domingo, 15 de octubre de 2017

Crítica: “El precio de la victoria”, de Sandra Brown


Tópico harlequinero: de enemigos a amantes.
Silhouette, 1989

DATOS GENERALES

Título original: The Thrill of Victory
Subgénero: contemporánea/Genérica
Fecha de publicación original en inglés: abril de 1989
Serie: Mills & Boon Desire (MD) – 488 / Silhouette Desire (SD) – 488
Pseudónimo: Erin St. Clare

1.ª ed. en España:

Título: El precio de la victoria
Traductor: Luis Soldevila Ribelles
Fecha: 01/1991
Editorial: Harlequin Ibérica
Colección: Tentación, 304

SINOPSIS (en Lecturalia)

Durante años, el cronista deportivo Judd Mackie ridiculizó en su columna a Stevie Corbett, una jugadora profesional de tenis. Creía que el talento del que carecía se veía más que compensado por su belleza. Pero cuando ella se desmayó en mitad de un partido y Judd descubrió su secreto, prometió guardar silencio...

El espíritu inquieto y el indomable valor de Stevie lo cautivaron, y ella le demostró cuál era su forma de ganar... tanto en la cancha como fuera de ella.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?
No particularmente. Es de las que compré por ser de Sandra Brown.

CRÍTICA

Esta es la última novela que Sandra Brown escribió con el alias de “Erin St. Claire” para Silhouette. Y se despide con una novelita muy competente, dentro de lo que es el género harlequinero.
Empezamos con un periodista de esos bebedores y trasnochadores que llega a la redacción del periódico con resaca, bien tarde. Su jefe lo llama cabreado a su oficina, porque se ha perdido la noticia del día.
Una jugadora de tenis (que, por lo que se ve un poco más allá, debe ser hasta la número 1 del mundo) se ha desmayado en mitad de un partido. ¿Y cómo es que él no sabe nada?
Estaba durmiendo la mona. Así se explica que Judd no estuviera en ese partido. Judd le tiene manía a esta jugadora, la pone verde en su columna que es poco más que cotilleos deportivos, pero que tiene muchos lectores. Su especialidad parece ser que es, precisamente, atacar a esta tenista tan mona.
Stevie viene de familia humilde y nadie le ha regalado nada. Si está en la cumbre del deporte, es porque se lo ha currado mucho.
Judd, con esa habilidad del periodista para obtener información, acaba localizando dónde está escondida la deportista, y aparece en su puerta. Consigue colarse, hablar con ella y con cierta insistencia y habilidad acaba enterándose de lo que la pasa.
Stevie tiene una enfermedad. En este momento debe decidir qué hacer, si operarse ya o esperar a jugar Wimbledon, que está a pocas semanas. Se encuentra en un momento difícil de su vida, necesita pensar, hablar con alguien y no tiene a nadie más que a este periodista quemado y ofensivo.
Acaban pasando tiempo juntos hasta que ella, por fin, vea el camino claro, sepa lo que tiene que hacer.
En esto consiste, básicamente, el libro.
Es uno de esos en los que ya se veía la profesionalidad y habilidad de Sandra Brown. Judd es un personaje de esos atractivos, encantador, pero ciertamente sexista. No siente (o, al menos, no demuestra) respeto a Stevie como deportista. Por puro sexismo, porque es mona.
Ya se sabe lo que es el deporte femenino según el prejuicio del varón: creen que es algo para que ellos lo vean. SI eres mona, no eres una verdadera deportista. Si no lo eres (según el estándar convencional de lo que debe ser la belleza femenina) entonces serás deportista, pero no una mujer de verdad. O sea, puro machismo, porque las mujeres practicamos deporte por nosotras mismas. No para que los hombres opinen al respecto.
Lo que pasa es que aquí Judd es un golfo simpático, ves claro que lo que siente es resentimiento hacia los profesionales, porque él no pudo serlo. Acabas perdonándoselo, y hay que ser una autora muy hábil para conseguir que un personaje así de machista te caiga bien.
He releído esta novela para hacer esta crítica, y de nuevo me ha gustado. Para ser del año 89, se sigue leyendo con gusto. Está bien escrito, los personajes son interesantes, les coges cariño porque entiendes bien en qué situación vital está. Tampoco es que vaya a cambiar tu vida ni dejarte resacosa, pero es uno de esos harlequines viejunos que aún distraen bastante, y creo que pasa el corte.
Valoración personal: buena, 3.

Se la recomendaría a: quienes gusten del tópico “enemigos a amantes”.

Otras críticas de la novela:
Soraya, en El rincón de la novela romántica, la puntúa 4,5/5. En Mil Batallas dice que se nota el paso del tiempo y que no es para tirar cohetes, “pero como digo y resumiendo, es una novela agradable y bonita, para leer en una tarde”. La crítica de Nube de Mariposas también es positiva en general.

En Good Reads le dan una puntuación media de 3.53 y tenemos la habitual Crítica/sinopsis detallada en Allreaders.com.

Como de costumbre, si alguien conoce alguna otra crítica de la novela, en inglés o español, siéntase libre de enlazar abajo.

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