Una entretenidísima historia de amor en época comunera
DATOS GENERALES
Subgénero: histórica / 1521
Fecha de publicación:
6/2009
Publicación: B (Ediciones B)
336 págs. 23x15 cm
Encuadernación rúst.
Colección: Amor y aventura
SINOPSIS (según La Casa del Libro)
Marina y Carlos
se verán envueltos en dos guerras: la que vive su país y la pasión que les
consume.
Toledo, 1521.
En pocos meses, Marina Alonso y
de la Vega ha perdido a su marido, Juan de Aranda y al hijo que de él
esperaba y, tras ser declarada demente, se ha visto desposeída de casi todos
sus bienes.
Carlos
Arteche, conde de Orozco, está seguro de que Juan ha
sido asesinado y jura encontrar a los culpables. Carlos nunca había aprobado la
unión de su amigo con Marina, pero cuando visita a esta para ofrecerle ayuda,
no puede evitar sentirse atraído por su belleza y determinación.
En una época turbulenta de la historia de España, en pleno alzamiento
de los comuneros, Marina y Carlos se verán envueltos en dos guerras: la que
vive España y la que libran sus propios corazones.
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Pues mira, para lo difícil que es conseguir datos buenos en relación
con la romántica en español, con esta resulta que sí. Incluso entró en mi
primera lista de mil mejores novelas románticas, la de 2017, en el puesto 620. Ahora ya no estaría, pero vamos,
anda por ahí, en torno al puesto mil y poco. Ganó dos premios Dama (¿os
acordáis de ellos? Los daba el extinto Club Romántica), a la mejor novela
romántica nacional y al mejor autor romántico nacional. Entró en el Top 100 de
Joyas románticas del Club Romántica, en el puesto 69. Ha estado varios años entre lo mejor del Rincón de la novela
romántica, que recomienda esta novela.
CRÍTICA
Gracias a la recomendación de Pepa
(Otro romance más) me decidí a leer esta estupenda novela ambientada en la
época de los comuneros.
Si el trío «Bravo, Padilla y
Maldonado» no os dice nada, os resumo. Fue un alzamiento violento de algunas
ciudades castellanas contra la regencia de Adriano de Utrecht, que es tanto
como decir contra el emperador Carlos. Si queréis saber algo más del tema, este
mismo año Antena Historia les dedicó un podcast. Más que nada, porque se han
cumplido 500 años del evento. También está la Wikipedia.
El epicentro de la revuelta sería la
ciudad de Toledo, que es donde se ambienta esta historia. En mitad del follón
bélico, dos aristócratas, Carlos y Marina chocarán, se seducirán y acabarán
enamorados el uno del otro.
Aunque Carlos fue el mejor amigo del
difunto marido de Marina, no se habían tratado mucho. Los dos sospechan que fue
asesinado. Investigan el tema, por su cuenta primero y colaborando después, a
regañadientes. Al final, ese misterio, y algún otro, se resuelve de chiripa. Es
que los conspiradores dejan un poco que desear. No será la única casualidad de
la trama.
¿Lo que más me gustó? Los personajes.
Carlos es un hombre decidido, con
mucho encanto y atractivo personal. Ha vivido a su aire. Se implica en la
revuelta con la siempre ingrata tarea de espía. Ocupado en tales menesteres, ni
se le ocurre la idea de enamorarse. Pero ella le hace tilín, qué le vamos a
hacer. Lo suyo es de lo más apasionado. Amor en tiempos de guerra, ¿qué esperas?
Marina, por su parte, es una dama de
esas de rompe y rasga. La pérdida de su padre y de su esposo la deja maltrecha
emocionalmente. Llega un momento en que cobra fuerzas y desea retomar su vida.
Pero mira, justo pasa cuando el país se incendia a su alrededor.
Al principio son hostiles. Luego se
miran con ojos golosos. Y acaban cayendo. De la manera más apasionada, en unas
escenas bastante hot, muy bien
escritas.
Se nota que la autora se ha currado
la historia, pero afortunadamente no le sale un tocho lleno de detalles
históricos. Se centra en las escenas o los personajes imprescindibles para que
te hagas a la idea básica de qué iba todo aquel lío.
Evita las kriptonitas de la romántica
en español: ni es machista ni usa un lenguaje cursi.
Entonces, ¿cuál ha sido mi problema
para que le ponga «solo» tres estrellas?
Por manías mías.
Aunque el lenguaje con el que está
escrita la novela está bien, no puede evitar ese amontonamiento de adjetivos en
el que se empeñan tantas autoras españolas. Ejemplos: «El Tajo. Siempre
tumultuoso, irascible, peligroso y embrujador», «pero también era un hombre de
honor, noble, generoso. Sobre todo valiente, fastuoso, arrebatador», «alto,
fuerte, varonil», «orgullosos, empecinados, testarudos, arrogantes».
Por otro lado, es muy vieja escuela lo
de sacar un personaje gay que no tiene un buen destino. Así eran las cosas
entonces, o eran remalos o figuras trágicas.
Para mi fue una lectura a
trompicones. Me enganchaba y, de repente, una idea, una palabra, o una
expresión, me sonaba anacrónica y me sacaba de la historia. Me costaba luego
volver a coger el libro.
