miércoles, 27 de marzo de 2019

Crítica: “Soft on soft”, de Em Ali


Otro cuento cuqui


DATOS GENERALES

Título original: Soft on Soft: #FatGirlsInLove
Subgénero: contemporánea

Fecha de publicación original en inglés: 2018
Longitud de impresión: 182

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL

SINOPSIS (según Good Reads)

June Bana puede colgar posts casi todos los días con maquillajes que obtienen miles de likes, pero la vida real ha construido un muro detrás del cual está ella con sus dos gatos.
Pero con sentimientos desordenados entrometiéndose en su vida de ermitaña, June empieza a darse cuenta de que quiere más. Quiere a la modelo-actriz Selena Clarke, la luz del sol reencarnada. No estorba que Selena sea alucinante con los gatos y calme la ansiedad de June a niveles tolerables.
A June se le ofrece la ocasión de enfrentarse a sus ansiedades sobre relaciones para ganar no sólo una novia pero también un entendimiento mejor de cuán lejos va a ir ella en el amor.
Pero, ¿va a asumir el riesgo? ¿Abandonaría ella su zona de confort por algo más suave?

Romance contemporáneo donde una mujer muy casera y otra extrovertida hacen una historia de amor increíble.
Soft on Soft es una novela de personajes, ¡sin un conflicto o argumento intenso! Para fans de algo bajo en angustia y alto en banalidad.
Advertencia durante el contenido: se menciona que un padre ha muerto en el capítulo 2, se representa un ataque de pánico en el capítulo 8, se menciona lenguaje anti-asexual usado en el pasado contra uno de los personajes y del insulto de género «bitch» pero no de manera amenazante.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica?
Se supone que estaría en las digamos diez mil mejores porque fue finalista en los premios #readRchat.


CRÍTICA

La propia sinopsis advierte que, en esta novela corta, no hay argumento: todo es suave y fluffy.

Por si tienes alguna duda, ahí está el trigger warning: ojo, que aquí a alguien se le ha muerto el padre, una tendrá un ataque de pánico, otra comentará que una vez alguien dijo algo desagradable contra los asexuales (¿qué dijo? ¡Ah, no lo llega a contar!) y que en un determinado momento se usa bitch, pero de buen rollo, ¿eh?

Ya se ve que es otra de esas historias muy suavecitas entre dos chicas que se conocen, se gustan, avanzan en su relación a paso de caracol y acaba la historia cuando deciden hacer público que son pareja.

Selena vive de ser influencer en Instagram como modelo. Ya te dicen desde el principio que es —según sus propias palabras— gorda, negra y demisexual.

June, por su parte, trabaja de maquilladora y ha hecho muchas sesiones de fotos con Selena. Tiene diagnosticada ansiedad. Muy reservada para sus cosas, está en Internet lo justo por cuestión profesional. No le gusta hablar de sí misma, prefiere una vida tranquila, guardando su privacidad y disfrutando de sus gatos.

Hija de madre árabe y padre persa, se considera pansexual, aunque no tiene una pulsión sexual muy intensa. Y también padece sobrepeso.

Como bien dicen en el resumen, es novela de personajes, no de acción ni argumento, porque aquí realmente no pasa nada.

Claro, una novela de ese tipo, como las que escriben Milan o Balogh, exige, a mi modo de ver, unos personajes interesantes, de emociones intensas y una vida interior apasionante.

Aquí no hay nada de eso. Ambas protagonistas son muy banales, muy superficiales. Una reconoce que sus temas de conversación favoritos son el maquillaje y los gatos. Y la otra solo se preocupa por sus looks. Son dos personajes con el interés de un paramecio.

La parte romántica es nula. Se gustan, ¿y? Ninguna de las dos tiene el menor interés por el sexo. Para estas chicas, hacerse unos dedos es agarrarse del meñique en la primera cita, ¡guau, qué excitante! Y luego se ponen a ver una peli, no vaya a ser que les dé un sofocón.

Calculo que tendrán relaciones sexuales, no sé, más o menos en el próximo tránsito de Venus.

Sin trama y con personajes tan emocionantes como una ameba, entenderéis que cuando llevaba el 9 % ya estaba dispuesta a dejarlo. Pero yo solo DNF libros que me cabrean. Este resultaba, simplemente, aburridísimo. Seguí leyendo de través,…

Como novela romántica se merece una estrellita. Pero le doy otra más, porque me hizo pensar.

Por primera vez, he entendido por qué a los milennials se les ve como «generación copo de nieve»: delicados, distintos entre sí y vistosos, están ahí solo para que todo el mundo los vea en Instagram.

Entienden el yo como una «identidad», algo que son, con independencia de lo que hagan. No puedo ser idéntico a otro, que me da algo. Además, son muy frágiles (otros les llamarán ofendiditos), tan vulnerables a cualquier crítica que hace falta hasta esto de advertir que ¡ojo, un personaje va a mencionar que se le ha muerto el padre...! 

Pongo un ejemplo, en una fiesta, todxs llevan un pin con pronombres, creo que para que nadie se dirija a ti con el pronombre equivocado. Lo entiendo, pero es tan cursi… 

Y, en lo físico, son Licenciado Vidriera total, ¡hasta les incomoda el abrazo espontáneo de unx amigx!

