miércoles, 22 de julio de 2020

«Las apariencias engañan»


Este año estoy comentando algunos tópicos de romántica. Doy preferencia a los que a mí me gustan. Explicar un poco por qué creo yo que funcionan y luego poner ejemplos, por si os gustan.


Bajo la denominación amplia de «travestismo y disfraz» me refiero al puro teatro: las cosas no son lo que parecen. En muchas ocasiones se trata de una muchacha disfrazada de chico; pero también incluyo a personajes que se hacen pasar por quien no son, o recurren a subterfugios diversos para ocultar sus actividades; principalmente, espías, aunque también hay algún periodista.

En el caso de mujeres disfrazadas de hombre, estamos ante un tipo de personaje con raigambre literaria. Recordemos los papeles con calzones (breeches-role) del teatro clásico; por ejemplo, en las comedias de la Restauración inglesa fueron relativamente frecuentes, con pizpiretas actrices especializadas en deleitar al público con este tipo de fingimientos. Enseñando, de paso, tobillos y piernas, algo entonces impensable en cualquier otro contexto. Pero vamos, que encontramos mujeres disfrazadas de hombre en obras tan diferentes como La vida es sueño o La flecha negra.

En esta modalidad exige mucha suspensión de la incredulidad. Es cierto que la gente ve lo que quiere ver, y si ya ha decidido que eres una cosa, se fijará solo en lo que confirma su creencia y desestimará aquello que la pueda poner en duda. Incluso así, en el caso de las mujeres disfrazadas de hombres, siempre me ha parecido que sería difícil ocultar las curvas en la realidad.

En la modalidad de espías, en cambio, todo lo que te cuenten es absolutamente creíble y más.


¿Por qué funciona?

Toda narración tiene que tener una tensión interna, que te anime a seguir leyendo.

Puede que la ocultación sea también una sorpresa para el lector, pero normalmente no es así, de manera que por una parte sientes el regocijo propio de quien sabe algo que el personaje desconoce y la anticipación de «a ver qué pasa cuando él se dé cuenta de que ella es una mujer»… «o cuando ella descubra que este tontorrón es en realidad un inteligentísimo espía de la Corona».

En el caso de las heroínas disfrazadas de hombre, pueden ser escenas de revelación espectacularmente intensas y románticas, como la de la película Yentl.

El placer del lector viene así, una vez más, por el contraste entre lo que las cosas son y lo que parecen, y cuanto mayor sea la diferencia entre la careta y el rostro que oculta, mejor. No hay más que pensar en el éxito de personajes como El Zorro o La Pimpinela Escarlata. También gusta por el ingenio que tienen que desplegar estas personas para protegerse y no ser descubiertas, competence porn en grado sumo. Eso implica mentir, imaginar, crear apariencias, distraer, salir del paso como se pueda y con sangre fría, algo siempre admirable.

Este tipo de historias me gustaron mucho, desde siempre, sobre todo el de las mujeres disfrazadas de hombre. Esto permitía a las protagonistas femeninas hacer cosas interesantes: luchar, tener aventuras, ser activas. Juana Sedley fue, lo reconozco, una de las heroínas de mi infancia, junto a Jo de Mujercitas y Jorge de Los Cinco. Entonces parecía divertido, sin más. Luego con los años, se añadió el morbo sexual, el notar que al personaje masculino le atraía inexplicablemente otro hombre y se empezaba a plantear cosas sobre su sexualidad.

Sí, porque este tipo de obras exploran el género como algo diferente al sexo biológico, y pueden insinuar la fluidez del gusto erótico, todo depende de cómo se trate.

También admito que puede haber gente a quien le inquieten e incomoden este tipo de planteamiento de género, sexo e identidad sexual, claro. Es legítimo, como (casi) todo. No seré yo quien le diga a la gente lo que tiene que pensar y sentir, aunque sea diferente a mi forma de ver las cosas.


Por subgéneros


Aquí yo diferenciaría tipo de argumento.

Si estamos ante mujeres travestidas, será principalmente en histórica donde lo encontremos.

Si es más bien alguien que se hace pasar por lo que no es, puede darse en cualquier contexto, pero parece particularmente adecuado para el suspense romántico.

Mis preferidas de este tema

Ya he dicho que este tipo de argumentos de identidades ocultas a mí me gusta mucho. Me llevó a pensar en alguna de Sandra Brown que borda, pero me he dado cuenta que forma parte del giro o sorpresa final saber que tal personaje no es quien tú has pensado en las trescientas páginas anteriores. Y como yo me esfuerzo en destripar historias, pues nada, esa se quedará en el tintero y no la mencionaré.

