Un poco pestiño
DATOS GENERALES
Título original: The Wall of Winnipeg
and Me
Subgénero: contemporánea
Fecha de publicación
original en inglés: febrero de 2016
Páginas: muchas,
demasiadas.
En GR dicen que 537 el
Kindle, en FDB 672.
NO TRADUCIDA EN ESPAÑA
SINOPSIS (se la copio a A la cama con… un libro)
Vanessa Mazur sabe que está haciendo lo correcto. No debería sentirse mal por dejar su
trabajo. Ser la asistenta/ama de llaves/hada madrina del mejor defensa de la
National Football Organization iba a ser algo temporal. Ella tiene planes y
ninguno de ellos incluye lavar ropa interior extragrande más tiempo del
necesario.
Pero cuando Aiden Graves aparece
en su puerta pidiéndole que regrese, Vanessa se queda perpleja. Durante dos
años, el hombre conocido como El Muro de Winnipeg no le ha dado ni los buenos
días ni le ha felicitado por su cumpleaños, y ahora le está pidiendo lo
impensable. ¿Qué se le dice al hombre que está acostumbrado a obtener todo lo
que desea...?
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, la incluí en mi lista de las mil mejores, versión de 2019, en el puesto 639. Entró en el Top All About Romance de 2018, nada menos que en el puesto 6. Tuvo crítica de DIK A- en All About Romance, 5 estrellas en Books & Beauty Are My Bag, Kimberly Faye Reads, Maryse’s Book Blog y The Bookish Sweet Tooth. Es una de las novelas favoritas de todos los tiempos en romance.io, una de esas novelas que Sarah MacLean recomienda y no sé por qué motivo, hay quien entiende que esto es un friends to lovers.
CRÍTICA
Sigo completando mi lectura y reseña de libros del Top 100 All About Romance, versión de 2018. Si estoy tardando, es porque los que quedan no me llaman.
Vanessa, de veintisiete años, es asistente personal de un jugador de fútbol americano: Aiden Graves. Este canadiense de treinta años se centra por completo en el deporte, que jamás le ha dado una buena palabra. Eso sí, luce mi tipo de cuerpo masculino preferido: alto y grande como armario empotrado. Un defensa, ¡por fin uno que no es quaterback!
Harta de este tipo, Vanessa deja el trabajo. Aiden se empeña en que vuelva, y eso acaba en un matrimonio de conveniencia. Ese es, para mí, el tópico de esta novela, y no el friends to lovers. Vanessa y Aiden no son amigos, entre otras cosas porque a Aiden no le interesan las relaciones interpersonales. Lo suyo es, de forma exclusiva y excluyente, el deporte. Avanzado el libro sí que hay algo que podría parecerse a una amistad.
Está narrado en primera persona por Vanessa, lo cual significa que lo que piensa o siente Aiden es un misterio. Solo ves que es un egocéntrico, sin consideración hacia los sentimientos de Vanessa, y con menos expresividad que un paloselfi.
No suelo disfrutar esta manera de contar las cosas. Me refiero a lo de la primera persona. Es estar en la mente del personaje, y eso solo me interesa si es muy listo, ingenioso o con salero… si tiene algo especial, en una palabra.
No es el caso de Vanessa, una mujer perfectamente anodina. Además, la autora se recrea con gran minuciosidad en mil trivialidades, que si saca la basura, que si hace un smoothie, o se va al baño.
¿El resultado? Bueno, pues que al cabo del 15 % dejé de leer cada palabra y me puse a leer de través: solo los diálogos y alguna escena suelta que parecía tener algo de chicha y contribuía al argumento general.
Oye, no veas cómo mejoró la cosa. Cuando te vas a lo esencial, descubres que es una historia sencillita pero que tiene su interés. Con los diálogos y poco más descubrí la fantástica novela que a mí me habría gustado que escribiese la autora. ¡Si solo lo hubiera editado para dejarla reducida a la mitad...!
Me digo yo, la autora, ¿para qué nos cuenta tanta menudencia irrelevante, cuando tiene ese oído para el diálogo?
Atribuyen a Shakespeare la frase «La brevedad es el alma del ingenio». Lo suscribo: no escribas diez palabras cuando puedes usar una sola, siempre que esté bien escogida. O, dicho de otro modo, ¿para qué escribir 600 páginas si puedes contar lo mismo con 250?
Personalmente, eso del stream of thought, of conciousness o monólogo interior lo admito en ficción literaria. Aburre, pero aporta otra cosa, la maravilla del lenguaje. Sin embargo, ¿en ficción comercial? No le veo el sentido.
