viernes, 4 de enero de 2019

Crítica: “Learning curves”, de Ceillie Simkiss


Otro cuento cuqui de chicas


DATOS GENERALES

Título original: Learning Curves
Subgénero: contemporánea

Fecha de publicación original en inglés: 2018
Longitud de impresión: 93 páginas

NO TRADUCIDA AL ESPAÑOL


SINOPSIS (según Good Reads)

Elena Mendez siempre ha dicho que la carrera es lo primero, y solo le quedan dos semestres de escuela de derecho; su sueño de ser abogado de familia para los niños por fin está a su alcance. No puede permitirse distracciones. No tiene tiempo para el amor.
Y no tiene idea de lo mucho que su vida cambiará el día que le deje sus apuntes a Cora McLaughlin.
Escritora freelance y estudiante de MBA, Cora está tan dedicada a su carrera como Elena. Pero a lo largo de las semanas que pasan juntas en la biblioteca, descubren que aunque son fuertes cada una por su lado, lo son más estando juntas. A través de tormentas de nieve y momentos robados, soledad y compañerismo, las dos aprenden que pueden enfrentarse a lo que sea mientras se tengan la una a la otra, incluso una visita sorpresa de la familia de Elena.
De la soledad a la dulzura, no hay nada como enamorarse. La universidad puede ser estricta… pero cuando se trata de amor, Cora y Elena están por delante de la curva de aprendizaje.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica?
No, solo la he leído porque la vi recomendada en una lista de novela romántica lésbica.


CRÍTICA

Como ya he dicho, hasta 100 páginas tenemos un cuento, de ahí a 200-250, una novela corta. Más allá de eso, ya sería una novela, a secas, y si pasa de 500, probablemente un tostón.

Así que esta historia entra en el terreno del cuento. Me recordó muchísimo a Knit one, girl two: dos mujeres se conocen, traban amistad, y llega un momento en que se hacen pareja, entonces la historia se acaba. Por eso la identifico dentro del tópico de «Esto va por buen camino», uno de los tres argumentos básicos de los cuentos románticos, según resultó de mi análisis de la antología Premiere: A Romance Writers of America® Collection (2015). 

Elena es una estudiante de Derecho. Es portorriqueña, le encanta cocinar, quiere ser abogado de familia para ayudar a los niños, se define como lesbiana y tiene sobrepeso.

Entra en escena Cora, estudiante de empresariales, blanquita, con TDH, a la que le gusta leer y que se define como muy romántica y enamoradiza pero asexual.

Tienen asignaturas comunes y Cora le pide a Elena sus apuntes de una clase. Elena accede, se caen bien y empieza así una amistad entre ellas, de sesiones de estudio compartidas, un baile bajo la nieve, cocinar juntas, Elena recibiéndola en el seno de su familia,… y un beso bajo el muérdago que sella su intención de ser más la una para la otra.

Básicamente, esa es la historia. Lo que más me ha gustado es ver representada con normalidad otra cultura diferente a la típicamente WASP. La vida familiar, las costumbres, lo que cocinan, cómo celebran la Navidad,… todo suena muy auténtico.

Y por una vez parece que la autora sabe escribir en español, porque lo hace bien. Es un poco como Iris after the incident de Mina V.Esguerra, que no necesitan forzar expresiones en español, sino que les salen muy bien hiladas en el conjunto y con total corrección. Aquí solo pillé una falta de ortografía:

«¡Oye! ¿Porqué apagaste la música?»

Lo correcto sería por qué apagaste

Pero es un fallo tan habitual entre los hispanohablantes, no saber diferenciar bien porque, porqué, por que y porqué, que se puede disculpar y hasta diría que es seña de que eso lo ha escrito alguien que de verdad habla español, porque comete un fallo habitual.

Ya digo que lo que más me gusta es esa ambientación intercultural, y la  comida, santo Dios,… qué ganas de ponerse a devorar todo lo que cocinan. Porque sí, los hispanos damos mucha importancia a la comida hecha en casa, de calidad,… como los franceses, italianos, griegos, hindúes,… en fin creo que casi cualquier país civilizado se distingue precisamente por su riqueza y variedad gastronómica.

En realidad me sonó más a historia de amigas a amantes,… si no fuera porque Cora es asexual y no le ves mucho sexo en el futuro de estas dos mujeres. Eso de la asexualidad es una cosa que no acabo de entender del todo. Cuando digo esto, me siento obligada a explicar que eso no significa que me parezca mal, o raro, o patológico, o que no se les reconozca sus derechos,… No. 