Una de las autoras en histórica que más trata de apariencias engañosas es Joanna Bourne, a lo largo de su serie sobre espías en la época napoleónica, que lucen ingenio a espuertas. Destacaría, en ese sentido, la primera, The spymaster’s lady / Desarmado por un baile (2008)  y la tercera, The forbidden rose (2010). Pero también quiero recordar un relato corto que es una auténtica delicia, «My true love hath my heart» en la antología The last chance Christmas ball

Hay muchas novelas románticas históricas con este tipo de imposturas, y estas son solo algunas de las que yo destacaría, todas históricas:

·         Kathleen Woodiwiss: Ashes in the wind / Cenizas al viento (1979) 
·         Jo Beverley: Something wicked / Atrevida (1997) Los Malloren #3 
·         Connie Brockway: All through the night / Noches de pasión (1997) Royal Agents #2 
·         Eloisa James: Duchess by night (2008, histórica) Desperate Duchesses #3 

·         Sherry Thomas: His at night (2010) Trilogía de Londres #2
·         Emily LarkinUnmasking miss Appleby (2016) Baleful Godmothers #1
·         Elizabeth Hoyt: Duke of pleasure (2016) Maiden Lane #11

·         Cat SebastianUnmasked by the marquess (2018) Regency Impostors #1

Una novela que me gustó, pero tampoco fue para tirar cohetes (le di tres estrellas) fue Untamed, de Anna Cowan, que traigo aquí por el toque original de que el travestido es él y la fuertota es ella. La llamé «fantasía drag queen de la Regencia».




Por añadir un par de novelas que son más bien de disfraz o aparentar lo que uno no es, añado ejemplos de dos de mis autoras favoritas:

·         Sandra Brown: Mirror image/ Imagen en el espejo (1990) 
·         Suzanne Brockmann: Love with the proper stranger / Amar a destiempo (1998) SIM-831





Otras muy apreciadas

Si este tópico os gusta, aquí van unas cuantas sugerencias más, empezando por las históricas.

Primero, Johanna Lindsey, que tiene unas cuantas de este tipo: Gentle rogue / Amable y tirano (1993) Los Malory #3, All I need is you / El camino del amor (1997) y A loving scoundrel / Mi adorable bribona  (2004, histórica) Los Malory #7.

Sigo con otra autora clásica, Mary Jo Putney: The rake / Pecado y virtud (1998) [Reescritura de The rake and the reformer, 1989] y Angel Rogue / Ángel o Bribón (1995, Regencia) [Reescritura de The Rogue and the Runaway, 1990] Fallen Angels #4.

Más novelas históricas con travestismos, disfraces y otros ocultamientos son:

·        Georgette Heyer: These old shades / Esas viejas sombras (1926, histórica/s. XVIII) Alastair-Audley Tetralogy #1
·        Laurie McBain: Moonstruck madness / Al rayo de la Luna (1977) Dominick #1
·        Jude Deveraux: Velvet song / Canción audaz (1983) Montgomery Annuals #4-Los Montgomery #4 / Velvet #3
·        Patricia Potter: Swampfire (1988) O’Neills & Hamptons #1 / HH-6
·        Karen Robards: Dark of the Moon / Sombras en la noche (1988)
·        Laura Kinsale: The Prince of Midnight / El señor de la medianoche (1990) 
·        Jo Beverley: My Lady Notorious / Lady Escándalo (1993) Malloren #1 
·        Virginia Henley: Seduced / Enamorada (1994)
·        Suzanne Enoch: Lady rogue (1997)
·        Stephanie Laurens: Captain Jack’s woman (1997) Bastion Club #0.5
·        Lynsay Sands: The switch (1999)
·        Teresa DesJardien: The bartered bridegroom (2000)  Signet Regency Romance
·        Susan Elizabeth Phillips: Just imagine / Imagínate (2001) 
·        Lynn Kurland: From this moment on / Por siempre jamás (2002) De Piaget Saga #8
·        Kate Silver: On my lady’s honor (2002) And One for All #1 / Zebra: Ballad
·        Celeste Bradley: The spy / El espía (2004) Liar’s Club #3
·        Tracy Anne Warren: The accidental mistress / Amante por accidente (2007) The Mistress Trilogy #2
·        Darlene Marshall: Sea change (2011) Regency Pirates #1
·        Sarah MacLean: Never judge a lady by her cover / Nunca juzgues a una dama por su apariencia (2014) Rules of Scoundrels #4

He seleccionado las novelas más apreciadas, que en su mayoría son de muchachas vestidas de chicos, pero también hay otros disfraces y engaños. Aquí es dejo algunas de las páginas que recogen este tópico, por si queréis mirar más obras de este tipo.

