martes, 22 de enero de 2019

Crítica: “El indiano”, de María Montesinos


Como una de Galdós, pero en romántica


DATOS GENERALES

Título original: El indiano
Subgénero: histórica / 1883
Editorial: Autopublicado
1ª Edición: 2018


Héctor Balboa, un indiano enriquecido en Cuba, regresa al cabo de los años a España con la intención de reconciliarse con su pasado e introducirse en los influyentes círculos económicos e industriales de la sociedad de 1883. Llega rebosante de planes de progreso y con la esperanza de hacerse un sitio respetable en su tierra natal, Santander. Sin embargo, pronto se dará cuenta de que para formar parte de esa sociedad deberá aceptar sus rígidas reglas y acordar un matrimonio ventajoso con alguna joven casadera que le abra las puertas a los grandes negocios forjados entre los políticos, empresarios y aristócratas que se dan cita cada verano en Comillas.
Balboa no dudará en sacrificar el amor a sus propias ambiciones personales hasta que se cruza en su camino la obstinada Micaela Moreau, una joven solterona de Madrid, empeñada en cambiar el destino de las niñas sin educación y al mismo tiempo, defender su libertad e independencia frente a los designios marcados por su familia.
Una historia de amor que cambiará el rumbo de dos corazones decididos a perseguir sus propios destinos, sin doblegarse ante las convenciones del momento.

¿Entra dentro de “Lo mejor de la novela romántica”?

Podría entenderse que está entre las 10.000 mejores novelas románticas, considerando que entró en lo mejor del año 2018 en la página web el rincón de la novela romántica. Pero yo la leí solo porque me picó la curiosidad, ya que se ambienta en paisajes conocidos por mí, Santander y Comillas, principalmente. Y porque siempre pensé que un indiano era un personaje muy de novela romántica. 


