Novela navideña, con buenos
sentimientos pero sexi y algo de enemies to lovers
DATOS GENERALES
Título original: Three Nights before
Christmas
Subgénero: contemporánea
Fecha de publicación
original en inglés: 2015
Parte de una serie:
Wild Montana Nights #3
NO TRADUCIDO AL ESPAÑOL
SINOPSIS (según Fiction DB)
Que tengas una pequeña
Navidad ardiente…
Después de tres años en prisión, la ingeniera ferroviaria Lacey Gallagher no espera que esta
Navidad sea muy alegre y brillante. Al menos talar árboles para la granja de
árboles de Navidad de su hermano la ayudará a ahorrar dinero para volver a
encarrilar su vida. Sin embargo, todos sus planes se descarrilan cuando su
nuevo trabajo la coloca en un territorio patrullado por el hombre que acecha
sus sueños: el guardabosque que la envió a prisión.
A Austin Wilder no le entusiasma
que Lacey trabaje en su bosque, pero pronto se da cuenta de que necesita su
ayuda. Su familia depende de él para restaurar un viejo tren de vapor para un
espectacular evento navideño, y la experta en trenes Lacey es su única
esperanza de terminar a tiempo.
Trabajar juntos desafía todas las suposiciones que Lacey y Austin tienen el
uno del otro, y descubren un deseo lo suficientemente caliente como para
derretir incluso la nieve más profunda de Montana. Pero, ¿será suficiente la
temporada de segundas oportunidades para reparar el corazón roto más
endurecido?
¿Entra dentro
de “Lo mejor de la novela romántica”?
Sí, es la más apreciada de la autora. La tengo ahora en el puesto dos mil ochocientos. Tuvo una crítica de A en The Good, the Bad and the Unread y de 5 estrellas en Harlequin Junkie. Miss Bates la escogió entre lo mejor del año 2015. Fue finalista RITA en la categoría romance contemporáneo corto. Le ganó Un cambio de planes, de Sarah M. Anderson, que entendí como un harlequin sorprendentemente original.
CRÍTICA
Es propio de la época las novelas
navideñas, y hoy traigo aquí una que, a diferencia de la mayoría, es sexi, no
solo dulce y buenista.
Tenemos a Lacey, que sale de la
cárcel, en libertad condicional, y se va a vivir con su hermano en una
localidad de Montana. Fin de año, hace frío, él tiene una granja de árboles de
Navidad. Le echa una mano en el negocio, intentando adaptarse a la vida en
libertad, sin llamar la atención, sin hacer nada que haga que se le revoque la
condicional.
Se topará con una figura bastante
desagradable, el guardabosque o agente forestal Austin Wilder, una especie de
policía de la naturaleza. Intervino en su detención y declaró contra ella en su
juicio.
Ella era una joven ingeniera
ferroviaria, entusiasta de la vida, con un buen trabajo, un futuro por delante,
y resulta que la pillaron con drogas. Pero ella siempre ha jurado y perjurado
que fue inocente, que es cosa de su novio, que la engañó.
Pero Austin no la creyó. En el
juicio dijo algo que así como que, «o bien era una criminal o criminalmente estúpida».
Y él no piensa que ella sea tonta así que, sí, sí que está convencido de su
culpabilidad. Aquellas palabras que él dijo en el juicio se le quedaron en la
cabeza de Lacey, y sigue rumiándolo, años después.
Así que empieza la cosa como enemies, y con buenas razones.
Además, después de años en el
trullo, a Lacey lo de los uniformes y los agentes de la autoridad le da cierto
repelús.
Lo extraño es que entre ello, además
de esa hostilidad, hay cierta atracción física. Inesperada, que los dos
rechazan. Al recto Austin le horroriza desear a esta convicta, y ella, ¿cómo va
a gustarle un tipo que ayudó a meterla en la trena?
Será que lleva años en dique seco, y
entonces cualquier cosa le parece sexi.