En español, Cazadoras del romance hizo su listado de «ella aparenta algo que no es» (por miedo a las repercusiones) y «ella es el chico» (en algún momento, la protagonista se disfraza de chico). 

Paso al inglés, con la lista de All About Romance dedicada al «cross-dressing & in disguise» (travestismo & disfraz).

En Smart Bitches Trashy Books aparece el tópico «heroine disguised as man».

Y termino con Addicted to Love y su «disguised as male».

Mi pregunta es la de siempre: ¿es este uno de vuestros tópicos favoritos? ¿O no os hace tilín?

Aparte de ello, si hay alguna sugerencia que queráis hacer, de novelas que tratan a vuestro parecer particularmente bien este tópico, la zona de comentarios es toda vuestra.

sábado, 18 de julio de 2020

Crítica: “Reason to believe”, de Kathleen Eagle


Un gélido viaje hacia uno mismo


DATOS GENERALES
Título original: Reason to Believe
Fecha de publicación original en inglés: febrero de 1995
Subgénero: sentimental
Páginas: 384

SIN TRADUCIR AL ESPAÑOL

SINOPSIS (Según Fiction DataBase)
Jóvenes amantes procedentes de vidas y mundos totalmente diferentes, y Ben Pipestone se unieron en la pasión y la ternura. Pero su matrimonio no soportó el engaño, o las traiciones de un alma atormentada. Y ahora, aunque el tiempo y el dolor los ha separado, se reúnen: por el bien de su problemática hija adolescente, se embarcan en un difícil viaje de invierno a través de tierra sagrada en una simbóliza remembranza de los antepasados lakota de Ben,… y para recuperar algo hermoso pero perdido, y tan eterno como las estrellas.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, entró en mi lista de las mil mejores novelas románticas, la 502. Tiene crítica de DIK A en All About Romance, 5 estrellas en The Romance Dish y una A en Avidbookreader. Ha aparecido en varias listas de las mejores novelas románticas: 36 en la lista de All-Time Reader Favorites que hizo All About Romance en 1997, la 468 en el Top 1000 de Book Binge, y la 477 de RomanceNovels.Me. No es de extrañar que sea favorita de varios lectores. Tiene además ese tópico intercultural, pues él es indio lakota y ella de piel blanca.

