¿Un donjuán
reformado constituye un excelente marido?
¿O, más bien, genio
y figura hasta la sepultura?
DATOS GENERALES
Título original: A lady’s guide to
rakes
Subgénero: histórica
Fecha de publicación
original en inglés: 2005
Parte de una serie:
Featherton Sisters (Hermanas Featherton) #3
Páginas: 320
1.ª edición en España:
Traductora: Camila Batlles
Edición: 10/2007, Titania
Páginas: 256
Colección: Titania
romántica-histórica
SINOPSIS (de la contraportada)
«Para completar mi guía,
que salvará a jóvenes damas de sufrir a manos de desalmados seductores… tengo
que ofrecerme a mí misma como cebo».
Meredith se ha consagrado en cuerpo y alma a la tarea de evitar que las jóvenes
inglesas vean arruinada su reputación por aventureros de alcoba, libertinos sin
escrúpulos, como el que le perdió a ella misma.
Para ello está terminando un libro, una guía práctica para identificarlos y
defenderse de ellos. Pero para completarla, ha de estudiar de cerca al más
famoso seductor de Londres, Alexander
Lamont.
Según se comenta, Lamont se ha reformado y ahora es un perfecto caballero
pero, para Meredith, los seductores arrepentidos no existen… Y no hay mejor
forma de comprobarlo que ponerlo a prueba con sus propias dotes de seducción
femenina. Pero cuando se encuentre a solas con Alexander ¿Será capaz de seguir
sus propios consejos?
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
No, pero sí dentro de “lo bueno”, allá por el puesto siete mil. O sea,
que tampoco es de las mejores-mejores, pero está suficientemente bien. Fue un
Top Pick! para Romance Readers at Heart en 2005 y también en Romantic Times.
CRÍTICA
De Kathryn Caskie había leído ya otro libro, que comenté aquí, Cómo seducir a un duque.
Creo que mi experiencia con este
otro ha sido más o menos la misma. Igual que aquel, es un libro comprado en papel,
en una de esas ofertas que sacan, o sacaban, de vez en cuando.
Es un libro entretenido, que me gustó.
Eso sí, originalidad cero, y sin nada más especial que lo recomiende.
Es la tercera de una serie, pero se
puede leer perfectamente de forma individual.
Meredith sufrió hace un par de años
el abandono en el altar por parte de un libertino. Solo gracias a que sus
tías-abuelas Featherstone son miembros respetados de la sociedad, ha conseguido
que se la siga recibiendo en los salones.
Esta muchacha inquieta y un poco
aventurera ha decidido advertir a las mujeres inglesas de lo perversos que son
los libertinos, aunque sean guapos, huelan bien y su sonrisa te haga perder el
oremus.
Para escribir su Guía para protegerse de los donjuanes,
necesita investigar y hacer trabajo de campo. Ya lleva un par de años
recopilando datos y ahora se dedica a destruir el último tópico que le queda,
ese de que los donjuanes reformados son los mejores maridos.
Porque si hay algo que Meredith
tiene claro es que no es así. Según ella, genio
y figura hasta la sepultura. Un donjuán no se reforma nunca, y está
dispuesta a demostrarlo.
De ahí que se encuentre en Hyde
Park, subida a un globo aerostático, mirando a través del catalejo, a Alexander
Lamont.
Un tipo guapo de sonrisa encantadora.
Siempre va vestido de punta en blanco.
El libertino perfecto.
Se supone que se ha redimido, ya que
su padre le ha apretado las tuercas. Quiere que se case ya, de una vez, con una
joven de buena familia y que se deje de la mala vida. Alexander de momento
parece que sí, que se ha vuelto formal. Pero Meredith no se lo cree. Por eso
pone en su camino diversas damas de dudosa reputación que lo tienten, para
poder confirmar que, en efecto, un donjuán no se reforma nunca.
Llegará un momento en que Meredith
no lo tendrá que mirar desde la distancia, sino que entrará en la lucha cuerpo
a cuerpo. Así podrá comprobar si de verdad este libertino se ha redimido, o
solo finge,… o se endereza solo cuando la conoce a ella y encuentra que eso de
la monogamia con una mujer tan intrépida merece la pena.
Claro que
Meredith no quiere pasar otra vez por los brazos de un seductor, por mucho que
la atraiga. Así que está decidida a casarse con un tipo de lo más tacaño, un
comerciante que quiere usar las conexiones sociales de ella para enriquecerse.
