viernes, 10 de noviembre de 2017

Crítica: “Un beso en la oscuridad”, de Linda Howard

Entretenido suspense tipo thriller con una heroína poderosa.

DATOS GENERALES

Título original: Kiss Me While I Sleep
Subgénero: suspense romántico
Fecha de publicación original en inglés: 2004
Parte de una serie: CIA Spies (John Medina) #3

1.ª edición en España:
Traductora: Alicia Sánchez Millet
Fecha: 02/2006
Editorial: Titania

SINOPSIS

Mientras el mafioso Salvatore Nervi apura una copa cargada de veneno, su hermosa acompañante sonríe. Lily Mansfield está saboreando el momento de la venganza, después de que sus únicos amigos y la niña a la que amaba como a una hija fueran asesinados cruelmente. Lily nunca tuvo la oportunidad de llevar una vida normal. Sólo tenía dieciocho años cuando un cazatalentos de la Agencia la reclutó y la convirtió en una perfecta máquina de matar. Pero ahora ha entrado en un camino sin retorno: al decidir eliminar a ese criminal por su cuenta se ha saltado todas las reglas. Sabe que tanto sus antiguos jefes de la CIA como la organización de Nervi intentarán acabar con ella. Lo que no puede imaginar es que Lucas Swain, el hombre que la Agencia envía para eliminarla, tenga sus propias ideas, y que entre ambos se forje una extraña relación que trastoque todos los planes.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, en mi lista de Las mil mejores novelas románticas aparecía en el puesto 689.
En The Romance Reader le hicieron una crítica FHK (=Five Hearts Keeper, lo máximo, cinco corazones). Luego, en la encuesta anual de All About Romance ganó nada menos que en tres categorías: la mejor novela de suspense del año, la heroína más fuerte (Lily Mansfield, por supuesto) y el mejor villano.

CRÍTICA
Con Un beso en la oscuridad termino de leerme de un tirón la trilogía de “espías de la CIA”. Aquí vemos lo tonto de llamar a la serie “John Medina”, pues a ese personaje sólo se lo menciona de pasada. De una forma un poco inquietante, porque dicen que él sigue con trabajo de campo, mientras su amada Niema quiere tener hijos, diciendo “había que añadir el paso del reloj biológico de Niema y el hecho de que Frank estaba seguro de que John acabaría fijándose en otra mujer”. No viene a cuento porque luego el personaje no aparece, y te deja con ese regusto amargo de dudar si el final feliz de la novela anterior (Juego de sombras, que comenté en agosto) fue auténtico.

Vamos a por esta.

Comienza con una asesina a sueldo cenando con un mafioso italiano. Pronto, él caerá muerto, envenenado. Es cosa de ella, claro, porque tiene sus razones para cargárselo.

Sólo que lo ha hecho por su cuenta, al margen de la CIA, con quien este señor mantenía valiosas relaciones. No les va a gustar nada y de hecho, mandan pronto a uno de sus mejores oficiales tras ella: Lucas Swain.

No es el único riesgo que corre. Ella misma resultó algo intoxicada por el veneno y casi no lo cuenta. Queda debilitada físicamente.

El hijo mayor del mafioso asume el mando de los negocios y sospecha de la mujer que cenaba con su padre cuando este se envenenó. No tiene nada concreto que echarle en cara, pero el asunto le da mala espina. Así que investiga por su cuenta.

Esta mujer es asesina a sueldo desde hace veinte años, está ya cerca de los cuarenta. Pero no ha llegado a esa edad siendo una pánfila. No. Sabe matar, tiene excelente puntería y, además, es una tipo Mortadelo, de esas que cambian de apariencia y tienen documentación a nombres diferentes. Algo que está muy bien para lograr eludir tanto a la mafia como a la CIA.

Lo que pasa es que Lucas Swain también es un tipo listo y, más que recorrer las calles de París en su busca, empieza a pensar, a preguntarse por qué ella ha hecho lo que ha hecho, y luego intentar ver dónde ha ido y qué es lo siguiente que hará.