No es que pidan permiso para tener sexo o para probar algo kinky, no, es que estas dos parecen necesitar un notario hasta para darse un beso. Algo perfectamente comprensible si, como ocurre con una de las protagonistas, padeces ansiedad; pero, ¿la otra...?

Aparte de que comen fatal (¿pizza, pasta, sándwiches, solo patatas fritas?) y yo ya las veía como un AVC andante. Como si comer sano fuera políticamente incorrecto. La única verdura que deben ver serán las tiras de lechuga en el döner que les hace la madre de June (aunque con el nombre árabe de shawarma).

Viven en una pecera, entre internet y la realidad, sin llegar a controlar muy bien lo que es de verdad y lo digital. Cuando deciden que son pareja, lo primero que dice la instagramer es si lo puede contar en internet. ¡Tía, que June padece ansiedad, fobia social! ¿Qué parte de ella prefiere que su vida privada sea suya no has entendido?

Aliñan la historia con ese toque «Juegos Reunidos Geyper» de la diversidad. Todos pertenecen a alguna minoría. O lesbi, o gay o bi, o trans,… o no-binario. Por cierto que no me acabo de acostumbrar que para estos usen they, them, theirs,… ¡siempre pienso que se refieren a más de una persona! No me entendáis mal, me parece bien y respetable, pero me desconcierta un montón, como si hablaran de un Jano bifronte con doble personalidad.

Tiene esa cosa que hace buenas a muchas novelas: llevarte a un mundo tan ajeno que te resulta casi extraterrestre.

Uno en el que…
Alguien puede usar la metáfora de que es como un teléfono con poca batería y la otra es un potente cargador.
June alucina porque Selena sabe conducir.
Y cuando June se ofrece a lavarle un vestido a Selena, esta comenta «guay, sabes lavar… qué adulta».

O sea, de verdad, ¿de dónde han salido estas mujeres? ¿Cómo pueden ser tan ñoñas con veintitantos?

Como hay gente así en la realidad, creo que este tipo de romances puede servir, al menos, para validar sus preferencias personales. Sería lo único bueno de este pestiño.

Esta exploración mía de los romances lésbicos no me está llevando a ningún sitio interesante. Son remilgados, como macomberes de la diversidad: todo muy cuqui y sin la menor chispa.

Tiro la toalla, entrego la cuchara y acepto mi derrota.😞😞😞

Los repollos con lazos han podido conmigo. No hay feminismo ni defensa de la diversidad que aguante estos bodrios.

Leeré las que ya tengo compradas y se acabó.


Valoración personal: aburridísima, 2

Se la recomendaría a: asexuales, demisexuales y los (fácilmente) ofendiditos.

Otras críticas de la novela:

Como siempre que una novela me parece un pestiño, aquí dejo otras críticas que le han encontrado algo más, porque darán una visión distinta sobre el libro.

Alexa, en Lesbrary, creo que le pone cinco estrellas.

Otras cinco estrellas que miro y no me lo creo, Maplewind chimes

Bookishly thinking es otra encantada de la vida con esta historia.

Mooky Chick considera que, para ser autopublicada, está bien escrita; aunque reconoce que es sugary sweet y que igual a alguien le puede parecer excesivo (pues mira sí, a mi) . 

3.91 tiene este libro en GoodReads

4.1 sobre 5 le dan en Amazon, aunque es verdad que con solo 14 opiniones, no sé, serán las 14 mejores amigas de la autora, porque si no, no me lo explico. 

Y... ¡tachán!, aquí «5 Gooey Lesbian Romances To Read Just in Time ForValentines Day» (5 romances lésbicos acaramelados para leer justo a tiempo para San Valentín)  y ¿quién aparece, aparte de este cursi Soft on soft...? Pues otros ejemplos cuquis de los que ya he hablado aquí, Learning curves de Ceillie Simkiss y Knit one, girl two, de Shira Glassman

Con lo que me quedo con la impresión de que la tendencia, en romance lésbico, es así: adorable, sin estridencias, con heroínas blanditas no muy interesadas por el sexo. Si hay de otro tipo, no he sido capaz de dar con ellas.

3 comentarios:

  1. yo quise leer a esta autora porque me la recomendaron varias amigas ( todas queer) y a todas les gustó. Para mí súper mal escrito, personajes de cartón y aburrido. Creo que es gente que están tan acostumbrados a que los discriminen a no verse representados en los libros que se conforman con cualquier cosa

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    1. Me consuela ver que no soy la única cuya experiencia con este libro no ha sido buena. No se me había ocurrido la explicación que tú dices, que se conforman con cualquier cosa. Parece razonable. En mi opinión, es un error que ya hemos cometido las lectoras de romántica demasiadas veces; no todo vale. Pero vamos, que yo me rindo.

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    2. Estoy en la misma, a veces con eso de querer leer romance inclusivo termino leyendo libros que soy muy flojos, parece que ni los editan. Ojo, así como también hay libros de autoras blancas que son un desastre.

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