Molly y Gabriel (protagonistas de la
primera de la serie) quieren recaudar dinero para su idea de un campamento para
niños con discapacidad. Se les ocurre recuperar un antiguo tren minero como atracción
navideña.
Hay un pequeño problema, y es que la
locomotora no va. Austin intenta arreglarlo por su cuenta, con ayuda de
aficionados a los trenes (debe ser que en EE. UU. hay mucho Sheldon Cooper).
La aparición de Lacey es, entonces,
una buena oportunidad. Le pide, tragándose su orgullo, que le eche una mano y
le ayude a arreglar la locomotora antes de Navidad.
Lacey acepta en parte porque le
gusta y, por otro lado, porque no quiere problemas. Siente que no tiene derecho
a decir que no a un agente de la autoridad sin no quiere líos.
Las cosas, evidentemente, no se
pueden precipitar entre ellos. Hay desconfianza mutua, recelos que les impiden
lanzarse el uno en los brazos del otro. Ella le echa una mirada y él nota que
le gusta. Solo que ella no flirtea, sino que aparta la mirada.
Idiota. ¿Qué sucede contigo? Acaba de salir de la cárcel, por el amor de Dios, y tú la ayudaste a ponerla allí.
Pero, por alguna razón, eso no había impedido a Lacey recorrer con la mirada todo su cuerpo como si estuviera desnudo excepto por un gran lazo rojo atado alrededor de su polla y un par de cascabeles colgantes.
Ese es el tono. Ya veis que será
historia navideña, pero dulce va a ser que no tanto. La cosa es que arreglar la
locomotora hace que Lacey y Austin compartan ratos. La atracción entre ellos,
entonces, no disminuye sino que se va intensificando hasta que sí,
evidentemente, “caen”.
Escenas sexis muy bien contadas, por
cierto.
Me llamó la atención que había cosas
que complicaban la vida ya de por sí nada fácil de un persona que acaba de
salir de la cárcel. Son pequeños vistazos a lo que una persona en libertad
condicional no puede hacer, allí, en los USA. Por ejemplo, no puede beber
alcohol. Y tampoco conducir porque le ha debido caducar el carné o algo así.
Cada vez que entra en contacto con agente de la autoridad se lo tiene que decir
al oficial de la condicional. No son cosas tremendas, pero sí que son chinitas
en el camino de alguien que quiere rehacer su vida.
Cortita, rápida de leer, con tono
ligero a pesar de tratar temas serios, y muy sexi.
A lo tonto, a lo tonto, con esta ya
son cinco las novelas que he leído de Kat Latham. Me gusta mucho el estilo de
esta autora. Contemporánea, sexi, con gente bastante normal y en entornos para
mí atractivos. En esta serie, el frío de Montana y en la de los London Legends,
un equipo de rugby londinense.
Ahora que me doy cuenta de que esta
autora puede convertirse perfectamente en una de mis favoritas, resulta que
dejó de publicar en 2015. Lo explica en su página web, que ha tenido problemas
de salud y aunque volvió a escribir allá por 2019, no ha publicado nada.
Seguiré leyendo sus novelas, las que
me quedan, que no sé si son cuatro o cinco. Y nada, si alguna vez vuelve a
publicar algo, pues aquí estaré esperándola.
Valoración personal: notable, 4
Se la recomendaría a: los aficionados a las historias navideñas
contemporáneas, con su toque sexi.
Otras críticas de la novela:
Harlequin Junkie, 5 estrellas.
The Good, the Bad and the Unread, una A.
Smart Bitches Trashy Books le dio una B.
Dear Author, B-.
Book Bog World, 4 estrellas.
Felices fiestas, Bona! Que las disfrutes.
ResponderEliminar¡Felices fiestas a ti y los tuyos! Hay que pasarlo bien, lo mejor que se pueda mientras se pueda 😘
EliminarFelices fiestas, Bona ♥
ResponderEliminarTambién a ti y a los tuyos, ¡un beso!
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