CRÍTICA

Esta novela te la ponen como de amor contemporánea, pero es mucho más y un poco diferente. Es una novela sentimental sobre un matrimonio en crisis y tiene el elemento inspiracional o religioso, de cierta búsqueda espiritual de dos personas que se han perdido a sí mismas, y al otro, en medio del dolor y el resentimiento.
Clara es una mujer blanca estudiosa de los asuntos indios. Sus investigaciones la llevaron hasta un anciano que hace rituales para la comunidad, el portador de la pipa. Clara se enamoró del hijo de este señor: Ben Pipestone, un atractivo vaquero que se dedicaba a la vida del rodeo.
Tuvieron una hija y Ben debe ser un poco el prototipo vaquero de vivir a su aire. Lo de estar atado a una sola mujer, una casa, como que debe agobiarle un poco y acaba perdiendo el rumbo.
Cuando empieza la novela, Clara tiene problemas con Anna, su hija adolescente. Y desesperada llama a Ben, su todavía marido, pero del que está separada desde hace dos años.
Aparte de ser un borrachuzo, Ben le fue infiel. A Clara, simplemente, le partió el alma. Podía aguantar que él bebiera un poco de más, pero no que le pusiera los cuernos. Ahora, dos años después, Ben acude a su lado para echarle una mano con la cría.
Si, la niña ha tenido problemas en el cole y también con la ley. A Clara esto ya la supera.
Al final este matrimonio en crisis y su hija se embarcarán en una peregrinación a caballo, en el crudo invierno, desde su casa hasta el lugar donde se produjo la masacre de Wounded Knee, cuando el Séptimo de Caballería mataron a centenares de indios, incluidas mujeres y niños.
Por lo visto, en conmemoración de aquella matanza, desde 1986, todos los años se hace una cabalgada en pleno invierno, hasta llegar allá. Hacen ceremonias religiosas, cada día conmemoran a un grupo (a los encarcelados, a las mujeres, a…); es un viaje de más de doscientas millas. Se ve que la autora fue en una de estas peregrinaciones y lo usó como marco para imaginar una historia amorosa de dos personas que se aman, pero que rompieron, y ahora están tratando de seguir adelante.
Es un viaje espiritual de esos en los que las personas se descubren a sí mismos, lo que es un paso para aceptar y perdonar al otro. Las heridas se restañan y las familias vuelven a unirse.
La autora aprovecha para contarte bastante de las creencias y los ritos de los lakota, mezcla relatos históricos con escenas de la vida en la reserva, o cómo es ser indio en los EE. UU. de los años noventa, o sea, con ese racismo para todos los que no tengan la piel del color de la leche.
Si te gustan las novelas sentimentales, con su toque de búsqueda espiritual, y leer sobre la vida, pasada y presente, de los indios estadounidenses, esta es tu novela.
A mí reconozco que se me estaba haciendo un poquito lenta. Así que después de unos cuantos días que aquello no avanzaba, decidí leerla más en plan ligero: saltándome las ceremonias sagradas, y demás folklore. Lo que para otros es lo más importante de esta novela a mí como que me resbala un poco. Las búsquedas espirituales y las redenciones místicas no van conmigo, soy mucho más simple y terrenal.
Una vez que pasé por encima de esa parte religiosa, y me centré en los personajes, sus interacciones, sus diálogos, me quedé simplemente colgada de la historia, hasta el punto de que casi llego tarde a trabajar por seguir leyendo.
Reconozco que, dentro de lo que es mi simpleza, lo que más me gustó es el personaje de Ben. Un marido infiel y alcohólico está muy lejos de lo que cualquiera consideraríamos un héroe romántico. Clara desconfía y con razón. Pero a mí me perdía esa imagen de vaquero vestido de negro, paciente, reconciliándose consigo mismo y con su padre, y con las tradiciones de su pueblo. Un auténtico héroe a su pesar: ahora es un hombre sólido, que cuida de todos, con la sensatez que le da el ser ya plenamente adulto.
Me quedo con una sensación ambivalente. Sé que es una gran novela romántica, dentro del tópico de matrimonios en crisis, y que te lleva a un viaje inolvidable por las heladas llanuras de Dakota del Sur… Pero, por otro lado, a mí personalmente parte de la grandeza de la novela simplemente me aburrió.
Extraño, ¿verdad? Bueno, oye, El Quijote es, para mi gusto, la mejor novela del mundo mundial y sé que hay mucha gente a la que se le hace bola. Una cosa es el libro, objetivamente, y otra nuestra experiencia personal, que depende más de lo que creemos, o hemos vivido o simplemente el gusto que una tiene o del momento en que estés.
Compensando una cosa con otra, se me queda en simplemente buena.
Creo que tengo por casa alguna otra novela de Kathleen Eagle, que leí hace años. No me debió llamar mucho cuando ni recuerdo el título. No he vuelto a leer nada de esta autora hasta ahora. Veo que tiene publicados varios harlequines, con vaqueros de por medio. O sé, no creo que le dé más oportunidades, salvo que relea lo que anda por casa.
Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: los interesados en los nativos americanos y los viajes espirituales

Otras críticas de la novela:
Al ser tan viejuna, de hace 25 años, pues no he encontrado mucha crítica, y esta todo en inglés. Si alguien sabe algo más, me lo contáis, please:
All About Romance, una DIK A
Para Avidbookreader, Kathleen Eagle es una de sus autoras favoritas en contemporáneas, y este es uno de esos libros para conserver, por eso le da una A. 
5 estrellas le pone The Romance Dish
Y nada más, así que os añado enlaces a las dos páginas que nunca fallan: Good Reads, 3.98, Amazon, 4.4. 

martes, 14 de julio de 2020

30 años de… “La mujer del vikingo”, de Heather Graham


Qué cansino: peleas continuas sin la menor chispa
Versión Kindle, CISNE (7/2012)

DATOS GENERALES

Título original: The viking’s woman
Género: histórica / Medieval h. 878
Fecha de publicación original en inglés: julio de 1990
Páginas: 480
Parte de una serie: Viking Trilogy (Vikingos MacAuliffe) #2

