viernes, 10 de marzo de 2023

Crítica: “La duquesa”, de Jude Deveraux

  

Enganchadísima a Claire y sus dudas


 

DATOS GENERALES

 

Título original: The duchess

Subgénero: histórica / victoriana (1883)

Fecha de publicación original en inglés: 1991

Parte de una serie: Montgomery / Taggart #2

 

En España

ISBN 13: 978-84-406-3306-4

Traductora: Rosa S. de Naveira

2.ª ed., 10/1993

Publicación: B

384 páginas

Colección: Éxito internacional, 117

 

SINOPSIS (de la contraportada)

Una vez anunciado su compromiso con el encantador Harry Montgomery, undécimo duque de MacArran, la joven heredera norteamericana, Claire Willoughby, viaja a Escocia para conocer al excéntrico clan de los Montgomery y también, casualmente, a un extraño personaje: Trevelyan. Dividida entre el apasionado amor que suscita en ella el aventurero Trevelyan, y el sentido del deber, que la obliga a casarse con Harry para poder cobrar la herencia de su abuela y salvar con ella a su arruinada familia, Claire tendrá que tomar una decisión respecto a su futuro.

 

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Bueno, estaría en torno al puesto 8000 de mi lista, por aquello de que en All About Romance apareció en una lista que hicieron en el año 1997 de All-time reader favorites, la núm. 36, y además tiene ese tópico tan atractivo del cross-dressing & in disguise.

 

CRÍTICA

Me apetecía leer algo de lo que tenía por casa y tenía yo buen recuerdo de esta historia de La duquesa. Aún tiene la etiqueta de cuando lo compré, Fnac L’Illa, 17/07/1997… 808 pts. Sí, de cuando yo vivía en BCN.

Ha sido una lectura muy agradable, que me tuvo enganchadísima.

La heredera estadounidense Claire Willoughby necesita casarse con alguien a quien aprueben sus padres. Así podrá heredar. Acude, como tantas herederas estadounidenses hicieron (o, al menos, en Romancelandia), al mercado matrimonial de Londres.

Pronto da con un tipo ideal, un mocetón guapo rubio de ojos azules, jefe de su clan escocés y bien atractivo con su kilt.

A Claire se le hacen los ojos chiribitas. Es muy fan de la historia en general, y de la romántica Escocia en particular. Para su bovarismo alimentado por lecturas de Walter Scott, Harry le parece perfecto.

Que Harry no sepa gran cosa de la historia escocesa es algo en lo que Claire no repara. En su cabeza suenan gaitas, y ya se imagina los brezales, las montañas y Culloden.

Cuando su prometido le dice que se vayan todos a su casoplón escocés, ella, encantada de la vida. Acude con sus padres y su hermana pequeña, una chica de catorce años que se ha ganado el mote de Trasto a pulso.

A Claire le encanta el paisaje, qué pintoresco es todo, y la casa es impresionante,…

Resulta que no todo es de color de rosa. En esa casa las cosas funcionan como establece la dominante mamá de Harry. Algo con lo que Claire no acaba de encajar, porque es una mujer independiente, que va y viene a su aire.

Entre las cosas curiosas que encuentra en Escocia está un tipo que al principio toma por un viejo. Lo que pasa es que está enfermo. Es Trevelyan, un pariente de Harry. La relación de parentesco no sabe exactamente cuál es.

Este hombre la atrae porque es la única persona con la que puede hablar libremente, él la trata normal, la respeta, le hace plantearse cosas.

Trevelyan no se corta a la hora de decirle que tiene una visión un poco romantizada, incluso pone en duda la sinceridad de su amor por Harry:

 

—Lo que tú amas es el romance. Amas lo que crees que es real. Amas, muy convenientemente, lo que tus padres desean para que llegues a ser duquesa, consigas el dinero de tu abuelo y proporciones a tus padres el tipo de vida a que aspiran.

—Creo que no me gustas.

A Claire, ya se ve, los desafíos que le plantea Trevelyan le atraen y al mismo tiempo la incomodan.

Otra de las pasiones de Claire es el capitán Baker, un explorador que recorrió el mundo y escribió al respecto, y que se supone que ha muerto en su última aventura. Claire se ha empapado todos sus libros y lo adora, incluso piensa en escribir una biografía de este señor.

