Un luchador y una casamentera en
el mundo
de las artes marciales mixtas
DATOS GENERALES
Título original: Taking Him Down
Subgénero: contemporánea
Parte de una serie: Wilinski #2 / HBZ-762
Fecha de publicación:
julio de 2013
Título alternativo: Going the distance (reedición 2014)
NOVELA NO TRADUCIDA AL
ESPAÑOL
SINOPSIS (según Fiction Data Base)
Reglas del ring…
Nada de conducta poco
deportiva
La casamentera Lindsey Tuttle siempre
pensó que Rich Estrada era demasiado
sexy. ¿Cómo podía no desearlo? Es un luchador de artes marciales mixtas de una
belleza asombrosa, y que coquetea constantemente. Cuando se encuentran calentando
un poco el ambiente después de darse el lote de forma inesperada y
superintensa,… Linsey está preparada para lo que sea,… hasta que Rich corta sin
explicaciones.
Tres asaltos…
Casi un año más tarde, Rich se ha roto el pie, lo que implica una frustrante
recuperación de vuelta a Boston antes de su próxima pelea. Pero podría ser el
momento perfecto para volver a conectar con una sexy casamentera…
¡Y ropas, las justas!
No puede negarse la química entre ellos. Es una atracción de contacto
total, sin guardarse nada, y solo uno puede estar en lo más alto.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Estaría como mucho entre las diez mil mejores, gracias a que en The
Badass le dieron una calificación de A.
CRÍTICA
Que por marzo era por marzo cuando leí este libro
y mira cuándo publico la crítica
en fin
Como me gustó bastante Making him sweat y ya te presentaban
allí a Lindsey y Rich, me lancé a leer una a continuación de otra.
Allí ya se veía que estos dos
flirteaban y se vacilaban bastante el uno al otro. Lindsey tiene novio, una de
esas relaciones que cortan y se reconcilian cada dos por tres. Rich, con su
cuerpo perfecto, su cara milagrosamente intacta y una sonrisa irresistible,
despierta un deseo intenso en Lindsey. Pero ella asume que la ve solo como una chica
mona, él va lanzado al estrellato en su deporte y no tiene nada que hacer.
Y mucho menos cuando él se va de
Boston a seguir la antedicha carrera profesional. Eso no impide que sienta un
desusado interés por este deporte, siguiendo todo lo que se publica o se ve en
internet, sobre Rich.
Así que, aunque parece indiferente y
lejana, lo cierto es que no puede dejar de pensar en él.
Le sorprendería averiguar que Rich
también piensa mucho en ella durante todo ese tiempo que están separados.
La cosa es que él regresa a casa
debido a una inoportuna lesión, para recuperarse. Eso le lleva de nuevo a la
Academia Wilinski, un gimnasio de luchas varias que está pegadita al negocio casamentero en el que trabaja Lindsey.
Eso, y otros detallitos, hace que
Rich y Lindsey se relacionen más. Si el interés ya estaba latente entre ellos,
ya lo del roce constante hace que ese deseo estalle, irremediablemente.
Aquí el conflicto radica en que ella
es una mujer muy asentada en su trabajo y él una estrella del deporte, y se irá
una vez que se recupere, a llevar esa vida glamurosa llena de peleas, sí, pero
también de otras cosas que a ella le son ajenas.
Rich, por su parte, tiene muy
limitada su vida sentimental. Tiene que luchar mejor que nadie, porque el
deporte es su única salida profesional, lo que se le da bien, para mantener a
las dos personas que abarcan todo su mundo sentimental… Aparentemente: su madre
y su hermana. No tiene espacio en su corazón ni en su vida para nadie más.
Hay una subtrama relacionada con la
hermana de Lindsey, una adolescente problemática, muy superficial, a la que
también le vendrá bien el roce con el gimnasio.
