Solo apta para los que quieran hacer arqueología romántica.
CD audiolibro - Fonolibro (2018) |
DATOS GENERALES
Título original: The Sheik
Subgénero:
contemporánea (para la época)
Fecha de publicación
original en inglés: 1919
Parte de una serie: The
Sheik Saga #1
SINOPSIS (según Qué libro leo)
Diana Mayo es una elegante, inteligente y a su vez
independiente dama de sociedad londinense y esta aburrida de su vida social y
sus pretendientes, razón por la cual decide hacer un viaje por el desierto
árabe sin hacer caso a las advertencias de su hermano. Al segundo día, Diana es
secuestrada por el poderoso Ahmed Ben
Hassan, El Árabe. La obliga a entregarse y doblegarse, pero cuanto Diana
más se resiste, más se enamora del Árabe. La aventura de Diana continúa cuando
es secuestrada y casi asesinada por uno de los grandes enemigos de El Árabe en
un plan tramado por Zardia, una celosa amante.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
No. Estaría como mucho entre las diez mil o veinte mil mejores novelas
por aquello de que siempre hay lectores que la meten entre sus favoritas, como
pasó una vez en una encuesta que hicieron en los 90 en la página web The
Romance Reader. Supongo que la nostalgia de algo que leyeron de pequeñas,
quizá, es lo que les confundió,… O puede ser que tengan algo con la fantasía de
violación. Renuncio a entenderlo.
CRÍTICA
En 2019 se cumplen cien años desde
la publicación de El árabe. Como está
considerada una novela clásica dentro del género romántico, aprovecho la
efemérides para traer a mi blog una crítica que publiqué en 2012 en El rincón
de la novela romántica. No cambio gran cosa, ya que no me ha apetecido releerla.
Hay que señalarla como predecesora
de todas esas historias en que el «héroe» secuestra y viola a la chica. Y ésta,
sufriendo un síndrome de Estocolmo avant-la-lettre,
cae rendida a sus pies y se enamora locamente de su captor.
Un tópico
desagradable, pero en manos de una buena escritora, puede convencer. Ahora
mismo me vienen a la cabeza libros como Perfecta de Judith McNaught (que no me gustó), además de Lethal o Sting de Sandra Brown (que me parecieron
brillantes). Creo que la diferencia está en que esos protagonistas modernas secuestran
a las heroínas para desentrañar un misterio, y no porque quisieran violarlas,
que es justo lo que ocurre en esta antigualla.
También se la puede ver como origen
de los «romances del desierto» o, en sentido más amplio, del esquema héroe
exótico / tierna florecilla anglosajona que ahora creo que ya solo queda en los
harlequines de jeques de Sandra o Dana Marton o Sarah Morgan. Al final, muchas
veces ni siquiera son «moros-moros», ¡por favor!, sino medio anglosajones, su
religión ni se menciona, y todos quieren modernizar sus países.
Diana Mayo es una joven inglesa y
adinerada. Su hermano la ha criado como si fuera un chicote. Montar a caballo,
cazar y pescar son sus máximas habilidades. No le interesa la vida en sociedad.
Sus pretendientes la aburren. No quiere a nadie, ni siquiera a su hermano. La
indiferencia es recíproca.
Wildside Press (2004) |
Decide cumplir su sueño de viajar
por el desierto, a pesar de que le advierten de que es peligroso.
Ahmed ben Hassan la secuestrará. «Lo
que yo quiero, lo tomo», es el lema del gañán. Es guapo y exótico. Y un
violador. Aunque no hay descripciones explícitas, queda claro que la obliga a
tener sexo con él. Por la fuerza. Repetidas veces.
Esta mujer moderna, fuerte e
independiente, descubre hecha un mar de lágrimas que nada puede contra la
fuerza bruta. No es creáis que esta es una de esas historias de la época de
Kathleen Woodiwiss en las que al día siguiente se dicen «yo no quería, pero él
lo hizo tan bien que me elevó al séptimo cielo».
No, qué va, ese mito de Romancelandia que llamo el «orgasmo a su
pesar» aún no se había inventado.
Como víctima de una agresión sexual,
Diana está destrozada. Su orgullo le reprocha haber sido débil, haberse
arrastrado, llorado y suplicado infructuosamente. Vulnerable y aterrorizada, siente
que ha llegado a lo más hondo de la degradación.
Ahmed es una auténtica «joya». Por
ejemplo, tiene un caballo violento que ya ha matado a tres hombres. Diana le
dice que deberían pegarle un tiro. Pero no, como al amo le gusta ese caballo
malévolo, le deja campar por sus respetos. Se ve que la vida de su pobre gente
vale menos.
Cínicamente, Ahmed la trata como si
fuera una invitada voluntaria. Su relación discurre con diálogos de este tipo:
Él: «Ven aquí… No estoy acostumbrado
a que me desobedezcan».
Ella: «Y yo no estoy acostumbrada a
obedecer órdenes».
Él: «Aprenderás».
La decidida mujer del principio se
vuelve un perfecto felpudo. Ahmed quebranta su espíritu, la doma como si fuera
un animal. Sin razón aparente para ello, a mitad del libro Diana decide que se
ha enamorado. Y después, siguen los tópicos de «amor y aventuras» en el
desierto argelino.