Slow burn lo llaman. Nope. Quick bore, diría yo. O real bore, lo que sea, un pestiño. Entiendo el slow burn como una novela en que la cosa progresa poco a poco, pero desde el principio (o pronto) tiene que haber algo emocional, aunque sea poquito, un mínimo de ardor, por mucho que permanezca frustrado durante la mayor parte del libro.
No es lo que encontré yo aquí. Parece mentira que los protas tengan veintisiete y treinta años. Me parecieron tan asexuales como niños de infantil. De hecho, hubo un momento que pensé que eso era intencionado, que era un libro LGBTQIAK en la parte A. O que habría algún oscuro pasado de violencia sexual que justificara esa indiferencia a la carne. No, nada de eso.
Esa sensación de infantilismo viene reforzada por el hecho de que aunque Aiden sea millonario, comparte piso con otro atleta, Zac, que es muy amigo de Vanessa. La convivencia entre los tres acababa sonando como un piso de estudiantes universitarios.
Y ya no te digo cuando sus referencias culturales son Dragonball y En busca del valle encantado. Suenan más de 20 que de 30 años.
En mi opinión, el slow burn está bien cuando, mientras esperas que la parte emocional o sexual se anime, pasan cosas interesantes, como ocurre en el suspense romántico. Pero tienes que mantener las ascuas brillando, aunque no hagan llama. Recuerdo ahora una de suspense sin final feliz, In the Bleak Midwinter, de Julia Spencer-Fleming, que me parece genial en este punto. Creo recordar que los protas solo llegan a un beso o un abrazo, poco más, y sin embargo es más intenso, emocional y sexualmente hablando, que muchas de esas que chorrean entusiasmo desde la primera página.
Para mí, no es slow burn llenar las páginas con cosas intrascendentes, cotidianas, que Vanessa piensa o rumia, y solo al final metes una escena erótica por cumplir.
Admito que la equivocada puedo ser yo y que el slow burn sea entendido, en general, de otra manera. O sea, que si alguien me ilumina y me dice qué entiende por slow burn, se lo agradcería.
Total, que yo diría que aquí hay dos libros. Uno, el que publicó la autora, al que le daría 2 estrellas. Y otro, la versión abreviada que me monté yo en mi cabeza a partir de este material, que alcanzaría las 4 estrellas.
Para mi gusto, el libro habría mejorado mucho con una buena edición que lo dejase a la mitad o como mucho en un 60 %. Se supone que tiene 672 páginas, ¿no? Pues con unas cuatrocientas ya bastaría.
¿Cómo es posible que esté en el Top 100 de All About Romance? Eso me hizo preguntarme cuántos votos habrá necesitado para ponerse la 6.ª No lo sé. Votaron más de 5.000 lectores. ¿Cuántos creéis que necesitó? Abajo os explico mis cálculos.
De todas formas, no os fieis de mi experiencia. Ha gustado a mucha gente. Así que si tenéis Kindle Unlimited, podéis probar a ver. No digo que salga gratis pero sí más barata.
Que esa es otra manía, cuando Amazon dice que algo está «gratis en Kindle Unlimited» en realidad no es cierto. Pagar 9,99 € al mes. De ti depende cuántos KU leas al mes, pero no es gratis. Si lees por ejemplo cinco, cada uno de habrá salido por 2 euros.
Otrosí digo: como es habitual en novelas en inglés, aunque solo haya un par de frases en español, consiguen escribirlas mal: Es tu novio? Y sí sin la tilde.
Valoración personal: aburrida, 2
Se la recomendaría a: fans del ritmo lento.
Otras críticas de la novela:
En español, he encontrado varias críticas: Café y gotas de tinta que considera que no está mal, The Diary of Books (que, a pesar de su nombre, está en español), le pone 4 estrellas y A la cama con… un libro, 3 Gandys.
Os pongo unos enlaces al inglés.
Kimberly Faye Reads, 5 estrellas.
The Bookish SweetTooth, 5 estrellas.
All About Romance, DIK A-.
Top 100 AAR - Un
entretenimiento matemático
En su momento, cuando salió el Top 100 de 2018, lo que más me sorprendió fue justo la presencia de las dos novelas de Zapata. Y es porque en aquel momento, 2018, no aparecían en mi base de datos, ni entre las mil ni las cinco mil mejores.
¿Cómo es posible que alcanzara el puesto 6.º una novela de la que no había oído hablar?
