño.

Leí Un solo verano hace años, cuando salió en tapa dura en edición Círculo de Lectores de 1996. Luego la he releído en varias ocasiones. La última, en este mismo mes de enero de 2023, con motivo de su trigésimo aniversario, esta vez en rústica en inglés. Siempre me dejó buen sabor de boca.

Posiblemente visto con ojos nuevos, de ahora, ha pasado tanto, que no deslumbre, que parezca una de suspense más. Pero hace tres décadas era algo fresco y diferente.

Ha sido curioso leerlo ahora en inglés, suena un poco diferente, algo más duro, quizá. Siguió atrapándome, y mira que ya sabía cómo iba la cosa.

He leído otros libros de Karen Robards. Pero ningún otro me ha gustado tanto como este. Hay que darle una oportunidad. Puede que se convierta en uno de tus favoritos.

Para mí, una novela de diez, siempre que le des el tiempo que necesitan estas novelas, porque va poco a poco presentándote a los personajes, el ambiente de pequeña ciudad sureña, los prejuicios,… No es una lectura rápida.

Valoración personal: sobresaliente, 5

Se la recomendaría a: quienes disfruten del noir sureño.

Otras críticas de la novela:

En español, tenemos dos críticas en El rincón de la novela romántica, una de ellas, una versión anterior de esta mía. 

A la cama con… un libro le da 4 Gandys. 

Un viaje en papel, en cambio, le pone 1,5 sobre 5, está claro que no le gustó. 

En inglés, tenemos 5 estrellas en The Hope Chest reviews. 

All About Romance, le puso una B-. 

Reseña en Publishers Weekly.