1.ª edición en España
Traductora: Amelia Brito
Edición: 1999
Colección: Cisne

SINOPSIS (de la Casa del Libro)
Un matrimonio forjado en el rencor y la desconfianza. Un amor por descubrir
De la noche a la mañana Rhiannon, hija de un rey sajón, se ha visto convertida en una atractiva ofrenda. Su padre, deseoso de agradecer la ayuda que recibió de los vikingos de Irlanda en la lucha contra los agresores daneses, la ha entregado en matrimonio al aguerrido príncipe Eric.
De nada sirve que ella se niegue con todas sus fuerzas. Sabe que está condenada a compartir su vida con un hombre tempestuoso y feroz por el que solo siente desconfianza y rencor. Pero en ocasiones los modales más rudos esconden virtudes insospechadas que solo los ojos más atentos pueden descubrir.
Nota: esta es una de esas sinopsis escritas por un mono loco. Rhiannon no es hija de ningún rey, ni es su padre quien la entrega a un príncipe irlandés.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
La incluí en mi lista de Las mil mejores novelas románticas, versión de 2017, en el puesto 820. Luego ha habido otras novelas que se han valorado más y ya no entró entre las mil mejores en el año 2019. En su momento, consiguió el premio RT al mejor romance histórico ambientado antes del año 1066. Es uno de esos favoritos de todos los tiempos, para Romantic Times. Tengo apuntado que era una de las novelas románticas más apreciadas en El rincón de la novela romántica en 2010, concretamente el puesto 67; no es de extrañar, pues, que la metieran en el ajuar de la lectora romántica.