Este libro fue un superventas en los
años veinte. Y lo llevaron al cine con Rodolfo Valentino. Un gran éxito. Véase cómo era el gachó:
Paramount Pictures [dominio público], vía Wikimedia Commons |
Personalmente, no encuentro
atractivos a los violadores que suelen aparecer en las novelas románticas. De las
clásicas «de toda la vida», sin pensarlo mucho, me vienen a la cabeza: La llama y la flor (1972) de Kathleen
Woodiwiss, La novia cautiva (1977) de
Johanna Lindsey, La amante cautiva
(1980) de Shirlee Busbee, Tú eres mi amor de Judith McNaught, Promesa
audaz (1989) de Jude Deveraux o más recientemente, La mujer cautiva (1995) de Patricia Gaffney.
Incluso hay estudios. Thurston (1987) en The romance revolution: Erotic novels for women and the quest for a new
sexual identity (La revolución del romance: novelas eróticas para mujeres y
la búsqueda de una nueva identidad sexual) afirma que el 54% de las novelas
románticas incluyen la violación de la heroína. Y en 1983 Hazen publicó Endless
rapture: rape, romance, and the female imagination (Éxtasis interminable:
violación, romance y la imaginación femenina). Yo creo que esas cifras ya no son válidas en la actualidad y reflejan más un sesgo en la selección de las novelas analizadas... o que simplemente en los ochenta sí que eran así.
He visto relacionado este tipo
de ficción con el hecho de que un elevado número de mujeres tienen fantasías
eróticas de sexo no consentido. No soy psicóloga, igual es algo tan sencillo
como que cualquier imagen sexual resulta excitante, incluso si son cosas que
nosotros no haríamos en la vida real. Una cosa es la fantasía y otra la realidad.
¿Por qué en tantas novelas antiguas
el héroe ejercía violencia sexual sobre la heroína? Quizá fuera una forma de
superar la dualidad victoriana «esposa pura» / «amante viciosa». Las heroínas
podían ser dignas pero tenían que empezar a ser también carnales. El sexo tenía
que ser parte de la relación amorosa. Al principio de la historia, el héroe
frío emocional imponía su sexualidad a una heroína renuente. Al final, él había
aprendido a amar y ella a gozar del sexo.
Afortunadamente, este tipo de
comportamientos ya se ven poco. Incluso en las eróticas subidas de tono, aunque
haya sadomasoquismo, suele quedar claro el consentimiento de la mujer a ser
tratada como objeto, algo pactado que se puede parar en cualquier momento.
Dejando a un lado esta cuestión, la
novela en general está bien escrita. Recrea perfectamente la ambientación en el
desierto y el retrato psicológico de Diana Mayo, sus pensamientos y
sentimientos. No es un libro de diálogos rápidos e ingeniosos, sino más bien
descriptivo.
Curioso. Era contemporánea para su
época; hoy lo vemos como histórica.
Valoración personal: Una reliquia del pasado, 2
Se la recomendaría a: las anticuarias.
Otras críticas de la novela:
Como esto ya forma
parte de la historia de la Literatura, o de la cultura pop, tiene artículo en la Wikipedia.
En el rincón de la novela romántica hay dos críticas, una de ellas la mía de hace años. Los comentarios de
las lectoras son para echarse a llorar.
Y luego tenemos este
interesante artículo en el ABC de 16/2/2015 titulado «La «otra» novela
sadomasoquista que revolucionó las librerías en 1919» que nos permite saber
que, en la época, fue consideraba pornográfica y lasciva.
En inglés he encontrado
esta novela comentada fuera de la blogosfera romántica.
Así, en un blog que se
llama Vintage novels, tienen una entrada cuyo título empieza con Bad novels.
Otra en Mary Miley’s roaring twenties.
Y, finalmente, otro
post lo hallé en Stranger at Ecbatan, iniciándose el título con Old bestsellers.
12-8-2022: Actualizo para enlazar con la reseña de 5 estrellas que le hacen en Sweet Savage Flame, blog especializado en novelas históricas old. skool.
Hola!!
ResponderEliminarla leí hace muchos años, sabiendo que no me iba a gustar pero queriendo leer la que considero una de las precursoras de lo que después fueron el boom de novelas románticas de los 80 de las que he leído muchas pero ahora ya ni me atrevo.
Para mí el tema de la violación era una forma de introducir a la mujer en temas carnales "exculpándola" de toda responsabilidad. como era forzado no se la podía calificar con esas palabras feas que todas sabemos.
Me asusta, mucho, que ahora estén en boga otras novelas en las que el maltrato, tanto físico como psicológico, esté patente... por que las hay. Y eso en romántica, ya no debería escribirse
Un besote y, como siempre, genial entrada
Creo que tienes toda la razón de por qué ponían ese tipo de escenas, como exculpación de la heroína. Lo que no tiene sentido es que sigan metiéndolo hoy en día. Creo que en las normales histórica, contemporánea o suspense, no se suele dar, aunque estoy dando con alguna española de lo lo más machista, ahora que me ha dado por fijarme un poquito más en novelas de aquí.
EliminarQuienes leen juvenil y paranormal me cuentan que en estos otros géneros sí que hay más relaciones tóxicas, control, celos, maltrato y consentimientos dudosos. Cosas que también se ve en nuestros institutos en relaciones reales y eso es terriblemente preocupante.
Estoy contigo al 100 %: eso en romántica, ya no debería escribirse.