Solo que para mí es como si me hablaran en chino. Lógico si es tu idioma, pero yo no te voy a entender. No concibo una relación amorosa sin sexo. No tiene que ser lo más importante, pero tiene que estar ahí. No sé si me explico.

La parte romántica se toma su tiempo, tienen que conocerse y ser amigas antes de decidir que sí, que lo suyo es algo más.

En conjunto, otra historieta cuqui y tierna. Muy agradable de leer, pero tampoco nada que me interesara demasiado, sin que me dejara ganas de leer más por el estilo, ni de la autora.

¿Será que es un subgénero que no es para mí, con el que no conecto?

Mi yo feminista se rebelaba ante la idea de que habláramos de romántica LGBT cuando siempre acaba siendo gay. Por eso me dije «venga, las chicas también se enamoran, busca historias de mujeres». Pillé recomendaciones y a ellas me dedico. Se dejan leer, desde luego, como si fueran los enamoramientos de una amiga,… Y sin embargo, todavía no he encontrado ninguna que me atrape, que me encante,…

Yo no sé si es que, como lo paranormal, este subgénero no es lo mío,…
O que la lista de libros que me pasaron no contiene novelas particularmente buenas,…
O que tienen ese tonillo tan cuqui, tan mono, tan… cursi, al final, que si le doy tres estrellas es más por benevolencia y sentido del deber feminista, para que no se diga que no puede haber historias románticas de chicas tan buenas como de chicos … pero, en el fondo, podría haber dejado de leer a las diez páginas porque no me interesaban nada.

En fin, seguiré intentándolo, a ver si encuentro alguna pareja lesbi menos cuqui y más kickass.

Porque como vuelva a leer otra novelita parecida, creo que perderé la paciencia y lo dejaré por imposible.

Valoración personal: bien, vale, 3

Se la recomendaría a: quienes gusten de las historias bonitas.

Otras críticas de la novela:

Sólo he visto críticas en inglés.

A Victoria Thomas, de The Lesbian Review, está claro que le gustó esta historia y habría preferido una novela más larga. 

Danika Ellis G creo que la pone cinco estrellas, al menos en su tag. 

4 ½ estrellas en Novel Ink Blog

4.5 stars también para The Hermit Librarian

4 estrellas le da The Book Deviant

También le gustó mucho a A Bookish Bi

Para saber más de la autora, firma un interesante guest post en la página de Nicole Field Writes titulado «F/Fnovels, asexual friendly romance novels and Learning Curves, by Ceillie Simkiss» , con reflexiones sobre si vende mejor el male/male romance que el f/f, y ella lo atribuye al patriarcado, o que ella misma es asexual y no le gusta la presencia del sexo en sus romances:
 Siendo asexual y sintiéndome incómoda con el sexo descrito en la página, sin embargo, tenía que esforzarme mucho para encontrar romances contemporáneos que estuvieran libres de sexo o incluso que fueran amistosos hacia lectores asexuales como yo.

Claro, esa es la diferencia. Igual por eso no me engancha. Yo sí que agradezco sexo explícito en la página.

¿No creéis que al final las cosas las ves dependiendo de cómo te las cuenten?

O sea, si te dicen «No me gusta el sexo y no quiero verlo en mis lecturas», automáticamente piensas «qué persona más rancia, seguro que tiene algún trauma» y consideras que es más bien conservador.
Si te cuentan, en cambio, «soy asexual y me incomoda ver sexo en mis lecturas», pensarás «bueno, es alguien más del colectivo LGTBQ+» y suena progre.

Pero en el fondo, ¿no están diciendo lo mismo?

Si tú eres cis het y tienes tu cuota habitual de deseo sexual, te quedas un poco perpleja que alguien no lo sienta. Como no lo conoces la realidad de estas personas, te preguntas si es normal.

Creo que, al final, la forma de enfocarlo es simplemente aceptarlo, lo entiendas o no.

O sea, «yo no soy como tú, y no estoy segura de entenderlo del todo, pero no es asunto mío, te respeto tal como eres y, ¿hay algo que pueda hacer por ti?».

Porque, como decía aquella canción de Mecano, «lo que opinen [opinemos] los demás está de más».

Para saber más, aquí una entrevista con la autora

No hay comentarios:

Publicar un comentario