Aquí entra la parte del tópico cross-dressing & in disguise. No por el cross-dressing sino por el disfraz.

Trevelyan es, obviamente, algo más de lo que parece, algo que es un misterio para Claire pero no para el lector. Parte de la tensión está en saber qué ocurrirá cuando ella sepa quién es Trevelyan, en realidad.

Mientras tanto, crece la tensión, claro, porque ella está comprometida con Harry pero acaba pasando más tiempo con Trevelyan que con su prometido que está… a otras cosas.

Esta novela tiene, de las old skool, la diferencia de edad: Claire tiene 19 años y Trevelyan 33.

Harry podía ser un secundario horrible y, al final, es un tipo que simplemente disfruta de sus cosas, su forma de vida es la del noble ocioso. Si no se da cuenta de que Claire no es la mujer para él, no es por maldad. Es solo que tiene una visión del mundo, y daba por supuesto que Claire se amoldaría a su vida.

Contrasta lo poco que conoce a Claire con lo fácil que la cala Trevelyan a los cinco minutos de encontrarla.

Que el héroe sea algo misterioso también es propio de la histórica de aquella época. Solo que aquí es más intrigante para la heroína que para el lector.

La parte erótica, obviamente, es escasita. Hay algo de tensión sexual que no cristaliza hasta la parte final de la novela. No es algo que influya demasiado en la trama.

Lo que me gusta no es eso, sino cómo está escrito, lo fácil, lo fluido pero con algo de chicha, muy de aquella época de los noventa. Se habían superado los tochos de las históricas tipo Woodiwiss pero todavía no estamos antes las ligerezas absolutas e hipersexualizadas del siglo XXI.

Ya digo que me tuvieron intrigada las idas y venidas emocionales de Claire. A ver cuándo se daba cuenta de que en realidad no amaba a Harry, que encaja mejor con alguien como Trevelyan, un hombre que desafía su cerebro al mismo tiempo que le hace temblar las entretelas.

Luego te preguntas cuándo quebrará Trevelyan, alguien que siempre parece tan dueño de sí mismo, tan sobrado, tan frío, dirías, que mantiene una distancia como observador ajeno de la realidad

Me gustó especialmente cómo terminó la historia. Para esa fecha (1991), el héroe no es nada avasallador. Aunque ves que está apasionadamente enamorado de Claire, no se impone, no la exige, no… No. Lo que hace es respetar y dejarle claro que es ella la que tiene que decidir lo que quiere y por qué.

En un par de días me la pimpé.

Allá en los años noventa me leí unas cuantas de Deveraux, traducidas. Ya veis que aún las tengo por casa. Lo fui dejando, atraída por cosas que por entonces eran nuevas, como la Kleypas. Ahora, en la década de los veinte del siglo XXI, vuelvo otra vez a aquello, al no encontrar nada que me llame en la histórica que se publica a día de hoy.

Como los pantalones de campana y las hombreras, y el flower power… siempre vuelven, aunque sean algo viejunos y lo notas al ponértelo.

Valoración personal: notable, 4

Se la recomendaría a: los aficionados a las enaguas de toda la vida, ligeritas.

 


Otras críticas de la novela:

En español, tenemos crítica en El rincón de la novela romántica, que la considera regular. 

Comentario en Lecturalia

No he encontrado más en español. Paso a lo que encuentro en inglés.

The Brunette Librarian le da cinco estrellas, y acaba diciendo que está «bien escrita con excelente caracterización. Recomendaría este libro a fans de Eloisa James y Julia Quinn. “La duquesa” está llena de romance, aventura, y justo una sencilla gran historia antigua para hacerte enamorarte con ella, como me pasó a mi».

Reseña en Publishers Weekly

Otra en Kirkus Reviews

Sinopsis, sumario y análisis, en Allreaders

2 comentarios:

  1. Hola!!
    Me gusta lo que cuentas. De esta autora tengo varios libros por casa, algunos los leí en mis inicios y me daba un poco de miedo retomar otros que tengo pendientes porque no suelo ser muy fan de lo que me gustaba antes... por eso de tópicos que eran famosos en los ochenta...
    Me animas, y miraré a ver si es una de las que tengo
    Un besote

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    Respuestas
    1. Creo que esta te puede gustar, sí. A mí, desde luego, me tuvo enganchadísima.

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