Todas las listas son subjetivas. Se votan a favoritas. Muchas de esa lista a mí no me gustan. La gente adora las novelas de Quinn, Garwood, Gabaldon o J. R. Ward y a mí me aburren o me cabrean. Pero, y este es un gran pero, entiendo por qué os gustan estas novelas, entiendo qué les veis. Aunque no coincidan con mi gusto personal.
Lo de Zapata es distinto. A este libro en concreto es que no soy capaz de verle el mérito. Das una patada y te salen cientos de novelas de jóvenes deportistas mucho mejores. El sábado pasado, sin ir más lejos, comenté una que para mi fue experiencia tres estrellas. Estoy pensando, por ejemplo, en Kristen Callihan o Kennedy Ryan. O Elle Kennedy. Vamos, que le dan cien vueltas a «esto».
Esto me llevo a pensar, ¿cuántos votos necesitas, realmente, para colocar tu novela en ese Top 100, o entre las diez mejores? Como All About Romance no te da cuántos votos recibió cada novela, no me quedó más que elucubrar, con datos.
All About Romance dice que hubo más de 5.000 votantes, pero no cuántos votos recibió cada uno de los libros de la lista. ¿Cuántos creéis que necesitó esta novela para llegar al 6.º puesto?
¿3.000, 4.000?
Lo más probable es que no. Menos, mucho menos.
Recordé la ley de Benford. Resumidamente, y a mi manera, porque yo no soy de ciencias: cuando tienes una serie aleatoria de números, en determinadas condiciones, la mayor parte de ellos empezarán con el dígito 1, y serán los menos los que reciban un número de votos que empiece por 9.
Eso significa que, aunque habrá alguna novela que recibiera más de 1.000 votos, el grupo mayoritario serán novelas que han tenido que recibir entre 100 y 199 votos, 200 y 299, o 300 y 399 como mucho.
Repasé otros Top 100 de ediciones anteriores, que sí decían cuántos votos obtuvo el ganador.
En 1998, con 3.346 votantes, El caballero de la brillante armadura quedó n.º 1 con 22 votos.
En 2000, Abandonada a tus caricias (Lord of scoundrels) cogió la primera plaza con 71 votos de unos 5.000.
Repasando aquello, me di cuenta de otras cosas. Así, las autoras que tienen pocos libros (Austen, McNaught) se ven favorecidas respecto a las que tienen muchos (Roberts o Balogh), porque el voto de sus fans se concentra.
A partir de los datos que analizaron en las primeras ediciones, mi impresión es que la primera de la lista tendría como mucho unos 1.000 votos y que, para entrar en la lista, posiblemente con unos 100 votos sea suficiente.
Luego miré en listas de Goodreads, a ver qué hacía falta cuando votaban unas 5.000 personas. Calculé la media y la mediana.
Ahí comprobé que las listas de ficción literaria eran más exigentes que la comercial, porque el número de libros era más pequeño. Cuantos más libros tiene un género, menos votos hacen falta.
No os voy a aburrir con los cálculos, pero entre la ley de Benford y mi análisis estadístico de esas listas de Goodreads llegué a estas conclusiones:
1.ª Es posible que para ser la número 1 en el Top 100 de All About Romance
necesites unos 1.000 votos. (Aunque sospecho que podrían ser muchísimos menos, depende del tipo de encuesta que hagas, si totalmente abierta o restringiendo las posibilidades)
2.ª Que para entrar en los diez primeros, te baste unos 300. (De nuevo, podrían ser menos)
3.ª Y simplemente para entrar en la lista, con 50 votos lo hagas.
Miré una lista en Goodreads que se dedica al romance de fantasía, Magic, Adventures, Romance y vi que solo la primera pasaba de los 1000 votos. La segunda y la tercera, pasaban de 500. La 32 tenía 112 votos y el resto, de la 33 a la 100, entre 98 y 24 votos, nada más. Más de la mitad tenía un número de votos que empezaba por 1, 2 o 3.
Conclusión que saco yo: un puñadito de fans muy fans pueden meter en esa lista e incluso aupar, un determinado libro.
No parece posible que vayas a batir a El diablo en invierno, Abandonada a tus caricias o Forastera, pero del puesto 5.º para abajo, no me parece tan difícil.
Es algo que se ve no solo aquí sino también en las listas de Goodreads, que a veces incluyen libros sorprendentes entre los cien primeros. Aunque el sistema de votación sea un poquito diferente respecto a AAR.