Por ejemplo, el prólogo. Habla de la mujer en la Edad Media, de la esencia de la mujer en esa época convulsa del Medievo,… carecía de
derechos,… esclava de su señor, con derecho de pernada, etc.
No le vi la relación entre una dama del siglo XII que menciona allí y esta historia renacentista.
Luego me parecía un poco tópico. No
digo yo que la mujer medieval tuviera muchos derechos, pero en aquella época
hubo cosas que luego desaparecieron en la Edad Moderna, médicos como Trotula de
Salerno, grandes damas poderosas como Blanca de Castilla, una de las primeras
escritoras profesionales, como Cristina de Pizán, o auténticos genios como Hildegarda
von Bingen. Hubo mujeres que cultivaban la tierra, que comerciaban, viajaban
por el mundo como peregrinas, vendían en los mercados, artesanas e incluso
pintoras… Muchas de estas cosas desaparecieron en el siglo XVI. No recuerdo
dónde leí una frase hecha al respecto, de que no hubo un Renacimiento para la mujer.
El supuesto ius primae noctis, cuando se dio, fue un abuso
señorial, no un derecho. No estaba recogido en ninguna ley medieval española,
francesa o italiana, que es tanto como decir, el Occidente civilizado de la
época.
El soniquete ese de «Carlos I de
España y V de Alemania» es un invento de la historiografía posterior. Una vez
que lo eligieron emperador, lo llamaba el Emperador, o el César, o nuestro señor, el rey, etc. España y Alemania, por su parte, no eran entidades políticas entonces, sino más bien ideas geográficas.
Se lee «la madre del emperador» o «la
reina madre». No, Juana I era la reina titular, suo iure. Reina madre sería la reina consorte viuda (una reina viuda) cuyo hijo
o hija es el monarca reinante.
Los personajes usan palabras que me
chocaban, ¿existían en aquella época? Miré algunos en el CORDE: cacatúa (siglo XIX), ponche (XVIII), canapé (del siglo XVIII el mueble, los bocaditos estos que son tan
ricos son posteriores). Dice que algunos comuneros eran fusilados en las propias calles de Villalar. ¡Fusilados! ¿Con qué
fusil?. Carlos la llama «serpiente de cascabel», cosa que se antoja imposible por
ser ofidio de la América continental, y por entonces Cortés aún no había derrotado
al imperio mexica.
Cuando me encuentro algo así y dudo
de si es correcto o no, incluso me paso por el CORDE a ver si es posible que un
personaje del siglo XVI pudo haber dicho eso o no, es algo que me saca. Que a veces estoy equivocada y sí, existían, pero otras parece que no.
Son manías mías, lo sé. Por eso digo que la novela está muy
bien, y la recomiendo como un buen ejemplo de novela romántica en español.
Valoración personal: buena, 3.
Se la recomendaría a: los fans de la novela histórica que
quieran ver un episodio distinto.
Otras críticas de la novela:
Nenas, esta novela os
gustará mucho, pero no la comentáis nada. Me ha costado encontrar críticas o
reseñas pero lo he logrado. Aquí van. Todas estupendas.
El rincón de la novela romántica.
Foro en Cazadoras del romance.
Brevísima reseña en Leyendo con Elena.
Como reseñar un libro escrito en
español es meterse en territorio comanche, me siento obligada a poner esto:
La leí hace poco. Me gustó la novela, sobre todo por el contexto tan atípico en romance histórico (que ya es mucho) y el tipo de protagonistas que cautivan desde el minuto uno. Coincido en lo buenas que son las escenas hot. Y bueno, yo también tengo mis manías... Como la descripción de la anatomía de los protagonistas que se me hacía repetitiva. Al final me resultó muy amena pero me dejó la impresión de que le faltaba algo, es más bien algo personal.
ResponderEliminarInteresante critica. :)
Gracias por pasarte por aquí. Tengo la impresión de que, manías personales aparte, nuestra experiencia con este libro ha sido muy parecida. Nos gustó pero... Al final se resume en lo que dices: «me dejó la impresión de que le faltaba algo». Y no sabría decir muy bien qué es.
EliminarHola!!
ResponderEliminarQué mal me sabe que no te haya terminado de convencer. ¡Por eso me cuesta tanto recomendar lecturas!
En los tiempos en la que la leí creo que me fijaba muy poco en esos detalles que comentas,. Quizás debería releerla y ver qué opino ahora, pero cuesta tanto cuando crees que puedes cambiar de opinión y terminar con ese regusto tan bueno que te deja un buen recuerdo jajaja
Pero me voy a animar, de cara al año que viene y me fijaré en esas cosas ;)
Un besote
No te cortes: hay que recomendar lo que nos parece bueno. Yo lo agradezco, porque así me descubren cosas. A veces me gustan más y otras menos, cada lector somos un mundo.
EliminarEsta me gustó, pero me quedé con esa sensación de que le faltaba algo.
Yo voy por el mundo recomendando cosas que me parecen buenas, y a veces a la gente le gustan y otras me dicen que no, que qué pestiños.
Si te has quedado con buen recuerdo de la novela, yo no la releería, hay muy poca narrativa comercial que aguante una relectura y te puede amargar el bien sabor de boca que te dejó.
Ay, el año que viene, ojalá sigamos con ganas de disfrutar y descubrir nuevas aventuras románticas.