domingo, 16 de julio de 2017

Crítica: “Único destino”, de Sandra Brown

Tópico harlequinero: segunda oportunidad.
 
Silhouette, julio '92
DATOS GENERALES

 
Título original: Above and Beyond
Subgénero: contemporánea/Genérica
Fecha de publicación original en inglés: marzo de 1986
Serie: Silhouette Intimate Moments (SIM) – 133 / Silhouette Sensation (SEN) - 106

Pseudónimo: Erin St. Clare

1.ª ed. en España:

Título: Único destino
Traductor: Mercedes Quintana Martínez
Fecha: 10/2004
Editorial: Harlequin Ibérica
Colección: Harlequín grandes autoras, 41

SINOPSIS

Alto, musculoso, magnífico –con un parche en el ojo y una ligera cojera que sólo añadía a su arrolladora masculinidad- Trevor Rule podría ser justo el hombre que hiciera a Kyla Stroud olvidar la muerte de su marido en el bombardeo de la embajada.
¿Quién creería que Trevor se había enamorado de una mujer a la que nunca ha visto –sólo leyendo las cartas rescatadas de su mejor amigo? Apenas lo creía él mismo. Y ahora tenía que convencer a Kyla que la amaba lo suficiente para casarse con ella y ser el padre de su hijo.
Pero Trevor guardaba un secreto, un secreto con la capacidad para destruir lo que él estaba esforzándose tanto por crear.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No, solo la he leído por ser de Sandra Brown.

CRÍTICA

La historia comienza con Kyla dando a luz. Su marido está lejos, destinado como marine en la embajada de El Cairo. No les hizo mucha gracia separarse estando ella embarazada, pero era una buena oportunidad profesional.
Pero hete aquí que al día siguiente, una bomba se lleva por delante a su marido. Kyla se encuentra sola con el niño, y se queda a vivir con sus padres.
Al otro lado del mundo Trevor, un marine ligón y bebedor, que se había quedado dormido en el catre de su amigo, despierta confuso en el hospital. Todo su lado izquierdo está hecho polvo. Ha perdido un ojo. A su lado, su padre, un tipo finolis y reservado de Boston.
Ha sido otra víctima de la bomba, sólo que él sobrevivió por estar en el catre que no era el suyo. Recuperan unas cartas que son las que Kyla envió a su difunto marido. A lo largo de su recuperación, primero en Alemania Occidental y luego en los Estados Unidos, las va leyendo y se enamora de esa mujer tan interesante.
Ella es bastante franca con su esposo. No le gusta nada el ligón de Smooch (apodo que quería decir algo así como “Besucón”, no sé cómo lo tradujeron al español), y le dice que se aleje de él. Nada podía ella imaginarse que sus cartas caerían en manos de ese ligón en un momento vulnerable de la vida de él y que, gracias a ellas, se enamoró de una mujer sin verla.
Cuando se recupera lo bastante para que le den el alta, se traslada a vivir a la ciudad donde vive Kyla, en Texas. Allí se monta una empresa de construcción, y ronda a ver cómo puede conocerla. Un día lo logra, y traban amistad. Es evidente que está interesado en ella, y por si Kyla no se da cuenta, tiene una amiga de lo más lanzada que se lo hace ver. Y sus padres también. Ven que es un tipo serio, responsable, que se lleva de fábula con el bebé de ella.
Pero Kyla rechaza esa posibilidad, quiere seguir siendo fiel a la memoria de su marido. Él no cejará hasta conseguir su objetivo, sólo que el muy necio se guarda quien es en realidad, no encuentra el momento de decirle que él es el famoso Smooch de su marido, que el día que murieron cada uno estaba durmiendo en el catre del otro, y si no fuera por el cambiazo ella no sería viuda,…. Y que su encuentro no fue casual. Claro, lo va dejando, lo va dejando y al final, cuando la cosa se descubra, ella se pilla un mosqueo monumental.
El planteamiento de la historia, como veis, es un poco creepy, porque él ha leído cartas ajenas y sabe bastante bien lo que a ella le gusta y lo que no. Merodea a ver cómo puede conocerla. Aunque ella le ha dicho que no quiere una relación, sigue yendo a su casa, incansable, como la gota malaya… Tiene un algo desagradable de acosador.
Y, sin embargo, no sé por qué, a mi me ha gustado cada vez que la he leído. No de entusiasmarme, pero sí de entretenerme con la tensión de a ver cómo lo descubría ella, a ver cómo se enamoraba pese a poner todos sus esfuerzos en contrario.
Se nota en algunas cosas que es muy de los ochenta. Hoy en día no es creíble que tu marido esté a miles de kilómetros de distancia y no hablar por Skype, o mandar foto de WhatsApp con sus colegas, de manera que ella sabría perfectamente quién y cómo era el ligón de Smooch.
Bueno, y por la mención de Alemania Occidental, el punto de parada usual de los héroes de romántica (marines, SEALs et Cíe) que resultan lesionados por esos mundos de Dios, y donde son atendidos antes de volver a Estados Unidos. Que digo yo que si el presidente de los EE. UU. sigue mucho esa política de enemistarse con sus aliados, volverán los tiempos del Yankee Go Home y quizá acaben dejando las bases europeas, así que nuestros héroes de romántica tendrán que buscar otros sitios donde recuperarse.
En fin, personalmente he disfrutado de esta novela sobre la posibilidad de volverte a enamorar, después de haber tenido un matrimonio exitosos que, ¡ay! Tuvo fin demasiado pronto y de manera tan terrible como un atentado terrorista.
Para mi gusto particular, supera el corte. Pero como sé que ha tenido críticas muy malas, esto hay que tomárselo como una rareza mía, más que otra cosa.