Podéis hacer la prueba. Fijaos en otras listas de Goodreads con 5.000-6.000 votantes, por ejemplo Best Woman-Authored Books, el 6.º 421 votos; MUST READS!!! el 6.º 266 votos o 100 Thrillers to Read in a Lifetime, el 6.º 260 votos.
Esa es la explicación que me doy yo para que este libro haya entrado en esa lista nada menos que el 6: habrá recibido entre 250-300 votos.
Esto es muy leninista. Ya lo dijo Vladimiro: no se moviliza a las masas, como creía Marx. Bastan pocos pero muy disciplinados.
En fin, que The Wall of Winnipeg and me podrá gustaros más o menos, tampoco digo que no tenga mérito la historia.
Pero reconoceréis conmigo que...
Esta novela no es la 6.ª mejor del género ni de coña.
Totalmente de acuerdo con todo lo que comentas, Bona. Reconozco que a esta novela, ahora que ha pasado el tiempo, le bajaría nota (eso me pasa mucho, porque realmente acabo valorando más tenga o no un recuerdo bueno de ella que el hecho de cómo me sentí cuando la terminé y reseñé). Que se haya colado este libro en el top 10 de la lista me parece incomprensible (igual que no entiendo que se haya colado Kulti, que me pareció peor que esta). También pienso que se debe más al movimiento fan, que ha votado a tope, que a la calidad de los libros.
ResponderEliminarMuy interesante tu reflexión sobre el slow burn. Ciertamente, no se podría calificar de slow burn algo que no vemos que ir aumentando poco a poco y que llega de sopetón, a no ser que podamos percibirlo claramente (y yo creo que para eso necesitamos o los dos puntos de vista o una clara evolución en los personajes, cosa que aquí no se ve).
No sé yo si volveré a intentarlo con esta autora, la verdad.
Besotes!
Al final, creo que coincidimos que la presencia de los dos libros de Zapata en la lista solo se explican por el movimiento fan, y no porque sean particularmente buenos. A mí todavía me queda Kulti. A ver si lo encuentro barato.
EliminarMe has dado que pensar, si el slow burn depende o no de una determinada forma de contar las cosas. Le daré una vuelta, a ver. La clave creo que está en lo que dices, que haya una progresión, no que pase de 0 a 100 en dos páginas al final del libro.
Hace un tiempo leí, no recuerdo dónde, algo que va en la misma línea de tu deducción: cualquiera que cree contenido necesita, para sobresalir, mil personas comprometidas. Con esas mil personas comprando y recomendando se asegura, además del ingreso económico, la visibilidad que da más visibilidad (tiene sentido).
ResponderEliminarTambién puede haber pasado que una historia de este tipo, en ese momento, haya resultado una novedad para un gran grupo de gente... ¿por qué no?
Sl2!
Gracias por comentar lo de ese estudio. No me extraña, seguro que lo habrá dicho alguien con más capacidad para los estudios sociológicos, y mira, llega a la misma conclusión. No hay más que ver Twitter, cómo consiguen que se hable de cosas inanes simplemente haciendo mucho ruido un puñado de gente muy disciplinada.
EliminarHe estado pensando en lo que dices, que igual este libro supuso algo nuevo para mucha gente en 2016. Pero no se me ocurre qué pudo ser, sinceramente. He repasado las críticas positivas que le han dedicado a ver qué le encontraron y suelen decir que les gusta mucho Vanessa y el slow burn. Sigo sin verlo.
Pues sí, es bastante aburrida, te adormece. Hay muchísimas novelas mejores que esta
ResponderEliminar¿Verdad...? No lo entiendo.
EliminarMe rindo con Mariana Zapata y también me consuela saber que no soy la única que piensa que sus novelas son demasiado lentas.
ResponderEliminarEsta novela no la he leído (mi inglés no me da para ello jaja) pero es la segunda vez que retomo la novela traducida, De Lukov, con amor y la abandono por agotamiento. Reconozco el mismo estilo que comentas en la crítica con un planteamiento similar y una protagonista que se come el tarro de una manera.... Ufff, vaya rumiaciones. Creo que ocupa mucho espacio contando cosas que no vienen a cuento en esas parrafadas que se van por los cerros de Ubeda, mientras desaprovecha la relación de los protagonistas. Que rabia porque hubiera estado bien con muuuuucha menos paja.
Coincidimos totalmente. Ya veo que es un estilo que tampoco te va. Oye, hay gente a quien le va eso. Pero, a mí, me adormila. No creo que vaya a probar más de esta autora.
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