CRÍTICA
Hace treinta años las ambientaciones de novela romántica histórica eran más variadas. Encontrabas novelas de vikingos, en plan «civilizada doncella inglesa que doma al bárbaro del norte». Un ejemplo de este tipo de novela es esta que cumple este mes los treinta años.
Rhiannon, muchacha noble que vive en la costa occidental de la isla de Gran Bretaña, verá un día aparecer a la peor de sus pesadillas: una flotilla vikinga.
Ignora que este grupo de guerreros irlandeses y vikingos noruegos vienen en son de paz. Acuden a la llamada del rey Alfredo contra sus enemigos los vikingos daneses. Por una traición, el mensaje del rey no llegó a Rhiannon.
El choque será sangriento, también entre Rhiannon y el jefe, el príncipe irlandés Eric, quien le asegura que mejor que no se vuelvan a encontrar nunca jamás.
Por esas cosas de la romántica, sin embargo, Rhiannon y Eric tendrán que casarse. Este matrimonio de conveniencia se produce entre dos personas que no es que se lleven mal, es que se odian.
Él desconfía de ella, y con razón, ya que ha sido víctima de una traición. Y ella ha tenido que renunciar al amor de su vida y se ve en la cama de un señor que pertenece a la odiosa raza nórdica y tal.
En la cama, precisamente, será donde mejor se lleven, aunque, bueno, como era en los noventa, olvidemos eso de que «no es no»: en la romántica de aquella época «no» significa «tira p’adelante, que ya le gustará». No en vano lo llamaban «seducción forzada».
Fuera del tálamo, las cosas son insufribles. A ver, que soy la fan número uno del tópico «enemigos a amantes». Funciona genial si la hostilidad no les hace faltarse al respeto, cuando debajo del odio puedes ver que no pueden dejar de pensar el uno en el otro, que en el fondo se aprecian y se aman,… aunque solo sea un poquito.
¿Sabéis eso que suelo decir del enemies to lovers, que es muy divertido ver lo mal que se llevan algunos…?
Pues no lo encontré aquí. Riñen constantemente, a la agresividad verbal le unen forcejeos físicos: ella dándole puñetazos, él tirándola del pelo. Me resultó odioso. ¡Qué cansino ver todo el puto rato a dos personas peleando sin la menor chispa!
En particular, el personaje de Rhiannon me parece una tarambana irresponsable. A pesar de pertenecer a la familia real, qué mal preparada está para todo. Para un matrimonio de conveniencia como eran los habituales de la época, para intentar tender lazos entre grupos y fomentar la lealtad a la dinastía… 
Al contrario, más bien parece que se regodea enfrentando a la gente, lo peor que puedes hacer cuando tu rey vive en el filo de la navaja, muy amenazado por los daneses.
Es tan tonta que no pilla (o le resultan indiferentes) las implicaciones políticas de sus actos, ni se interesa por quién sea el posible traidor al rey.
Ejemplo de lo botarate que es: ya casada, insinúa a su marido Eric que Rowan, el chico del que ella estaba enamorada, igual ha vuelto para estar con ella y así poder traicionarle los dos, ella y él.
¿Para picarlo? ¿Y si resulta que este va y mata al muchacho…?
Menos mal que Eric es un tipo sensato y no hace caso de la mitad de las chorradas que ella suelta. Comprende que Rowan es leal y tratará de ayudarlo en todo momento.
Rhiannon se tira todo el libro soltando cosas a ver si él salta. Picajosa y desagradecida, ni da las gracias cuando la rescata de un peligro en el que ella sola se metió.
Por no mencionar a cierta tendencia a encontrarse en bolas en todo tiempo y lugar, a cubierto o en el exterior, para que su marido la sorprenda de la forma más inconveniente... Y no siempre es porque le desgarren la ropa, que también ocurre unas cuantas veces.
Le doy dos estrellas por el estilo y la ambientación. Estamos ante un libro ágil, muy fácil de leer; si quitas las tontás de los protagonistas, te atrapa. Las escenas sexis son estupendas, muy bien escritas y explícitas, mucho, para la época.
La ambientación es un puntazo. Captas muy bien la desesperada necesidad de Alfredo de unir a la gente, evitar traiciones y enfrentarse con cierta solvencia a los daneses. Y de pasada aparece su deseo de educar a estos embrutecidos sajones.
Pese a ello no, no me parece una ambientación perfecta. Las novelas románticas tienden a una visión muy decimonónica de la historia, o sea, nacionalista, usando términos como Inglaterra o ingleses, palabras y conceptos que no existían en tiempos de Alfredo el Grande. Leo aquí, que será veinte años después de los hechos que se narran en esta novela cuando se usa algo vagamente parecido a England para referirse a la parte sur de la isla de Gran Bretaña, escribiendo la palabra latina Anglii, o sea, hablarían en su caso de los anglos, no de ingleses.
Alfredo, al que después se conoció como «el Grande» y considerado santo por ortodoxos y anglicanos, era rey de Wessex y rey de los anglosajones, no de Inglaterra ni de los ingleses. En la Edad Media el poder era algo personal del monarca, que se proyectaba más sobre personas que sobre territorios. Era tan grande (o tan pequeño) como la fidelidad de sus vasallos. No era «nacional», no existían naciones, sino que era un poder patrimonial y dinástico.
No es el único detalle que me sacó del libro. Hay un momento en que Eric le da a Rhiannon «diez minutos» para que vaya. Yo me dije: «¿qué, bonito, y con qué vas a medir esos diez minutos, con el reloj de pulsera?».
(Aparte de que entonces no se dividían las horas en minutos. Se atribuye al astrónomo persa Al-Biruni la división en minutos y segundos,... en torno al año 1000... allá por Asia central... sin contacto con Europa y menos la parte menos civilizada del continente. ¿Por qué los humanos tendemos a pensar que nuestra vida cotidiana ha sido siempre igual?).
Resumiendo: pese a alguna torpeza, la ambientación y el estilo están bien, pero a los protagonistas me entraron ganas de darles de zurriagazos. Cerré el libro con la impresión de que tras su «final feliz» les esperaba un matrimonio muy tormentoso.
Valoración personal: allá tú, 2
Dell, 7/1990

Se la recomendaría a: fans de los vikingos.

Otras críticas de la novela:
Como siempre que estamos ante una novela que gusta mucho, recomiendo leer otras críticas más positivas que la mía, para que podáis contrastar opiniones. 
En El rincón de la novela romántica hay dos críticas. Maddy le da un 9/10 y Lilian, 4,5/5. 
Dragones en los libros le pone 3,5 sobre 5. 
Océano de libros hace una crítica en la que también usa el adjetivo «cansino», pero al final valora en 6 sobre 10. 
Paso al inglés.
Análisis detallado y crítica en Allreaders
En Historical Romance Review, Regan la recomienda y dice: «Great Viking Romance!». 
Y acabo con un artículo académico que menciona esta novela:  Romancing the Dark Ages: the Viking Hero in Sentimental Narrative, escrito por María José Gómez Calderón, de la Universidad de Sevilla.