Valoración personal: entretenida, 3.
Silhouette, marzo '86

Se la recomendaría a: fans del tópico segundas oportunidades y los héroes hechos un Cristo.

Otras críticas de la novela:
En El rincón de la novela romántica encontramos dos críticas.
También hablan de ella en Cazadoras del Romance.
Mundo de letras dice que igual no es la mejor de Sandra Brown, pero que a ella la conmovió.
En inglés tenemos Reading Fluff & Stuff, una que ve a Trevor como acosador y que no pudo superarlo.
Sinopsis detallada y crítica en AllReaders.com.
En All About Romance le dan la peor calificación que puede tener un libro, F  no encuentra nada que lo redima, otra que no soporta al protagonista al que ve como acosador. No digo que no, por eso me extraña que a mí sí me guste.

8 comentarios:

  1. Es curioso lo que me pasa mucho son Sandra Brown. Tengo esta en mis libreros, pero nunca he sentido ganas de releerla. Sin embargo, en el momento que comenzaste a describirla, de inmediato me acorde de ella, y de que la disfrute bastante.

    Se le ve la edad--desde la tecnologia, como dices, hasta el planteo del hombre que la acosa (stalking), pero 'con buenas intenciones,' y que la autora convence a tant@s lector@s de que es creible!

    Muchas gracias por la critica, trae buenos recuerdos.

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    1. Me alegro, a veces es mejor quedarse con el buen recuerdo en la memoria y no intentar releer. Esta no es de las novelas que a mi me gusta releer de Sandra Brown años 80, pero cuando lo he hecho, a pesar del tema tecnológico y de andar acechándola, consigue gustarme.

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  2. Solo un comentario: creo que hay que volver a clasificar a las novelas. Contemporáneas: a partir del año 1995? 2000? desde que se usa internet y teléfonos móviles?
    Indudablemente, las novelas del siglo XX ya son históricas

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    1. Esa es una cuestión que yo me he planteado muchas veces. Al fin y al cabo Austen y Gaskell escribían contemporáneas (de su tiempo). La Segunda Guerra Mundial ¿qué es, histórica o contemporánea? Los móviles e internet son, desde luego, una piedra de toque muy buena para ver lo que suena contemporáneo o no.
      El criterio que intento seguir es más bien personal: histórico es, para mi, todo lo ocurrido antes de que yo naciera. Pero vamos, que no lo tengo muy claro.

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  3. Pues yo ni me acordaba que había leído esta historia. Hasta que la vi en una edición de Harlequín Tiffany junto a otro título, Todo por honor. Esta última me gustó muchísimo y me acuerdo bastante, o sea que intuyo que Único destino me dejó más bien fría. La reeleré en algún momento.

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    1. Ahora que lo comentas, es verdad que aparecieron juntas en español. Ya digo que esta no tuvo críticas muy buenas, así que me explico perfectamente que te dejara fría. Lo que no sé es por qué a mí sí que me hizo tilín.

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  4. Bueno, pues a mi me gustó. Quizàs por ese irremediable, "tonto diselo " que repites todo el
    rato mientras la lees...

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    1. Sí, muy buena forma de ponerlo, "tonto díselo". Ya digo que es una de esas novelas en las que me parece que el público anda dividido.

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