Un pelín... tostón
DATOS
GENERALES
Título original: The
prince of midnight
Subgénero:
histórica / 1772
Fecha
de publicación original en inglés: 11/1990
Editorial:
Avon
Edición
1.ª en España:
Plaza
& Janés, 6/2007
Traductora:
Ana Eiroa Guillén
448
págs.
Colección:
Narrativa femenina
SINOPSIS
(de la contraportada)
Una vez fue el Seigneur
de Minuit, el señor de la medianoche, un hombre al margen de la ley, un
aventurero que imponía su ley y su justicia en los caminos de Inglaterra. Una
vida peligrosa y heroica de la que tuvo que alejarse por la traición de una
mujer. Ahora S.T. Maitland vive
exiliado en un castillo francés en ruinas, apartado de todo y de todos. Hace
tres años que cerró la puerta a un pasado que, sin embargo, la joven Leigh Strachan quiere hacerle revivir a
su pesar. Por ella, que ha perdido todo cuanto amaba y solo piensa en vengarse,
tal vez sea capaz de hacerlo.
Ambientada en la Francia y la Inglaterra de finales del
siglo XVIII, El señor de la medianoche ganó el premio al mejor libro romántico
histórico otorgado por la Asociación de Autores de Novela Romántica de Estados
Unidos. Con una historia original y atípica, como todas las suyas, Laura
Kinsale demuestra una vez más que es una auténtica narradora que consigue
sorprendernos en cada uno de sus libros.
«Nadie, repito, nadie sabe escribir novelas románticas
históricas como Laura Kinsale.»
Mary Jo Putney
¿Entra dentro de «Lo mejor de la novela romántica»?
Entró en mi lista de Las mil mejores novelas
románticas del año 2017, en el puesto 231.
Obtuvo el premio RITA al mejor romance de 1990. Es uno de esos favoritos de
todos los tiempos para Romantic Times. Ha aparecido en varias listas: la
82 de un Top 100 de Joyas románticas
del Club Romántica, ¿os acordáis de esa páginaweb?, la 256 del Top 1000 de RomanceNovels.Me y la 323 en el Top 1000 de Book Binge. En Dear Author tiene crítica de A, lo mismo que el audiolibro en All
About Romance; en Gossamer Obsessions aún más, una A+. Con tales datos, no es tan extraño que muchos lectores tengan a
esta novela entre sus favoritas. Tiene un par de tópicos atractivos:
travestismo y disfraz es uno y el otro es un prototipo de héroe, mysterious/moody
loner dude, literalmente « misterioso
/ malhumorado tipo solitario».
CRÍTICA
De este libro hice una review en inglés en el TBR Challenge de julio de 2015. Para hacer
esta crítica en español, he intentado releer la novela, a ver si mejoraba la
experiencia, porque en su momento no me gustó mucho.
He intentado volverla
a leer… no he podido.
He arrastrado penosamente mis ojos por las páginas, a
veces leyendo solo diálogos y otras saltándome párrafos (o páginas) enteros. Es
que es un rollo muy rollo. La protagonista femenina, una petarda. Tema de
caballos y de religiosos me interesan más bien poco. Y ya que lleve la fantasía
a un polvo equino, entiéndaseme bien, encima de un caballo, eso supera mi
capacidad para suspender la incredulidad.
Fue el primer libro de Kinsale que me decepcionaba.
Esta historia cuenta con dos cosas que no eran habituales
en 1990: se narra, principalmente, desde el punto de vista del protagonista
masculino, y, además, su portada era de las primeras en que solo aparece el
héroe, cuando lo habitual eran parejitas en posturas raritas.
S. T., el héroe de esta novela es un inglés que vive en
Provenza en 1772, año en que Sade huye a Saboya. S. T. pinta y tiene como
mascota a un lobo.
Un día, llegará a su puerta una mujer disfrazada de jovencito.
Es Leigh, que ha perdido a su familia por un fanático religioso. Ha ido a
Francia para encontrar a un bandolero legendario, llamado el Señor de la Medianoche. Quiere que le
enseñe sus habilidades para que ella pueda vengarse.