De esa forma, logra dar con ella y rescatarla de una situación un poco difícil. Así se conocen y empiezan a relacionarse. Se presenta como un tipo algo turbio, nada concreto, pero evidentemente muy útil para lo que ella pretende hacer.

Prácticamente todo el libro es una preparación de cómo se va a dar ese golpe que ella pretende. El principio puede resultar lento y luego se resuelve rápido, incluso con algún giro que puedes ver venir sobre los malos, quiénes son y quién está detrás de todo y usando a Lily y su ansia de venganza en beneficio propio.

No quiero revelar nada más, porque con las de suspense, cuanto menos se diga, mejor. La ambientación parisina es tirando a tópica, pero bueno cumple el expediente, tampoco es que vayan todos con boina y camisetas a rayas. Los personajes son interesantes, aunque no sean precisamente un ejemplo de moralidad porque no dejan de ser un par de asesinos.

Él, Lucas Swain, un tipo del Oeste de Tejas que se metió en la CIA, ha pasado muchos años en Sudamérica y es de talante bastante relajado y risueño. Justo lo que necesita Lily, dado que lleva años en el dique seco. Me hace “gracia” cómo Lucas se queja del tiempo en París, después de años en Sudamérica, con ese calor (dicen más de una vez), clima tropical, etc… A ver, Sudamérica va, más o menos, del canal de Panamá a Tierra de Fuego, y tiene todo tipo de climas, así que es un poco tonto hablar como si todo el continente fueran las bochornosas ciudades del Caribe. Por otro lado, teniendo en cuenta lo que hacían “asesores de la CIA” en el continente durante aquella época, sinceramente, me costó un pelín verle como héroe.

Ella, Liliane Mansfield, fue reclutada cuando tenía dieciocho años y creía saber mucho de la vida cuando en realidad no sabía gran cosa. Se ha tirado años matando por encargo del gobierno sin plantearse nunca la moralidad de lo que hace, sintiéndose incluso hasta patriota, porque ella supone que si el gobierno le manda matar a alguien es porque se lo merece. O sea, ¿de verdad? ¿Hay alguien tan inocente?

Ya digo que ninguno de los dos son unos angelitos y tienes que cerrar la conciencia política para que te pueda entretener. Pero, si lo haces (y yo lo conseguí no me digáis cómo), la verdad es que lo pasas bastante bien. Es una de esas novelas de suspense romántico en las que pasar, pasan pocas cosas, y todo es más bien ver cómo poco a poco estos dos se conocen, empiezan a confiar el uno en el otro, a seducirse y enamorarse, y cómo van a salir de la difícil situación en la que se encuentran.

Así que, resumiendo, me gustó, aunque no tenga nada de especial.

Esta sí la leí en español, en una de esas ofertas que a veces sacan en Amazon de novelas de bolsillo a 2,80 euros. Precio que se agradece, teniendo en cuenta que las otras dos de la serie me han costado más del doble y los tres libros me los he leído en cuatro días.

Es una pena que el título Kiss Me While I Sleep, lo hayan traducido como “Un beso en la oscuridad”, porque el original se refiere a un momento muy emotivo de la novela, en el que Lily, resignada a su suerte, le pregunta a Lucas si la puede besar mientras duerme.
Valoración personal: buena, 3

Se la recomendaría a: los aficionados al thriller.

Otras críticas de la novela:
En español, tenemos varias críticas en el Rincón de la Novela Romántica que son un poco “sí pero no”, con parte aburridas y otras muy Howard.
En Honshu-Manga le dan un 6.
Aquí, breve reseña de una yutubera, Bookilovers

Ahora, en inglés. Sinopsis y crítica en AllReaders.com.

2 comentarios:

  1. La tengo en papel, la leí una vez completa y hace poco quise releerla y la abandoné. Todo bien, pero no pude remontar esto de que los protas sean asesinos. ¡Casi estaba simpatizando más con el hijo de Nervi!

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    1. Te entiendo perfectamente, es de esas que hay que acallar la conciencia político-social para leerla.

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