domingo, 9 de julio de 2017

Crítica: “Los riesgos de amar”, de Sandra Brown



Tópico harlequinero: eh… ¿aventuras en la selva con niños?
Chico malo-chica virtuosa
Mira Books
Nov-1994

 
DATOS GENERALES

Título original: The Devil’s Own
Subgénero: contemporánea/Genérica
Fecha de publicación original en inglés: febrero de 1987
Serie: Silhouette Intimate Moments (SIM) – 180 / Silhouette Sensation (SEN) – 3

Parte de un dúo: 2.º Astray & Devil (FictionDB) / Hellraisers (Goodreads)
Aquí “Pecado y redención” y “Hombres peligrosos”
Pseudónimo: Erin St. Clare

1.ª ed. en España:

Título: Los riesgos de amar
Traductor: David Gallego Barbeyto
Fecha: 10/2001
Editorial: Harlequin Ibérica
Colección: Harlequín grandes autoras, 5

SINOPSIS

TENÍA QUE CONSEGUIRLO
Kerry Bishop necesitaba a un hombre. Necesitaba a un tipo lo suficientemente duro y fuerte para llevar a nueve huérfanos a través de territorio enemigo hasta un aeródromo en mitad de la jungla.
Linc O'Neal necesitaba salir de Montenegro rápido. Tenía un rollo de película que entregar a su editor, y no podía esperar. No necesitaba una farisea de sociedad con la apariencia de una estrella de cine, y no necesitaba a su banda de huérfanos, tampoco.
Linc tampoco necesitaba a Kerry, pero, ¡ay! Cómo la deseaba.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
Nope, sólo la compré por ser de Sandra Brown.

CRÍTICA

Altero un poco el orden cronológico que estoy siguiendo en la publicación de las novelas para hablar de la otra novela que forma el dúo con aquella de la que hablé la semana pasada. Ya digo que el nombre de la serie en uno lo ponen como Astray & Devil (por los títulos de las dos novelas que la componen) y en el otro lo llaman Hellraisers (“Pendencieros”, supongo que por los protagonistas).
En España, habituados a que los títulos los traduzca un mono loco, llamaron a este dúo “Pecado y redención”. Porque sí, porque pa chulos nosotros.
¿No veis que al título original -algo así como “La piel del diablo”- lo llaman Los riesgos de amar?
Este lo publicaron año y pico después del anterior. Y se supone igualmente que, en la cronología interna del relato, han pasado dos años.
En el ínterin aquel país ficticio de Centroamérica, ha cambiado el nombre, de Monterico pasa a Montenegro, lo cual es bastante confuso. Vaya, supongo que Sandra Brown no se acordaba muy bien de cómo había llamado a aquel país, y se cogió un nombre que para los europeos es confuso, pues Montenegro es un estado balcánico, no centroamericano. Quizá como entonces era sólo una república yugoslava pues no le dio importancia,… ¡qué coño! ¿Para qué me voy a andar con paños calientes? Para mí que no tenía ni idea de que existía un lugar del mundo que sí que se llamaba Montenegro.
Esta novela, he de decirlo, no la recordaba como muy atractiva y al releerla, me ha perdido como lectora a las dos páginas.
¿Por qué?
Empieza con una descripción de una cantina (en español en el original) donde todos son muy “latinos” salvo un tipo que la protagonista cree que es un mercenario anglosajón, con su pistola, su machete, y sus pantalones de camuflaje. Aparte de esa manía de que los latinos sean físicamente “así o asao”, lo peor es que te ponen en cursiva palabras en español. Y no aciertan con la ortografía.
Lo bueno, a diferencia de otras veces que lo hacen, es que al menos saben poner la eñe y escribir Señor y no Senor, y le ponen los dos signos de interrogación, al principio y al final (¿Qué?). Pero luego lo estropean bastante con “Mí casa”, sí, poniendo tilde diacrítica justo al “mi” que no lo lleva. Y luego, en la página 20 con un par de estúpidos Buenos noches.
O sea, de verdad, anda que no hay hispanoparlantes en los Estados Unidos, ¿tanto costaba que le dieran un repasito a las cuatro palabras contadas que ponen?
El planteamiento es de lo más disparatado. Sólo en romántica puede haber semejante necedad. Kerry, una especie de cooperante (o como lo suyo es religioso, misionera) estadounidense entra en una cantina en busca del malo más malote que pueda encontrar. Necesita llevar a nueve niños huérfanos a un aeródromo en mitad de la selva para que los lleven a Estados Unidos, donde los van a adoptar.
Por qué piensa que cuanto más malote más la va a ayudar, escapa a mi comprensión. Si él fuera un mercenario lo lógico es que los hubiera vendido por cuatro perras a los primeros que se interesaran por ellos, fueran del gobierno o la guerrilla.
Violándola a ella y a los niños, de paso.
Pero bueno, no, resulta que este a quien ella toma por un mercenario en realidad es un fotoperiodista llamado Linc que sólo quiere largarse de esta zona de guerra. Kerry le hace perder el avión así que -muy renuentemente- se interna con ella en la jungla. Y con nueve churumbeles. Tras varias aventuras en plan Tras el corazón verde, acaban en el avión y en los USA.
El enlace con la historia anterior es que Kerry trabaja para la Fundación Hal Hendren, ya sabéis, el misionero prometido con la heroína del libro anterior.
No tengo más que decir. Un harlequín de lo más tonto, con niños de por medio y todos los tópicos que te puedas imaginar sobre centroamericanos renegridos y crueles.
Puf, paso.
De verdad, cuando Sandra Brown ambientaba algo fuera de Estados Unidos es tan tópica como, no sé, una Sarah Morgan. De verdad, es que estas cosas me tocan un poco la identidad, que parte de mi corazoncito lo tengo reservado para todo lo que queda al sur de Río Grande, y aquí queda todo tan ridiculizado…
Lo dicho. Paso. Para quien lo quiera y tenga otra sensibilidad.
Este no es para mí.
Valoración personal: un tostón, 1.
Silhouette, feb 1987

Se la recomendaría a: nostálgicos de harlequines ochenteros de aventuras en la selva en plan cutre.

Otras críticas de la novela:
Para que se vea que, como decía aquél, en este mundo hay gente pa tó, en El rincón de la novela romántica encontramos una crítica que le da 4/5 y lo consideran “totalmente recomendable”, mientras que la puntuación media en Good Reads estaba, la última vez que miré, en 3.74.
Ya sabéis que de cosas tan viejunas es difícil encontrar más críticas así que digo lo de siempre, que si alguien conoce alguna otra crítica de la novela, en inglés o español, siéntase libre de enlazar abajo.

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