Tristemente, S.T. ya no es el que era. Ha perdido el oído
de un lado, y se desequilibra fácilmente. Cualquier movimiento repentino lo
marea: no cabalga ni pelea con la espada como antes.
Leigh decide regresar a Inglaterra, S.T. vuelve con ella.
Eso es más o menos el primer tercio de la novela. Luego hay caballos, delirios
religiosos y más caballos.
El libro en sí, está muy bien escrito. Dije en su momento
que cada palabra, cada frase, está ahí por algo. No es sorprendente: Kinsale es
una escritora fabulosa.
Añado que tiene una traductora de lujo. Ana Eiroa ha
vertido a nuestro idioma autores como Edith Wharton, D. H. Lawrence o Henry
James, de manera que le da ese toque de ficción literaria que es tan apropiada
para los libros de Kinsale.
Como los libros de Kinsale son más de personajes que de
argumento, funcionan si conectas con los personajes.
Me gustó el héroe. S.T. es guapo, encantador cuando lo
necesita, en el fondo, una buena persona. Desea a Leigh desde el momento en que
reconoce que es una mujer, se enamora, y quiere ayudarla, hasta el punto de
acompañarla a Inglaterra a pesar de que es un prófugo de la justicia.
Su segundo nombre es muy gracioso, Trafalgar. Hay una
explicación, claro, pero aun así sonaba muy raro ver a un inglés dieciochesco
con un topónimo español de orígenes árabes.
A la heroína, en cambio, no la soporté.
No tengo problemas con que ella sea un misterio, o porque
no sienta amor o deseo por S.T. No tienes por qué amar a nadie si no quieres,
solo porque él se encapriche de ti.
No, lo que me disgustó de esta protagonista es que,
básicamente, resulta una persona muy grosera. Maleducada. Cruel.
Puedes ser una persona fría, y sin embargo educada. Dices
«hola», «buenos días», «por favor» y «gracias». Hay una cortesía mínima que
observan las personas bien educadas cuando tratan con un extraño.
Leigh es muy descortés. Trata a S. T. como si él hubiera hecho
algo malo, y no es así. Parece que le ofende encontrarse con un hombre algo discapacitado en vez del bandolero legendario que esperaba.
Lo desprecia e insulta, una y otra vez. ¿Su frase
favorita? «Déjame en paz», al principio, en medio y al final.
Hasta donde yo sé, S. T. no ha hecho nada para merecer
ese maltrato. Leigh ha sufrido mucho, pero ninguna de sus tribulaciones es
culpa de S. T. La desgracia no justifica el borderío.
Este fue el primer romance que me hizo pensar que el
perfecto felpudo era él, y que es ella la que tenía que humillarse al final
para hacerse perdonar.
Luego hubo otros. Wanna
bet? de Talia Hibbert también tiene un héroe humillado por la heroína. Solo que era más sexi y
no tuve que saltarme páginas.
Alguien ha dicho que Melanthe – de Por el corazón de mi dama – es una persona fría, también. Sí, es
cierto, solo que tiene una buena razón: vive en perpetuo riesgo de morir. En
segundo lugar, eso no le impide a Melanthe comportarse civilizadamente. Ayuda a
Ruck incluso cuando él es un extraño.
Leigh no es así. Todavía no ha pillado que se atrapan más moscas con miel que con hiel.
Esta antipática creación hizo que me disgustara este
libro. Por muy bien escrita que esté una novela romántica, si el argumento no
te interesa y no conectas con uno de los personajes principales, no lo
disfrutas.
Acabo con un detalle tonto.
Por primera vez, leyendo un libro de Kinsale, encontré
una cosa que no me sonaba históricamente bien.