Si la primera de la serie me gustó,
pero la leí un poco a medio gas, esta, en cambio, me la leí de un tirón,
totalmente absorta en la relación entre Rich y Lindsey, en su flirteo y su
alejamiento, en su atracción y en los obstáculos que ellos mismos se ponen.
Sus diálogos son de esos resultones…
—Mejor que te busques una chica tradicional para casarte.
—Eso de verdad que agradaría a mi madre —su sonrisa se suavizó—. Aunque
personalmente prefiero encontrar a una feminista mordaz con la que para
revolcarse en mis sábanas.
Luego está el entorno familiar. Por
un lado, la situación de Lindsey y su hermana Maya, y por otro, el de Rich,
hijo de inmigrantes colombianos, que vuelve a casa con su madre y su hermana,
que comparten veladas, buenas comidas y una relación muy estrecha que, hasta
cierto punto, sorprende a Lindsey.
Es curioso, cuando en un romance
estadounidense hay familias que se llevan bien, generaciones que viven juntas y
se come comida de verdad,… siempre son inmigrantes: italianos, hindúes, o, como
en este caso, lo que ellos llaman latinos
(y, en realidad, quieren decir iberoamericanos).
De nuevo, un entorno muy peculiar.
Un gimnasio. Un barrio, Chinatown, que no debe ser lo mejor de Boston.
Luchadores, boxeadores, casamenteras,… Aquí se ve más intensamente en qué
consiste ese deporte de las artes marciales mixtas, lo que significa ser
estrella de este deporte, qué ingresos se tiene, cómo debe cuidar la
alimentación para poder estar en el peso correcto, etc.
Tiene eso tan bueno de McKenna de
hacer que sus romances las protagonicen personas de clase trabajadora, que
resultan reales como la vida misma.
Sigue siendo un Harlequin Blaze lo
que significa que la longitud de la historia son unas doscientas páginas, y
sexo explícito sobre la página, aunque sin llegar a ser erótica.
Rich es el personaje que impulsa
toda la acción, y con quien más te quedas. Lindsey, en ese sentido, es más
pasiva, más arraigada a un lugar, a su trabajo, y un poco al albur de las
necesidades, idas y venidas de Rich.
Como dije al hablar de Making him sweat, a Rich yo me lo
imaginaba con el físico de Jason Momoa, así que entendía perfectamente esa
obsesión de Lindsey por el cuerpo de este hombre tan mazáo. Luego ya, además
del flirteo, son capaces de tener conversaciones más profundas, aunque en eso
también acaba siendo todo un poco unidireccional: lo que Rich necesita, siente
o piensa, y menos lo que a Lindsey le importa.
Esa fue mi impresión, al menos,
claro que McKenna sabe de sobra que lo suyo son los héroes y los crea de una
manera muy atractiva. No sé cómo consigue captar tan bien la voz masculina,
incluso esa simpleza emocional, ese no acabar de entender del todo qué es lo
que les está ocurriendo…
Esta novela y la anterior de la
serie las compré en una edición conjunta. Ahora solo me queda adquirir la
tercera, que está protagonizada por una luchadora que trabaja como entrenadora
en el gimnasio Wilinski’s.
Merece mucho la pena, no, de verdad.
Si te gustan historias cortitas, con su dosis de sexo y de tensión nerviosa, un
poco de diálogo ingenioso y atracción sexual explícita y bien resuelta,… Este
puede hacerte pasar una buena tarde.
Valoración personal: notable, 4
Se la recomendaría a: quienes gusten de contemporáneas
reales como la vida misma.
Otras críticas de la novela:
No he encontrado ninguna crítica en español, así que si alguien conoce
de alguna, siéntase libre de contármelo más abajo.
Crítica de B y recommended
read en Dear Author.
Harlequin Junkie le da 4
corazones.
Love in the Margins la calificó con una C porque no le gusta cómo se trata la parte de depresión (el padre
de Rich la padeció, y él teme caer en ese pozo)
3.69 tiene de puntuación en Good Reads.
3.7 es la puntuación en Amazon.com, basada solo en siete críticas.
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