CRÍTICA

El indiano del título es Héctor Balboa quien, a pesar de un apellido tan leonés lindando en la raya con Galicia, nos dicen que es de Ruiloba, en la costa cantábrica.
Hace años huyó de su tierra natal, y, como tantos otros emigrantes, regresó a su tierra para lucir riqueza. Otros planes que tiene son: la venganza, casarse bien y encontrar a su hermana Candela.
Micaela, por su parte, residente en Madrid, aspira a convertirse en maestra y educar a las niñas en igualdad con los hombres. Tras un par de noviazgos frustrados, ha asumido que se queda soltera, y le parece estupendo ser independiente.
Estos dos se encontrarán primero en Santander y después en Comillas. A dicha localidad costera acudieron algunos veranos familias ricas y poderosas de toda España, sobre todo después de que el rey Alfonso XII visitara la Villa de los Arzobispos dos veces.
No sabía yo que fue el primer municipio de España iluminado por luz eléctrica, con motivo de la visita real.
Así que ese verano, mientras Héctor intenta hacer negocios, encontrar novia y tramar su venganza (todo en una), traba amistad con Micaela, de pariente pobre en casa de unos familiares.
Asumen que no hay sitio para nada más. Él se casará con alguna joven heredera y ella conseguirá, de una u otra forma, su objetivo de dedicarse a la enseñanza.
Sobra decir que me ha encantado la ambientación, esa cuidada reconstrucción de la Comillas finisecular donde se reunían los pudientes en un ambiente relajado, y no por ello dejaban de forjar alianzas y hacer negocios. Si hay un baile, eso de danzar es cosa de jóvenes, mero adorno para lo importante: los contactos políticos y económicos entre bambalinas.
Es muy asfixiante la condición de la mujer, las limitaciones que sufre Micaela, pero también los abusos a los que se ven sometidas las mujeres en posición vulnerable.
Tanto Héctor como Micaela resultan atractivos, de carne y hueso, con sus dudas, sus errores y vaivenes anímicos. Y, afortunadamente, Héctor no es para nada machista.
La trama está bastante bien llevada, y tan bien escrito todo, de una manera tan decimonónica, que me decía yo a mí misma, «¡Por Dios, si es como una de Galdós pero en romántica…!». De vez en cuando había alguna expresión evocadora, hasta poética, que me dejaba encandilada, como…
Recorrió su cara como quien busca su hogar en el horizonte de un paisaje difuminado.
O, en un momento muy desolador, algo brusco, cortante:
No poseía nada. Nada. Solo se tenía a sí misma. Y a su madre.
Vale, no todo es perfecto. Supongo que sea mera errata un «respecto» que es más bien respeto. O que por dos veces pone el punto detrás del signo de interrogación (¿No es maravilloso, Micaela?.)
Agggg
En determinado momento, se muestran dos vestidos y los dos son bonitos. No, literal: «un bonito vestido de terciopelo» y, a la frase siguiente, «un bonito vestido de baile salpicado de cuentas». No cuesta tanto buscar algún sinónimo (bello, hermoso, lindo, mono, precioso) o incluso matizar más qué quieres decir de verdad de cada una de esas prendas: uno puede ser elegante y el otro llamativo, por ejemplo, o irresistible, o suave o brillante…
Como «buena» escritora de romántica en español, no puede evitar que los adjetivos aparezcan en esas tríadas perversas: un personaje… meticuloso, leal y muy perspicaz. Unas jóvenes muñecas mimadas, egoístas y caprichosas. Y otra… Estancada, soberbia, insensible
Luego, fallos tontísimos, como escribir *Guetxo… Vamos a ver o lo pones en español, que es al fin y al cabo el idioma en el que estás escribiendo (Guecho) o bien en euskera (Getxo) pero no me mezcles los dos con un nombre mal escrito.
O poner que no sé quién es juez del «Tribunal Superior de Santander». La ley provisional sobre organización del Poder Judicial de 1870 (que, como era provisional y esto es España, duró hasta 1980) establecía los tribunales de partido y las audiencias, no los tribunales superiores, que son invento de la Constitución de 1978.
El gordo de Navidad salió, sí, también, el clásico que nunca puede faltar: el fatal «punto y final». Es que ya no sé cómo decirlo: PUNTO FINAL. La de veces que lo habrá explicado la RAE y Fundéu y todos,… pues nada, ahí sigue, pegándonos puñetazos en los ojos.
Aparte de que no consigue eludir las trampas estilísticas de tantas otras escritoras en español, lo que menos me convence es la parte erótico-romántica. Sí, otra vez. Al poner todo el rato sobre la página cada cosa que piensan y sienten los personajes, se le quita el misterio. No hay la menor tensión amorosa, esa cosa tan sutil de intuir lo que no está escrito.
Aunque estaba disfrutando de la lectura, me preguntaba yo dónde estaba la tensión, los diálogos chispeantes, las interacciones de esas que estás deseando que vuelvan a encontrarse los personajes.
Lo erótico-sensual se reduce a alguna caricia y un beso apasionado e inesperado muy bien escrito. Solo una escena erótica, al final, y como de relleno. Correctamente escrita pero con la sensualidad de un paramecio. Para eso, mejor nos lo ahorras.
Cuando acabé, me puse a mirar quién era esta María Montesinos y qué otras cosas había escrito. No conseguí saber si era de aquí o si conocía esto solo de visita. Lo de pasar el Puente de la Maza sin respirar me sonaba a algo tan propio de mi infancia,… Ahora ya no, porque con la autovía se pasa por otro sitio. Pero me imagino que sea algo que a los visitantes también se les dice, como curiosidad.
Luego he visto que tiene otras dos novelas, pero las mismas son contemporáneas y me suenan muy «chick lit a la española», totalmente respetable, pero creo que no va conmigo. Así que de momento no me animo a leer nada más de ella. Si escribe otra histórica, entonces sí, porque esta la he disfrutado mucho.
Me gustó la advertencia final de la escritora para los que piratean. Amablemente les recuerda que este libro solo cuesta 2,99 euros y que ella también come todos los días. ¡Bravo!
Valoración personal: notable, 4

Se la recomendaría a: quienes gusten de la novela histórica.

Otras críticas de la novela:

Hay dos críticas publicadas en El rincón de la novela romántica
Sinopsis y comentarios (todos entusiastas) en Babelio
Ha gustado mucho también a Carme Prats en el blog La teva lectura i la meva.
Otra Carmen, esta en su tinta, recomienda la novela. 
 Con libros y a lo loco dice que si eres mujer, te enfadarás al leer este libro al ver cómo se nos trataba. 
Para Pepa (Otro romance más) ha sido una grata sorpresa. 
Añado la crítica, ya de 2021, de Jelechal.

Como reseñar un libro escrito en español es meterse en territorio comanche, me siento obligada a poner esto:

Actualización 29/1/2020: Este libro se ha vuelto a editar, este mismo mes de enero de 2020, bajo el título de Un destino propio, por Ediciones B. Os lo digo para que no os despistéis y, si no lo habéis leído aún, pues mira, es una nueva oportunidad de hacerse con una novela que ya sabéis, para mí merece la pena. Aquí, la nueva portada:

10 comentarios:

  1. Bona, lo dicho: tus críticas son maravillosas! Me has puesto en medio del libro, y de tus reacciones, y ha disfrutado leyendo tu crítica tanto, si no más, de lo que he disfrutado varios libros enteros.

    Muchísimas gracias por compartir tu talento (y tus opiniones y frustraciones).

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    1. Muchas gracias, espera que me sonrojo... Lo que cuento son solo mis experiencias personales, e intento expresarme de la mejor manera posible. Para mí, lo mejor es que a la gente le pueda ser de utilidad. Así que me alegro muchísimo de que hayas disfrutado de su lectura.