En el capítulo 4 hablan de La Paire, un pueblo que,
dicen, cambiaba de manos entre los Capetos, los Habsburgo y la casa de Saboya. Este
libro se ambienta en el siglo XVIII. No hubo un rey capeto en el trono de
Francia desde el siglo XIV. ¡Cuatro siglos antes! Era un pueblo francés que, en
ese momento de la historia, estaba bajo la dinastía borbón. Sí, lo sé, era una
rama menor de la dinastía capeta, como pasó con sus predecesores, los Valois. No creo que dinastía,
casa y familia sean el mismo concepto. Los reyes borbones habían gobernado en
Francia desde 1589, y los Valois antes de ellos, desde 1328.
Sé que es una tontería, pero es el tipo de detalle que me
saca de un libro.
Valoración personal: aburrida, 2
Se la recomendaría a:… ¿los amantes de los
caballos?
Otras críticas de la novela:
Para
que veáis que cada lector somos un mundo, sobre este libro hay críticas
variadas. Recomiendo que leáis las que son positivas, a ver si os dicen algo
que os haga tilín. Mi experiencia no es, obviamente, la de todo el mundo.
Por
ejemplo, a Lolailo, que firma la crítica en El rincón de la novela romántica,
le fascinó y la valora como «muy buena».
Más tibia y ambigua… o sea, que no le convence, es la reseña de Libros en mi biblioteca.
Yo
me sentía culpable por ponerle solo dos estrellas, y hete aquí que en A la cama con… un libro, le dan un solo Gandy.
Paso a lo que se ve en inglés, que es superlativo.
¿Habremos leído el mismo libro…?
En Gossamer Obsessions le ponen una A+ y no doy crédito.
Jennie, en Dear Author, le da una A.
El audiolibro de The Prince of Midnight, narrado por Nicholas Boulton mereció una A para All About Romance.
La leí hace muchos años, al comienzo de leer romántica, y ya no la recuerdo en detalle pero sí que me gustó y también el protagonista, un hombre "tocado", que no es el típico héroe, lo cual ya es para mí atractivo en el protagonista de los libros. De ella no recuerdo mucho pero sí que está contrariada porque no se encuentra con la persona que ella espera. Al final lo convence para que la ayude y, sí, como tú dices, no lo trata demasiado bien. No fue de los mejores de Kinsale pero me entretuvo. Falta saber si resistiría a día de hoy una relectura, también es verdad.
ResponderEliminarSí, lo del hombre herido es uno de los mejores rasgos de Kinsale. Aquí también es lo mejor de la novela, en mi opinión. Si guardas un buen recuerdo,... no sé, yo no haría una relectura, por si acaso.
EliminarConfieso que es la única novela de Kinsale que empecé a leer y dejé aparcada porque no podía con ella. Pero con el tiempo, cuando me la eché de nuevo al coleto, me funcionó sin ser de las novelas que más me han gustado de la autora. Yo la recuerdo más bien como una historia con altibajos, unos protagonistas muy distintos entre ellos y algún comportamiento reprochable que asocié al perfil distante de Leigh, me quedó la sensación de que los papeles estaban invertidos, no sé. Mira que han pasado años desde que la leí por segunda vez, pues todavía me acuerdo perfectamente de la escena de sexo sobre el caballo hacia el final de la novela, igual Kinsale quiso hacer un homenaje a El Circo del Sol, oye. Con todo, me sumo a tu afirmación, "Kinsale es una escritora fabulosa".
ResponderEliminarJa ja ja homenaje al Circo del Sol. Puede ser. No soy capaz de suspender tanto mi incredulidad.
EliminarYo recuerdo haber empezado con esta novela porque me gustó muchísimo "Flores en la tormenta". No me acuerdo mucho de qué iba ni porqué la dejé sin terminar, aunque todas las papeletas son para que me estaba aburriendo.
ResponderEliminarYa veo que no estoy sola en mi escasa apreciación de esta historia. Flores en la tormenta es un libro tan increíble, que parece mentira que sea de la misma autora. La he leído y releído y siempre me asombra.
EliminarHola!!