Sería un claro matrimonio por interés mutuo, algo que la parece más seguro que
abandonarse al amor y la pasión y esas cosas.
La
ambientación, como la otra que leí de Caskie, es tu Regencia estándar, aunque
no sé si exactamente se ambienta en esa época: paseos por el parque, veladas
musicales, bailes en salones y visita a Tattersall's, sí, ese sitio donde venden
caballos.
Cada
capítulo lo encabeza con una frase de su Guía…
pero la verdad es que tampoco saca particular juego al hecho de que esta mujer
sea escritora… Salvo para que se revele de la forma más inoportuna.
Confirmo
que esta autora mantiene un tono general ligerito, una cosa a medio camino
entre Loretta Chase y Julia Quinn. Es perfectamente aplicable lo que escribí al
comentar la otra novela que leí de ella: Con
menos profundidad emocional que las novelas de Chase, es como una pompita de
jabón, pero con un poquito más de sentido de la época que los slapstick de la Quinn.
Es de esas
novelas que lees con agrado y te entretiene. Ahora, que si la dejas pasar,
tampoco te has perdido nada, pues nada tiene de especial.
Anita
comentó, en aquella otra crítica mía, que había leído Las normas de la pasión y Dama
de honor, las dos de esta serie Hermanas Featherton, y le parecieron demasiado tontas, casi absurdas.
Comprendo
que es algo que te puede pasar con esta novela. No tiene nada intensamente
emocional, ni tampoco pasiones profundas, ni te arrebata en modo alguno. Y,
dentro de lo ligerito, pues tampoco tiene esa chispa, esa gracia que nos
deleita tanto en Loretta Chase. Es más mate, como con menos brillo, no sé si me
explico.
Tengo la
impresión de que todas las novelas de Caskie son así. La consistencia también
es un mérito para que sepas exactamente qué es lo que cabe esperar.
Parece
claro que Kathryn Caskie es de esas autoras de segunda fila, competentes, que
si no tienes otra cosa que echarte al coleto, te van a hacer pasar un buen
rato. Algo que es muy de agradecer en muchos momentos en que solo quieres
distraerte sin más.
Remato esta crítica con lo que dije de aquel otro libro: no aporta nada nuevo, pero es muy entretenida de leer.
Valoración personal: entretenida, 3
Se la recomendaría a: los aficionados a las novelas de la Regencia ligeritas.
A la derecha tenéis la portada de la primera edición en inglés, de la editorial Warner, año 2005. Esa foto "original" ya la he visto en otra de Judith McNaught. Así que esta vez me quedo con la portada española.
Otras críticas de la novela:
En español, sólo he
encontrado dos críticas.
Una, la que firma
LadyZarek para El rincón de la novela romántica, le da 4,5/5.
Dos, Desvelada por los libros, que la califica con 3 estrellas, le hace reseña breve
y, extrañamente, califica esta novela de erótica. 😳
Una crítica, de 4 ½ estrellas,
la puedes leer en Review Center.
Hay una breve reseña, pero en general positiva, en Historical Novel Society,
calificando esta historia de ligera y entretenida, enfatizando las situaciones
divertidas.
De Regencia chispeante 😏la califican en Fresh Fiction.
Reseña, en Publishers Weekly.
Solo leí hace un montón de años El heredero, el cuarto de esta serie, y no me animó a seguir con esta autora. Por hacer una comparativa, mi experiencia fue la misma que con Anne Gracie cuando la leí por primera y última vez, que las novelas de estas dos escritoras me dejaron una sensación neutra, ni frío ni calor, ni fu ni fa, ni bueno ni malo. La cosa es que, como dices, no tiene nada que la haga especial. Y siempre tengo tantos libros por leer...
ResponderEliminarExacto, ese es mi sentimiento, lo suscribo totalmente. Ahora que lo dices, sí que se parece un poco a las novelas de Anne Gracie, solo que a Caskie, al menos, sí que la pude disfrutar, porque me resulta bastante más entretenida.
EliminarNo sé si la Anita que mencionas soy yo o no, pero pienso exactamente lo mismo. Lo iba a comentar, ja ja ja
ResponderEliminarYep, sí, es lo que tú escribiste.;-)
EliminarNo cambio mis opiniones parece JAJAJA
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