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  2. Hola Bona! Sigo tu blog desde hace tiempo, he comentado alguna vez y me gustan mucho tus reseñas, así que me ha hecho ilusión que hayas leído y reseñado El Indiano. (No voy a sacar el cuchillo comanche, tranquila. :-P )
    Tomo nota de las puntualizaciones estilísticas y de erratas de cara a una nueva edición o a próximas novelas y me quedo con los aspectos que sí te han gustado. También te digo que lo de la "sensibilidad de un paramecio" no sé si lo podré superar, haré todo lo que pueda. Me temo que quizá no sea tan fácil. :-D
    En cualquier caso, un placer leerte, como siempre.

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  3. Gracias por pasarte por aquí. Aunque mi blog está orientado a las lectoras, si a las autoras les sirve de algo, pues vale, siempre que tengáis en cuenta que es solo una opinión más.

    Leo poco en español y mucho en inglés. Así que tengo el gusto (de)formado por mis lecturas románticas en ese idioma. Me gustan cosas como que se mantenga cierto misterio emocional (¿siente algo, sí, no, no sé?), y tensión sexual no resuelta durante buena parte del libro... Cosas que, hasta la fecha, no he encontrado en ninguna autora en español, salvo en Florencia Bonelli.

    Las autoras españolas, en cambio, tenéis otras cualidades como la ambientación histórica, en la que le dais mil vueltas a la autora anglosajona media.

    Pero me dejas con la duda que me corroe desde que he leído el libro, si conoces Cantabria por ser de aquí o por estar de visita. Me suena más a lo segundo pero, en cualquier caso, gracias por elegir esta tierra para ambientar una historia romántica.

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    1. Yo soy lectora también, por eso me paso cada cierto tiempo por tu blog a ver qué me puede interesar.

      Y no, no soy de Cantabria. La he visitado a menudo porque nos gusta y porque tengo a unos buenos amigos viviendo allí, pero eso es todo. La idea surgió de una visita que hicimos a Comillas un verano. Me enamoré de El Capricho y de la (trágica) historia de su primer propietario, Máximo Díaz de Quijano, y comencé a investigar. Y así empezó todo.

      La verdad es que la época, el paisaje, la historia de Cantabria y de otros muchos lugares de España dan para una y muchas más novelas. Si las autoras inglesas o norteamericanas tuvieran esta riqueza histórica que tenemos aquí, estoy segura de que le hubieran sacado muchísimo más provecho que nosotras para la novela romántica.
      Nunca es tarde, supongo.

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    2. Gracias por responder, y resolverme la duda.
      Pienso como tú: hay una riqueza cultural, en España y en Europa en general, que hay que aprovechar en romántica. No sé si los que escriben otro tipo de narrativa comercial, como novela negra, o thrillers, o histórica a secas, tienen esto más claro.

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  4. No conocía a esta autora española, la leí por recomendación tuya a colación de otra entrada y la verdad es que me gustó bastante, el contexto histórico me pareció muy bien reflejado y con chicha. Como lectora de novela romántica la pega que le pongo es la relación entre los protagonistas, que le faltó emoción y me dejó fría. Por lo demás, ya digo que su estilo me encantó y eso compensó de alguna manera la lectura.
    Si no me equivoco y San Google no falla, en unos días sale a la venta su siguiente libro, Una pasión escrita (espero que el título haga honor a la relación amorososa), la historia de Victoria, alumna y amiga de Micaela.
    Un millón de gracias por descubrirme a María Montesinos.
    Un abrazo. :)

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    1. Gracias por decírmelo, porque no tenía ni idea de que sacaba nueva novela. Me la apunto. Coincido contigo: la parte erótico-romántica es la que, a mi juicio, le falla a muchas autoras españolas. Es que no es tan fácil. Kleypas o Hoyt lo hacen parecer sencillo, pero no lo es en absoluto.
      Lo que ocurre es que hay casos como este, en que la recreación histórica o los atractivos héroes nada machistas, compensan.

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  5. A mi me ha encantado. La ambientación me parece magnífica y la época que retrata muy interesante. He disfrutado muchísimo y la forma de escribir de la autora me gusta. Voy a seguir, aunque no inmediatamente porque tengo muchas cosas empezadas, con "Una pasión escrita" y luego probaré con otras obras suyas. Es cierto que la parte romántica(que para mí no es lo que sostiene la novela y es casi irrelevante)no tiene mucha pasión pero creo que es lo que casa con la novela, que es muy creíble. Es el comportamiento que imagino hubiesen tenido una pareja de ese entorno social en esa época.

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    1. Me alegro muchísimo de que a ti también te haya gustado, y como tú espero leer Una pasión escrita con el tiempo. A día de hoy está demasiado cara para lo que acostumbro a pagar por una romántica.

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