ResponderEliminarSí, estas es una de sus novelas aburrillidas, ese laaargo viaje y, esas escenas, algo/totalmente increíbles a caballo (espero que no me las esté inventado mi mala memoria)
Y es que esta autora no es de las ligeras, aunque El profesor de francés es mucho más sencillota y divertida, de paso, o es lo que recuerdo
Coincido contigo en que es una autora fabulosa, pero no siempre acierta jajaja
Un bersote
No, no te estás inventando nada. Hay sexo sobre un caballo, lo cual ya digo que no consigo creerme. Kinsale es una de mis favoritas, pero nadie es perfecto ni acierta siempre, y esta es una de esas novelas suyas que solo recomendaría a los que quieran decir que han leído todo de la autora.
EliminarEl profesor de francés la comenté aquí el año pasado, con motivo de su décimo aniversrio. Sí que es más ligera, pero no me parece que el humor sea el fuerte de Kinsale.
También es que el humor es algo muy personal y cultural, y la pretendida gracias de las escritoras estadounidenses a mi se me queda en muy poquito.
Opino igual que tú aburrida con una protagonista insoportable y grosera. Tampoco me gustó. Después de esta no he leído más de Kinsale. No me ánimo.
ResponderEliminarA mi me enamoraron Flores en la tormenta y Por el corazón de mi dama. Si no las has leído, puedes probar sobre todo la primera, un clásico. Pero sabiendo que es una autora que tiende al dramatismo y a los héroes sufridores. Si quieres saber más opiniones sobre la autora antes de decidir si le das o no otra oportunidad, creo que el Reto RITA del mes que viene se dedica a ella.
EliminarSi tienes razón tengo la oportunidad con el Reto Rita. Estoy entre Por el corazón de mi dama y Sombra y estrella obviamente basada en tu artículo de mis favoritas. Flores en la tormenta me encanta lo he leído dos veces y también me gusta mucho la de Follie se me fue el nombre. Gracias
EliminarA la gente le gusta más Sombra y estrella. A mí, Por el corazón de mi dama, sobre todo por la espléndida reconstrucción de una Europa desolada por la peste. No sabría decirte cuál podría gustarte más, la verdad. Pero esas dos sí que son de las que la gente disfruta. La de Folie creo que es Una extraña locura, creo que no la he comentado aún aquí, tengo pensado releerla en algún momento de este año.
EliminarHola. Me han encantado vuestras reseñas y comentarios. Precisamente es la extraña actitud de los personajes entre sí lo que me ha hecho darle vueltas a la cabeza a esta historia una vez terminada. Durante la lectura no comprendía cómo él seguía enamorado de ella a pesar de lo mal que ella lo trataba verbalmente (verbalmente, porque en actos era visible que se preocupaba por él), y cómo era posible que ella fuera tan arisca con él cuando el hombre la había salvado y se comportaba con ella con admirable generosidad y lealtad. Pero, cuando acabé la lectura, lo entendí. Y entonces todo cobró sentido. Entendí al Seigneur y entendí a Keith.
ResponderEliminarEl Seigneur es un romántico soñador, en el sentido novelero del término. Es de buena familia y de origen inglés, pero ha tenido una vida poco convencional viviendo en Italia (la pasional y romántica Italia) y en Francia (la galante y cortés Francia). Este hombre se convierte a sí mismo, deliberadamente, en un personaje de novela de aventuras: el Señor de Medianoche, un salteador de caminos teatralmente disfrazado con máscara (decorada por él mismo) y capa, montando un fantástico corcel, sobre el que caracolea y hace reverencias a las damas (el caballo hace la reverencia: lo adiestra para ello). No roba por dinero, lo hace por el amor a la aventura y al galanteo, y mejor si hay una dama en apuros a quien él haya de salvar, de la que se enamora apasionadamente: se encuentra con ella en rincones oscuros de jardines a medianoche para vivir su tórrido amor, le susurra palabras dulces (je t’adore, je t’aime, ma chérie...); pero cuando la aventura termina, finaliza también el romance, pues deja de tener sentido. Este es el Seigneur de Minuit en su esplendor. Aunque no lo conocemos así hasta el final de la novela.
Keith, por contra, es una joven práctica y realista que ha sufrido una tragedia personal de dimensiones devastadoras. Se mantiene entera gracias un gran esfuerzo de dominio de sus sentimientos. Convertir su corazón en hielo, no dejarse conmover, no permitir ninguna grieta en el escudo, es su constante lucha, porque teme que, sino, se vendrá abajo cayendo en el pozo de un dolor inmenso.
Después de su terrible tragedia, Keith desea vengarse del hombre causante de ella, y va a buscar al héroe de leyenda para que la ayude. Pero cuando lo localiza, se encuentra ante un hombre que, por una secuela física, está retirado en un castillo en ruinas y es incapaz de luchar. Keith, decepcionada, quiere alejarse de él y vengarse por su cuenta. Eso es lo que ella quiere, y eso es importante para entenderla: ella no quiere enamorarse, no quiere un romance, ella no puede, NO PUEDE, enternecerse. Porque Keith tiene una gran capacidad de amar, y cuando ama, ama de verdad y para siempre. Y no puede permitirse, después de lo que le ha pasado, volver a querer a nadie. Sus heridas no han cicatrizado: es terriblemente vulnerable.
Pero el Seigneur ve ante sí una joven hermosa vestida de muchacho que necesita su ayuda. Todo su espíritu romántico-aventurero resurge en él. Muerto de tedio en su retiro, quiere volver a ser él mismo a pesar de su minusvalía. Y se enamora pasionalmente de Keith en cuanto la conoce: él la ayudará, él la socorrerá, porque él es el Seigneur de Minuit.
Y Keith se desespera. Este hombre, que es apuesto, cultivado, hábil con armas y animales, que habla tres idiomas, que pinta cuadros, que la cuida, que la protege, que la ama, que la salva, que le dice palabras dulces, que es valiente, generoso, encantador... es un peligro constante para ella, peligro del que se quiere alejar. Pero él no se aleja, y ella le habla mal, le pide que la deje en paz, lo insulta, lo humilla... para ahuyentarlo, para distanciarlo, porque está aterrorizada... Tiene miedo a enamorarse, a enamorarse de verdad, porque además, ella capta enseguida el carácter de él y sabe, SABE, que el amor de él es superfluo y desaparecerá, dejándola hecha polvo después de haber roto su escudo y haberla dejado expuesta al intenso dolor por la tragedia que ya arrastra.
Bueno, gracias por tu incisivo comentario, es una forma de verlo. Me alegro de que le hayas podido sacare más punta al asunto que yo. A mí me pareció, ya ves, un tostón.
EliminarPobre, pobre Keith... Se hace antipática toda la novela, mientras que él es maravilloso y encantador. Pero cuando la comprendes, la perspectiva cambia.
ResponderEliminarEsta novela me ha hecho pensar, y me gustan las novelas que no puedo olvidar a la que cierro el libro. Gracias, Laura Kinsale. Muchas gracias.
Sí, esas novelas que sigues pensando en ellas una vez que cierras el libro son las que se convierten en algo especial para el lector. A mí no me pasó con esta, pero me alegro de que tú hayas podido disfrutarla. Yo es que la grosería y la mala educación... lo llevo fatal. El otro no es responsable de mis emociones, miedos o inseguridades.
EliminarPor supuesto, Bona. De hecho, me resultó muy interesante tu crítica y los demás comentarios por las diferentes impresiones que la novela había causado. Las lecturas son muy personales y ahí está la riqueza de poderlas comentar, especialmente cuando comprendes los otros puntos de vista, como en este caso me ocurre a mí. Un abrazo. Nos vemos en otras críticas. Y gracias por tu estupendo Blog.
EliminarPerdonad... yo escribí los dos comentarios anteriores. Escribí de memoria el nombre de la protagonista femenina días después de haber acabado la novela y me equivoqué: es Leigh, no Keith... sorry!!
ResponderEliminarNo te preocupes, queda entendido. Nos pasa a todas.
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